Seminario de Carlos García de Andoin impartido en la Jornada del Consell d'Acció Catòlica del Arquebisbat de Barcelona el 13/06/2020

1. Crisis y kayros
Laic@s en pandemia
Consell d´ Acció Catolica. Webinario. 13/06/22

2. Crisis y significación
▪ El mundo post-covid, la Iglesia post-covid… Laic@s pos-covid. Un torrente de
diálogos, artículos, entrevistas y libros. En nuestro horizonte generacional pocas
experiencias han estimulado en tal medida la necesidad de pensar.
▪ Ansiamos poner palabras a tal cúmulo de imágenes inéditas, de ucis
desbordadas, de muertes a cientos y a miles, de confinamiento masivo, de
economías al día que desesperan, de espacios vacíos y tiempo ausente.
▪ Necesitamos adivinar, predecir, controlar… los impactos futuros de una
experiencia social total. Un día en el Dragon Khan, pero real y mucho más bestia.
Una pandemia. Una crisis. Un kairós.
▪ Sí, una ventana abierta para quienes estamos en la audaz empresa de concebir
el universo entero como algo humanamente significativo, lo que el sociólogo
Berger dice que es la religión.

3. Una confesión
▪ Al principio incrédulo, como Tomás. La experiencia de la gripe A o del ébola me
habían inmunizado negativamente. Resultaron alarmistas. Además, todo acabó
en beneficio de la farma-industria.
▪ Después, sensación de irrealidad. Una gravísima amenaza para la especie
humana que no proviene de un ataque nuclear sino de un ser microscópico … al
que hemos de combatir con vida monacal: recogimiento, distanciamiento físico,
vida esencial, hábitos de vida sana e higiene de manos.
▪ Una experiencia privilegiada. En lo profesional, familiar, en lo personal y en
experiencia cristiana.

5. El trabajo, la profesión, como bien social
▪ Los profesionales sanitarios y sociales, con todos los colores de sus batas. Una
experiencia colectiva e intensísima de entrega, riesgo y lucha. La dimensión
vocacional y social de su trabajo: curar, salvar personas. El trabajo como bien social.
▪ En estas condiciones de excepcionalidad, trabajos subestimados se han revelado
esenciales. La sociedad no puede prescindir de limpiadoras, basureros, cajeras,
conductores, asistentas… Resultan esenciales. Merecen aplauso. Más: salarios y
condiciones laborales dignas. Necesitan una reforma laboral que les aporte poder de
negociación. Sin poder, la prioridad del trabajo sobre el capital (LE), bellas palabras.
▪ Llamada a la Iglesia a estimar el trabajo, el oficio manual o técnico. Los oficios salvan a
la sociedad. Fabricar máquina-herramienta, utilizar la máquina de coser o la impresora
3D para producir mascarillas son acciones que realmente salvan. Los bio-tecnólogos,
de cuyas investigaciones para dar con una vacuna eficaz tanto esperamos.

6. Nuevo paradigma: incertidumbre global
▪ Pandemia. Virus global. Comenzó en Wuhan. Hoy 425.000 muertes. Casi 8
millones de contagios confirmados. Ahora mejor en Europa, pero peor en el Sur:
América Latina.
▪ Como la crisis ecológica. No es posible sistema de prevención, de alerta, de
lucha, sin acción concertada global, sin cooperación. Sin embargo, sálvese quien
pueda.
▪ ¿Acelerará el cambio geopolítico? EEUU ha renunciado ciegamente a
involucrarse en el mundo bajo el “América primero”. La pretensión de hegemonía
geopolítica de una China de partido único no suscita confianza. Hora de Europa,
pero aún ensimismada.
▪ No tenemos los líderes ni los modelos de gobernanza mundial que necesitamos.
Más y mejor OMS. No menos. (Suspender de la aportación norteamericana).

