1. FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD Y EL DEPORTE
TRABAJO INDIVIDUAL
Carrera: Psicología
Sede/Filial: Itauguá
Alumno/A: Luci Villalba
C.I.Nº: 5.751.744
Prof. Leticia Sosa
COMPLEJO EDIPO
El Complejo de Edipo es un término que usó Sigmund Freud en su Teoría de los
Estadios del Desarrollo Psicosexual para describir el sentimiento de deseo de un niño por
su madre y el odio hacía el padre. Este odio se debe a que el niño percibe que su padre es
un competidor por conseguir el cariño de la madre, y expresa sus sentimientos en forma
de enojos, rabietas y comportamientos de desobediencia.
Freud propuso por primera vez el Complejo de Edipo en 1899 en su
libro Interpretación de los sueños, pero no empezó a utilizarlo formalmente hasta el año
1910. El nombre nace tras inspirarse en Edipo, un personaje de la mitología griega que
mató a su padre accidentalmente.
La Teoría Psicosexual de Sigmund Freud
En la época en la que Freud vivió existía una fuerte represión de los deseos sexuales.
El psicoanalista austriaco entendió que había una relación entre la neurosis y la represión
sexual. Por lo tanto, era posible entender la naturaleza y la variedad de la enfermedad al
conocer la historia sexual del paciente.
Freud consideró que los niños nacen con un deseo sexual que deben satisfacer, y
que existen una serie de estadios, durante los cuales el niño busca placer a través de
diferentes objetos. Esto es lo que le llevó a la parte más polémica de su teoría: la teoría
del desarrollo psicosexual.
Etapa fálica y Complejo de Edipo
2. Según Freud, existen varias etapas del desarrollo psicosexual del infante, y el
Complejo de Edipo sucede durante la Etapa fálica: momento importante para el desarrollo
de la identidad sexual.
Esta fase tiene lugar a partir de los tres años y se extiende hasta los seis. Los
genitales son el objeto de placer, y aparece el interés por las diferencias sexuales y los
genitales, por lo que es de suma importancia la no represión de este deseo y el correcto
manejo de este estadio, ya que podría obstruir la capacidad de investigación,
conocimiento y aprendizaje general del niño.
Freud afirma que los niños varones experimentan deseos sexuales hacia sus madres
y ven a sus padres como rivales, por lo que temen ser castrados, proceso que resulta en el
Complejo de Edipo. Más tarde los niños se identifican con sus padres y reprimen los
sentimientos hacia sus madres para dejar atrás esta fase. La correcta asimilación de esta
etapa tiene como consecuencia la madurez de la identidad sexual.
El concepto del Complejo de Edipo solamente hace referencia a los niños varones,
pues en las niñas se denomina Complejo de Electra.
MECANISMOS DE DEFENSA
Los mecanismos de defensa son las reacciones inconscientes que tenemos
en situaciones emocionalmente difíciles de aceptar y que utiliza nuestro cerebro para
intentar mantener nuestro equilibrio psicológico y evitar el sufrimiento o malestar que
nos supondría enfrentar esa realidad.
Adoptamos estas estrategias psicológicas de manera inconsciente en situaciones
muy diversas: cuando creemos que nuestra identidad o sistema de creencias pueden verse
dañadas, cuando adaptarnos a una nueva realidad nos supondría un gran esfuerzo
psicológico o cuando, emocionalmente, una situación es demasiado compleja o intensa
para asumirla.
Ahora bien, aunque los mecanismos de defensa tienen la función de protegernos del
sufrimiento al evitarnos las emociones dolorosas, los pensamientos negativos, la ansiedad
y eventuales bloqueos, no siempre nos beneficia no ser conscientes de ellos, ya que
podemos estar evitando resolver conflictos que están repercutiendo negativamente en
nuestra vida personal, social y familiar.
3. Todos hemos oído hablar de los mecanismos de defensa, pero ¿sabemos realmente
qué son, qué función tienen y por qué deberíamos ser conscientes de los que afectan
negativamente a nuestra vida?
Los mecanismos de defensa y su función
Los mecanismos de defensa son las reacciones inconscientes que tenemos
en situaciones emocionalmente difíciles de aceptar y que utiliza nuestro cerebro para
intentar mantener nuestro equilibrio psicológico y evitar el sufrimiento o malestar que
nos supondría enfrentar esa realidad.
