Este documento presenta información sobre las terapias de tercera generación. Explica que estas terapias surgen a partir de 1990 para superar las limitaciones de las terapias cognitivo-conductuales. Se caracterizan por principios como la aceptación y la activación, con énfasis en mejorar el bienestar del paciente más que eliminar síntomas. Algunas terapias de tercera generación destacadas son la terapia basada en mindfulness, la terapia analítica funcional y la terapia dialéctica conductual.
1. Facultad de Marketing y Comunicación
Carrera de Psicología
Asignatura: Teoría Cognitiva Conductual
Docente: Celia Ma. Cabrera Ávila, Mgtr.
2. TEMA DE CLASE:
Terapias de tercera generación
OBJETIVO DE CLASE:
Conocer los principios teóricos de las terapias de tercera generación y su
clasificación.
4. ¿Qué son las terapias de tercera
generación?
Steve Hayes, psicólogo clínico estadounidense y
profesor de la Fundación Nevada en la
Universidad de Nevada, Departamento de
Psicología de Reno. Fue el primero en exponer
este resurgir, denominando a estas terapias de
tercera ola o de tercera generación para
diferenciarlas de las terapias anteriores. Las
de primera generación serían las técnicas
conductistas y las de segunda generación, las
cognitivo-conductuales.
5. Las terapias de tercera generación,
forman un tipo de psicoterapia que no
sólo influye sobre los síntomas sino
que mejora el bienestar subjetivo del
paciente. Aunque tienen aspectos en
común con las otras, a la hora de
ponerlas en práctica, se diferencian
marcadamente por sus dinámicas y
modalidades de intervención.
¿Qué son las terapias de tercera
generación?
6. Los grandes principios en las intervenciones de las TTG son:
Aceptación: El abandono de la búsqueda permanente, y por tanto la
aceptación de los síntomas y el malestar como experiencia vital normal.
Activación: Si la atención de los recursos de la persona ya no se dirige
hacia la evitación de los síntomas, es posible promover un cambio
conductual hacia la persecución de objetivos valiosos en la vida. Aquí la
eficacia no se mide por la cantidad de síntomas eliminados, sino por los
logros personales del paciente a partir de la clarificación de los valores.
Principios de las terapias de tercera
generación.
7. Los grandes principios en las intervenciones de las TTG son:
Aceptación: El abandono de la búsqueda permanente, y por tanto la
aceptación de los síntomas y el malestar como experiencia vital normal.
Activación: Si la atención de los recursos de la persona ya no se dirige
hacia la evitación de los síntomas, es posible promover un cambio
conductual hacia la persecución de objetivos valiosos en la vida. Aquí la
eficacia no se mide por la cantidad de síntomas eliminados, sino por los
logros personales del paciente a partir de la clarificación de los valores.
Principios de las terapias de tercera
generación.
8. La primera generación de la terapia conductual se sitúa en la década de
1950. Por un lado, se manifestó como una rebelión frente a la psicología
clínica establecida, dominada principalmente por el psicoanálisis, y por
otro, supuso la instauración de una terapia psicológica sustentada en
principios científicos, dados sobre todo por la psicología del aprendizaje,
con dos paradigmas básicos, el condicionamiento clásico o pavloviano y el
condicionamiento operante o skinneriano. Esto favoreció la evaluación
científica mediante la utilización de análisis estadísticos que permitieron
hacer inferencias poblacionales.
Terapias de primera generación:
9. Esta etapa se sitúa en torno a 1970, con la terapia cognitivo-conductual;
en la cual la psicología cognitiva se dedicó a estudiar la dinámica entre el
estímulo y la respuesta. La TCC postula que las cogniciones (creencias,
pensamientos, expectativas, atribuciones, entre otras) son las causas de
los problemas emocionales y conductuales. Esta terapia aunque ha
mantenido las técnicas centradas en el cambio conductual por
contingencias, sin embargo, las variables de interés por excelencia fueron
trasladadas a los eventos cognitivos considerándolos, ahora, como la
causa directa del comportamiento y, por tanto, transformándose el
pensamiento en el objetivo principal de intervención. La TCC sostiene que,
si la causa de la conducta es el pensamiento, se ha de cambiar el
pensamiento para cambiar la conducta.