7. Triple emergencia que lo ocupa todo
▪ La emergencia sanitaria, social y económica lo ocupa todo. Toca sostener a las
personas y familias, especialmente a las más vulnerables, y al tejido empresarial y de
autónomos, para después relanzarla, manteniendo en guardia la sociedad ante el
virus, hasta que haya vacuna. Armar ante una nueva ola el sistema sanitario y el
residencial. El marco político se ha visto radicalmente alterado.
▪ En todo ello, los presupuestos públicos son un instrumento crítico. En positivo. Los
ERTE en acuerdo tripartito (empresarios, sindicatos, gobierno). Y el Ingreso Mínimo
Vital, aprobado por casi 300 votos y ninguno en contra. Ahora han de venir políticas
de incentivo al turismo, a los sectores productivos más afectados, a la cultura…
▪ Venimos de una sociedad enquistada en la desigualdad social y en la confrontación
política. La pregunta es si, de la crisis de la covid-19, saldremos con mejoría del
cuadro clínico o con agravamiento. ¿Saldremos con orgullo de lo conseguido con
nuestra lucha común o acumulando un nuevo agravio de rencor y división? Son
necesarios pactos.
▪ Se echa en falta una cooperación franca entre los diferentes agentes políticos, a la
altura del desafío sanitario, económico y social que vivimos. “Las necesidades unen,
las ideas separan” (Arizmendiarrieta).

8. ¿Europa se hace en sus crisis?
▪ La Gran Recensión y las políticas de austeridad han dado alas al populismo
autoritario en Europa y en el mundo. En el modo de afrontar esta crisis se juega el
predominio de la democracia.
▪ La caída del PIB y del crecimiento ha sido brutal. La cuestión es si la crisis es una U
o una L. Va a depender de la intervención del Estado en auxilio de las empresas, de
los sectores económicos y de las familias.
▪ Europa es determinante para las políticas de gasto y de endeudamiento de los
Estados. Por necesidad emerge nueva actitud. Desde el inicio el BCE compra deuda
a los Estados. Y la novedad: el presupuesto europeo afronta la crisis como cosa de
todos. Europa se endeuda. La cuestión por dilucidar: cuanto aportará a los Estados
miembros como subvención y cuanto cómo crédito a devolver. La otra cuestión:
evitar que unas empresas y unos países salgan mejor parados que otros.
▪ La democracia debe mostrarse útil y eficaz para proteger a los ciudadanos en el
contexto de la globalización. Se trata de inmunizar la democracia del virus infeccioso
del autoritarismo populista que emerge en crisis de esta magnitud.

10. ¿Conversión antropológica?
▪ Dudas sobre las posibilidades de un cambio antropológico. Somos de volver a
las andadas. Va a depender de la duración del “mientras tanto” llega la vacuna, la
inmunidad y el grado de la misma.
▪ Temo de la “nueva normalidad” la división, la marca, entre positivos y negativos.
Dinámicas de rechazo y discriminación social por el miedo al contagio.
Levantamiento de barreras sociales y de fronteras nacionales. Temo trueque de
libertades por seguridades.
▪ Pero también veo que la crisis ha abierto una ventana a la cuestión
antropológica. Estamos viviendo una experiencia colectiva de vulnerabilidad,
como especie humana, ante un enemigo microscópico. “Todos somos frágiles”
que dice Francisco.

11. Crisis de la experiencia de lo real
▪ Primera, la covid-19 ha puesto en crisis nuestra experiencia de lo real. El
confinamiento. Nuestra vida real ha sido monacal.
▪ Vida comunitaria intensa en nuestras familias. Silencio, meditación u oración.
Trabajo y estudio en la celda. Un orden de horarios. Lavatorio frecuente de
manos. Vestimenta esencial. Alimentación esencial. Vida esencial. Una especie
de ejercicios de mes.
▪ ¿Qué es lo que realmente necesitamos para vivir? ¿Qué es lo realmente valioso
en nuestra vida? De repente, las competencias marías, artes plásticas, música,
gimnasia, filosofía y religión, -también informática- han resultado ser vitales para
resistir con compostura a la amenaza mortal del virus.
▪ Llamada a forjar la persona interior de S. Pablo (2 Cor. 4, 16).