Adoptamos estas estrategias psicológicas de manera inconsciente en situaciones
muy diversas: cuando creemos que nuestra identidad o sistema de creencias pueden verse
dañadas, cuando adaptarnos a una nueva realidad nos supondría un gran esfuerzo
psicológico o cuando, emocionalmente, una situación es demasiado compleja o intensa
para asumirla.
Ahora bien, aunque los mecanismos de defensa tienen la función de protegernos del
sufrimiento al evitarnos las emociones dolorosas, los pensamientos negativos, la ansiedad
y eventuales bloqueos, no siempre nos beneficia no ser conscientes de ellos, ya que
podemos estar evitando resolver conflictos que están repercutiendo negativamente en
nuestra vida personal, social y familiar.
Los mecanismos de defensa se pueden detectar durante el proceso terapéutico
Debido a que estas estrategias se dan a nivel inconsciente, pocas veces somos
conscientes de que las estamos utilizando. Sin embargo, durante un proceso terapéutico,
se pueden llegar a detectar algunos de estos mecanismos de defensa que redundan
negativamente en nuestra forma de actuar y, por tanto, también en nuestro entorno.
Tal como nos explica la psicóloga Meritxell Pujol: «En un proceso terapéutico se
emprende un viaje de autoconocimiento destinado a tener una vida mejor. Podemos
aprender a modificar nuestra interpretación de las situaciones y no necesitar tanto los
mecanismos de defensa si observamos que las cosas no son tan rígidas como creemos y
aumentamos nuestra confianza y seguridad en un entorno de contención y apoyo como es
el que aporta el espacio y la relación terapéutica»
4. Los mecanismos de defensa más comunes
Los mecanismos de defensa suelen tener una función transitoria, hasta que la
persona puede aceptar la situación que los ha generado. No obstante, algunos de estos
mecanismos están tan arraigados en nuestra forma de ser, que ya se han incorporado a
nuestra manera de funcionar. Recordemos que no son voluntarios, que se dan sin que lo
pensemos, por lo que tampoco los podemos evitar conscientemente.
Existen muchos mecanismos de defensa. Algunos de los principales son:
La negación
La represión
Proyección
De defensa, a causa de sentimiento de inferioridad
Regresión
Desplazamiento
Racionalización
Formación reactiva o compensación
Identificación
LA TEORÍA DE LA TRANSFERENCIA
Sigmund Freud trató el tema de la transferencia. La definió como: Reediciones,
reconstrucciones de emociones y fantasías que habrían de ser despertadas y hechas
conscientes con el avance del análisis, con una característica sustitución de una persona
más temprana por la persona del médico.
Para decirlo de otra manera: toda una serie de vivencias psíquicas tempranas se
revitalizan, no como pasadas, sino como una relación actual con la persona del médico.
Como expone Celedonio Castanedo (2008) Freud mencionaba que la transferencia
puede implicar reediciones simples o inmodificadas de vivencias infantiles, o de
reelaboraciones complejas y sublimadas. Mientras que en los Estudios sobre la histeria
(1895), el tema de la transferencia había sido tratado como un obstáculo, a la vez que
Freud manifestaba su íntima vinculación con la resistencia, ahora es caracterizada como
el medio auxiliar más eficaz del psicoanálisis.
5. La situación analítica adquiere su posibilidad terapéutica a través de las
transferencias, pero sobre todo en las que se llegan a tornar comprensibles y vivenciales
para el paciente. Así estas transferencias corresponden el centro del proceso
psicoanalítico, ya que el analista se abstendrá de transmitir prohibiciones, consejos,
opiniones, prescripciones y opiniones personales. Las experiencias de la transferencia
pueden manifestarse continuamente, pero también pueden ser rechazadas y reprimidas
por el paciente, así el analista las señalará y las interpretará para que se pueda encontrar
su naturaleza y luego disolverse por la labor interpretativa.
Las reacciones de transferencia pueden adoptar la forma de sentimientos positivos,
negativos o ambivalentes, logrando así el desarrollo pleno en la neurosis de transferencia.
Contra las intenciones terapéuticas se generan procesos de resistencia, que pueden
adquirir variables formas, por ejemplo la exoactuación (vivir en la acción los contenidos
transferenciales en lugar de interpretarlos, elaborarlos y disolverlos).