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R E V I S T A D E E D U C A C I Ó N M E D I A ISSN: 0718 -7351
Número 4 • Año 2014
U n i v e r s i d a d d e l P a c í f i c o / w w w . u p a c i f i c o . c l
Facultad de Ciencias Humanas y Educación
Pedagogía en Educación Media en Historia y Ciencias Sociales
I. CALIDAD DE VIDA
Aproximación al estudio y comprensión de la Calidad
de Vida.
Lectura y semiótica terapéutica.
Espacios semióticos e invisibilidades en torno de la
violencia de género.
La educación y la guerra en el México de hoy.
Gestión de la diversidad cultural: modelos, retos y
propuestas.
¿Territorios más felices?: Claves comprensivas desde la
planificación estratégica.
II. EDUCACIÓN
Gestión Universitaria: nuevas demandas y desafíos
actuales
El pensamiento crítico como tema de la agenda de la
reforma educacional chilena.
El maestro ignorante de Jacques Rancière, una lectura
para reinventarse y reencantarse en el día a día de la
docencia.
El valor de la palabra, el sentido del diálogo. Una pers-
pectiva desde la antigüedad griega.
Sobre el patrimonio cultural y la identidad nacional.
Amado Nervo en cora y la cuestión étnica.
III. HISTORIA
Los habitantes de los conventillos de Santiago de Chile
de inicios del siglo XX, una mirada desde la óptica de la
novela naturalista.
El quehacer de un prehistoriador en la historia de Chile:
La historiografía de un prehistoriador.
Factores de cambio dentro del sistema de partidos
1958-1973. El camino hacia el quiebre de la democracia.
IV. PRESENTACIÓN Y COMENTARIO DE LIBROS
Reseñas del libro Historiografía y humanismo en la Roma
antigua, escrito por Noelia Torres Cernoch.
La historiografía del siglo XX (desde la objetividad cien-
tífica al desafío posmoderno), de Georg G. Iggers.
Facultad de Ciencias Humanas y Educación
Pedagogía en Educación Media en Historia y Ciencias Sociales
R E V I S T A D E E D U C A C I Ó N M E D I A
Número 4 • Año 2014
ISSN: 0718 -7351
U N I V E R S I D A D D E L PA C Í F I C O / w w w . u p a c i f i c o . c l
Esta publicación fue financiada por la Universidad del Pacífico en el marco del proyecto
“Revista Educación Media” del Plan de Trabajo Anual de la Escuela de
Pedagogía en Educación Media en Historia y Ciencias Sociales.
Correspondencia dirigirla a:
Doctor (c) Alonso Vela-Ruiz P.
Revista de Educación Media, Facultad Ciencias Humanas y Educación, Universidad del Pacífico.
Dirección Postal: Avda. Las Condes 11.121, Las Condes, Santiago de Chile.
Correo Electrónico: revista.rem@mailupacifico.cl
© Facultad Ciencias Humanas y Educación, Universidad del Pacífico, 2014.
Los artículos y documentos de esta Revista no pueden ser traducidos ni reproducidos sin la autorización
previa y escrita de la Universidad del Pacífico.
La revista declina en los autores la total responsabilidad de las opiniones.
ISSN 0718-7351
Revista de Educación Media
Número 4, Año 2014
Santiago de Chile
Revista Educación Media (REM)
Publicación de la Facultad de Ciencias Humanas y Educación de la Universidad del Pacífico
Director
Profesor Dr. (c) Alonso Vela-Ruiz P.