12. Experiencia de límite, de fragilidad
▪ Segunda. Cuando estamos engatusados con las posibilidades de la tecnología,
con el transhumanismo como un salto evolutivo de la especie humana hacia la
superlongevidad y la superinteligencia.
▪ La covid-19 nos baja del sueño de la omnipotencia a la experiencia de la
fragilidad y de la limitación.
▪ El papa Francisco repite con sabiduría: “Dios perdona siempre, las personas a
veces, la naturaleza nunca”.
▪ El coronavirus es una seria advertencia para tomarnos con seriedad la amenaza
del calentamiento global y la necesidad de cambiar el modelo tecnocrático de
producción y consumo, antes de que su letalidad para la especie humana sea
irreversible. Más Laudato Si!

13. Nuevamente la salvación
▪ Tercera. Ante la amenaza de muerte, enfermedad, penuria y pobreza se hace
más perentoria la necesidad de salvación. Un enfermero me decía: hemos
salvado gente. Con otros no ha sido posible.
▪ Ha habido profesionales sanitarios salvando vidas y arriesgando las suyas;
trabajadores sociales, de la limpieza, transportistas, cajeras… arriesgándose al
contagio y comprometidos con trabajos que eran esenciales para cuidarnos a
todos. Esperamos salvación de la biotecnología, tratamiento y vacuna; también
protección social de los políticos y de la solidaridad ciudadana.
▪ Hemos sido testigos de la “santidad de la puerta de al lado” que dice Gaudete et
Exsultate, a través de la profesión. Toda una revalorización de la misión
salvadora de la vocación laical a través de la profesión. Cristianismo samaritano.

15. Iglesia vulnerable
▪ Iglesia noqueada como todos. Quizá afectada de un modo particular, por la
naturaleza social de la Iglesia. El sociólogo Durkheim estudió la religión
precisamente por su capacidad para constituir sociedad, para crear vínculo social.
Sin reunión física la Iglesia siente que se disuelve.
▪ Muy importante: el envejecimiento de los curas, de religios@s y de laic@s.
Disminuye la capacidad de respuesta. El cambio y temor atenazan. La mayor parte
de la Iglesia, sanitariamene hablando, pertenece al grupo de riesgo.
▪ Iglesia dentro de la sociedad. No al margen. Positivo aceptar la normativa de las
autoridades sanitarias respecto del culto público (no actitud carlista). Y también que
se la haya incluido expresamente en la desescalada. Aunque no ha sido reconocida
su labor.
▪ Pandemia ha sido una cierta prueba de estrés para la Iglesia. Nos da una muestra
de la Iglesia que pervivirá dentro de una década.

16. Iglesia samaritana
▪ La acción samaritana. Duplicado y triplicado la solicitud de ayuda. Las personas con necesidad
perentoria de alimento y de ayuda económica para vivienda están recurriendo a entidades de
Iglesia. Empleadas de trabajo doméstico, trabajadores de economía sumergida, prostitutas… que
no han podido acogerse a los ERTES.
▪ En respuestas de emergencia a sin techo, adicciones,… las instituciones han recurrido a Iglesia.
▪ Servicios hospitalarios de congregaciones. Profesionales sanitarios que son cristianos han vivido
su fe con toda la entrega de que han sido capaces. Los agentes de pastoral hospitalaria. Con
riesgo.
▪ La atención y los cuidados en ámbitos residenciales. La pastoral penitenciaria ha seguido
prestando su acompañamiento en las cárceles cuando se ha prohibido toda visita.
▪ Todos los colegios concertados católicos. Cada educadora y educador en centros públicos, han
proseguido la enseñanza telemática en condiciones realmente difíciles, cuidando el vínculo.
▪ Además, han crecido las donaciones económicas.

