1. Propuesta de intervención
Yolanda Valdez Avendaño
Un problema actual y creciente de salud en la comunidad escolar es la agresión y violencia observada entre los estudiantes,
siendo de tal intensidad que ha provocado incidentes negativos en niños y adolescentes, como dificultad en el aprendizaje
y abandono escolar, observándose esta problemática en grupos de primer semestres en el plantel CONALEP Neza II
La presente propuesta nace como inquietud frente a las respuestas emitidas por jóvenes de primer semestre del grupo
104, que cursan la carrera de P.T.B en autotrónica, en entrevistas realizadas a varios alumnos que forma parte de las
herramientas propuestas en una de las herramientas de “yo abandono” cuyo propósito era identificarlos mecanismos o
factores de riesgo y protectores asociados a los procesos de abandono y permanencia en el sistema educacional. Se
preguntó a los educandos que les gustaba y que no les gustaba de sus profesores, de sus compañeros y de su escuela. En
ambos tipos de preguntas las respuestas fueron muy similares repitiéndose con frecuencia las siguientes frases: "me
desmotivan", "me siento incomprendido por ellos", "no entiendo su clase".
Diferentes estudios informan que los episodios de agresión y/o violencia en las escuelas producen en los jóvenes daños
físicos y emocionales, estrés, desmotivación, ausentismo, e incluso efectos negativos en el rendimiento escolar por estrés
postraumático en los afectados (Gumpel & Meadan 2000; Verlinde, Hersen &Thomas 2000; Henao, 2005; Smifh
&Thomas,2000).
Las conductas agresivas o violentas que perciben los estudiante de parte de sus compañeros pueden pasar desapercibidas
por el personal de la escuela, como también por algunos padres que consideran estos comportamientos típicos de la edad
y que los ayudan a crecer (Rodríguez, Seoane & Pedreira, 2006). Otra situación que dificulta la valoración del problema es
el pacto de silencio entre agresores y agredido (Gumpel & Meadan 2000; Cerezo, 2006).
Las conductas de agresión y violencia alteran el ambiente escolar repercutiendo negativamente en el aprendizaje. Un
buen clima escolar que favorece el aprendizaje estaría definido por tres factores: no violencia, ausencia de perturbaciones
para estudiar y amistad (Ascorra, Arias & Graff, 2003).
Para lograr y propiciar un ambiente propicio de trabajo escolar se implementa las fichas construye-t que tiene el propósito
de fortalecer las capacidades de directivos y docentes para impulsar el desarrollo socioemocional de sus estudiantes y
mejorar el ambiente en el aula y la escuela. Es decir, plantar la semilla para que el directivo y los docentes se transformen
en agentes que promuevan el aprendizaje socioemocional en los jóvenes.
Desarrollar habilidades socioemocionales en los estudiantes para que puedan entender y manejar sus emociones, sobre
todo en una etapa de tantos cambios como lo es la adolescencia; establecer y desarrollar relaciones positivas; y tomar
decisiones reflexivas y responsables, para que puedan enfrentar distintos retos, incluyendo los académicos y personales.
Desarrollar acciones de gestión participativa para mejorar el ambiente escolar, de tal forma que promueva el sentido de
pertenencia en la comunidad educativa y que los distintos actores disfruten convivir y aprender.
Este último es fundamental para el logro de mejorar el ambientes escolar, ya que los alumnos al encontrarse felices dentro
de su aula y plantel se logra un ambiente adecuado de aprendizaje y se evita la deserción escolar; Para el joven, las
habilidades socioemocionales son parte de la actitud con la que se asumen las circunstancias y retos del día a día. “El éxito
está en asumir la mejor actitud posible que nos permita llegar a donde nos proponemos, sin dejar de lado el valor de
aquellos que forman parte de nuestra vida”, dice. Así es como funciona “la mecánica extraordinaria de la vida”.