El documento describe la vida urbana y rural en el Ecuador a inicios de la República. La mayoría de la población vivía en zonas rurales, mientras que las autoridades, comerciantes, profesionales y artesanos residían en las ciudades principales. Estas ciudades incluían Quito, Cuenca y otras como Riobamba e Ibarra, y las comunidades indígenas que vivían en los alrededores proveían servicios a las ciudades.