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142
EL MODERNISMO. CARACTERÍSTICAS GENERALES
A TRAVÉS DE LA FIGURA DE RUBÉN DARÍO
-CONTEXTO: finales del siglo XIX - 1914
-Reacción ante el realismo decimonónico
-Renovación artística CONTRA LA ESTÉTICA VIGENTE
-Inconformismo ante la sociedad burguesa
-Influencias: Parnasianismo, Simbolismo, tradición literaria
española, Impresionismo...
-ETAPAS y EVOLUCIÓN DE RUBÉN DARÍO
A) 1888-1896: Azul (poema "Anagke") y Prosas profanas ("Sonatina",
"El cisne", "Responso a Verlaine"), de Rubén Darío.
-Exuberancia y preciosismo estilísticos
B) 1896-1916: Cantos de vida y esperanza (1905). "Yo soy aquel que
ayer no más decía", "Salutación del optimista"
-Tendencia al intimismo
-Temas americanos
-Mayor contención estilística
-EL MODERNISMO ESPAÑOL
1) Desde 1892 (primera visita de Rubén Darío a España) hasta
1902 (Alma, de Manuel Machado)
2) Desde 1903 (aparición de la revista Helios) hasta 1916
(fallecimiento de Rubén Darío)
-LENGUAJE POÉTICO
a) Esteticismo
b) Ritmo y musicalidad
c) Arte de la sugerencia
-TEMAS
A) DESAZÓN ROMÁNTICA
B) ESCAPISMO
C) COSMOPOLITISMO (París)
D) AMOR Y EROTISMO
E) TEMAS AMERICANOS
F) HISPANISMO
143
LA NOVELA EN LA GENERACIÓN DEL 98: BAROJA, UNAMUNO Y AZORÍN
-Concepto de Generación del 98 → Desastre del 98
-Crisis de fin de siglo. Pérdida de las colonias
-Tendencia antirretórica. Contra la grandilocuencia anterior
-Preocupaciones sociales
-Interés por la literatura española
-Preocupaciones existenciales. Tema de ESPAÑA
-Mitificación de Castilla
Novelas (1902) --- Camino de perfección (Fernando Ossorio), de Baroja
La voluntad (Antonio Azorín), de Azorín
Amor y pedagogía (Apolodoro), de Unamuno
BAROJA:
-Espontaneidad narrativa. Estilo desmañado
-Prosa rápida, nerviosa y viva. Tono agrio
-Frases cortas y párrafos breves
-Autenticidad de los diálogos
-Novelas: agrupación en trilogías
Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox
Camino de perfección
El árbol de la ciencia
Las inquietudes de Shanti Andía
UNAMUNO:
Novelas.- Amor y pedagogía (1902)
Niebla (1914) --- «nivolas»
La tía Tula (1921)
San Manuel Bueno, mártir (1930)
OBSESIONES UNAMUNIANAS → La eternidad y la fe
Verdad trágica - Felicidad ilusoria
Problema de la salvación. Inmortalidad
AZORÍN:
Escepticismo y abulia. Melancolía
Impresionismo descriptivo. Detallismo y lentitud
La voluntad
Antonio Azorín
Las confesiones de un pequeño filósofo
144
LAS TRAYECTORIAS POÉTICAS DE ANTONIO MACHADO Y JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
ANTONIO MACHADO
A) Primer ciclo poético: Soledades (1903)
Soledades, galerías y otros poemas (1907)
-Modernismo intimista
-Sentimientos universales: tiempo, muerte y Dios
-Recuerdos de la infancia, evocaciones del paisaje, amor
-SIMBOLISMO: la tarde, el agua, la noria o las galerías
-Empleo de la silva-romance. Dodecasílabos y alejandrinos
B) Campos de Castilla (1912)
-Poemas sobre el pasado, el presente o el futuro de España
-"La tierra de Alvargonzález". "Proverbios y cantares"
-Evocaciones de Soria o de la esposa muerta (Leonor Izquierdo)
C) Nuevas canciones (1924)
-Nuevos "Proverbios y cantares". Inquietudes filosóficas
D) Últimos poemas
-De un Cancionero apócrifo (Abel Martín)
-Cancionero apócrifo (Juan de Mairena)
-"Canciones a Guiomar", "Poesías de la guerra"
-Último verso: «Estos días azules y este sol de la infancia...»
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
-Generación de 1914 o Novecentismo. Superación del Modernismo
-E. González Martínez: «Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje»
-Depuración estilística. Deseos de BELLEZA. Intelectualismo
-POESÍA: sed de belleza, de conocimiento y de eternidad
-Identificación de Dios con la naturaleza o con la belleza
1) ÉPOCA SENSITIVA: desde sus comienzos hasta 1915
-Arias tristes (1903)
-Neorromanticismo de espíritu modernista. Intimismo simbolista
-Elejías, La soledad sonora, Poemas májicos y dolientes
-«Ropajes del Modernismo». Adjetivación brillante
-Platero y yo (1914). Poemas en prosa
2) ÉPOCA INTELECTUAL. «POESÍA DESNUDA» (desde 1916 hasta 1936)
-Ruptura con el Modernismo
-Diario de un poeta recién casado (1916). Poemas breves
-El cielo y el mar. Perspectiva panteísta
-Eternidades (1918), Piedra y cielo, Belleza
-Poesía minoritaria. Ansias de eternidad
3) ÉPOCA «SUFICIENTE» O «VERDADERA» (1936-1958)
-Exilio en América
-En el otro costado ("Espacio"), Dios deseado y deseante
-Búsqueda de belleza y absoluto
145
EVOLUCIÓN Y CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA GENERACIÓN DEL 27
A TRAVÉS DE ALGUNOS DE LOS PRINCIPALES AUTORES: SALINAS, LORCA, ALBERTI, CERNUDA
-Afinidades estéticas. Tradición y renovación
-Clásicos y formas populares
-Evolución conjunta
A) Primera etapa (hasta 1927)
-Tonos becquerianos y resabios modernistas
-Vanguardias: Ultraísmo, Creacionismo, Futurismo
-«Poesía pura»: metáfora. Perfil del aire, de Cernuda
-Lírica popular: NEOPOPULARISMO. Romancero gitano, de García Lorca
-INFLUJO CLASICISTA: Cal y canto, de Alberti
B) Segunda etapa (de 1927 hasta la Guerra Civil)
-«Rehumanización». Temas humanos y compromiso
-Sobre los ángeles (Alberti), Los placeres prohibidos (Cernuda), Poeta en Nueva
York (García Lorca) → SURREALISMO
-Poesía amorosa. La voz a ti debida y Razón de amor (Salinas)
-Donde habite el olvido (Cernuda)
C) Tercera etapa (después de la Guerra Civil)
Exilio. Nostalgia de una patria perdida
PEDRO SALINAS
1) Etapa inicial (1923-1931): Presagios, Seguro Azar, Fábula y signo
-«Poesía pura». Temas futuristas: la máquina de escribir o la bombilla
2) Segunda etapa o de plenitud amorosa (1933-1939): La voz a ti debida, Razón de
amor, Largo lamento
3) Tercera etapa o del exilio: El contemplado, Todo más claro y otros poemas
FEDERICO GARCÍA LORCA
A) Primera etapa (1921-1928): Libro de poemas. Bécquer, Modernismo, Machado, Juan
Ramón... Canciones («poesía pura» y vanguardismo). Romancero gitano (1928). Poema
del canto jondo («la andalucía del llanto»). Visión popular y elaboración culta
B) Segunda etapa (1929-1936): Poeta en Nueva York. Ruptura con el verso
tradicional. SURREALISMO. Diván del Tamarit (poesía arábigo-andaluza), Sonetos del
amor oscuro, "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías"
RAFAEL ALBERTI
I) Primera etapa: Marinero en tierra, La amante, El alba del alhelí. Lírica
popular
II) Segunda etapa: Cal y canto (1927). Barroquismo y vanguardia ("A Miss X",
"Venus en ascensor"). Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos
(Charlot, Buster Keaton), Sobre los ángeles (libro surrealista)
III) Tercera etapa: El poeta en la calle, Entre el clavel y la espada. SOLIDARIDAD
LUIS CERNUDA
Desajuste entre la realidad y el deseo → FRUSTRACIÓN
-Poesía pura: Perfil del aire, Égloga, elegía y oda
-Surrealismo: Un río, un amor, Los placeres prohibidos
-Tono más personal: Donde habite el olvido, Invocaciones ("Soliloquio del
farero", acerca de la soledad)
-Después de la Guerra Civil: Las nubes, Desolación de la quimera
Título común: La realidad y el deseo
146
EL TEATRO ESPAÑOL ANTERIOR A LA GUERRA CIVIL: LORCA Y VALLE-INCLÁN
-Teatro poético: Marquina, Villaespesa
-Teatro cómico: Arniches y Hermanos Álvarez Quintero
-Teatro comercial (sainete), Arniches (tragicomedia grotesca), Muñoz Seca
(astracanada), Benavente (comedia burguesa)
-Teatro de la Generación del 98: Unamuno, Azorín
-Teatro vanguardista: Gómez de la Serna
-Teatro innovador -Federico García Lorca
-Ramón María del Valle-Inclán
FEDERICO GARCÍA LORCA
1) Primera etapa: teatro modernista en verso
El maleficio de la mariposa (pérdida de la inocencia infantil. El amor)
Mariana Pineda (heroína ejecutada en Granada. Tema de la libertad)
2) Segunda etapa: búsqueda de nuevas formas
A) Farsas para guiñol: Tragicomedia de don Cristóbal y la señá Rosita,
Retablillo de don Cristóbal. Condena del autoritarismo
B) Farsas para personas: La zapatera prodigiosa (matrimonio entre un
anciano y una joven), Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín
(matrimonio de conveniencia y desenlace trágico)
-Nuevas técnicas dramáticas («criptodramas» o «teatro surrealista»): El
público (amor homosexual), Así que pasen cinco años (paso del tiempo)
3) Tercera etapa: obras de madurez
-Tragedias rurales: Bodas de sangre (represión de los impulsos amorosos. En
verso y en prosa), Yerma (la maternidad frustrada)
-Dramas: Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores (la frustración
amorosa), La casa de Bernarda Alba (pugna entre poder y libertad. En prosa)
RAMÓN MARÍA DEL VALLE-INCLÁN
1) CICLO MÍTICO: Comedias bárbaras (Águila de blasón, Romance de lobos, Cara de
plata). Ambiente rural gallego. Don Juan Manuel Montenegro. Divinas palabras
(tragicomedia campesina. Presencia de Laureaniño el Idiota). El embrujado
2) CICLO de la FARSA: Farsa infantil de la cabeza del dragón, La marquesa
Rosalinda (inspirada en la comedia del arte), Farsa italiana de la enamorada
del rey (aparición de marionetas grotescas), Farsa y licencia de la reina
castiza (deformación de la corte isabelina)
3) CICLO del ESPERPENTO: el ESPERPENTO (reflejo crítico de la realidad española.
Estética sistemáticamente deformada). «Los héroes clásicos han ido a pasearse
en el callejón del Gato». Luces de bohemia (Max Estrella. Don Latino de
Híspalis). Observación de los personajes desde arriba. Martes de carnaval (Los
cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán). Retablo
de la avaricia, la lujuria y la muerte.
147
LA POESÍA ESPAÑOLA EN LAS TRES DÉCADAS POSTERIORES A LA GUERRA CIVIL:
MIGUEL HERNÁNDEZ, BLAS DE OTERO, GIL DE BIEDMA
AMBIENTE DESOLADOR: muertes de García Lorca y de Antonio Machado. Exilio de Juan
Ramón Jiménez, encarcelamiento y fallecimiento de Miguel Hernández. CENSURA
MIGUEL HERNÁNDEZ (entre el grupo del 27 y la Generación del 36)
-Moda gongorina: Perito en lunas (cuarenta y dos octavas reales)
-Plenitud poética: El rayo que no cesa. Tríptico temático: vida, amor y muerte.
VITALISMO TRÁGICO. Destaca la "Elegía a Ramón Sijé" (en tercetos encadenados)
-Poesía comprometida: Viento del pueblo ("Aceituneros", "El niño yuntero"), El
hombre acecha (dolor por la tragedia de la guerra), Cancionero y romancero de
ausencias (amor frustrado por la separación y las consecuencias de la guerra).
De la misma época: "Hijo de la luz y la sombra", "Nanas de la cebolla"
Poesía arraigada (bando vencedor: Rosales)
Etapa EXISTENCIAL Poesía desarraigada (Blas de Otero, Celaya)
GENERACIÓN DEL 36 Otras tendencias (Cirlot, POSTISMO)
REALISMO SOCIAL: Pido la paz y la palabra (1955, Blas de Otero)
Cantos iberos (1955, Gabriel Celaya)
BLAS DE OTERO («del yo al nosotros»)
1) Poesía EXISTENCIAL (Ancia): Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia.
Búsqueda angustiosa de Dios, del amor y del sentido de la existencia
-Línea metafísica (el soneto titulado "Hombre")
-Línea amorosa ("Sombras le avisaron")
-Primer acercamiento al «nosotros»
2) Poesía SOCIAL: Pido la paz y la palabra (1955. Poema "Juntos"), En castellano,
Que trata de España. «A la inmensa mayoría». Solidaridad universal
3) Búsqueda de NUEVAS FORMAS: cansancio de la poesía social. Hojas de Madrid,
Mientras, Historias fingidas y verdaderas
GENERACIÓN DEL 50.- Gil de Biedma o José Ángel Valente. Retorno a lo íntimo y
escepticismo. Lenguaje personal y depuración estilística. POESÍA DE LA EXPERIENCIA
GIL DE BIEDMA
«Obsesión por la perfección». El paso del tiempo. Infancia / Vejez. Amor y
temática político-social
Las personas del verbo (Compañeros de viaje, Moralidades y Poemas póstumos)
Tono confesional y coloquial. Perspectiva irónica. Paréntesis e incisos
GENERACIÓN DEL 68 O DEL 70.- Nueve novísimos poetas españoles (antología de Josep
Maria Castellet). Pere Gimferrer. Influjo de los tebeos, el cine, la música o la
televisión. «Nuevo vanguardismo»
148
LA NOVELA ESPAÑOLA EN LAS TRES DÉCADAS POSTERIORES A LA GUERRA CIVIL:
CELA, DELIBES Y MARTÍN-SANTOS
1) Generaciones anteriores: Baroja, Azorín, Wenceslao Fernández Flórez
2) En el exilio: Arturo Barea (La forja de un rebelde), Rosa Chacel, Ramón J.