Director de la Escuela de Pedagogía en Educación Media en Historia y Ciencias Sociales
Comité Editorial
Profesora Dra. Natalia Colombo V. (Universidad Nacional del Nordeste, Argentina)
Profesor Dr. (c) Héctor Correa G. (Universidad Adolfo Ibáñez)
Profesor Patricio De la Puente L. (Universidad de Chile)
Profesor Dr. José Enrique Finol (Universidad de Zulia, Venezuela)
Profesora Mag. María Erika Maturana L. (Universidad del Pacífico)
Profesora Dra. María Emilia Ortiz (Universidad Nacional de Cuyo, Argentina)
Profesor Mag. Carlos Thomas W. (Universidad de Chile)
Evaluadores Asociados
Profesor Mag. Rodrigo Gangas C. (Académia Humanismo Cristiano)
Profesora Mag. Fanny González M. (Universidad Católica Silva Henríquez)
Profesora Mag. Ana Henríquez O. (Universidad de las Américas)
Profesor Lic. Roberto Hernández A. (Universidad de Chile)
Profesora Mag. Cecilia Inojosa G. (Universidad de Chile)
Profesor Dr. Hugo Medrano H. (Universidad de Guadalajara, México)
Profesora Mag. Carolina Miranda SM. (Universidad San Sebastián)
Profesor Dr. Rogelio Nuñez C. (Instituto de Estudios Latinoamericanos, España)
Profesor Dr. Carlos Ortiz A. (Universidad Andrés Bello)
Profesora Dra. Claudia Ortiz N. (Universidad Técnica Federico Santa María)
Profesor Lic. Edison Otero B. (Universidad Central)
Profesor Dr. Patricio Zamora N. (Universidad Andrés Bello)
Consultor Académico para este número
Profesor Mario Orellana Rodríguez
Premio Nacional de Historia 1994
Representante Legal
Mag. Italo Giraudo T.
Vicerrector de Administración y Finanzas
Editora
Profesora Dra. (c) Gloria Favi C.
Secretaria de Redacción
Mag. Andrea Alfaro L.
Correctora de texto y estilo
Lic. Patricia Abrigo M.
Diseño y Diagramación
Pedro Klarián H.
Características de la Revista
La REVISTA DE EDUCACIÓN MEDIA es una publicación oficial de la Facultad de Ciencias
Humanas y Educación de la Universidad del Pacífico.
Dicha Revista, de carácter monográfico, está concebida como una instancia difusión de informes finales de
investigación, reflexiones teóricas, entrevistas, traducciones y reseñas críticas en torno a los temas de educación,
pedagogía, didáctica, docencia, antropología, filosofía, sicología de difusión, historia, geografía, economía, ciencia
política, sociología, literatura, lenguaje, comunicación y semiología.
La Revista cuenta con un comité editorial que recibirá los trabajos de académicos de la
Universidad del Pacífico, de universidades chilenas y extranjeras.
Las opiniones señaladas en notas o artículos firmados no representan necesariamente las del
Comité Editorial ni las de la Facultad de Ciencias Humanas y Educación.
Las normas de edición para preparación y presentación de los artículos se detallan en las páginas finales
de cada volumen.
Esta publicación está incluida en: LATINDEX - Sistema Regional de Información en Línea para
Revistas Científicas de América Latina, El Caribe, España y Portugal.
7
Revista de Educación Media
Saludo de la Decana de la Facultad de Ciencias Humanas y Educación,
Violeta Vargas B.	 9
Presentación del Director de la Revista de Educación Media,
Alonso Vela-Ruiz P.	 13
I. CALIDAD DE VIDA
Aproximación al estudio y comprensión de la Calidad de Vida.
Karina Gatica (Universidad del Pacífico, Chile).	 19
Lectura y semiótica terapéutica.
Juan Barreto (Universidad de Los Andes, Venezuela)	 37
Espacios semióticos e invisibilidades en torno de la violencia de género.
Natalia Colombo (Universidad Nacional de Córdoba, Argentina)	 45
La educación y la guerra en el México de hoy.
Hugo Medrano (Universidad de Guadalajara, México)	 57
Gestión de la diversidad cultural: modelos, retos y propuestas.
Natan Olivos (Universidad de Barcelona, España)	 71
¿Territorios más felices?: Claves comprensivas desde la planificación
estratégica. Christian Quinteros (Universidad del Pacífico, Chile).	 83
II. EDUCACIÓN 	 95
Gestión Universitaria: nuevas demandas y desafíos actuales.
Violeta Vargas (Universidad del Pacífico, Chile).	 97
El Pensamiento crítico como tema de la agenda de la Reforma
Educacional Chilena. Gabriel Álvarez (Universidad de Santiago de Chile)	 113
Índice
8
El maestro ignorante de Jacques Rancière, una lectura para reinventarse
y reencantarse en el día a día de la docencia.
Miguel Ángel Arredondo (Universidad del Pacífico, Chile).	 133
El valor de la palabra, el sentido del diálogo. Una perspectiva desde la
antigüedad griega. Ricardo López (Universidad de Chile)	 145
Sobre el patrimonio cultural y la identidad nacional.