17. Comunidades vivas en tiempos litúrgicos intensos
▪ El confinamiento es doloroso para un catolicismo de cuño celebrativo, litúrgico,
público. Más aún en un tiempo tan especial como la Semana Santa, el tiempo
pascual y Pentecostés.
▪ Parroquias y comunidades han tirado como nunca de las redes sociales,
celebrando la Semana Santa de una forma intensísima.
▪ Hemos vuelto a la Iglesia de las catacumbas, a la Iglesia doméstica,
construyendo pequeños altares en muchas de las casas.
▪ Necesidad de Iglesia – comunidad. Faltan listados con nombre y teléfonos y
modos de mantener el vínculo en condiciones de distanciamiento social con
quienes no están vinculados a redes sociales.

18. Fallecimientos en “estado de guerra”
▪ Uno de cada cuatro de quienes han entrado a las UCIs han fallecido. En situación de
aislamiento. Sin compañía de los seres queridos. Realmente, ¿no era posible salvar el derecho
a una muerte digna, acompañada y significada?
▪ Por el otro lado están las familias y seres queridos que no han podido despedir a las personas
fallecidas, ni asistir a su entierro o cremación. No han podido orar o recibir el consuelo. Solo
silencio confinado. Quedan procesos de duelo tremendamente indigestos.
▪ Pues bien, son bastantes los que se extrañan del silencio de la Iglesia ante esta falta de
humanidad en la hora de la muerte. Han echado en falta la exigencia activa por parte de la
Iglesia a una muerte acompañada; afectiva, humana y espiritualmente acompañada.
▪ Los funerales retardados. Momento delicado. Han de ser funerales cuidados, no de oficio.
Cuidando el proceso de acogida. Los familiares deben encontrar en la comunidad cristiana la
oportunidad de hacer el duelo, de sanar el dolor de una muerte sin abrazo, de reparar la herida
de una despedida sin adiós, sin ventana para la esperanza.
▪ También confío que evitemos la pretensión de monopolio de significado de la muerte, así como
la pretensión de un funeral católico de Estado.

20. Iglesia en la “nueva normalidad”
▪ De la “nueva normalidad” aún no sabemos la duración. Depende del tiempo en lograr
la vacuna y que se haga efectiva la inmunización. Por lo menos uno o dos cursos.
▪ En este “mientras tanto” se van a adoptar muchas decisiones que luego,
seguramente, serán irreversibles. Cada actor social va a intentar aprovechar este
tiempo para fraguar la dirección de los cambios.
▪ El riesgo de la Iglesia es el quietismo. Esperar que pase todo para volver a la vieja
normalidad. No va a volver. Si se queda quieta, puede quedar fuera de juego, sin
capacidad alguna de relevancia evangélica en la sociedad. Probablemente
asistamos a una aceleración de tendencias, por ejemplo en la práctica religiosa.
▪ Aprovechar para cambios y reformas. Digitalización. Respuestas a necesidad de
duelo, de interioridad, de escucha. Crear proximidad de comunidades con barrios.
Adecuación de templos a necesidades reales (cierres). Domiciliación de ingresos.

21. La comunicación como Iglesia
▪ El confinamiento ha apagado también la presencia pública de la Iglesia. La visibilización no
sólo depende de la Iglesia. También depende de otros, en este caso, de las autoridades
públicas y de los medios. Sigue funcionando la idea de confinar lo religioso al ámbito de lo
privado.
▪ Con todo, no se pueden echar balones fuera. La comunicación sigue siendo tarea pendiente
para la Iglesia.
▪ Falta entrenamiento para jugar a campo abierto y las experiencias de televisión y radio propias
pecan de alineamiento político. No son la mejor credencial; además de ensombrecer la
sacramentalidad de la Iglesia.
▪ Pero el problema principal es que en la Iglesia faltan líderes de opinión socialmente referentes,
con un estilo comunicativo más laico, directo, multicolor y horizontal, capaz de entrar en diálogo
en una sociedad plural.
▪ También nos hace falta más iniciativa de comunicar cada actividad que realizamos, o sobre
cuestiones sociales. La necesidad de una presencia de ambiente. Hoy más oportunidades.