Sender (Réquiem por un campesino español), Max Aub, Francisco Ayala
3) Novela ideológica o propagandística: Javier García Serrano (La fiel
infantería), Gonzalo Torrente Ballester (Javier Mariño), José María Gironella
(Los cipreses creen en Dios), Juan Antonio Zunzunegui o Ignacio Agustí
4) Novela existencial (años 40): Carmen Laforet, Nada (1945). Miguel Delibes, La
sombra del ciprés es alargada (1948). Angustia: soledad, frustración y muerte
-TREMENDISMO (crueldad): La familia de Pascual Duarte (1942), de Camilo José Cela
5) Novela del realismo social (años 50, "Generación del Medio Siglo"): personaje
colectivo, objetivismo narrativo, reduccionismo espacio-temporal, ausencia de
trama, narración simultaneística, habla popular
-Grupo NEORREALISTA (realismo testimonial): Carmen Martín Gaite (Entre visillos),
Ignacio Aldecoa (El fulgor y la sangre) o Rafael Sánchez Ferlosio (El Jarama)
-Grupo del REALISMO SOCIAL (realismo crítico): Luis Goytisolo. DENUNCIA SOCIAL
CAMILO JOSÉ CELA, La colmena (1951)
Álvaro Cunqueiro (perteneciente a la generación anterior)
6) Narrativa EXPERIMENTAL (años 60): Luis Martín-Santos (Tiempo de silencio, 1962),
Miguel Delibes (Cinco horas con Mario, 1966), Juan Marsé (Últimas tardes con
Teresa, 1966), Juan Benet (Volverás a Región, 1967). Multiperspectivismo, monólogo
interior y estilo indirecto libre, flashback, riqueza verbal y tipográfica
CAMILO JOSÉ CELA
Capacidad de inventiva. Múltiples registros: dureza amarga, humor desgarrado,
obscenidad, lirismo, experimentalismo...
La familia de Pascual Duarte (1942). TREMENDISMO. Pabellón de reposo (monólogos de
unos enfermos de un sanatorio antituberculoso), Nuevas andanzas y
desventuras del Lazarillo de Tormes, La colmena (1951). PERSPECTIVISMO RELATIVISTA,
ESTRUCTURA CALEIDOSCÓPICA, PROTAGONISMO COLECTIVO. Mrs. Caldwell habla con su hijo
(cartas de una mujer enajenada a su hijo fallecido), La catira, Tobogán de
hambrientos, San Camilo 36 (monólogo interior a comienzos de la guerra)
MIGUEL DELIBES
Humanismo. Análisis de la SOCIEDAD RURAL marginada. Crisis de la BURGUESÍA urbana
-Novela existencial: La sombra del ciprés es alargada (1948)
-Realismo de ambiente rural: El camino (1950), Las ratas y Los santos inocentes
-Análisis de ambientes urbanos: La hoja rota, Mi idolatrado hijo Sisí, El
príncipe destronado (crítica de la burguesía)
-Novela experimental: Cinco horas con Mario (1966). Monólogo de Carmen ante el
cadáver de su marido, Mario
LUIS MARTÍN SANTOS
Novela experimental: Tiempo de silencio (1962). Novela del fracaso y tratamiento
de alcance existencial. Sometimiento de la realidad a una elaboración mítica
Tiempo de destrucción (fragmentos de una segunda novela)
-Funciones desacralizadora sacrogenética y testimonial
149
LAS FIGURAS DE BUERO VALLEJO Y ALFONSO SASTRE EN EL TEATRO ESPAÑOL
POSTERIOR A LA GUERRA CIVIL. LA RENOVACIÓN DEL TEATRO
-Fallecimiento de Valle-Inclán y García Lorca
1) Teatro en el EXILIO: Max Aub, Alejandro Casona
En la línea de la ALTA COMEDIA BENAVENTINA: José María Pemán
2) Teatro ESCAPISTA Teatro CÓMICO o DE HUMOR: Enrique Jardiel Poncela
Miguel Mihura
Antonio Buero Vallejo
3) Teatro REALISTA Alfonso Sastre
Lauro Olmo
ANTONIO BUERO VALLEJO
Tragedia: inquietar y curar
Temática: anhelo de realización humana y sus dolorosas LIMITACIONES
1) Etapa EXISTENCIAL: Historia de una escalera (1949) - La FRUSTRACIÓN. Eterno retorno (Platón)
(años 40-50) En la ardiente oscuridad (la invidencia)
2) Etapa SOCIAL: Un soñador para un pueblo - Esquilache
(años 50-60) Las Meninas - Velázquez
El concierto de San Ovidio (Revolución Francesa)
El tragaluz (mundo de posguerra)
3) Etapa EXPERIMENTAL: El sueño de la razón - Goya
(años 70) Llegada de los dioses (alucinaciones - invidencia)
La fundación (la tortura)
La detonación (suicidio - Larra)
ALFONSO SASTRE
Teatro de protesta y denuncia (realismo social)
Exposición de sus tesis en torno al teatro: Drama y sociedad
El teatro supone un arte social que sirve para agitar conciencias
Problemas de CENSURA
-Teatro existencial: Escuadra hacia la muerte (1953). Conflicto entre el
principio de AUTORIDAD y el principio de LIBERTAD
-Divulgación de sus ideas: La mordaza, La cornada, Guillermo Tell tiene los ojos
tristes (lucha intelectual contra la Dictadura franquista. Pretensión de
modificar la realidad)
-Etapa de madurez: radicalización de sus ideas. Práctica de la "tragedia
compleja". Estreno de La taberna fantástica
4) Teatro de RENOVACIÓN FORMAL O VANGUARDISTA
Hacia 1970 → Movimiento de renovación teatral opuesto a la estética realista
Autores de teatro subterráneo. Corriente de teatro soterrado («underground»)
Fernando Arrabal ("teatro pánico"): Pic-nic, El cementerio de automóviles
Francisco Nieva (teatro del absurdo): Malditas sean Coronada y sus hijas
5) Grupos de TEATRO INDEPENDIENTE. Tábano, Els Comediants, Els Joglars
6) Tras la MUERTE DE FRANCO. El experimentalismo pierde fuerza. Pocos grupos
independientes mantienen su continuidad (La fura dels Baus). Vuelta al TEATRO
REALISTA: José Luis Alonso de Santos (Bajarse al moro) y José Sanchís Sinisterra
150
LA NARRATIVA HISPANOAMERICANA DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX.
EL BOOM DE LA NARRATIVA: BORGES, CORTÁZAR, GARCÍA MÁRQUEZ, VARGAS LLOSA
A) Primera etapa (hasta 1945): pervivencia del realismo decimonónico, con
diversas manifestaciones. Novela regionalista o de la tierra, novela de la
Revolución Mexicana y novela social o indigenista
B) Segunda etapa (de 1945 a 1960): comienzo de la renovación narrativa.
-Aspectos formales: Generación Perdida. Monólogo interior, reducción temporal,
flashback, estilo indirecto libre, narración multiperspectivística
-Aspectos temáticos: interés por el mundo urbano. Irrupción de la imaginación
B.1. Realismo mágico o «lo real maravilloso». Alejo Carpentier, El reino de este
mundo (1949), El siglo de las luces. Aparición de la denominación «lo real
maravilloso» en el "Prólogo" a El reino de este mundo (1949)
Miguel Ángel Asturias, El señor Presidente. Juan Rulfo, El llano en llamas y
Pedro Páramo. Confusión de lo real y lo imaginario
B.2. Narrativa metafísica. Jorge Luis Borges (problemas trascendentes). Relatos
breves: Historia universal de la infamia, Ficciones, El Aleph, El libro de arena.
Empleo de SÍMBOLOS: tigre, espejo, biblioteca, laberinto... Humor e ironía
José Lezama Lima, Paradiso
B.3. Narrativa existencial. Juan Carlos Onetti, La vida breve, El Juntacadáveres,
Cuando ya no importe. Pesimismo
Ernesto Sábato, El túnel, Sobre héroes y tumbas, Abaddón, el exterminador. La
soledad y la incomunicación. Excesos del progreso incontrolado
C) Tercera etapa (de 1960 a 1980): apogeo o "BOOM". La muerte de Artemio Cruz (1962)
de Carlos fuentes, Rayuela (1963) de Julio Cortázar, La ciudad y los perros (1963)
de Mario Vargas Llosa o Cien años de soledad (1967) de Gabriel García Márquez
Integración de lo real y lo maravilloso, enfoque CALEIDOSCÓPICO, paso del
argumento a un plano secundario, eliminación de los capítulos tradicionales,
empleo del CONTRAPUNTO, personaje colectivo, reducción del diálogo en favor del
estilo indirecto libre y del monólogo interior, renovación estilística y nuevas
formas de lectura
JULIO CORTÁZAR.- Bestiario, Todos los fuegos el fuego. Historias de cronopios y
famas (caricaturización de la sociedad). Rayuela (1963). Doble lectura. Creación
del GLÍGLICO
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ.- Mezcla de lo real, lo imaginario, el mito y la historia
Cien años de soledad (1967). Historia de la familia Buendía. MACONDO. Temas: el
tiempo y la soledad. Tiempo cíclico y tiempo histórico. La hojarasca, El coronel
no tiene quien le escriba, El otoño del patriarca, Crónica de una muerte
anunciada, El amor en los tiempos del cólera, El general en su laberinto...
MARIO VARGAS LLOSA.- Técnicas novelescas innovadoras: pluralidad de puntos de
vista, mezcla de historias, ruptura de la cronología del relato. La ciudad y los
perros (colegio militar de Perú), La casa verde, Conversación en La Catedral,
Pantaleón y las visitadoras, La tía Julia y el escribidor, Lituma en los Andes...
D) Últimas tendencias: abandono de las complicadas estructuras narrativas.
Interés por las experiencias personales. Isabel Allende (La casa de los
espíritus), Antonio Skármeta (El cartero de Neruda), Laura Esquivel (Como agua
para chocolate), Ángeles Mastretta (Arráncame la vida)...
151
CAUPOLICÁN
Es algo formidable que vio la vieja raza:
robusto tronco de árbol al hombro de un campeón
salvaje y aguerrido, cuya fornida maza
blandiera el brazo de Hércules, o el brazo de Sansón.
Por casco sus cabellos, su pecho por coraza,
pudiera tal guerrero, de Arauco en la región,
lancero de los bosques, Nemrod que todo caza,
desjarretar un toro, o estrangular un león.
Anduvo, anduvo, anduvo. Le vio la luz del día,
le vio la tarde pálida, le vio la noche fría,
y siempre el tronco de árbol a cuestas del titán.
«¡El Toqui, el Toqui!» clama la conmovida casta
Anduvo, anduvo, anduvo. La Aurora dijo: «Basta»,
e irguiose la alta frente del gran Caupolicán.
RUBÉN DARÍO, "Caupolicán", Azul (1888)
DE INVIERNO
En invernales horas, mirad a Carolina.
Medio apelotonada, descansa en el sillón,
envuelta con su abrigo de marta cibelina
y no lejos del fuego que brilla en el salón.
El fino angora blanco junto a ella se reclina,
rozando con su hocico la falda de Alençon,
no lejos de las jarras de porcelana china
que medio oculta un biombo de seda del Japón.
Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño;
entro, sin hacer ruido; dejo mi abrigo gris;
voy a besar su rostro, rosado y halagüeño
como una rosa roja que fuera flor de lis;
abre los ojos; mírame, con su mirar risueño,
y en tanto cae la nieve del cielo de París.
RUBÉN DARÍO, "De invierno", Azul (1888)
SONATINA
La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro;
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso olvidada se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña, dice cosas banales
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
152
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las Rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de Mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte,
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
¡Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real,
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste, la princesa está pálida).
¡Oh, visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
(la princesa está pálida, la princesa está triste)
más brillante que el alba, más hermoso que Abril!
«¡Calla, calla, princesa ­dice el hada madrina­;
en caballo con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor!»
RUBÉN DARÍO, "Sonatina", Prosas profanas (1896)
RESPONSO A VERLAINE
Padre y maestro mágico, liróforo celeste,
que al instrumento olímpico y a la siringa agreste
diste tu acento encantador;
¡Panida! Pan tú mismo, que coros condujiste
153
hacia el propíleo sacro que amaba tu alma triste,
¡al son del sistro y del tambor!
RUBÉN DARÍO, "Responso a Verlaine", Prosas profanas (1896)
I
Yo soy aquel que ayer no más decía
el verso azul y la canción profana,
en cuya noche un ruiseñor había
que era alondra de luz por la mañana.
El dueño fui de mi jardín de sueño,
lleno de rosas y de cisnes vagos;
el dueño de las tórtolas, el dueño
de góndolas y liras en los lagos;
y muy siglo diez y ocho y muy antiguo
y muy moderno; audaz, cosmopolita;
con Hugo fuerte y con Verlaine ambiguo,
y una sed de ilusiones infinita.
RUBÉN DARÍO, "Yo soy aquel que ayer no más decía", Cantos de vida y esperanza (1905)
SALUTACIÓN DEL OPTIMISTA
Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda,
espíritus fraternos, luminosas almas, ¡salve!