Mario Orellana (Universidad del Pacífico, Chile).	 159
Amado Nervo en cora y la cuestión étnica. Eugeni Porras (Instituto
Nacional de Antropología e Historia en Nayarit, México)	 173
III. HISTORIA 	 181
Los habitantes de los conventillos de Santiago de Chile de inicios del siglo XX,
una mirada desde la óptica de la novela naturalista. Mabel Garrido
(Universidad del Pacífico, Chile).	 183
El quehacer de un prehistoriador en la historia de Chile: La historiografía
de un prehistoriador. Miguel Lecaros (Universidad del Pacífico, Chile).	 203
Factores de cambio dentro del sistema de partidos 1958-1973. El camino
hacia el quiebre de la democracia. Cristian Villegas
(Universidad de Las Américas, Chile)	 219
IV. PRESENTACIÓN Y COMENTARIO DE LIBROS 	 237
Reseñas del libro Historiografía y humanismo en la Roma antigua,
escrito por Noelia Torres Cernoch. Italo Giraudo (Universidad del Pacífico, Chile) y
Edison Otero (Universidad Central, Chile)	 239
La historiografía del siglo XX (desde la objetividad científica al
desafío posmoderno), de Georg G. Iggers. Mario Orellana
(Universidad del Pacífico, Chile).	 253
INDICE
9
Revista de Educación Media
SALUDO
Hoy es un lugar común decir que la educación es sinónimo de progreso económico y
social, hay acuerdo en que a más educación, mejores condiciones individuales, mayo-
res niveles de equidad y movilidad social. También hay consenso en que la educación
es uno de los ejes centrales en la construcción cultural de la sociedad, toda vez que
favorece la vinculación de las personas, el dialogo constante, el pensamiento creativo y
libre, la producción científica y del saber. A nivel individual, propicia el aprendizaje que
incluye aspectos no solo ligados al pensamiento formal, sino también a dimensiones
valóricas, actitudinales, sociales y físicas, que mejoran la calidad de vida de la persona y
le permiten adquirir un sentido de pertenencia y seguridad.
En esta perspectiva, la universidad ha adquirido importancia estratégica para el desa-
rrollo y competitividad de los países. En efecto, su aporte es esencial para la formación
de capital humano avanzado, la investigación y la innovación tecnológica, y para inte-
grarse efectivamente en las redes mundiales de la sociedad del conocimiento.
En el contexto de la educación actual en Chile, el Foro de Educación Superior Aequa-
lis (2013) reconoció tres propósitos fundamentales de la educación: generación de
conocimiento, para mejorar nuestra comprensión del mundo natural y social; difusión
del conocimiento y la cultura, a través del desarrollo personal, social y cognitivo de los
estudiantes; y contribución al desarrollo social y económico, mediante la innovación y
la transferencia del conocimiento.
La Universidad del Pacífico orienta su labor académica en base a una serie de princi-
pios y valores, reflejados en su misión institucional, la que plantea que la Universidad
es una comunidad educativa que aporta al desarrollo de la sociedad mediante la gene-
ración y transmisión de conocimientos para la formación de profesionales, técnicos y
graduados. Se apoya en un modelo formativo centrado en el estudiante, de acuerdo a
los valores institucionales, y en una gestión basada en procesos continuos de evalua-
ción y aseguramiento de la calidad.
A partir de este compromiso que establece la Universidad con la comunidad, la insti-
tución expresa en su visión que pretende la formación integral de personas con actitud
reflexiva y capacidad de crear y emprender para su mejor inserción y contribución al
desarrollo de la sociedad.
En este marco institucional, la Facultad de Ciencias Humanas y Educación, consciente
10
SALUDO
de las demandas de la sociedad actual y en forma consecuente con la misión que la
Universidad se ha dado, ha definido como misión propia formar profesionales integra-
les que se distingan por su creatividad, capacidad de liderazgo emprendedor, de inno-
vación, y por actuar con responsabilidad social, atributos indispensables para enfrentar
las necesidades de la modernización que asume nuestro país.