Terapias de segunda generación:
10. Su aparición se sitúa a partir de la década
de 1990, aunque se daría a conocer
ampliamente hasta el 2004.
Se considera que la tercera generación de
terapias cognitivas y conductuales es
sensible al contexto y a las funciones de
los fenómenos psicológicos, y no sólo a la
forma, y enfatiza en el uso de estrategias
de cambio basadas en la experiencia y en
el contexto.
Terapias de tercera generación:
11. La emergencia de esta nueva generación de terapias psicológicas se debe
tanto al desarrollo del análisis de la conducta y del conductismo radical,
como a las limitaciones de la terapia cognitivo-conductual.
Las aportaciones de las Terapias de Tercera Generación se aprecian en
las terapias que tienen como principio terapéutico el abandono de la lucha
contra los síntomas y en su lugar la reorientación de la vida, que conectan
procesos de aceptación psicológica; los valores, del paciente y terapeuta;
un proceder dialéctico durante el curso de la terapia; así como cuestiones
relacionadas con la espiritualidad y la transcendencia.
Estas terapias buscan cumplir diversos objetivos, entre ellos: abandonar el
compromiso de utilizar exclusivamente cambios de primer-orden; adoptar
presupuestos básicos de corte más contextualista utilizar estrategias de
cambio más experimentales en lugar de emplear exclusivamente
¿Por qué surgen?
12. La emergencia de esta nueva generación de terapias psicológicas se debe
tanto al desarrollo del análisis de la conducta y del conductismo radical,
como a las limitaciones de la terapia cognitivo-conductual.
Las aportaciones de las Terapias de Tercera Generación se aprecian en
las terapias que tienen como principio terapéutico el abandono de la lucha
contra los síntomas y en su lugar la reorientación de la vida, que conectan
procesos de aceptación psicológica; los valores, del paciente y terapeuta;
un proceder dialéctico durante el curso de la terapia; así como cuestiones
relacionadas con la espiritualidad y la transcendencia.
¿Por qué surgen?
13. Estas terapias buscan cumplir
diversos objetivos, entre ellos:
abandonar el compromiso de utilizar
exclusivamente cambios de primer-
orden; adoptar presupuestos
básicos de corte más contextualista,
utilizar estrategias de cambio más
experimentales en lugar de emplear
exclusivamente estrategias de
cambio directas o de primer-orden;
así como ampliar y modificar de
forma considerable el objetivo a
tratar o cambiar.
Objetivos y tipos de terapias de
tercera generación:
14. En la actualidad las principales TTG son:
La Terapia de Reducción del estrés basada en la atención
plena
La Psicoterapia Analítica Funcional
La Terapia de Conducta Dialéctica
La Terapia Conductual Integrada de Pareja
La Terapia de Aceptación y Compromiso
La Terapia de Activación Conductual
Principales terapias de tercera
generación:
15. Mindfulness es la acepción inglesa del
concepto castellano de “atención plena”,
“estar atento”, “conciencia plena”, o
“presencia plena”, el cual implica que el
sujeto se concentre en la tarea que está
realizando en ese momento, sin que la
mente divague sobre el futuro o el
pasado, y sin sensación de apego o
rechazo, provocando en éste energía,
claridad de mente y alegría.
La Terapia de Reducción del estrés basada en la
atención plena:
16. Si se define a la mente cómo el proceso que regula el flujo de energía y de información, la
técnica de mindfulness consiste en estar atento a varios aspectos de la propia mente. Es
una forma concreta de atender a las experiencias del aquí y el ahora, y a la propia
naturaleza de la mente desarrollando una forma especial de atención. Las técnicas están
diseñadas para sacar a la mente de sus teorías y preocupaciones, desde la actitud
abstracta, hacia la situación concreta del “ahora y aquí” de su propia experiencia.