RUBÉN DARÍO, "Salutación del optimista", Cantos de vida y esperanza (1905)
MARCHA TRIUNFAL
¡Ya viene el cortejo!
¡Ya viene el cortejo! Ya se oyen los claros clarines.
La espada se anuncia con vivo reflejo;
¡ya viene, oro y hierro, el cortejo de los paladines!
Ya pasa debajo los arcos ornados de blancas Minervas y Martes,
los arcos triunfales en donde las Famas erigen sus largas trompetas,
la gloria solemne de los estandartes
llevados por manos robustas de heroicos atletas.
RUBÉN DARÍO, "Marcha triunfal", Cantos de vida y esperanza (1905)
CANCIÓN DE OTOÑO EN PRIMAVERA
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
RUBÉN DARÍO, "Canción de otoño en primavera", Cantos de vida y esperanza (1905)
154
LETANÍA DE NUESTRO SEÑOR DON QUIJOTE
Rey de los hidalgos, señor de los tristes,
que de fuerza alientas y de ensueños vistes,
coronado de áureo yelmo de ilusión;
que nadie ha podido vencer todavía,
por la adarga al brazo, toda fantasía,
y la lanza en ristre, toda corazón.
RUBÉN DARÍO, "Letanía de Nuestro Señor Don Quijote", Cantos de vida y esperanza (1905)
LO FATAL
Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura, porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido, y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida, y por la sombra, y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos...!
RUBÉN DARÍO, "Lo fatal", Cantos de vida y esperanza (1905)
A MARGARITA DEBAYLE
Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar:
tu acento.
Margarita, te voy a contar
un cuento.
RUBÉN DARÍO, "A Margarita Debayle", Poema del otoño y otros poemas (1910)
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Cuando la impresión del desastre se le pasó, Andrés fue a casa de
Iturrioz; hubo discusión entre ellos.
―Dejemos todo eso, ya que, afortunadamente, hemos perdido las
colonias ―dijo su tío―, y hablemos de otra cosa. ¿Qué tal te ha ido en
el pueblo?
―Bastante mal.
―¿Qué te pasó? ¿Hiciste alguna barbaridad?
―No; tuve suerte. Como médico he quedado bien. Ahora, personalmente,
he tenido poco éxito.
―Cuenta, veamos tu odisea en esa tierra de Don Quijote.
Andrés contó sus impresiones en Alcolea. Iturrioz le escuchó
atentamente.
―¿De manera que allí no has perdido tu virulencia ni te has
asimilado al medio?
Ninguna de las dos cosas. Yo era allí una bacteridia colocada en un
caldo saturado de ácido fénico.
―¿Y esos manchegos son buena gente?
―Sí, muy buena gente; pero con una moral imposible.
―Pero esa moral, ¿no será la defensa de la raza que vive en una
tierra pobre y de pocos recursos?
―Es muy posible; pero, si es así, ellos no se dan cuenta de este
motivo.
PÍO BAROJA, El árbol de la ciencia (1911)
Entre los compañeros que estudiaron medicina conmigo, ninguno tan
extraño y digno de observación como Fernando Ossorio. Era un muchacho alto,
moreno, silencioso, de ojos tranquilos y expresión melancólica. Entre los
condiscípulos, algunos aseguraban que Ossorio tenía talento; otros, en cambio,
decían que era uno de esos estudiantes pobretones que, a fuerza de fuerzas,
pueden ir aprobando cursos.
Fernando hablaba muy poco, sabía con frecuencia las lecciones, faltaba
en ciertos períodos del curso a las clases y parecía no darle mucha
importancia a la carrera.
PÍO BAROJA, Camino de perfección (1902)
―¡No puede ser, pobre Augusto ―le dije cogiéndole de una mano y
levantándole―, no puede ser! Lo tengo ya escrito y es irrevocable; no puedes
vivir más. No sé qué hacer ya de ti. Dios, cuando no sabe qué hacer de nosotros,
nos mata. Y no se me olvida que pasó por tu mente la idea de matarme...
―Pero si yo, don Miguel...
―No importa; sé lo que me digo. Y me temo que, en efecto, si no te mato
pronto acabes por matarme tú.
―Pero, ¿no quedamos en que...?
―No puede ser, Augusto, no puede ser. Ha llegado tu hora. Está ya escrito
y no puedo volverme atrás. Te morirás. Para lo que ha de valerte ya la vida...
MIGUEL DE UNAMUNO, Niebla (1914)
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―Oíd: cuidad de estas pobres ovejas, que se consuelen de vivir, que crean
lo que yo no he podido creer. Y tú, Lázaro, cuando hayas de morir, muere como yo,
como morirá nuestra Ángela, en el seno de la Santa Madre Católica Apostólica
Romana, de la Santa Madre Iglesia de Valverde de Lucerna, bien entendido. Y
hasta nunca más ver, pues se acaba este sueño de la vida...
―¡Padre, padre! ―gemí yo.
―No te aflijas, Ángela; y sigue rezando por todos los pecadores, por
todos los nacidos. Y que sueñen, que sueñen. ¡Qué ganas tengo de dormir, dormir
sin fin, dormir por toda una eternidad y sin soñar!, ¡olvidando el sueño!
MIGUEL DE UNAMUNO, San Manuel Bueno, mártir (1931)
Azorín escucha al maestro. Honda tristeza satura su espíritu en este
silencioso anochecer de invierno. Yuste pasea. A lo lejos suenan las campanas
del santuario. Los opacos tableros de piedra palidecen. El maestro se detiene
un momento ante Azorín y dice:
―Todo pasa, Azorín; todo cambia y perece. Y la substancia universal
―misteriosa, incognoscible, inexorable― perdura.
Azorín remuévese lentamente y gime en voz opaca:
―Todo pasa. Y el mismo tiempo que lo hace pasar todo, acabará también. El
tiempo no puede ser eterno. La eternidad, presente siempre, sin pasado, sin
futuro, no puede ser sucesiva. Si lo fuera y por siempre el momento sucediera
al momento, daríase el caso paradójico de que la eternidad se aumentaba a cada
instante transcurrido.
Yuste torna a detenerse y sonríe.
―La eternidad...
AZORÍN, La voluntad (1902)
Fue una clara tarde, triste y soñolienta
tarde de verano. La hiedra asomaba
al muro del parque, negra y polvorienta...
La fuente sonaba.
Rechinó en la vieja cancela mi llave;
con agrio ruido abrióse la puerta
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
golpeó el silencio de la tarde muerta.
En el solitario parque, la sonora
copla borbollante del agua cantora
me guió a la fuente. La fuente vertía
sobre el blanco mármol su monotonía.
La fuente cantaba: ¿Te recuerda, hermano,
un sueño lejano mi canto presente?
Fue una tarde lenta del lento verano.
Respondí a la fuente:
No recuerdo, hermana,
mas sé que tu copla presente es lejana.
ANTONIO MACHADO, Soledades, galerías y otros poemas (1907)
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Las ascuas de un crepúsculo morado
detrás del negro cipresal humean...
En la glorieta en sombra está la fuente
con su alado y desnudo Amor de piedra,
que sueña mudo. En la marmórea taza
reposa el agua muerta.
ANTONIO MACHADO, Soledades, galerías y otros poemas (1907)
Es una tarde cenicienta y mustia,
destartalada, como el alma mía;
y es esta vieja angustia
que habita mi usual hipocondría.
La causa de esta angustia no consigo
ni vagamente comprender siquiera;
pero recuerdo y, recordando, digo:
—Sí, yo era niño, y tú, mi compañera.
*
Y no es verdad, dolor, yo te conozco,
tú eres nostalgia de la vida buena
y soledad de corazón sombrío,
de barco sin naufragio y sin estrella.
Como perro olvidado que no tiene
huella ni olfato, y yerra
por los caminos, sin camino, como
el niño que en la noche de una fiesta
se pierde entre el gentío
y el aire polvoriento y las candelas
chispeantes, atónito, y asombra
su corazón de música y de pena,
así voy yo, borracho melancólico,
guitarrista lunático, poeta,
y pobre hombre en sueños,
siempre buscando a Dios entre la niebla.
ANTONIO MACHADO, Soledades, galerías y otros poemas (1907)
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario.
ANTONIO MACHADO, "Retrato", Campos de Castilla
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¡Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas
por donde traza el Duero
su curva de ballesta
en torno a Soria, obscuros encinares,
ariscos pedregales, calvas sierras,
caminos blancos y álamos del río,
tardes de Soria, mística y guerrera,
hoy siento por vosotros, en el fondo
del corazón, tristeza,
tristeza que es amor! ¡Campos de Soria
donde parece que las rocas sueñan,
conmigo vais! ¡Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas!...
ANTONIO MACHADO, Campos de Castilla
¡Oh, sí! Conmigo vais, campos de Soria,
tardes tranquilas, montes de violeta,
alamedas del río, verde sueño
del suelo gris y de la parda tierra,
agria melancolía
de la ciudad decrépita.
Me habéis llegado al alma,
¿o acaso estabais en el fondo de ella?
¡Gentes del alto llano numantino
que a Dios guardáis como cristianas viejas,
que el sol de España os llene
de alegría, de luz y de riqueza!
ANTONIO MACHADO, Campos de Castilla
Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.
ANTONIO MACHADO, Campos de Castilla
... Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará, nostáljico...
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
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verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ, "El viaje definitivo", Poemas agrestes (1910-1911)
Vino, primero, pura,
vestida de inocencia.
Y la amé como un niño.
Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes.
Y la fui odiando, sin saberlo.
Llegó a ser una reina,
fastuosa de tesoros...
¡Qué iracundia de yel y sin sentido!
... Mas se fue desnudando.
Y yo le sonreía.
Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica,
y apareció desnuda toda...
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ, Eternidades (1918)
Ayer te besé en los labios. Te quiero.
Te besé en los labios. Densos, Te lo he dicho con el viento,
rojos. Fue un beso tan corto jugueteando tal un animalillo en la arena
que duró más que un relámpago, o iracundo como órgano tempestuoso;
que un milagro, más.
El tiempo te lo he dicho con el sol,
después de dártelo que dora desnudos cuerpos juveniles
no lo quise para nada y sonríe con todas las cosas inocentes;
ya, para nada
lo había querido antes. te lo he dicho con las nubes,
Se empezó, se acabó en él. frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;
Hoy estoy besando un beso;
estoy solo con mis labios. te lo he dicho con las plantas,
Los pongo leves caricias transparentes
no en tu boca, no, ya no que se cubren de rubor repentino;
–¿adónde se me ha escapado?–.
Los pongo te lo he dicho con el agua,
en el beso que te di vida luminosa que vela un fondo de sombra;
ayer, en las bocas juntas
160
del beso que se besaron. te lo he dicho con el miedo,
Y dura este beso más te lo he dicho con la alegría,
que el silencio, que la luz. con el hastío, con las terribles palabras.
Porque ya no es una carne
ni una boca lo que beso, Pero así no me basta;
que se escapa, que me huye. más allá de la vida
No. quiero decírtelo con la muerte,
Te estoy besando más lejos. más allá del amor
quiero decírtelo con el olvido.
Pedro Salinas, “Ayer te besé en los labios”,
La voz a ti debida (1933) Luis Cernuda, “Te quiero”, Los placeres prohibidos (1931)
Si mi voz muriera en tierra,
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.
Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.
¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento la vela!
Rafael Alberti, “Si mi voz muriera en tierra”, Marinero en tierra (1925)
161
MADRE.― Espera.
NOVIO.― ¿Quiere algo?
MADRE.― Hijo, el almuerzo.
NOVIO.― Déjelo. Comeré uvas. Deme la navaja.
MADRE.― ¿Para qué?
NOVIO.― (Riendo.) Para cortarlas.
MADRE.― (Entre dientes y buscándola.) La navaja, la navaja... Maldita sean todas
y el bribón que las inventó.
NOVIO.― Vamos a otro asunto.
FEDERICO GARCÍA LORCA, Bodas de sangre (1932)
MAX.― Los ultraístas son unos farsantes. El esperpentismo lo ha
inventado Goya. Los héroes clásicos han ido a pasearse en el Callejón del Gato.
DON LATINO.― ¡Estás completamente curda!
MAX.― Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el
Esperpento. El sentido trágico de la vida española solo puede darse con una
estética sistemáticamente deformada.
DON LATINO.― ¡Miau! ¡Te estás contagiando!
MAX.― España es una deformación grotesca de la civilización europea.
RAMÓN DEL VALLE-INCLÁN, "Escena duodécima", Luces de bohemia (1920)
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
[...]
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
MIGUEL HERNÁNDEZ "Elegía a Ramón Sijé",
El rayo que no cesa (1934-1935)
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
MIGUEL HERNÁNDEZ, "Nanas de la cebolla",
Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941)
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Con el amor a cuestas, dormidos y despiertos,
seguiremos besándonos en el hijo profundo.
Besándonos tú y yo se besan nuestros muertos,
se besan los primeros pobladores del mundo.
MIGUEL HERNÁNDEZ, "Hijo de la luz y la sombra",
Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941)
Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
BLAS DE OTERO, "En el principio",
Pido la paz y la palabra (1955)
La noche se afianza
sin respiro, lo mismo que un esfuerzo.
Más despacio, sin brisa
benévola que en un instante aviva
el dudoso cansancio, precipita
la solución del sueño.
Desde luces iguales
un alto muro de ventanas vela.
Carne a solas insomne, cuerpos
como la mano cercenada yacen,
se asoman, buscan el amor del aire
―y la brasa que apuran ilumina
ojos donde no duerme
la ansiedad, la infinita esperanza con que aflige
la noche, cuando vuelve.
JAIME GIL DE BIEDMA, "Las afueras",
Compañeros de viaje (1959)
Doña Rosa va y viene por entre las mesas del café, tropezando a los
clientes con su tremendo trasero. Doña Rosa dice con frecuencia leñe y nos ha
merengao. Para doña Rosa, el mundo es su café, y alrededor de su café, todo lo
demás.