22. Hora de arrimar el hombro (I)
▪ Servir como Iglesia a la com-unión del género humano (GS1). Estamos en
fragmentación cultural, desigualdad social y polarización política. Sere sigo e
instrumento de encuentro, diálogo y comunión en la diversidad. Apelar a los
actores sociales a la cooperación. Con gestiones discretas y apelaciones
públicas a posiciones constructivas. No siendo Iglesia de banderizos.
▪ Un apoyo sin reservas a la política de rentas mínimas.
▪ La cuestión fiscal. La otra cara del endeudamiento de hoy es el esfuerzo fiscal
de mañana. La Iglesia puede y debe contribuir a un cambio de mentalidad sobre
la fiscalidad. A la legitimación ética de la contribución fiscal. Es el principal
instrumento de solidaridad y redistribución de la riqueza. Hacienda no es el ogro
voraz al que burlar sino la Caritas política. La mayor organización de la caridad
institucional. No tiene comparación. Un mensaje a dar en la próxima campaña de
la asignación tributaria.

23. Hora de arrimar el hombro (II)
▪ La intergeneracional. Es necesario un pacto entre generaciones acerca de las
opciones de gasto social, pensionistas, trabajadores, jóvenes... Los millenials
acumulan dos crisis. Con notable pérdida de renta en comparación con los mayores.
La Iglesia es de las pocas organizaciones donde conviven las diferentes
generaciones.
▪ Otra más, esencial, el trabajo. Si el trabajo a defender y a reconstruir es un empleo
decente o amplía la precariedad y la pobreza de los trabajadores. Es la hora de la
verdad de los aplausos. Laborem exercens.
▪ Reconstrucción verde e inclusiva. Si la salida de la crisis social es contra los
inmigrantes y contra la agenda verde, o, al contrario, si la mejor vía para relanzar la
economía europea está en la transición ecológica de la economía y en una Europa
rejuvenecida por la inmigración. Laudato Si: “No hay dos crisis separadas, una social
y una medioambiental”.
▪ Educación. Desde una estrategia de alianza global por la educación: inclusiva,
humanística, ecológica… no sólo interesada en qué hay de lo mío. La brecha digital!!!

24. Fe, salvación y salud (salutis)
▪ Una cantante vasca joven, prometedora, de gran talento, Izaro, ha compuesto una canción en
el confinamiento Tiempo ausente. Termina repitiendo varias veces: “Busco toda la fe en la
que nunca creí”. Puede haber ventanas a la experiencia espiritual.
▪ Hay quienes consideran que Estado, familia y religión, como valores seguros, pueden ir al alza,
después de esta experiencia de fragilidad. Creo que lo que en esta tríada pueda representar la
religión va a venir más bien por la Salud. Donde socialmente hemos experimentado salvación
es el embate entre la salud y la muerte. Mysterium Salutis.
▪ El lugar de lo espiritual se va a asentar con mayor claridad en la salud, en la búsqueda de la
salud personal integral: física, psíquica y espiritual. Salud personal, social y medioambiental. Si
sabemos situar la propuesta de la fe en este campo, por otro lado, ¡tan evangélico!,
probablemente nuestros diálogos en el pozo, como el de Jesus con la mujer samaritana,
puedan tener nueva frescura y significación.
▪ Una visión del Reino de Dios, de la acción de Dios como inhabitación de Dios en la vida.
Espíritu: “Señor y dador de Vida” (credo). Un RD con más relevancia a la vida y a la salud. “Los
cojos andan, los ciegos ven, los muertos resucitan”. Sanación. Cuidado. Acompañamiento.
Recuperación.

25. ▪ En La Vida después de la pandemia, Francisco
expresa el deseo de que este momento de peligro nos
pegue una buena sacudida a nuestras conciencias
adormecidas y “permita una conversión humanista y
ecológica” para acabar con “la idolatría del dinero” y
que “ponga la dignidad y la vida en el centro”.
Hagamos nuestra esta esperanza!