En esta perspectiva, esperamos que estos profesionales sean capaces de insertarse con
inteligencia y capacidad de servicio en la rápida transformación social, en la globali-
zación económica y cultural participando activamente de los avances de la revolución
tecnológica y demostrando capacidad de pensamiento y acción que cristaliza en un
liderazgo emprendedor.
Este proceso formativo se enfrenta con la actitud requerida por los procesos de mo-
dernización que se viene instalando en la sociedad chilena y en el modo de vida globa-
lizado que caracteriza a nuestra época. Se distingue por dar énfasis en una formación
ética ligada a un competente ejercicio profesional, integrando armónicamente el saber
instrumental referido a las habilidades y destrezas orientadas a la consecución de fi-
nes, con el saber práctico, que integra las motivaciones, valores y actitudes para ser y
convivir. En esta línea, con la promoción vigorosa y persistente de valores como la
responsabilidad, el respeto y la honestidad, la Facultad busca que sus egresados parti-
cipen activamente en el mejoramiento de su comunidad, aportando a la calidad de vida
de las personas.
Formar un profesional con estas características requiere una estrategia metodológica
donde el rigor académico es esencial, en una relación pedagógica que fundamentada
en una visión constructivista de la producción del conocimiento, propicia el carácter
reflexivo y auto reflexivo que implica el proceso de apropiación de los contenidos
teóricos y prácticos que se aprenden significativamente.
En la Facultad de Ciencias Humanas y Educación, con la participación de directivos,
docentes y estudiantes, se gestan permanentemente innovaciones que representan nue-
vos saberes y nuevas prácticas socialmente relevantes, que permiten la formación de un
profesional que pueda desempeñarse satisfactoriamente respondiendo a los desafíos
de profesionalización implicados en las políticas públicas y en el ámbito privado.
Esta convicción no es casualidad, es fruto del convencimiento que el proyecto asumido
está destinado a modificar en forma profunda los modos de relación pedagógica utili-
zados en la formación de profesionales, superando problemas profundamente arraiga-
dos en la cultura pedagógica universitaria, centrada en un paradigma de transmisión de
conocimiento que, desligado lo que se aprende, de lo que se vive, no logra la coheren-
cia entre el discurso y la acción.
La Facultad se alinea de esta manera con la visión y la misión que guían el quehacer de
la Universidad del Pacífico y que le permiten asumir con confianza los desafíos de la
educación superior chilena.
En este contexto, la Facultad de Ciencias Humanas y Educación preocupada del co-
nocimiento del hombre y de su preparación para intervenir conscientemente en su
11
Revista de Educación Media
Violeta Vargas Bories.
Decana
Facultad de Ciencias Humanas y Educación
Universidad del Pacífico
entorno, asume como línea de desarrollo del trabajo académico, el tema de la calidad
de vida de las personas, incorporando las distintas miradas disciplinares que cada una
de las escuelas que conforman la Facultad asume, permitiendo un trabajo colaborativo
que integra experiencias formativas y éticas que propician una cultura de la paz. Este
nuevo desafío, viene a develar los principales esfuerzos realizados en el trabajo de la
Facultad y espera ser un aporte al quehacer disciplinario, a la formación de nuestros
estudiantes y, en definitiva, a promover el desarrollo de iniciativas que nos congreguen
como cuerpo académico en pos del bien común.
Nuestra línea de desarrollo pretende hacer un aporte significativo al desarrollo del país,
especialmente a nuestro entorno relevante que son las instituciones públicas y privadas
con las cuales nos relacionamos en nuestro ejercicio formativo; esperamos que las
ideas fundamentales desarrolladas en este número de la revista favorezcan la reflexión
y mayor comprensión de los complejos procesos que implica la formación integral de
las personas.
13
Revista de Educación Media
PRESENTACIÓN
La Facultad de Ciencias Humanas y Educación, a partir del año 2009, publica anual-
mente la Revista de Educación Media (REM). Sus páginas están orientadas a presentar
investigaciones que contribuyan al debate actual de los problemas de la educación y
están abiertas a divulgar pluralidad de perspectivas teóricas, enfoques y metodologías,
dar lugar a una amplia gama de temas y abrirse a múltiples disciplinas. Desde el año
de su inicio, esta revista ha publicado setenta artículos de especialistas nacionales y
extranjeros, sobre temas vinculados principalmente a las Humanidades y la Educación.