CAMILO JOSÉ CELA, La colmena (1951)
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‒Si quiere, le dejo el libro.
‒No; lléveselo.
Martín Marco, paliducho, desmedrado, con el pantalón desflecado y la
americana raída, se despide del camarero llevándose la mano al ala de su
triste y mugriento sombrero gris.
‒Adiós, muchas gracias; es usted muy amable.
‒Nada. Váyase por ahí. Aquí no vuelva a arrimar.
CAMILO JOSÉ CELA, La colmena (1951)
La muchacha se va y Paco la sigue con la mirada hasta que se pierde
entre la gente.
‒Anda como una corza...
Paco, el señorito Paco, encuentra guapas a todas las mujeres, no se sabe
si es un cachondo o un sentimental. La muchacha que acaba de saludarle, lo es,
realmente, pero aunque no lo fuese hubiera sido lo mismo: para Paco, todas son
miss España.
‒Igual que una corza...
CAMILO JOSÉ CELA, La colmena (1951)
Yo nací en Ávila, la vieja ciudad de las murallas, y creo que el silencio
y el recogimiento casi místico de esta ciudad se me metieron en el alma nada
más nacer. No dudo de que, aparte otras varias circunstancias, fue el clima
pausado y retraído de esta ciudad el que determinó, en gran parte, la
formación de mi carácter.
De mi primera niñez bien poco recuerdo. Casi puede decirse que comencé a
vivir, a los diez años, en casa de don Mateo Lesmes, mi profesor. Me acuerdo
perfectamente [...] del día que mi tutor me presentó a él...
Se iniciaba ya el otoño. Los árboles de la ciudad comenzaban a acusar la
ofensiva de la estación. Por las calles había hojas amarillas que el viento, a
ratos, levantaba del suelo haciéndolas girar en confusos remolinos. Hicimos el
camino en la última carretela descubierta que quedaba en la ciudad. Tengo
impresos en mi cerebro los menores detalles de aquella mi primera experiencia
viajera.
MIGUEL DELIBES, La sombra del ciprés es alargada (1948)
Sonaba el teléfono y he oído el timbre. He cogido el aparato. No me he
enterado bien. He dejado el teléfono. He dicho: «Amador». Ha venido con sus
gruesos labios y ha cogido el teléfono. Yo miraba por el binocular y la
preparación no parecía poder ser entendida. He mirado otra vez: «Claro,
cancerosa». Pero, tras la mitosis, la mancha azul se iba extinguiendo. «También
se funden estas bombillas, Amador.» No; es que ha pisado el cable. «¡Enchufa!»
Está hablando por teléfono. «¡Amador!» Tan gordo, tan sonriente. Habla despacio,
mira, me ve. «No hay más.» «Ya no hay más.» ¡Se acabaron los ratones! El retrato
del hombre de la barba, frente a mí, que lo vio todo y que libró al pueblo ibero
de su inferioridad nativa ante la ciencia, escrutador e inmóvil, presidiendo la
falta de cobayas.
LUIS MARTÍN-SANTOS, Tiempo de silencio (1962)
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Ya le había dicho a la Florita, la del Muecas, que estaba, por ella. Al
salir ni me miró a la cara. Andaba con el chorbo de un lado para otro.
¡Que puede parecerse un crío a su padre! Es igual que yo. Pero no hay
pruebas. Ella ahora lo deja a su hermana la fea y a hacer la carrera
con la nariz rota. Si quisiera tenía yo ahí una mina. Pero me ha gustado
ser fetén con las mujeres. Cuando están por uno son así. Para eso son
mujeres. Yo pensando en la hartá dé tetas que me iba a dar la Florita. Na
más salir. Y en eso que llega el padre. Y el Muecas tiene malas pulgas y
también sabe tirar de corte. Esos manchegos atravesaos. Y ella que es
menor. No quiero líos. Me doy de naja. Pero es que me camela. No es como la
otra. Me tiene miedo. De vez en vez me doy una hartá. Si el Muecas me
pilla. No quiero líos. Pero no voy a dejar a la chavala esa. No me atrevo
a lucirla. De vez en vez una hartá pero no sé seguir. Como no bebo. Tomo
un café y ya estoy listo. Juego subastao y chamelo.
LUIS MARTÍN-SANTOS, Tiempo de silencio (1962)
CARMINA, HIJA.― ¡No podré!
FERNANDO, HIJO.― Podrás. Podrás... porque yo te lo pido. Tenemos que ser más
fuertes que nuestros padres. Ellos se han dejado vencer por la vida. Han
pasado treinta años subiendo y bajando esta escalera... Haciéndose cada día más
mezquinos y más vulgares. Pero nosotros no nos dejaremos vencer por este
ambiente. ¡No! Porque nos marcharemos de aquí. Nos apoyaremos el uno en el otro.
Me ayudarás a subir, a dejar para siempre esta casa miserable, estas broncas
constantes, estas estrecheces. Me ayudarás, ¿verdad? Dime que sí, por favor.
¡Dímelo!
CARMINA, HIJA.― ¡Te necesito, Fernando! ¡No me dejes!
[...]
CARMINA, HIJA.― ¡Fernando! ¡Qué felicidad!... ¡Qué felicidad!...
FERNANDO, HIJO.― ¡Carmina! (Se contemplan extasiados, próximos a besarse. Los
padres se miran y vuelven a observarlos. Se miran de nuevo, largamente. Sus
miradas, cargadas de una infinita melancolía, se cruzan sobre el hueco de la
escalera sin rozar el grupo ilusionado de sus hijos.)
ANTONIO BUERO VALLEJO, Historia de una escalera (1949)
El treinta de abril de 1941 me permití agregar al alfajor una botella de
coñac del país. Carlos Argentino lo probó, lo juzgó interesante y emprendió, al
cabo de unas copas, una vindicación del hombre moderno.
-Lo evoco -dijo con una animación algo inexplicable- en su gabinete de
estudio, como si dijéramos en la torre albarrana de una ciudad, provisto de
teléfonos, de telégrafos, de fonógrafos, de aparatos de radiotelefonía, de
cinematógrafos, de linternas mágicas, de glosarios, de horarios, de prontuarios,
de boletines...
165
Observó que para un hombre así facultado el acto de viajar era inútil;
nuestro siglo XX había transformado la fábula de Mahoma y de la montaña; las
montañas, ahora, convergían sobre el moderno Mahoma.
JORGE LUIS BORGES, El Aleph (1945)
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel
Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo
llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de
barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se
precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos
prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre,
y para mencionarlas había que señalarías con el dedo. Todos los años, por el
mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de
la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los
nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba
montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquiades, hizo
una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava
maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia. Fue de casa en casa
arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los
calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las
maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos tratando
de desenclavarse, y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo
aparecían por donde más se les había buscado, y se arrastraban en desbandada
turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades. «Las cosas, tienen vida
propia -pregonaba el gitano con áspero acento-, todo es cuestión de
despertarles el ánima.» José Arcadio Buendía, cuya desaforada imaginación iba
siempre más lejos que el ingenio de la naturaleza, y aun más allá del milagro
y la magia, pensó que era posible servirse de aquella invención inútil para
desentrañar el oro de la tierra.
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, Cien años de soledad (1967)
A mediados de la semana siguiente, Amalia estaba ordenando una repisa
cuando tocaron el timbre. Fue a abrir y vio la cara de don Fermín. Le
temblaron las rodillas, apenas alcanzó a balbucear buenos días.
—¿Está don Cayo? no respondió a su saludo, entró a la sala casi sin
mirarla. Dile que es Zavala, por favor.
No te ha reconocido, atinó a pensar, medio asombrada, medio resentida, y
en eso surgió la señora en la escalera: pasa Fermín, siéntate, Cayo estaba
viniendo, acaba de llamarme, ¿le servía una copa? Amalia cerró la puerta, se
escabulló hacia el repostero y espió. Don Fermín miraba su reloj, tenía los ojos
impacientes y la cara molesta, la señora le alcanzó un vaso de whisky. ¿Qué le
había pasado a Cayo, que era siempre tan puntual? Parece que mi compañía no
te gusta, decía la señora, me voy a enojar. Se trataban con qué confianza,
Amalia estaba asombrada. Salió por la puerta de servicio, cruzó el jardín y
Ambrosio se había alejado un poco de la casa. La recibió con la cara aterrada:
¿te vio, te habló?
—Ni siquiera me reconoció dijo Amalia. ¿Acaso he cambiado tanto?
MARIO VARGAS LLOSA, Conversación en La Catedral (1969)
166
[Mi padre] habló largamente, dejando transparentar, poco a poco, algo de
emoción. Yo creía que él me odiaba, cuando la verdad era que siempre había
querido mi bien, si se había mostrado alguna vez severo había sido a fin de
corregir mis defectos y prepararme para mi futuro. Mi rebeldía y mi espíritu de
contradicción serían mi ruina. Ese matrimonio había sido ponerme una soga al
cuello. Él se había opuesto pensando en mi bien y no, como creía yo, por
hacerme daño, porque ¿qué padre no quería a su hijo? Por lo demás, comprendía
que me hubiera enamorado, eso no estaba mal, después de todo era un acto de
hombría [...]. Pero casarme a los dieciocho años, siendo un mocoso, un estudiante...
MARIO VARGAS LLOSA, La tía Julia y el escribidor (1977)
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MODELO DE COMENTARIO CRÍTICO
SEPTIEMBRE DE 2014, OPCIÓN A
No cabe duda de que nos hallamos asentados en la denominada era
de la comunicación, lo cual en principio no debería proporcionarnos más
que ventajas. Sin embargo, y a poco que investiguemos, lograremos
percibir que nuestra esencia en tanto que individuos se encuentra en
peligro, a causa de la falta de instantes de reflexión, habida cuenta de
que en la actualidad semeja que cumplimos el papel de meras marionetas
de una constante sobreestimulación.
Como resulta lógico, aceptamos la evolución de los tiempos y sus
consabidos cambios a nivel ideológico y social, entre otros aspectos, por
lo que no tendría sentido que escolarizásemos a nuestros estudiantes
por medio de una docencia impartida permanentemente en latín, tal y
como llevó a término el padre de Montaigne. Pero quizás la citada
experiencia pueda servirnos para comprender la necesidad de fijar
nuestra atención en un punto concreto, en lugar de diversificarla, de
modo continuo y sin ningún tipo de sentido, en juegos informáticos,
tabletas y demás mecanismos relacionados con las pantallas.
Evidentemente, percibimos la existencia de múltiples áreas y
modelos educativos, expandidos prácticamente hasta el infinitivo en
función de los avances científicos y tecnológicos acaecidos a lo largo
de la historia. Por ello mismo, el saber acumulado a lo largo de siglos
de tradición resulta inabarcable por su propia naturaleza; no obstante,
y con independencia de las herramientas disponibles a nuestro alcance,
percibimos en la actualidad la falta de pausa y de instantes de
reflexión en cualquier aspecto de la vida cotidiana. Tal contexto de
continua excitación deriva en una sociedad cuyos integrantes se guían
por la angustia y la carencia de instantes de detenimiento,
características que entroncan con una modernidad que camina de
espaldas a la imaginación o a la capacidad de extrañamiento de los más
pequeños.
De hecho, desde la más tierna infancia nuestros hijos viven
pegados a pantallas de diversa factura, inmersos en un mundo
artificial, ajenos a los valores más recomendables. Jamás en la historia
de la educación se han localizado tantos problemas de aprendizaje,
precisamente en la época que mayor estado de bienestar debería haber
propiciado. Pero no nos olvidemos de que la culpa reside en nuestros
hábitos, centrados en exclusiva en el aprendizaje del funcionamiento de
las otrora "nuevas tecnologías". Eso sí, conste en acta que estas
resultan extremadamente útiles, aunque no deben constituir un fin en sí
mismas, sino un instrumento de trabajo que, como tal, ha de ser
dosificado.
168
De todas formas, para conseguir modificar la situación que ahora
nos afecta la sociedad en general ha de tomar conciencia del problema
que la aqueja y que continúa desvertebrándola, probablemente sin ser
ella misma consciente de la gravedad del problema. No en vano una
sociedad sin identidad, construida únicamente en torno a iconos
informáticos múltiples se dirige hacia la incomunicación y la pérdida
de su propia esencia.
Por tanto, demandamos la necesidad de contruir espacios de
reflexión y de silencios, pues solamente así conseguiremos conocer los
entresijos de nuestra conciencia y los valores que la componen, sin
dejarnos influir por un mundo fraguado al calor del consumismo y
dirigido por la esquizofrenia del ruido y de los brillos de ordenador.
MODELO DE RESUMEN
SEPTIEMBRE DE 2014, OPCIÓN A
Pierre de Montaigne, padre del creador del ensayo, le procuró a su
hijo una educación basada en un único punto: el conocimiento de la
lengua latina. Este ejemplo es empleado por el autor del texto para
hacer hincapié en la falta de reflexión presente en los niños de
nuestro entorno, absorbidos por la hiperactividad que fomentan las
múltiples pantallas de que disponemos. En consecuencia, y ante el
dominio de la impaciencia y de la carencia de sosiego, nos dirigimos de
forma irremediable hacia una sociedad ajena a su verdadera identidad:
la imaginación.