17. Se basa en lo que hace y dice el cliente en la
sesión terapéutica, lo que se
denominan conductas clínicamente relevantes. Un
grupo muy importante son las conductas
problemáticas del cliente que ocurren durante la
sesión, cuya frecuencia se trata de disminuir. Estos
problemas incluyen pensamientos, percepciones,
sentimientos, visiones, recuerdos, etcétera, que,
para ser abordados adecuadamente, el terapeuta
debe propiciar que ocurran dentro de la sesión de
tratamiento.
La Psicoterapia Analítica Funcional:
18. Otro grupo son las mejorías en la conducta del
cliente que ocurren durante las sesiones
terapéuticas, que se deben incrementar.
Además, se pretende conseguir que el cliente
realice interpretaciones de su propia conducta
y sus causas desde la perspectiva analítico-
funcional.
19. Los terapeutas deben aplicar adecuadamente
cinco estrategias terapéuticas:
1. Detectar las conductas clínicamente relevantes que
ocurren durante la sesión de tratamiento.
2. Construir un ambiente terapéutico que haga posible
la aparición de conductas problemáticas y permita
desarrollar mejorías en la conducta del cliente.
3. Reforzar positivamente de manera natural las
mejoras conductuales del cliente.
4. Detectar qué propiedades de su propia conducta
son reforzantes para el cliente.
5. Propiciar que el cliente desarrolle habilidades para
analizar desde una perspectiva funcional la relación
entre sus conductas y otros factores.
20. La terapia dialéctica conductual se utiliza tanto en la terapia
individual como en la grupal y busca capacitar a las personas
para que aprendan y utilicen nuevas habilidades para desarrollar
una vida más feliz. Esta terapia no se centra tanto en eliminar la
conducta o característica que produce dificultades sino en,
además de ello, en transformar la relación del paciente con ella y
guiarle de forma que pueda aceptarla e ir viendo la realidad de
un modo distinto al original.
La terapia de conducta dialéctica:
21. El objetivo básico de la terapia dialéctica conductual es lograr que el paciente
aprenda a gestionar correctamente sus emociones y conducta, de manera que sea
capaz de controlar las conductas problemáticas causadas por alteraciones
anímicas.
22. El terapeuta se valdrá de
técnicas para entrenar al
paciente en habilidades
específicas para aumentar
la tolerancia al malestar de
cara a combatir la
tendencia a realizar
conductas impulsivas.
23. La terapia integrativa consiste en integrar
varias técnica, por ejemplo, medicina
china, homeopatía, técnicas de relajación,
etc., lo importante es tener los conceptos
claros de estas terapias y saber cómo
combinarlas. Las terapias integrativas se
pueden aplicar a diversos aspectos como
la depresión, las adicciones, la
adaptación, y también a las parejas.
La Terapia Conductual Integrada de Pareja:
24. La terapia integrativa de parejas, incluye técnicas o modelos como el análisis
funcional, que permite explicar porque las personas hacen lo que hacen y analiza los
desencadenantes de la conducta problema y conseguir resultados que la pareja
acepte.
Los modelos contextuales centran la atención en los determinantes de la conducta,
es decir, buscan las variables internas – pensamientos, emociones, sensaciones- y
externas -el entorno-, como las variables presentes -los estímulos del momento
presente- e históricas -lo relacionado a la historia personal de cada miembro de la
pareja.
Terapia sistémica trabaja bajo un modelo integral de atención y consideran a la
pareja como un todo unificado en un sistema complejo de suma de individualidades
que deben encontrar una forma armoniosa de interactuar para generar una dinámica
que permita al sistema seguir existiendo en beneficio para todos, en este caso de la
pareja.
25. Esta terapia se puede dividir en dos fases: fase inicial y fase de
tratamiento. La fase inicial tendría una duración de unas 4
sesiones en las que se recaba la información básica, y la fase
activa del tratamiento suele prolongarse unas 20 o 22 sesiones.
Normalmente se empieza con una frecuencia semanal y luego se
va espaciando en el tiempo, en otras palabras, las visitas pueden
empezar cada 7 días, luego pasar a una periodicidad quinquenal
o mensual. La duración total del tratamiento puede variar entre los
6 y los 12 meses.