En el presente número, que marca el inicio de una nueva etapa en su desarrollo, se ha
dado un paso más para fortalecer su contenido y formato, incorporando nuevas sec-
ciones y ofreciendo a profesionales y especialistas de estas áreas la oportunidad para
intercambiar ideas y experiencias. Además de las secciones ya tradicionales, se deci-
dió incluir un importante apartado dedicado a la Calidad de Vida, línea de desarrollo
académico de la Facultad, así como también a otra de Presentación y Comentario de
Libros. Finalmente, REM, que nació en formato papel, se hace parte con esta versión
electrónica del nuevo esquema de publicaciones Open Access y está comprometida
con los principios de acceso gratuito y general.
Esta nueva edición comienza en su sección Calidad de Vida con seis artículos que
contribuyen a la reflexión sobre esta aspiración humana, desde la satisfacción, el bien-
estar subjetivo, la felicidad o la abundancia compartida. El primero de estos trabajos es
el artículo “Aproximación al estudio y comprensión de la Calidad de Vida”, en el que
Karina Gatica analiza este fenómeno desde las perspectivas del desarrollo de capaci-
dades y la satisfacción de necesidades, en el entendido que la satisfacción respecto a la
vida de las personas y los elementos que la configuran, contribuyen positivamente en
el desarrollo de las sociedades.
Luego, en “Lectura y semiótica terapéutica” de Juan Barreto, se ensaya como método
una terapia semiótica que se vuelve hacia la lucha vital, la belleza y el amor, como ejes
de armonía entre signos y vida para la lectura, así como también creación de los dis-
cursos y las acciones del nuevo humanismo de la alteridad. En el tercer trabajo, “Espa-
cios semióticos e invisibilidades en torno a la violencia de género”, Natalia Colombo,
se pregunta hasta qué punto la violencia de género sigue circunscrita a lo privado en
función de las desigualdades sociales y propone abordar esta problemática desde el
ámbito educativo.
14
PRESENTACIÓN
En el plano internacional, Hugo Medrano en “La educación y la guerra en el México
de hoy”, argumenta en base a una serie de ejemplos, entre ellos la desaparición de los
43 estudiantes en Iguala, la irrupción en ese país de una guerra que denomina “sastre”,
orientada a imponer veladamente un nuevo orden mundial, lo que nos parece un en-
sayo interesante inscrito dentro de las denominadas teorías de la conspiración. Otro
estudio incluido en este apartado es “Gestión de la diversidad cultural: modelos, retos
y propuestas” de Natan Olivos, que aborda el problema de los fenómenos migratorios
ocurridos en Latinoamérica desde la gestión de la diversidad cultural y propone como
alternativa el modelo de las escuelas inclusivas. Cierra esta sección el trabajo “¿Territo-
rios más felices?: Claves comprensivas desde la planificación estratégica” de Christian
Quinteros, en el que se sostiene que el adecuado uso del territorio requiere de un com-
promiso con la calidad de vida, lo que implica el reconocimiento del capital simbólico
de las comunidades, con sus identidades, ritos e historias.
En el primer texto de la sección Educación, titulado “Gestión Universitaria: nuevas
demandas y desafíos actuales”, Violeta Vargas se pregunta sobre el significado de una
gestión efectiva y eficiente, asunto de supervivencia de las instituciones educativas en
la actualidad, frente a lo cual se plantea cuatro propuestas para enfrentar los nuevos
desafíos y demandas a la formación profesional: ejercicio de un liderazgo efectivo,
idoneidad y compromiso de los docentes, énfasis en el aprendizaje de los estudiantes
y reflexión continua sobre los resultados. En “El pensamiento crítico como tema de
la agenda de la reforma educacional chilena”, Gabriel Álvarez reflexiona acerca de la
necesidad de estimular el desarrollo de esta forma de razonar en la formación inicial
docente, mediante metodologías más interactivas e innovadoras para el estudiante uni-
versitario del siglo XXI.