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  • 1. 142 EL MODERNISMO. CARACTERÍSTICAS GENERALES A TRAVÉS DE LA FIGURA DE RUBÉN DARÍO -CONTEXTO: finales del siglo XIX - 1914 -Reacción ante el realismo decimonónico -Renovación artística CONTRA LA ESTÉTICA VIGENTE -Inconformismo ante la sociedad burguesa -Influencias: Parnasianismo, Simbolismo, tradición literaria española, Impresionismo... -ETAPAS y EVOLUCIÓN DE RUBÉN DARÍO A) 1888-1896: Azul (poema "Anagke") y Prosas profanas ("Sonatina", "El cisne", "Responso a Verlaine"), de Rubén Darío. -Exuberancia y preciosismo estilísticos B) 1896-1916: Cantos de vida y esperanza (1905). "Yo soy aquel que ayer no más decía", "Salutación del optimista" -Tendencia al intimismo -Temas americanos -Mayor contención estilística -EL MODERNISMO ESPAÑOL 1) Desde 1892 (primera visita de Rubén Darío a España) hasta 1902 (Alma, de Manuel Machado) 2) Desde 1903 (aparición de la revista Helios) hasta 1916 (fallecimiento de Rubén Darío) -LENGUAJE POÉTICO a) Esteticismo b) Ritmo y musicalidad c) Arte de la sugerencia -TEMAS A) DESAZÓN ROMÁNTICA B) ESCAPISMO C) COSMOPOLITISMO (París) D) AMOR Y EROTISMO E) TEMAS AMERICANOS F) HISPANISMO
  • 2. 143 LA NOVELA EN LA GENERACIÓN DEL 98: BAROJA, UNAMUNO Y AZORÍN -Concepto de Generación del 98 → Desastre del 98 -Crisis de fin de siglo. Pérdida de las colonias -Tendencia antirretórica. Contra la grandilocuencia anterior -Preocupaciones sociales -Interés por la literatura española -Preocupaciones existenciales. Tema de ESPAÑA -Mitificación de Castilla Novelas (1902) --- Camino de perfección (Fernando Ossorio), de Baroja La voluntad (Antonio Azorín), de Azorín Amor y pedagogía (Apolodoro), de Unamuno BAROJA: -Espontaneidad narrativa. Estilo desmañado -Prosa rápida, nerviosa y viva. Tono agrio -Frases cortas y párrafos breves -Autenticidad de los diálogos -Novelas: agrupación en trilogías Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox Camino de perfección El árbol de la ciencia Las inquietudes de Shanti Andía UNAMUNO: Novelas.- Amor y pedagogía (1902) Niebla (1914) --- «nivolas» La tía Tula (1921) San Manuel Bueno, mártir (1930) OBSESIONES UNAMUNIANAS → La eternidad y la fe Verdad trágica - Felicidad ilusoria Problema de la salvación. Inmortalidad AZORÍN: Escepticismo y abulia. Melancolía Impresionismo descriptivo. Detallismo y lentitud La voluntad Antonio Azorín Las confesiones de un pequeño filósofo
  • 3. 144 LAS TRAYECTORIAS POÉTICAS DE ANTONIO MACHADO Y JUAN RAMÓN JIMÉNEZ ANTONIO MACHADO A) Primer ciclo poético: Soledades (1903) Soledades, galerías y otros poemas (1907) -Modernismo intimista -Sentimientos universales: tiempo, muerte y Dios -Recuerdos de la infancia, evocaciones del paisaje, amor -SIMBOLISMO: la tarde, el agua, la noria o las galerías -Empleo de la silva-romance. Dodecasílabos y alejandrinos B) Campos de Castilla (1912) -Poemas sobre el pasado, el presente o el futuro de España -"La tierra de Alvargonzález". "Proverbios y cantares" -Evocaciones de Soria o de la esposa muerta (Leonor Izquierdo) C) Nuevas canciones (1924) -Nuevos "Proverbios y cantares". Inquietudes filosóficas D) Últimos poemas -De un Cancionero apócrifo (Abel Martín) -Cancionero apócrifo (Juan de Mairena) -"Canciones a Guiomar", "Poesías de la guerra" -Último verso: «Estos días azules y este sol de la infancia...» JUAN RAMÓN JIMÉNEZ -Generación de 1914 o Novecentismo. Superación del Modernismo -E. González Martínez: «Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje» -Depuración estilística. Deseos de BELLEZA. Intelectualismo -POESÍA: sed de belleza, de conocimiento y de eternidad -Identificación de Dios con la naturaleza o con la belleza 1) ÉPOCA SENSITIVA: desde sus comienzos hasta 1915 -Arias tristes (1903) -Neorromanticismo de espíritu modernista. Intimismo simbolista -Elejías, La soledad sonora, Poemas májicos y dolientes -«Ropajes del Modernismo». Adjetivación brillante -Platero y yo (1914). Poemas en prosa 2) ÉPOCA INTELECTUAL. «POESÍA DESNUDA» (desde 1916 hasta 1936) -Ruptura con el Modernismo -Diario de un poeta recién casado (1916). Poemas breves -El cielo y el mar. Perspectiva panteísta -Eternidades (1918), Piedra y cielo, Belleza -Poesía minoritaria. Ansias de eternidad 3) ÉPOCA «SUFICIENTE» O «VERDADERA» (1936-1958) -Exilio en América -En el otro costado ("Espacio"), Dios deseado y deseante -Búsqueda de belleza y absoluto
  • 4. 145 EVOLUCIÓN Y CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA GENERACIÓN DEL 27 A TRAVÉS DE ALGUNOS DE LOS PRINCIPALES AUTORES: SALINAS, LORCA, ALBERTI, CERNUDA -Afinidades estéticas. Tradición y renovación -Clásicos y formas populares -Evolución conjunta A) Primera etapa (hasta 1927) -Tonos becquerianos y resabios modernistas -Vanguardias: Ultraísmo, Creacionismo, Futurismo -«Poesía pura»: metáfora. Perfil del aire, de Cernuda -Lírica popular: NEOPOPULARISMO. Romancero gitano, de García Lorca -INFLUJO CLASICISTA: Cal y canto, de Alberti B) Segunda etapa (de 1927 hasta la Guerra Civil) -«Rehumanización». Temas humanos y compromiso -Sobre los ángeles (Alberti), Los placeres prohibidos (Cernuda), Poeta en Nueva York (García Lorca) → SURREALISMO -Poesía amorosa. La voz a ti debida y Razón de amor (Salinas) -Donde habite el olvido (Cernuda) C) Tercera etapa (después de la Guerra Civil) Exilio. Nostalgia de una patria perdida PEDRO SALINAS 1) Etapa inicial (1923-1931): Presagios, Seguro Azar, Fábula y signo -«Poesía pura». Temas futuristas: la máquina de escribir o la bombilla 2) Segunda etapa o de plenitud amorosa (1933-1939): La voz a ti debida, Razón de amor, Largo lamento 3) Tercera etapa o del exilio: El contemplado, Todo más claro y otros poemas FEDERICO GARCÍA LORCA A) Primera etapa (1921-1928): Libro de poemas. Bécquer, Modernismo, Machado, Juan Ramón... Canciones («poesía pura» y vanguardismo). Romancero gitano (1928). Poema del canto jondo («la andalucía del llanto»). Visión popular y elaboración culta B) Segunda etapa (1929-1936): Poeta en Nueva York. Ruptura con el verso tradicional. SURREALISMO. Diván del Tamarit (poesía arábigo-andaluza), Sonetos del amor oscuro, "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías" RAFAEL ALBERTI I) Primera etapa: Marinero en tierra, La amante, El alba del alhelí. Lírica popular II) Segunda etapa: Cal y canto (1927). Barroquismo y vanguardia ("A Miss X", "Venus en ascensor"). Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos (Charlot, Buster Keaton), Sobre los ángeles (libro surrealista) III) Tercera etapa: El poeta en la calle, Entre el clavel y la espada. SOLIDARIDAD LUIS CERNUDA Desajuste entre la realidad y el deseo → FRUSTRACIÓN -Poesía pura: Perfil del aire, Égloga, elegía y oda -Surrealismo: Un río, un amor, Los placeres prohibidos -Tono más personal: Donde habite el olvido, Invocaciones ("Soliloquio del farero", acerca de la soledad) -Después de la Guerra Civil: Las nubes, Desolación de la quimera Título común: La realidad y el deseo
  • 5. 146 EL TEATRO ESPAÑOL ANTERIOR A LA GUERRA CIVIL: LORCA Y VALLE-INCLÁN -Teatro poético: Marquina, Villaespesa -Teatro cómico: Arniches y Hermanos Álvarez Quintero -Teatro comercial (sainete), Arniches (tragicomedia grotesca), Muñoz Seca (astracanada), Benavente (comedia burguesa) -Teatro de la Generación del 98: Unamuno, Azorín -Teatro vanguardista: Gómez de la Serna -Teatro innovador -Federico García Lorca -Ramón María del Valle-Inclán FEDERICO GARCÍA LORCA 1) Primera etapa: teatro modernista en verso El maleficio de la mariposa (pérdida de la inocencia infantil. El amor) Mariana Pineda (heroína ejecutada en Granada. Tema de la libertad) 2) Segunda etapa: búsqueda de nuevas formas A) Farsas para guiñol: Tragicomedia de don Cristóbal y la señá Rosita, Retablillo de don Cristóbal. Condena del autoritarismo B) Farsas para personas: La zapatera prodigiosa (matrimonio entre un anciano y una joven), Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín (matrimonio de conveniencia y desenlace trágico) -Nuevas técnicas dramáticas («criptodramas» o «teatro surrealista»): El público (amor homosexual), Así que pasen cinco años (paso del tiempo) 3) Tercera etapa: obras de madurez -Tragedias rurales: Bodas de sangre (represión de los impulsos amorosos. En verso y en prosa), Yerma (la maternidad frustrada) -Dramas: Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores (la frustración amorosa), La casa de Bernarda Alba (pugna entre poder y libertad. En prosa) RAMÓN MARÍA DEL VALLE-INCLÁN 1) CICLO MÍTICO: Comedias bárbaras (Águila de blasón, Romance de lobos, Cara de plata). Ambiente rural gallego. Don Juan Manuel Montenegro. Divinas palabras (tragicomedia campesina. Presencia de Laureaniño el Idiota). El embrujado 2) CICLO de la FARSA: Farsa infantil de la cabeza del dragón, La marquesa Rosalinda (inspirada en la comedia del arte), Farsa italiana de la enamorada del rey (aparición de marionetas grotescas), Farsa y licencia de la reina castiza (deformación de la corte isabelina) 3) CICLO del ESPERPENTO: el ESPERPENTO (reflejo crítico de la realidad española. Estética sistemáticamente deformada). «Los héroes clásicos han ido a pasearse en el callejón del Gato». Luces de bohemia (Max Estrella. Don Latino de Híspalis). Observación de los personajes desde arriba. Martes de carnaval (Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán). Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte.
