Kant argumenta que la educación es crucial para la humanización del hombre, convirtiendo su animalidad en humanidad. Solo a través de la educación el hombre puede desarrollar su razón y construir un plan de conducta. La disciplina es fundamental para guiar al hombre lejos de comportamientos salvajes e impulsivos. Una buena educación desarrolla todas las disposiciones naturales del individuo y lo prepara para alcanzar su destino como ser humano.