Por otra parte, en su trabajo “El Maestro ignorante, una lectura para reinventarse y
reencantarse día a día en la docencia”, Miguel Arredondo analiza su propia práctica
docente desde la reflexión que hace Ranciére de los actuales desafíos del profesor
universitario, centrando su enfoque en virtudes como el respeto y el diálogo, nece-
sarias para hacer una docencia con sentido. En “El valor de la palabra, el sentido del
diálogo”, Ricardo López se plantea como objetivo identificar y describir el valor asig-
nado a la palabra y el surgimiento del diálogo en la antigüedad griega, cuestionando
su efectividad hoy en día por su falta de práctica, para proponer con Lipman que las
facultades de educación debieran enfatizar el pensamiento reflexivo en la preparación
de los profesores.
La relación entre Historia, Educación, Patrimonio e Identidad es abordada por Mario
Orellana en su artículo “Sobre el patrimonio cultural y la identidad nacional”, en el
cual demuestra mediante la relación semántica de estos conceptos, que el núcleo patri-
monial es lo que nos permite definir nuestra identidad nacional, manera de ser por la
cual podemos reconocer todo lo recibido, tanto en el Pasado como en el Presente. El
aporte de Eugeni Porras da término al apartado de Educación. En su artículo “Amado
Nervo en Cora y la cuestión étnica”, presenta una interesante revisión de algunos ver-
sos, traducidos recientemente al idioma cora o nayeri, que sobre la población indígena
15
Revista de Educación Media
Alonso Vela-Ruiz P.
Director Revista REM
Facultad de Ciencias Humanas y Educación
que habita en la sierra madre occidental de México, escribió este autor fundamental de
la poesía azteca.
Más adelante, en la sección Historia, Mabel Garrido explora la convivencia de los ha-
bitantes de los conventillos de Santiago hacia comienzos del siglo XX, a través de las
descripciones que la novela naturalista hace de los sentimientos, sinsabores, valores y
modos de vida de este sujeto histórico. En el segundo ensayo que se presenta de esta
sección, “El quehacer de un investigador en la Historia de Chile: la historiografía de un
prehistoriador”, Miguel Lecaros desarrolla y propone –a partir de una interesante re-
visión de los antecedentes biográficos del distinguido profesor Mario Orellana– que el
estudio de la prehistoria y la etnología de nuestro país, son imprescindibles para lograr
una amplia comprensión histórica del contacto hispano-aborigen. Esta sección con-
cluye con el estudio “Factores de cambio dentro del sistema de partidos 1958-1973.
El camino hacia el quiebre de la Democracia” de Cristián Villegas, el que proporciona
un panorama descriptivo del grado de polarización entre los distintos partidos, que
perjudicó la estabilidad y el desempeño de los gobiernos de la época, desestabilizando
el régimen y trayendo finalmente el quiebre de la democracia en Chile.
Como anticipamos, una sección dedicada a Presentación y Comentario de Libros se
agrega a la revista, que se inaugura con el libro póstumo “Historiografía y Humanismo
en la Roma Antigua” de Noelia Torres, profesora de Latín y de Historia Antigua, el
que se presentó el 3 de noviembre de 2014 en nuestra universidad. La primera presen-
tación, que se reproduce en este número, estuvo a cargo de Ítalo Giraudo, quien hace
una revisión pormenorizada de los artículos publicados por Torres entre 1960 y 1980.
Una presentación más personal, realizó el filósofo Edison Otero, quien fue alumno
de la profesora en la Universidad de Chile. Finalmente, Mario Orellana presenta el
comentario de la obra de Georg Iggers “La Historiografía del siglo XX. Desde la
objetividad científica al desafío posmoderno”, en la que se expone como los nuevos
métodos y miradas interpretativas de la historiografía actual, constituyen una ruptura
con la historiografía tradicional.
Esperamos que los artículos incorporados en este número 4 de la revista, sean un
aporte para nuestros lectores y contribuyan a la discusión y el diálogo sobre la calidad
de vida, la educación y la historia. No quiero dejar pasar la oportunidad de reconocer
el gran apoyo prestado por todos los evaluadores, quiénes han contribuido de manera
significativa a seleccionar artículos de gran calidad, que nos permiten mantener el inte-
rés de la comunidad académica y de los lectores en general.
Calidad de Vida
19
Revista de Educación Media
Resumen:
La satisfactoria calidad de vida, como una condición anhelada socialmente, pareciera
ser, escasa. Las trayectorias vertiginosas de la vida actual ponen al sujeto social, muchas
veces a merced de estos veloces cambios, sin dejar tiempo a la concienciación de su
existencia. La racionalidad instrumental pareciera inundar nuestros espacios de acción,
dependiendo de las condiciones de vida que experimenta la población, que dan más o
menos espacios y tiempos al verdadero desarrollo humano.