  • 6. 147 LA POESÍA ESPAÑOLA EN LAS TRES DÉCADAS POSTERIORES A LA GUERRA CIVIL: MIGUEL HERNÁNDEZ, BLAS DE OTERO, GIL DE BIEDMA AMBIENTE DESOLADOR: muertes de García Lorca y de Antonio Machado. Exilio de Juan Ramón Jiménez, encarcelamiento y fallecimiento de Miguel Hernández. CENSURA MIGUEL HERNÁNDEZ (entre el grupo del 27 y la Generación del 36) -Moda gongorina: Perito en lunas (cuarenta y dos octavas reales) -Plenitud poética: El rayo que no cesa. Tríptico temático: vida, amor y muerte. VITALISMO TRÁGICO. Destaca la "Elegía a Ramón Sijé" (en tercetos encadenados) -Poesía comprometida: Viento del pueblo ("Aceituneros", "El niño yuntero"), El hombre acecha (dolor por la tragedia de la guerra), Cancionero y romancero de ausencias (amor frustrado por la separación y las consecuencias de la guerra). De la misma época: "Hijo de la luz y la sombra", "Nanas de la cebolla" Poesía arraigada (bando vencedor: Rosales) Etapa EXISTENCIAL Poesía desarraigada (Blas de Otero, Celaya) GENERACIÓN DEL 36 Otras tendencias (Cirlot, POSTISMO) REALISMO SOCIAL: Pido la paz y la palabra (1955, Blas de Otero) Cantos iberos (1955, Gabriel Celaya) BLAS DE OTERO («del yo al nosotros») 1) Poesía EXISTENCIAL (Ancia): Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia. Búsqueda angustiosa de Dios, del amor y del sentido de la existencia -Línea metafísica (el soneto titulado "Hombre") -Línea amorosa ("Sombras le avisaron") -Primer acercamiento al «nosotros» 2) Poesía SOCIAL: Pido la paz y la palabra (1955. Poema "Juntos"), En castellano, Que trata de España. «A la inmensa mayoría». Solidaridad universal 3) Búsqueda de NUEVAS FORMAS: cansancio de la poesía social. Hojas de Madrid, Mientras, Historias fingidas y verdaderas GENERACIÓN DEL 50.- Gil de Biedma o José Ángel Valente. Retorno a lo íntimo y escepticismo. Lenguaje personal y depuración estilística. POESÍA DE LA EXPERIENCIA GIL DE BIEDMA «Obsesión por la perfección». El paso del tiempo. Infancia / Vejez. Amor y temática político-social Las personas del verbo (Compañeros de viaje, Moralidades y Poemas póstumos) Tono confesional y coloquial. Perspectiva irónica. Paréntesis e incisos GENERACIÓN DEL 68 O DEL 70.- Nueve novísimos poetas españoles (antología de Josep Maria Castellet). Pere Gimferrer. Influjo de los tebeos, el cine, la música o la televisión. «Nuevo vanguardismo»
  • 7. 148 LA NOVELA ESPAÑOLA EN LAS TRES DÉCADAS POSTERIORES A LA GUERRA CIVIL: CELA, DELIBES Y MARTÍN-SANTOS 1) Generaciones anteriores: Baroja, Azorín, Wenceslao Fernández Flórez 2) En el exilio: Arturo Barea (La forja de un rebelde), Rosa Chacel, Ramón J. Sender (Réquiem por un campesino español), Max Aub, Francisco Ayala 3) Novela ideológica o propagandística: Javier García Serrano (La fiel infantería), Gonzalo Torrente Ballester (Javier Mariño), José María Gironella (Los cipreses creen en Dios), Juan Antonio Zunzunegui o Ignacio Agustí 4) Novela existencial (años 40): Carmen Laforet, Nada (1945). Miguel Delibes, La sombra del ciprés es alargada (1948). Angustia: soledad, frustración y muerte -TREMENDISMO (crueldad): La familia de Pascual Duarte (1942), de Camilo José Cela 5) Novela del realismo social (años 50, "Generación del Medio Siglo"): personaje colectivo, objetivismo narrativo, reduccionismo espacio-temporal, ausencia de trama, narración simultaneística, habla popular -Grupo NEORREALISTA (realismo testimonial): Carmen Martín Gaite (Entre visillos), Ignacio Aldecoa (El fulgor y la sangre) o Rafael Sánchez Ferlosio (El Jarama) -Grupo del REALISMO SOCIAL (realismo crítico): Luis Goytisolo. DENUNCIA SOCIAL CAMILO JOSÉ CELA, La colmena (1951) Álvaro Cunqueiro (perteneciente a la generación anterior) 6) Narrativa EXPERIMENTAL (años 60): Luis Martín-Santos (Tiempo de silencio, 1962), Miguel Delibes (Cinco horas con Mario, 1966), Juan Marsé (Últimas tardes con Teresa, 1966), Juan Benet (Volverás a Región, 1967). Multiperspectivismo, monólogo interior y estilo indirecto libre, flashback, riqueza verbal y tipográfica CAMILO JOSÉ CELA Capacidad de inventiva. Múltiples registros: dureza amarga, humor desgarrado, obscenidad, lirismo, experimentalismo... La familia de Pascual Duarte (1942). TREMENDISMO. Pabellón de reposo (monólogos de unos enfermos de un sanatorio antituberculoso), Nuevas andanzas y desventuras del Lazarillo de Tormes, La colmena (1951). PERSPECTIVISMO RELATIVISTA, ESTRUCTURA CALEIDOSCÓPICA, PROTAGONISMO COLECTIVO. Mrs. Caldwell habla con su hijo (cartas de una mujer enajenada a su hijo fallecido), La catira, Tobogán de hambrientos, San Camilo 36 (monólogo interior a comienzos de la guerra) MIGUEL DELIBES Humanismo. Análisis de la SOCIEDAD RURAL marginada. Crisis de la BURGUESÍA urbana -Novela existencial: La sombra del ciprés es alargada (1948) -Realismo de ambiente rural: El camino (1950), Las ratas y Los santos inocentes -Análisis de ambientes urbanos: La hoja rota, Mi idolatrado hijo Sisí, El príncipe destronado (crítica de la burguesía) -Novela experimental: Cinco horas con Mario (1966). Monólogo de Carmen ante el cadáver de su marido, Mario LUIS MARTÍN SANTOS Novela experimental: Tiempo de silencio (1962). Novela del fracaso y tratamiento de alcance existencial. Sometimiento de la realidad a una elaboración mítica Tiempo de destrucción (fragmentos de una segunda novela) -Funciones desacralizadora sacrogenética y testimonial
  • 8. 149 LAS FIGURAS DE BUERO VALLEJO Y ALFONSO SASTRE EN EL TEATRO ESPAÑOL POSTERIOR A LA GUERRA CIVIL. LA RENOVACIÓN DEL TEATRO -Fallecimiento de Valle-Inclán y García Lorca 1) Teatro en el EXILIO: Max Aub, Alejandro Casona En la línea de la ALTA COMEDIA BENAVENTINA: José María Pemán 2) Teatro ESCAPISTA Teatro CÓMICO o DE HUMOR: Enrique Jardiel Poncela Miguel Mihura Antonio Buero Vallejo 3) Teatro REALISTA Alfonso Sastre Lauro Olmo ANTONIO BUERO VALLEJO Tragedia: inquietar y curar Temática: anhelo de realización humana y sus dolorosas LIMITACIONES 1) Etapa EXISTENCIAL: Historia de una escalera (1949) - La FRUSTRACIÓN. Eterno retorno (Platón) (años 40-50) En la ardiente oscuridad (la invidencia) 2) Etapa SOCIAL: Un soñador para un pueblo - Esquilache (años 50-60) Las Meninas - Velázquez El concierto de San Ovidio (Revolución Francesa) El tragaluz (mundo de posguerra) 3) Etapa EXPERIMENTAL: El sueño de la razón - Goya (años 70) Llegada de los dioses (alucinaciones - invidencia) La fundación (la tortura) La detonación (suicidio - Larra) ALFONSO SASTRE Teatro de protesta y denuncia (realismo social) Exposición de sus tesis en torno al teatro: Drama y sociedad El teatro supone un arte social que sirve para agitar conciencias Problemas de CENSURA -Teatro existencial: Escuadra hacia la muerte (1953). Conflicto entre el principio de AUTORIDAD y el principio de LIBERTAD -Divulgación de sus ideas: La mordaza, La cornada, Guillermo Tell tiene los ojos tristes (lucha intelectual contra la Dictadura franquista. Pretensión de modificar la realidad) -Etapa de madurez: radicalización de sus ideas. Práctica de la "tragedia compleja". Estreno de La taberna fantástica 4) Teatro de RENOVACIÓN FORMAL O VANGUARDISTA Hacia 1970 → Movimiento de renovación teatral opuesto a la estética realista Autores de teatro subterráneo. Corriente de teatro soterrado («underground») Fernando Arrabal ("teatro pánico"): Pic-nic, El cementerio de automóviles Francisco Nieva (teatro del absurdo): Malditas sean Coronada y sus hijas 5) Grupos de TEATRO INDEPENDIENTE. Tábano, Els Comediants, Els Joglars 6) Tras la MUERTE DE FRANCO. El experimentalismo pierde fuerza. Pocos grupos independientes mantienen su continuidad (La fura dels Baus). Vuelta al TEATRO REALISTA: José Luis Alonso de Santos (Bajarse al moro) y José Sanchís Sinisterra
  • 9. 150 LA NARRATIVA HISPANOAMERICANA DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX. EL BOOM DE LA NARRATIVA: BORGES, CORTÁZAR, GARCÍA MÁRQUEZ, VARGAS LLOSA A) Primera etapa (hasta 1945): pervivencia del realismo decimonónico, con diversas manifestaciones. Novela regionalista o de la tierra, novela de la Revolución Mexicana y novela social o indigenista B) Segunda etapa (de 1945 a 1960): comienzo de la renovación narrativa. -Aspectos formales: Generación Perdida. Monólogo interior, reducción temporal, flashback, estilo indirecto libre, narración multiperspectivística -Aspectos temáticos: interés por el mundo urbano. Irrupción de la imaginación B.1. Realismo mágico o «lo real maravilloso». Alejo Carpentier, El reino de este mundo (1949), El siglo de las luces. Aparición de la denominación «lo real maravilloso» en el "Prólogo" a El reino de este mundo (1949) Miguel Ángel Asturias, El señor Presidente. Juan Rulfo, El llano en llamas y Pedro Páramo. Confusión de lo real y lo imaginario B.2. Narrativa metafísica. Jorge Luis Borges (problemas trascendentes). Relatos breves: Historia universal de la infamia, Ficciones, El Aleph, El libro de arena. Empleo de SÍMBOLOS: tigre, espejo, biblioteca, laberinto... Humor e ironía José Lezama Lima, Paradiso B.3. Narrativa existencial. Juan Carlos Onetti, La vida breve, El Juntacadáveres, Cuando ya no importe. Pesimismo Ernesto Sábato, El túnel, Sobre héroes y tumbas, Abaddón, el exterminador. La soledad y la incomunicación. Excesos del progreso incontrolado C) Tercera etapa (de 1960 a 1980): apogeo o "BOOM". La muerte de Artemio Cruz (1962) de Carlos fuentes, Rayuela (1963) de Julio Cortázar, La ciudad y los perros (1963) de Mario Vargas Llosa o Cien años de soledad (1967) de Gabriel García Márquez Integración de lo real y lo maravilloso, enfoque CALEIDOSCÓPICO, paso del argumento a un plano secundario, eliminación de los capítulos tradicionales, empleo del CONTRAPUNTO, personaje colectivo, reducción del diálogo en favor del estilo indirecto libre y del monólogo interior, renovación estilística y nuevas formas de lectura JULIO CORTÁZAR.- Bestiario, Todos los fuegos el fuego. Historias de cronopios y famas (caricaturización de la sociedad). Rayuela (1963). Doble lectura. Creación del GLÍGLICO GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ.- Mezcla de lo real, lo imaginario, el mito y la historia Cien años de soledad (1967). Historia de la familia Buendía. MACONDO. Temas: el tiempo y la soledad. Tiempo cíclico y tiempo histórico. La hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba, El otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera, El general en su laberinto... MARIO VARGAS LLOSA.- Técnicas novelescas innovadoras: pluralidad de puntos de vista, mezcla de historias, ruptura de la cronología del relato. La ciudad y los perros (colegio militar de Perú), La casa verde, Conversación en La Catedral, Pantaleón y las visitadoras, La tía Julia y el escribidor, Lituma en los Andes... D) Últimas tendencias: abandono de las complicadas estructuras narrativas. Interés por las experiencias personales. Isabel Allende (La casa de los espíritus), Antonio Skármeta (El cartero de Neruda), Laura Esquivel (Como agua para chocolate), Ángeles Mastretta (Arráncame la vida)...
  • 10. 151 CAUPOLICÁN Es algo formidable que vio la vieja raza: robusto tronco de árbol al hombro de un campeón salvaje y aguerrido, cuya fornida maza blandiera el brazo de Hércules, o el brazo de Sansón. Por casco sus cabellos, su pecho por coraza, pudiera tal guerrero, de Arauco en la región, lancero de los bosques, Nemrod que todo caza, desjarretar un toro, o estrangular un león. Anduvo, anduvo, anduvo. Le vio la luz del día, le vio la tarde pálida, le vio la noche fría, y siempre el tronco de árbol a cuestas del titán. «¡El Toqui, el Toqui!» clama la conmovida casta Anduvo, anduvo, anduvo. La Aurora dijo: «Basta», e irguiose la alta frente del gran Caupolicán. RUBÉN DARÍO, "Caupolicán", Azul (1888) DE INVIERNO En invernales horas, mirad a Carolina. Medio apelotonada, descansa en el sillón, envuelta con su abrigo de marta cibelina y no lejos del fuego que brilla en el salón. El fino angora blanco junto a ella se reclina, rozando con su hocico la falda de Alençon, no lejos de las jarras de porcelana china que medio oculta un biombo de seda del Japón. Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño; entro, sin hacer ruido; dejo mi abrigo gris; voy a besar su rostro, rosado y halagüeño como una rosa roja que fuera flor de lis; abre los ojos; mírame, con su mirar risueño, y en tanto cae la nieve del cielo de París. RUBÉN DARÍO, "De invierno", Azul (1888) SONATINA La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro; está mudo el teclado de su clave sonoro, y en un vaso olvidada se desmaya una flor. El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. Parlanchina, la dueña, dice cosas banales y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
  • 11. 152 La princesa no ríe, la princesa no siente; la princesa persigue por el cielo de Oriente la libélula vaga de una vaga ilusión. ¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China, o en el que ha detenido su carroza argentina para ver de sus ojos la dulzura de luz? ¿O en el rey de las islas de las Rosas fragantes, o en el que es soberano de los claros diamantes, o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? ¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, tener alas ligeras, bajo el cielo volar, ir al sol por la escala luminosa de un rayo, saludar a los lirios con los versos de Mayo, o perderse en el viento sobre el trueno del mar. Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. Y están tristes las flores por la flor de la corte, los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte, de Occidente las dalias y las rosas del Sur. ¡Pobrecita princesa de los ojos azules! ¡Está presa en sus oros, está presa en sus tules, en la jaula de mármol del palacio real, el palacio soberbio que vigilan los guardas, que custodian cien negros con sus cien alabardas, un lebrel que no duerme y un dragón colosal. ¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! (La princesa está triste, la princesa está pálida). ¡Oh, visión adorada de oro, rosa y marfil! ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe (la princesa está pálida, la princesa está triste) más brillante que el alba, más hermoso que Abril! «¡Calla, calla, princesa ­dice el hada madrina­; en caballo con alas, hacia acá se encamina, en el cinto la espada y en la mano el azor, el feliz caballero que te adora sin verte, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, a encenderte los labios con su beso de amor!» RUBÉN DARÍO, "Sonatina", Prosas profanas (1896) RESPONSO A VERLAINE Padre y maestro mágico, liróforo celeste, que al instrumento olímpico y a la siringa agreste diste tu acento encantador; ¡Panida! Pan tú mismo, que coros condujiste
