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1. Ensayo Cap. 4 Los procesos de cambio en conductas adictivas
Introducción
El modelo de cambio basado en procesos demuestra que el individuo que necesita
tratamiento manifiesta el deseo de cambiar por eso está dispuesto al cambio y la
motivación, facilitando de esta manera el cambio de conducta contemplando un proceso
en etapas. El modelo transteórico de Prochaska y DiClemente (1992) ha tenido más
sustento, planteando un modelo tridimensional logrando diferenciar el cambio a partir de
la integración que efectúa de estadios, procesos y niveles de cambio.
Díaz, J. (2001) manifiesta que otros autores afirman que el modelo transteórico de
Prochaska y DiClemente ha producido un cambio de paradigma en el área del estudio y
tratamiento de las conductas adictivas (Orfotd, 1992). Explica el modelo como cambio
intencional del comportamiento, donde es el individuo quien lo decide. Prochaska y
Prochaska (1993) definen los procesos de cambio como “una actividad iniciada o
experimentada por un individuo que modifica el afecto, la conducta, las cogniciones o las
relaciones interpersonales”. Los procesos donde se incluye las actividades cognitivas
como conductuales, ayudan a los individuos a progresar en el proceso de modificación de
su hábito adictivo. Este modelo es tridimensional porque proporciona una concepción
global y al mismo tiempo diferenciada del cambio de las conductas adictivas, formando
parte de: estadios, procesos y niveles.
En este ensayo conoceremos de una mejor manera lo que hemos mencionado en
este apartado.
Descripción de las tres dimensiones del Modelo Transteórico
El modelo de Prochaska y DiClemente que, aparte de su eminente valor heurístico, ha
recibido un soporte empírico, significativamente mayor, en correspondencia tanto a su
capacidad descriptiva como predictora del proceso de cambio. Prochaska y Di Clemente
(1992); Prochaska, Di Clemente y Norcross ( 1992); Prochaska y Prochaska (1993) se
observa los estadios en el proceso de cambio de las conductas adictivas donde los
drogodependientes se plantean su cambio hasta que lo logran dejar de consumir.
2. Los estadios darían respuesta al cuándo suceden los cambios particulares en las
actitudes, las intenciones o los comportamientos. En este sentido, en un seguimiento de
dos años en una muestra de fumadores, situados inicialmente en el estadio de
contemplación muestran que solo un 5% progresaban sin recaer hasta el estadio de
mantenimiento a lo largo de esos dos años, en otro estudio, (Prochaska y DiClemente,
1986) la mayoría de fumadores siguen un patrón cíclico y reinciden entre tres y cuatro
veces a través de los diferentes estadios hasta consolidarse en el mantenimiento.
a) Precontemplación, los drogodependientes no se dan cuenta de sus problemas,
tratan de minimizarlos y por lo tanto no quieren cambiar. No se percata de la
conducta que en ese momento tiene, para ellos no es una amenaza ni para su
persona ni para los que lo rodean, no es un problema su consumo. Cuando es
persuadido y acuden al tratamiento lo hacen para no sentirse presionados.
b) Contemplación, los drogodependientes tienen un problema pero no se han
comprometido en cambiarlo, pierden gran cantidad de esfuerzo para superar el
problema, quieren cambiar su comportamiento, manifiestan que tienen un
problema y que deben superarlo. En esta etapa pueden permanecer años.
c) Preparación, el drogodependiente tiene la intención de cambiar realizando
pequeños
cambios consumiendo un poco menos, si quiere pasar a la otra etapa sabe que
debe valorar el nuevo estilo de vida.
Acción, el drogodependiente modifica su comportamiento con acciones dejando
de consumir drogas, al cambiar su conducta debe hacer una abstinencia total de la
sustancia logrando esfuerzo y tiempo, el cambio debe realizarse durante los 6
primeros meses donde se está realizando el estadio de acción.
d) Mantenimiento, en esta etapa el individuo se observa como la persona que quiere
convertirse, se puede ver desde los 6 meses de iniciado el cambio, se trabaja en
prevenir la recaída.
El avance dentro del proceso de cambio no se realiza en forma lineal, sino que se
puede observar que hay un retroceso en las fases o que pueden seguir en la misma fase
hasta lograr la abstinencia. Prochaska y DiClemente (1992, 1993), manifiesta que es poco
probable que un individuo pueda desvincularse completamente de su conducta adictiva.
Los procesos de cambio son la segunda mejor dimensión del modelo que nos
responde al cómo suceden estos cambios. Los procesos son actividades y experiencias
3. cubiertas y abiertas con las que los individuos se comprometen cuando intentan modificar
los problemas de comportamiento. Lo más interesante es que cada proceso es una amplia
categoría que abarca múltiples técnicas, métodos de intervenciones, tradicionalmente
asociados con dispares orientaciones teóricas. El modelo se denomina transteórico,
porque identifica técnicas de cambio con diferentes teorías.
Los procesos de cambio
Prochaska y Prochaska (1993) definen los procesos de cambio como “una
actividad iniciada o experimentada por un individuo que modifica el afecto, la conducta,
las cogniciones o las relaciones interpersonales”. Los procesos de cambio son diez,
logrando identificar a los 3 procesos con mayor puntuación en los problemas eran ayudar
a relacionarse, aumentar la conciencia y la autoliberación.