El paradigma a partir del cual comprendemos la calidad de vida es el Desarrollo Huma-
no. A partir de este enfoque se piensa y desarrolla el foco central del presente artículo:
la calidad de vida de las personas. Para ello ha sido necesario profundizar en el enfoque
de las Capacidades Humanas y las teorías de Necesidades Humanas, comprendiendo
ambos enfoques como: Desarrollo de Capacidades y Satisfacción de Necesidades.
En este documento se plantea como objetivo, dar cuenta del fenómeno en virtud de
las consideraciones que se presentan en el surgimiento del concepto y las diversas pers-
pectivas que contribuyen en su comprensión.
Palabras claves: Calidad de Vida, Desarrollo Humano, Capacidades Humanas.
Abstract:
The satisfactory quality of life, as a condition socially desired, it seems therefore limi-
ted. The dizzying paths of life today put the social subject, often at the mercy of these
rapid changes, leaving no time to raising awareness of its existence. The instrumental
rationality seems to flood our spheres of action, depending on the living conditions
of the population experiencing, which give more or less space and time to true human
development.
The paradigm from which we understand the quality of life is the Human Develop-
ment. From this approach is thought and developed the focus of this article: The qua-
lity of life of people. Therefore, it has been necessary to deepen the human capacities
Aproximación al Estudio y Comprensión de la
Calidad de Vida
Karina Gatica Ch1
.
Approach to the Study and Understanding Quality of Life
1	 Doctora en Ciencias Sociales Universidad de Deusto. Directora de los Programas de Magíster
en Familia, Infancia y Adolescencia y del Magíster de Mediación Socio Familiar y Resolución de
Conflictos de la Universidad del Pacífico. Email: kgatica@upacifico.cl
20
approach and theories of Human Needs, both approaches as comprising: Capacity
Building Needs and Satisfaction.
This paper therefore seeks to explain the phenomenon under the considerations pre-
sented in the emergence of the concept and the different perspectives that contribute
to your understanding.
Key words: Quality of Life , Human Development, Human Capacity
Introducción
La calidad de vida es un fenómeno que hoy se concibe como valor posmaterial2
, pro-
ducto de la superación de las necesidades básicas de las personas y el tránsito a una
sociedad que cada vez más anhela la satisfacción de necesidades tendientes a la esti-
mación, valoración social y en definitiva tal como lo plantea A. Maslow (1972) a la
autorrealización humana.
Este fenómeno social, encuentra arraigo en las sociedades modernas, pero sin duda,
ha encontrado su mayor asidero en las sociedades denominadas posmodernas. En
estas últimas -sociedades altamente complejas- el concepto calidad de vida, además de
aferrarse al imaginario colectivo y usarse frecuentemente en conversaciones cotidianas,
se manifiesta como un bien deseado, la condición que la mayoría de los ciudadanos
quisiera ser depositario. Incluso el concepto es utilizado como sinónimo de bienestar
y felicidad.
Tal como plantea R. Inglehart (1998), la sensación de satisfacción que hacemos de
nuestra propia vida, no obedece únicamente a la capacidad económica que cada uno
de nosotros posee, aunque no se niega como uno de los factores intervinientes en esta
construcción.
Adentrarse en el estudio de la calidad de vida es de suma relevancia, en el entendido
que la satisfacción respecto sus vidas y de los elementos que la configuran, contribuye
positivamente en el desarrollo del país, sosteniendo que si un país cuenta con personas
satisfechas con su vida, repercute como fuerza sinérgica en la totalidad del sistema país.
Eso es innegable, distinto es tener ciudadanos descontentos y un alto grado de males-
tar social, que ciudadanos satisfechos respecto de sus vidas. Aunque algunos piensen
que el ser humano es por naturaleza disconforme. Sin embargo, podemos acercarnos
como sociedad a estos ideales, ya que de no ser así, toda acción social tendiente a ge-
nerar cambios sería frustrada aún antes de llevarla a la práctica.