  • 12. 153 hacia el propíleo sacro que amaba tu alma triste, ¡al son del sistro y del tambor! RUBÉN DARÍO, "Responso a Verlaine", Prosas profanas (1896) I Yo soy aquel que ayer no más decía el verso azul y la canción profana, en cuya noche un ruiseñor había que era alondra de luz por la mañana. El dueño fui de mi jardín de sueño, lleno de rosas y de cisnes vagos; el dueño de las tórtolas, el dueño de góndolas y liras en los lagos; y muy siglo diez y ocho y muy antiguo y muy moderno; audaz, cosmopolita; con Hugo fuerte y con Verlaine ambiguo, y una sed de ilusiones infinita. RUBÉN DARÍO, "Yo soy aquel que ayer no más decía", Cantos de vida y esperanza (1905) SALUTACIÓN DEL OPTIMISTA Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda, espíritus fraternos, luminosas almas, ¡salve! RUBÉN DARÍO, "Salutación del optimista", Cantos de vida y esperanza (1905) MARCHA TRIUNFAL ¡Ya viene el cortejo! ¡Ya viene el cortejo! Ya se oyen los claros clarines. La espada se anuncia con vivo reflejo; ¡ya viene, oro y hierro, el cortejo de los paladines! Ya pasa debajo los arcos ornados de blancas Minervas y Martes, los arcos triunfales en donde las Famas erigen sus largas trompetas, la gloria solemne de los estandartes llevados por manos robustas de heroicos atletas. RUBÉN DARÍO, "Marcha triunfal", Cantos de vida y esperanza (1905) CANCIÓN DE OTOÑO EN PRIMAVERA Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer... RUBÉN DARÍO, "Canción de otoño en primavera", Cantos de vida y esperanza (1905)
  • 13. 154 LETANÍA DE NUESTRO SEÑOR DON QUIJOTE Rey de los hidalgos, señor de los tristes, que de fuerza alientas y de ensueños vistes, coronado de áureo yelmo de ilusión; que nadie ha podido vencer todavía, por la adarga al brazo, toda fantasía, y la lanza en ristre, toda corazón. RUBÉN DARÍO, "Letanía de Nuestro Señor Don Quijote", Cantos de vida y esperanza (1905) LO FATAL Dichoso el árbol que es apenas sensitivo, y más la piedra dura, porque esa ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente. Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el temor de haber sido, y un futuro terror... Y el espanto seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la vida, y por la sombra, y por lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la carne que tienta con sus frescos racimos, y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, ¡y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos...! RUBÉN DARÍO, "Lo fatal", Cantos de vida y esperanza (1905) A MARGARITA DEBAYLE Margarita, está linda la mar, y el viento lleva esencia sutil de azahar; yo siento en el alma una alondra cantar: tu acento. Margarita, te voy a contar un cuento. RUBÉN DARÍO, "A Margarita Debayle", Poema del otoño y otros poemas (1910)
  • 14. 155 Cuando la impresión del desastre se le pasó, Andrés fue a casa de Iturrioz; hubo discusión entre ellos. ―Dejemos todo eso, ya que, afortunadamente, hemos perdido las colonias ―dijo su tío―, y hablemos de otra cosa. ¿Qué tal te ha ido en el pueblo? ―Bastante mal. ―¿Qué te pasó? ¿Hiciste alguna barbaridad? ―No; tuve suerte. Como médico he quedado bien. Ahora, personalmente, he tenido poco éxito. ―Cuenta, veamos tu odisea en esa tierra de Don Quijote. Andrés contó sus impresiones en Alcolea. Iturrioz le escuchó atentamente. ―¿De manera que allí no has perdido tu virulencia ni te has asimilado al medio? Ninguna de las dos cosas. Yo era allí una bacteridia colocada en un caldo saturado de ácido fénico. ―¿Y esos manchegos son buena gente? ―Sí, muy buena gente; pero con una moral imposible. ―Pero esa moral, ¿no será la defensa de la raza que vive en una tierra pobre y de pocos recursos? ―Es muy posible; pero, si es así, ellos no se dan cuenta de este motivo. PÍO BAROJA, El árbol de la ciencia (1911) Entre los compañeros que estudiaron medicina conmigo, ninguno tan extraño y digno de observación como Fernando Ossorio. Era un muchacho alto, moreno, silencioso, de ojos tranquilos y expresión melancólica. Entre los condiscípulos, algunos aseguraban que Ossorio tenía talento; otros, en cambio, decían que era uno de esos estudiantes pobretones que, a fuerza de fuerzas, pueden ir aprobando cursos. Fernando hablaba muy poco, sabía con frecuencia las lecciones, faltaba en ciertos períodos del curso a las clases y parecía no darle mucha importancia a la carrera. PÍO BAROJA, Camino de perfección (1902) ―¡No puede ser, pobre Augusto ―le dije cogiéndole de una mano y levantándole―, no puede ser! Lo tengo ya escrito y es irrevocable; no puedes vivir más. No sé qué hacer ya de ti. Dios, cuando no sabe qué hacer de nosotros, nos mata. Y no se me olvida que pasó por tu mente la idea de matarme... ―Pero si yo, don Miguel... ―No importa; sé lo que me digo. Y me temo que, en efecto, si no te mato pronto acabes por matarme tú. ―Pero, ¿no quedamos en que...? ―No puede ser, Augusto, no puede ser. Ha llegado tu hora. Está ya escrito y no puedo volverme atrás. Te morirás. Para lo que ha de valerte ya la vida... MIGUEL DE UNAMUNO, Niebla (1914)
  • 15. 156 ―Oíd: cuidad de estas pobres ovejas, que se consuelen de vivir, que crean lo que yo no he podido creer. Y tú, Lázaro, cuando hayas de morir, muere como yo, como morirá nuestra Ángela, en el seno de la Santa Madre Católica Apostólica Romana, de la Santa Madre Iglesia de Valverde de Lucerna, bien entendido. Y hasta nunca más ver, pues se acaba este sueño de la vida... ―¡Padre, padre! ―gemí yo. ―No te aflijas, Ángela; y sigue rezando por todos los pecadores, por todos los nacidos. Y que sueñen, que sueñen. ¡Qué ganas tengo de dormir, dormir sin fin, dormir por toda una eternidad y sin soñar!, ¡olvidando el sueño! MIGUEL DE UNAMUNO, San Manuel Bueno, mártir (1931) Azorín escucha al maestro. Honda tristeza satura su espíritu en este silencioso anochecer de invierno. Yuste pasea. A lo lejos suenan las campanas del santuario. Los opacos tableros de piedra palidecen. El maestro se detiene un momento ante Azorín y dice: ―Todo pasa, Azorín; todo cambia y perece. Y la substancia universal ―misteriosa, incognoscible, inexorable― perdura. Azorín remuévese lentamente y gime en voz opaca: ―Todo pasa. Y el mismo tiempo que lo hace pasar todo, acabará también. El tiempo no puede ser eterno. La eternidad, presente siempre, sin pasado, sin futuro, no puede ser sucesiva. Si lo fuera y por siempre el momento sucediera al momento, daríase el caso paradójico de que la eternidad se aumentaba a cada instante transcurrido. Yuste torna a detenerse y sonríe. ―La eternidad... AZORÍN, La voluntad (1902) Fue una clara tarde, triste y soñolienta tarde de verano. La hiedra asomaba al muro del parque, negra y polvorienta... La fuente sonaba. Rechinó en la vieja cancela mi llave; con agrio ruido abrióse la puerta de hierro mohoso y, al cerrarse, grave golpeó el silencio de la tarde muerta. En el solitario parque, la sonora copla borbollante del agua cantora me guió a la fuente. La fuente vertía sobre el blanco mármol su monotonía. La fuente cantaba: ¿Te recuerda, hermano, un sueño lejano mi canto presente? Fue una tarde lenta del lento verano. Respondí a la fuente: No recuerdo, hermana, mas sé que tu copla presente es lejana. ANTONIO MACHADO, Soledades, galerías y otros poemas (1907)
  • 16. 157 Las ascuas de un crepúsculo morado detrás del negro cipresal humean... En la glorieta en sombra está la fuente con su alado y desnudo Amor de piedra, que sueña mudo. En la marmórea taza reposa el agua muerta. ANTONIO MACHADO, Soledades, galerías y otros poemas (1907) Es una tarde cenicienta y mustia, destartalada, como el alma mía; y es esta vieja angustia que habita mi usual hipocondría. La causa de esta angustia no consigo ni vagamente comprender siquiera; pero recuerdo y, recordando, digo: —Sí, yo era niño, y tú, mi compañera. * Y no es verdad, dolor, yo te conozco, tú eres nostalgia de la vida buena y soledad de corazón sombrío, de barco sin naufragio y sin estrella. Como perro olvidado que no tiene huella ni olfato, y yerra por los caminos, sin camino, como el niño que en la noche de una fiesta se pierde entre el gentío y el aire polvoriento y las candelas chispeantes, atónito, y asombra su corazón de música y de pena, así voy yo, borracho melancólico, guitarrista lunático, poeta, y pobre hombre en sueños, siempre buscando a Dios entre la niebla. ANTONIO MACHADO, Soledades, galerías y otros poemas (1907) Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero; mi juventud, veinte años en tierra de Castilla; mi historia, algunos casos que recordar no quiero. Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido —ya conocéis mi torpe aliño indumentario—, mas recibí la flecha que me asignó Cupido, y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario. ANTONIO MACHADO, "Retrato", Campos de Castilla
  • 17. 158 ¡Colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas por donde traza el Duero su curva de ballesta en torno a Soria, obscuros encinares, ariscos pedregales, calvas sierras, caminos blancos y álamos del río, tardes de Soria, mística y guerrera, hoy siento por vosotros, en el fondo del corazón, tristeza, tristeza que es amor! ¡Campos de Soria donde parece que las rocas sueñan, conmigo vais! ¡Colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas!... ANTONIO MACHADO, Campos de Castilla ¡Oh, sí! Conmigo vais, campos de Soria, tardes tranquilas, montes de violeta, alamedas del río, verde sueño del suelo gris y de la parda tierra, agria melancolía de la ciudad decrépita. Me habéis llegado al alma, ¿o acaso estabais en el fondo de ella? ¡Gentes del alto llano numantino que a Dios guardáis como cristianas viejas, que el sol de España os llene de alegría, de luz y de riqueza! ANTONIO MACHADO, Campos de Castilla Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería. Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar. Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía. Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar. ANTONIO MACHADO, Campos de Castilla ... Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando; y se quedará mi huerto, con su verde árbol, y con su pozo blanco. Todas las tardes, el cielo será azul y plácido; y tocarán, como esta tarde están tocando, las campanas del campanario. Se morirán aquellos que me amaron; y el pueblo se hará nuevo cada año; y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado, mi espíritu errará, nostáljico... Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
  • 18. 159 verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plácido... Y se quedarán los pájaros cantando. JUAN RAMÓN JIMÉNEZ, "El viaje definitivo", Poemas agrestes (1910-1911) Vino, primero, pura, vestida de inocencia. Y la amé como un niño. Luego se fue vistiendo de no sé qué ropajes. Y la fui odiando, sin saberlo. Llegó a ser una reina, fastuosa de tesoros... ¡Qué iracundia de yel y sin sentido! ... Mas se fue desnudando. Y yo le sonreía. Se quedó con la túnica de su inocencia antigua. Creí de nuevo en ella. Y se quitó la túnica, y apareció desnuda toda... ¡Oh pasión de mi vida, poesía desnuda, mía para siempre! JUAN RAMÓN JIMÉNEZ, Eternidades (1918) Ayer te besé en los labios. Te quiero. Te besé en los labios. Densos, Te lo he dicho con el viento, rojos. Fue un beso tan corto jugueteando tal un animalillo en la arena que duró más que un relámpago, o iracundo como órgano tempestuoso; que un milagro, más. El tiempo te lo he dicho con el sol, después de dártelo que dora desnudos cuerpos juveniles no lo quise para nada y sonríe con todas las cosas inocentes; ya, para nada lo había querido antes. te lo he dicho con las nubes, Se empezó, se acabó en él. frentes melancólicas que sostienen el cielo, tristezas fugitivas; Hoy estoy besando un beso; estoy solo con mis labios. te lo he dicho con las plantas, Los pongo leves caricias transparentes no en tu boca, no, ya no que se cubren de rubor repentino; –¿adónde se me ha escapado?–. Los pongo te lo he dicho con el agua, en el beso que te di vida luminosa que vela un fondo de sombra; ayer, en las bocas juntas
  • 19. 160 del beso que se besaron. te lo he dicho con el miedo, Y dura este beso más te lo he dicho con la alegría, que el silencio, que la luz. con el hastío, con las terribles palabras. Porque ya no es una carne ni una boca lo que beso, Pero así no me basta; que se escapa, que me huye. más allá de la vida No. quiero decírtelo con la muerte, Te estoy besando más lejos. más allá del amor quiero decírtelo con el olvido. Pedro Salinas, “Ayer te besé en los labios”, La voz a ti debida (1933) Luis Cernuda, “Te quiero”, Los placeres prohibidos (1931) Si mi voz muriera en tierra, llevadla al nivel del mar y dejadla en la ribera. Llevadla al nivel del mar y nombradla capitana de un blanco bajel de guerra. ¡Oh mi voz condecorada con la insignia marinera: sobre el corazón un ancla y sobre el ancla una estrella y sobre la estrella el viento y sobre el viento la vela! Rafael Alberti, “Si mi voz muriera en tierra”, Marinero en tierra (1925)
  • 20. 161 MADRE.― Espera. NOVIO.― ¿Quiere algo? MADRE.― Hijo, el almuerzo. NOVIO.― Déjelo. Comeré uvas. Deme la navaja. MADRE.― ¿Para qué? NOVIO.― (Riendo.) Para cortarlas. MADRE.― (Entre dientes y buscándola.) La navaja, la navaja... Maldita sean todas y el bribón que las inventó. NOVIO.― Vamos a otro asunto. FEDERICO GARCÍA LORCA, Bodas de sangre (1932) MAX.― Los ultraístas son unos farsantes. El esperpentismo lo ha inventado Goya. Los héroes clásicos han ido a pasearse en el Callejón del Gato. DON LATINO.― ¡Estás completamente curda! MAX.― Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española solo puede darse con una estética sistemáticamente deformada. DON LATINO.― ¡Miau! ¡Te estás contagiando! MAX.― España es una deformación grotesca de la civilización europea. RAMÓN DEL VALLE-INCLÁN, "Escena duodécima", Luces de bohemia (1920) Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano. [...] A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero. MIGUEL HERNÁNDEZ "Elegía a Ramón Sijé", El rayo que no cesa (1934-1935) La cebolla es escarcha cerrada y pobre. Escarcha de tus días y de mis noches. Hambre y cebolla, hielo negro y escarcha grande y redonda. MIGUEL HERNÁNDEZ, "Nanas de la cebolla", Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941)