Aumento de conciencia: El sujeto recolecta más información sobre sí mismo y su
problema.
Autoevaluación: Evalúa sus sentimientos y pensamientos respecto a su problema,
clarifica valores, hace corrección de experiencias emocionales.
Auto liberación: Escoge y se compromete a actuar, creyendo en la propia
capacidad de cambio.
Contracondicionamiento: Se utilizan alternativas sustitutorias para problemas de
conducta.
Control de estímulos: Evita o limita los estímulos que posibiliten los problemas
de conducta.
Autogobierno: Es la vigilancia, por parte de uno mismo o por otros, en los
cambios: controles de contingencia.
Relaciones de ayuda: Ser abierto ofreciendo confianza a quien lo necesite, este es
el caso de la alianza terapéutica.
Relieve dramático: Expresar sentimientos ante los propios problemas y dar
soluciones a éstos.
Reevaluación ambiental- Como los problemas acechan en el entorno físico,
entrenamiento empático, documentales.
Liberación social: Incremento de alternativas con conductas no problemáticas
posibles en la sociedad.
4. Niveles de cambio
El modelo de Prochaska y Diclemente (1992, 1993) propone cinco niveles de
intervención que se encuentran interrelacionados de modo que los cambios en uno de
ellos repercuten en el resto:
1) Síntoma/situacional
2) Cogniciones desadaptadas
3) Conflictos interpersonales actuales
4) Conflictos sistémicos/familiares
5) Conflictos intrapersonales
Como sugieren Prochaska y DiClemente (1986); DiClemente, McConaughy,
Norcross y Prochaska (1986) se prefiere intervenir a nivel síntoma/situacional por cuatro
motivos principales: a) El cambio tiende a suceder con más facilidad en este nivel más
manifiesto y observable. b) Este nivel generalmente representa el motivo principal del
adicto que acude a tratamiento. e) Puesto que el nivel es el más consciente y
contemporáneo, el grado de interferencia necesaria para una evaluación e intervención
clínica es menor. d) Dado que estos niveles no son independientes, el cambio en uno de
ellos probablemente provoca cambios en otros.
Estrategias para avanzar a lo largo de las etapas de cambio
Se observa el incremento con diversas técnicas para lograr la motivación en los
pacientes siendo esta influenciable en el drogodependiente logrando que comprendan que
el cambio se debe a su responsabilidad. Asi mismo cuando el paciente participa en el
proceso de cambio logran entender y progresar a lo largo de las etapas de cambio, las
técnicas terapéuticas empleadas son: la psicoeducación, la clarificación de valores,
solución de problemas, establecimiento de metas, planificación de la prevención de
recaídas, técnicas de relajación, entrenamiento en asertividad, Role-playing, técnicas
cognitivas, reestructuración ambiental, clarificación del rol, reforzamiento, habilidades
sociales y mejora de las habilidades de comunicación, clarificación de necesidades,
evaluación y feedback.
Cortés et al., (2009) en la evaluación de estadios y procesos de cambio, cuando
hay cambio en la motivación se puede observar una recaída en el consumo como también
5. incumplir los objetivos psicosociales propuestos. También se observa atención a la
evaluación continua o evaluación de la motivación como un proceso, ciertamente los
instrumentos de SOCRATES7D contiene razones específicas sobre uso de alcohol u otras
drogas, mientras que el URICA consulta sobre el “problema” del cliente y su posible
cambio.
Variables relevantes en el tratamiento desde el Modelo Transteórico
La motivación para el cambio, no es una característica de la falta de motivación
en un drogodependiente, además para identificar el nivel de motivación de cambio se
deben observar los síntomas propios de la psicopatología concomitante, de las
características cognitivo-conductuales propias de la fase. Bandura (1977) refiere que las
expectativas de autoeficacia se dividen en expectativas de autoeficacia y de resultados.
Definitivamente la autoeficacia refleja la posición dentro de cada etapa, lo que nos ayuda
a comprender el potencial de cada persona en un momento determinado. Finalmente la
toma de decisiones es para entender cómo evolucionan las personas a lo largo de los
estadios.
Evidencias sobre la utilidad del Modelo Transteórico
Si el paciente que es drogodependiente permanece en el tratamiento de la dinámica
de la relación de paciente y terapeuta es la que actúa positiva o negativamente en la
participación del tratamiento.
CONCLUSIONES
La importancia directa de este modelo es la necesidad de evaluar la etapa en la
que se descubre al paciente en su disposición al cambio y ajustar las intervenciones a su
medida.
El Modelo Transteórico nos permite organizar nuestras intervenciones para la
optimización del progreso en el curso del cambio.
6. La interacción entre los procesos y las variables mediadoras con los estadios del
cambio nos permite realizar predicciones del avance a través de los estadios en función
del estado de estas variables.
REFERENCIAS
Arías, F., Barreiro, C., Becoña, E., Berdullas, J., Cortés, M., Iraurguí, L., López,
A., Llorente, J., Madoz, A., Martínez, J., Ochoa, E., Palau, C., Palomares, A y
Villanueva, V., (2010). Manual de adicciones par psicólogos especialistas en
psicología clínica en formación. España: Socidrogalcohol.
Díaz, J. (2001). El modelo de los estadios de cambio en la recuperación de las conductas
adictivas. Escritos de psicología, 5, 21-35. Centro Provincial de Drogodependencias
de Málaga.