1. INSTITUTO NACIONAL DE SAN RAFAEL
ALUMNA: XENIA IBETH PADILLA GUARDADO
MAESTRO: JULIO CESAR HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ
ASIGNATURA: LENGUAJE
GRADO: PRIMER AÑO DE BACHILLERATO GENERAL
SECCIÓN: “A”
3. El término “Siglo de Oro” evoca a una época, desde principios
del siglo XVI a mediados del XVII, hegemónica en el panorama
político de la Monarquía Hispánica, sobre todo el primero, así
como en el ámbito artístico, cultural y literario.
Una de las causas de este auge artístico en la Península se
debe a la llegada de metales preciosos procedentes de las
recién conquistadas tierras americanas que fructificaron en la
escultura, la pintura, la orfebrería, además de la arquitectura,
convirtiéndose las Españas en un importantísimo centro
artístico que no solo demandaba artistas autóctonos, sino
también foráneos (flamencos, borgoñones, franceses y
flamencos desde el siglo XV, italianos en el XVI, franceses
4. El Renacimiento y parte del Barroco, favorecido por la positiva
coyuntura económica hasta la última década del siglo XVI y
sostenido por la afluencia del metal americano que, a su vez,
hacía aumentar la capacidad de mecenazgo de la monarquía,
de la Iglesia y de las elites, respondía en parte a la necesidad
regia de exaltar la Corona y de la dinastía de los Austrias, en un
momento de “evolución hacia el absolutismo” (Bennassar,
1983, p. 229), además de ser un instrumento de legitimación y
exaltación de la Iglesia católica tras el Concilio de Trento.
5. El término “Siglo de Oro” evoca a una época, desde principios
del siglo XVI a mediados del XVII, hegemónica en el panorama
político de la Monarquía Hispánica, sobre todo el primero, así
como en el ámbito artístico, cultural y literario. De esta forma, la
producción artística se convertiría en la primera industria de la
España de la época, produciéndose en el territorio peninsular la
madera, la piedra, el mármol, el ladrillo…, lo que requería de
una importante cantidad de mano de obra.
6. Aparte del monasterio de El Escorial, la gran empresa
arquitectónica del Siglo de Oro español fue la construcción del
Palacio del Buen Retiro en Madrid, comenzándose su
construcción en 1630 a instancias del conde duque de Olivares
y de un Felipe IV que deseaba tener un espacio de recreo
alejado del Alcázar. Destruido durante la Guerra de
Independencia, su espacio es actualmente ocupado por el
Museo del Prado.
7. Especialmente, la explosión artística española del Siglo de Oro
podemos ubicarla principalmente en ciudades como Sevilla,
con gran desarrollo en todas las artes, favorecida por su
monopolio del comercio americano y cuna de Velázquez y
Murillo; Valladolid, el gran centro escultórico de la Península;
Valencia, que difundió las corrientes artísticas italianas y
exportó a Italia a Ribera (Lo Spagnoletto), Toledo, Granada,
Salamanca o Madrid, condicionada por la presencia de la
Corte, básica en el desarrollo artístico de la capital.
8. El teatro del Siglo de Oro
El castellano era una de las lenguas más desarrolladas, ya
que, a principios del siglo XVI, estaba más próximo al
castellano actual que el francés o el alemán de la misma época
respecto a los actuales. La difusión del castellano era ya
notable en zonas como el Reino de Valencia, debido a la
influencia de la nobleza, Aragón… aunque “seguía siendo, en
cambio, una lengua extranjera en Cataluña, en las Baleares, y
en las provincias vascas, era escasa y eficientemente conocida
por los campesinos gallegos” (Bennassar, 1983, p. 271).
9. El teatro del Siglo de Oro será uno de los principales
intermediarios entre la cultura popular y la intelectual, sobre
todo, porque el público no tenía necesidad de leer ni escribir.
Las representaciones se desarrollaban en los corrales de
comedias, que acogían a un público muy variado, desde
sectores populares a aristócratas, pasando por burgueses,
letrados… aunque también suscitaban críticas porque parte de
la población abandona sus obligaciones por asistir a las
representaciones teatrales, cuyas entradas eran baratas.
10. Aparte de la comedia, destacan otros temas en el teatro
español de los siglos XVI – XVII, como: las pasiones humanas
(los celos, el honor, la fe…) en Lope de Vega, el estudio de
profundos caracteres humanos a través de la comedia en Tirso
de Molina y Juan Ruiz de Alarcón, la metafísica con Calderón y
Tirso, además del honor, que “aparece como una reivindicación
nacional, a la vez individual y colectiva” (Bennassar, 1983, p.
281). Por ejemplo, en el caso de las obras de Calderón, La vida
es sueño o El alcalde de Zalamea, observamos que el “origen
divino de la existencia, la supeditación total al designio
supremo, el honor personal y la sumisión al rey manifiestan una
ética social basada en el honor del hacendado labriego”
(Floristán, 2002, p. 334).