  • 21. 162 Con el amor a cuestas, dormidos y despiertos, seguiremos besándonos en el hijo profundo. Besándonos tú y yo se besan nuestros muertos, se besan los primeros pobladores del mundo. MIGUEL HERNÁNDEZ, "Hijo de la luz y la sombra", Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941) Si he perdido la vida, el tiempo, todo lo que tiré, como un anillo, al agua, si he perdido la voz en la maleza, me queda la palabra. Si he sufrido la sed, el hambre, todo lo que era mío y resultó ser nada, si he segado las sombras en silencio, me queda la palabra. Si abrí los labios para ver el rostro puro y terrible de mi patria, si abrí los labios hasta desgarrármelos, me queda la palabra. BLAS DE OTERO, "En el principio", Pido la paz y la palabra (1955) La noche se afianza sin respiro, lo mismo que un esfuerzo. Más despacio, sin brisa benévola que en un instante aviva el dudoso cansancio, precipita la solución del sueño. Desde luces iguales un alto muro de ventanas vela. Carne a solas insomne, cuerpos como la mano cercenada yacen, se asoman, buscan el amor del aire ―y la brasa que apuran ilumina ojos donde no duerme la ansiedad, la infinita esperanza con que aflige la noche, cuando vuelve. JAIME GIL DE BIEDMA, "Las afueras", Compañeros de viaje (1959) Doña Rosa va y viene por entre las mesas del café, tropezando a los clientes con su tremendo trasero. Doña Rosa dice con frecuencia leñe y nos ha merengao. Para doña Rosa, el mundo es su café, y alrededor de su café, todo lo demás. CAMILO JOSÉ CELA, La colmena (1951)
  • 22. 163 ‒Si quiere, le dejo el libro. ‒No; lléveselo. Martín Marco, paliducho, desmedrado, con el pantalón desflecado y la americana raída, se despide del camarero llevándose la mano al ala de su triste y mugriento sombrero gris. ‒Adiós, muchas gracias; es usted muy amable. ‒Nada. Váyase por ahí. Aquí no vuelva a arrimar. CAMILO JOSÉ CELA, La colmena (1951) La muchacha se va y Paco la sigue con la mirada hasta que se pierde entre la gente. ‒Anda como una corza... Paco, el señorito Paco, encuentra guapas a todas las mujeres, no se sabe si es un cachondo o un sentimental. La muchacha que acaba de saludarle, lo es, realmente, pero aunque no lo fuese hubiera sido lo mismo: para Paco, todas son miss España. ‒Igual que una corza... CAMILO JOSÉ CELA, La colmena (1951) Yo nací en Ávila, la vieja ciudad de las murallas, y creo que el silencio y el recogimiento casi místico de esta ciudad se me metieron en el alma nada más nacer. No dudo de que, aparte otras varias circunstancias, fue el clima pausado y retraído de esta ciudad el que determinó, en gran parte, la formación de mi carácter. De mi primera niñez bien poco recuerdo. Casi puede decirse que comencé a vivir, a los diez años, en casa de don Mateo Lesmes, mi profesor. Me acuerdo perfectamente [...] del día que mi tutor me presentó a él... Se iniciaba ya el otoño. Los árboles de la ciudad comenzaban a acusar la ofensiva de la estación. Por las calles había hojas amarillas que el viento, a ratos, levantaba del suelo haciéndolas girar en confusos remolinos. Hicimos el camino en la última carretela descubierta que quedaba en la ciudad. Tengo impresos en mi cerebro los menores detalles de aquella mi primera experiencia viajera. MIGUEL DELIBES, La sombra del ciprés es alargada (1948) Sonaba el teléfono y he oído el timbre. He cogido el aparato. No me he enterado bien. He dejado el teléfono. He dicho: «Amador». Ha venido con sus gruesos labios y ha cogido el teléfono. Yo miraba por el binocular y la preparación no parecía poder ser entendida. He mirado otra vez: «Claro, cancerosa». Pero, tras la mitosis, la mancha azul se iba extinguiendo. «También se funden estas bombillas, Amador.» No; es que ha pisado el cable. «¡Enchufa!» Está hablando por teléfono. «¡Amador!» Tan gordo, tan sonriente. Habla despacio, mira, me ve. «No hay más.» «Ya no hay más.» ¡Se acabaron los ratones! El retrato del hombre de la barba, frente a mí, que lo vio todo y que libró al pueblo ibero de su inferioridad nativa ante la ciencia, escrutador e inmóvil, presidiendo la falta de cobayas. LUIS MARTÍN-SANTOS, Tiempo de silencio (1962)
  • 23. 164 Ya le había dicho a la Florita, la del Muecas, que estaba, por ella. Al salir ni me miró a la cara. Andaba con el chorbo de un lado para otro. ¡Que puede parecerse un crío a su padre! Es igual que yo. Pero no hay pruebas. Ella ahora lo deja a su hermana la fea y a hacer la carrera con la nariz rota. Si quisiera tenía yo ahí una mina. Pero me ha gustado ser fetén con las mujeres. Cuando están por uno son así. Para eso son mujeres. Yo pensando en la hartá dé tetas que me iba a dar la Florita. Na más salir. Y en eso que llega el padre. Y el Muecas tiene malas pulgas y también sabe tirar de corte. Esos manchegos atravesaos. Y ella que es menor. No quiero líos. Me doy de naja. Pero es que me camela. No es como la otra. Me tiene miedo. De vez en vez me doy una hartá. Si el Muecas me pilla. No quiero líos. Pero no voy a dejar a la chavala esa. No me atrevo a lucirla. De vez en vez una hartá pero no sé seguir. Como no bebo. Tomo un café y ya estoy listo. Juego subastao y chamelo. LUIS MARTÍN-SANTOS, Tiempo de silencio (1962) CARMINA, HIJA.― ¡No podré! FERNANDO, HIJO.― Podrás. Podrás... porque yo te lo pido. Tenemos que ser más fuertes que nuestros padres. Ellos se han dejado vencer por la vida. Han pasado treinta años subiendo y bajando esta escalera... Haciéndose cada día más mezquinos y más vulgares. Pero nosotros no nos dejaremos vencer por este ambiente. ¡No! Porque nos marcharemos de aquí. Nos apoyaremos el uno en el otro. Me ayudarás a subir, a dejar para siempre esta casa miserable, estas broncas constantes, estas estrecheces. Me ayudarás, ¿verdad? Dime que sí, por favor. ¡Dímelo! CARMINA, HIJA.― ¡Te necesito, Fernando! ¡No me dejes! [...] CARMINA, HIJA.― ¡Fernando! ¡Qué felicidad!... ¡Qué felicidad!... FERNANDO, HIJO.― ¡Carmina! (Se contemplan extasiados, próximos a besarse. Los padres se miran y vuelven a observarlos. Se miran de nuevo, largamente. Sus miradas, cargadas de una infinita melancolía, se cruzan sobre el hueco de la escalera sin rozar el grupo ilusionado de sus hijos.) ANTONIO BUERO VALLEJO, Historia de una escalera (1949) El treinta de abril de 1941 me permití agregar al alfajor una botella de coñac del país. Carlos Argentino lo probó, lo juzgó interesante y emprendió, al cabo de unas copas, una vindicación del hombre moderno. -Lo evoco -dijo con una animación algo inexplicable- en su gabinete de estudio, como si dijéramos en la torre albarrana de una ciudad, provisto de teléfonos, de telégrafos, de fonógrafos, de aparatos de radiotelefonía, de cinematógrafos, de linternas mágicas, de glosarios, de horarios, de prontuarios, de boletines...
  • 24. 165 Observó que para un hombre así facultado el acto de viajar era inútil; nuestro siglo XX había transformado la fábula de Mahoma y de la montaña; las montañas, ahora, convergían sobre el moderno Mahoma. JORGE LUIS BORGES, El Aleph (1945) Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarías con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquiades, hizo una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia. Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse, y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les había buscado, y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades. «Las cosas, tienen vida propia -pregonaba el gitano con áspero acento-, todo es cuestión de despertarles el ánima.» José Arcadio Buendía, cuya desaforada imaginación iba siempre más lejos que el ingenio de la naturaleza, y aun más allá del milagro y la magia, pensó que era posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra. GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, Cien años de soledad (1967) A mediados de la semana siguiente, Amalia estaba ordenando una repisa cuando tocaron el timbre. Fue a abrir y vio la cara de don Fermín. Le temblaron las rodillas, apenas alcanzó a balbucear buenos días. —¿Está don Cayo? no respondió a su saludo, entró a la sala casi sin mirarla. Dile que es Zavala, por favor. No te ha reconocido, atinó a pensar, medio asombrada, medio resentida, y en eso surgió la señora en la escalera: pasa Fermín, siéntate, Cayo estaba viniendo, acaba de llamarme, ¿le servía una copa? Amalia cerró la puerta, se escabulló hacia el repostero y espió. Don Fermín miraba su reloj, tenía los ojos impacientes y la cara molesta, la señora le alcanzó un vaso de whisky. ¿Qué le había pasado a Cayo, que era siempre tan puntual? Parece que mi compañía no te gusta, decía la señora, me voy a enojar. Se trataban con qué confianza, Amalia estaba asombrada. Salió por la puerta de servicio, cruzó el jardín y Ambrosio se había alejado un poco de la casa. La recibió con la cara aterrada: ¿te vio, te habló? —Ni siquiera me reconoció dijo Amalia. ¿Acaso he cambiado tanto? MARIO VARGAS LLOSA, Conversación en La Catedral (1969)
  • 25. 166 [Mi padre] habló largamente, dejando transparentar, poco a poco, algo de emoción. Yo creía que él me odiaba, cuando la verdad era que siempre había querido mi bien, si se había mostrado alguna vez severo había sido a fin de corregir mis defectos y prepararme para mi futuro. Mi rebeldía y mi espíritu de contradicción serían mi ruina. Ese matrimonio había sido ponerme una soga al cuello. Él se había opuesto pensando en mi bien y no, como creía yo, por hacerme daño, porque ¿qué padre no quería a su hijo? Por lo demás, comprendía que me hubiera enamorado, eso no estaba mal, después de todo era un acto de hombría [...]. Pero casarme a los dieciocho años, siendo un mocoso, un estudiante... MARIO VARGAS LLOSA, La tía Julia y el escribidor (1977)
  • 26. 167 MODELO DE COMENTARIO CRÍTICO SEPTIEMBRE DE 2014, OPCIÓN A No cabe duda de que nos hallamos asentados en la denominada era de la comunicación, lo cual en principio no debería proporcionarnos más que ventajas. Sin embargo, y a poco que investiguemos, lograremos percibir que nuestra esencia en tanto que individuos se encuentra en peligro, a causa de la falta de instantes de reflexión, habida cuenta de que en la actualidad semeja que cumplimos el papel de meras marionetas de una constante sobreestimulación. Como resulta lógico, aceptamos la evolución de los tiempos y sus consabidos cambios a nivel ideológico y social, entre otros aspectos, por lo que no tendría sentido que escolarizásemos a nuestros estudiantes por medio de una docencia impartida permanentemente en latín, tal y como llevó a término el padre de Montaigne. Pero quizás la citada experiencia pueda servirnos para comprender la necesidad de fijar nuestra atención en un punto concreto, en lugar de diversificarla, de modo continuo y sin ningún tipo de sentido, en juegos informáticos, tabletas y demás mecanismos relacionados con las pantallas. Evidentemente, percibimos la existencia de múltiples áreas y modelos educativos, expandidos prácticamente hasta el infinitivo en función de los avances científicos y tecnológicos acaecidos a lo largo de la historia. Por ello mismo, el saber acumulado a lo largo de siglos de tradición resulta inabarcable por su propia naturaleza; no obstante, y con independencia de las herramientas disponibles a nuestro alcance, percibimos en la actualidad la falta de pausa y de instantes de reflexión en cualquier aspecto de la vida cotidiana. Tal contexto de continua excitación deriva en una sociedad cuyos integrantes se guían por la angustia y la carencia de instantes de detenimiento, características que entroncan con una modernidad que camina de espaldas a la imaginación o a la capacidad de extrañamiento de los más pequeños. De hecho, desde la más tierna infancia nuestros hijos viven pegados a pantallas de diversa factura, inmersos en un mundo artificial, ajenos a los valores más recomendables. Jamás en la historia de la educación se han localizado tantos problemas de aprendizaje, precisamente en la época que mayor estado de bienestar debería haber propiciado. Pero no nos olvidemos de que la culpa reside en nuestros hábitos, centrados en exclusiva en el aprendizaje del funcionamiento de las otrora "nuevas tecnologías". Eso sí, conste en acta que estas resultan extremadamente útiles, aunque no deben constituir un fin en sí mismas, sino un instrumento de trabajo que, como tal, ha de ser dosificado.
  • 27. 168 De todas formas, para conseguir modificar la situación que ahora nos afecta la sociedad en general ha de tomar conciencia del problema que la aqueja y que continúa desvertebrándola, probablemente sin ser ella misma consciente de la gravedad del problema. No en vano una sociedad sin identidad, construida únicamente en torno a iconos informáticos múltiples se dirige hacia la incomunicación y la pérdida de su propia esencia. Por tanto, demandamos la necesidad de contruir espacios de reflexión y de silencios, pues solamente así conseguiremos conocer los entresijos de nuestra conciencia y los valores que la componen, sin dejarnos influir por un mundo fraguado al calor del consumismo y dirigido por la esquizofrenia del ruido y de los brillos de ordenador. MODELO DE RESUMEN SEPTIEMBRE DE 2014, OPCIÓN A Pierre de Montaigne, padre del creador del ensayo, le procuró a su hijo una educación basada en un único punto: el conocimiento de la lengua latina. Este ejemplo es empleado por el autor del texto para hacer hincapié en la falta de reflexión presente en los niños de nuestro entorno, absorbidos por la hiperactividad que fomentan las múltiples pantallas de que disponemos. En consecuencia, y ante el dominio de la impaciencia y de la carencia de sosiego, nos dirigimos de forma irremediable hacia una sociedad ajena a su verdadera identidad: la imaginación.