El tipo de sociedades en las cuales estamos transitando, sin duda nos hace reflexionar
en torno a aquellos elementos que proporcionan bienestar. Producto de las constantes
2	 Para profundizar, ver Inglehart R. “Modernización y Posmodernizacióm. El cambio cultural, económico y
político en 43 ciudades”. (1998) Madrid. CIS. Siglo XXI y Inglehart R. y Welzel C. “Modernización,
cambio cultural y democracia: la secuencia del desarrollo humano”. (2006).Madrid. CIS. Siglo XXI.
KARINA GATICA
21
Revista de Educación Media
transformaciones sociales y de los costos que se asocian a ellas, los sujetos presentan
cada vez más preocupación por los modos y estilos de vida que predominan hoy día
en nuestra sociedad. Tal situación parece dar cuenta de una reflexión respecto a la exis-
tencia de aspiraciones/frustraciones, satisfacciones/insatisfacciones, entre otros ele-
mentos que configuran la experiencia vital que cada uno de nosotros pone en curso y
direcciona de acuerdo a sus propias capacidades y oportunidades, dejando de lado hoy
día, explicaciones divinas, que debilitan el sentido de lo más “divinamente humano”, la
potencia que cada uno posee para desplegar sus capacidades y en definitiva funcionar
en el mundo actual, más allá de los riesgos e inseguridades que compartimos.
Aproximación a la “Calidad de Vida”: Orígenes y usos del concepto
Existen distintos enfoques que orientan las conceptualizaciones del fenómeno de estu-
dio. Por ejemplo, si el enfoque es principalmente económico, el foco de estudio se centra
en las condiciones de vida de la población, asumiendo por tanto, que la calidad de vida
guarda relación con sus condiciones materiales (PIB). El enfoque utilitarista se considera
un poco más avanzado en el estudio de la calidad de vida que el mero enfoque eco-
nómico. Si bien es un enfoque económico, se fija “en la utilidad total o media de ésta,
entendiendo por utilidad la satisfacción de preferencias (…) El enfoque tiene la virtud
de interesarse por las personas: mide la calidad de vida en función de las impresiones
manifestadas por esas personas acerca de sus existencias concretas” (Nussbaum, 2012:
72).
El enfoque basado en los recursos considera que éstos son la fuente de la calidad de vida de
una nación. J. Rawls (1999) plantea que los “recursos” deben ser repartidos de forma
igualitaria entre sus miembros, existiendo una preocupación por la distribución y como
señala Nussbaum “este enfoque vendría a ser una versión igualitarista del enfoque del
PIB” (2012:78).
Como un enfoque alternativo a los anteriores y en función a las múltiples críticas que
se les realiza, surge el enfoque de las capacidades. Existe una estrecha relación entre este
enfoque (de capacidades) y el denominado enfoque basado en los derechos humanos, ya que
ambos “coinciden en torno a la idea de que todas las personas tienen derecho a ciertos
bienes centrales en virtud de su humanidad misma, y que uno de los deberes funda-
mentales de la sociedad es el de respetar y apoyar tales derechos” (Nussbaum, 2012:
84). De ahí que el enfoque de capacidades utilice el lenguaje de los derechos humanos,
como un deber de la sociedad, poniendo ambos de relieve la idea de la justicia.
Actualmente los enfoques que existen para el estudio de la calidad de vida, en ocasio-
nes, tienden a la confusión semántica de los términos. Es cierto que, hoy día, la totali-
dad de autores que trabajan en el tema tienden a ciertos consensos, como la idea de que
conceptos como calidad de vida, bienestar y felicidad, no tienen el mismo significado,
aunque los encontremos en la literatura muchas veces usados como sinónimos.
Su comprensión se remonta a filósofos clásicos, preocupados por clarificar aspectos
existenciales de la vida del ser humano. Ejemplo, el concepto de bienestar, se asocia
22
al concepto de felicidad que se remonta a Aristóteles. Según John F. Helliwell (2002),
el punto de vista Aristotélico tiene gran importancia ya que es el punto central en la
visión antigua y moderna del fenómeno. Hace hincapié en la vida virtuosa que requiere
suministros externos para lograrlo, siendo los bienes materiales un medio y no un fin.
En sus escritos, Aristóteles (2004) incita al trabajo empírico para conocer la relación
entre la teoría y la “prueba de los hechos”, como lo denomina en su libro Ética a Nicó-
maco proponiendo ya en su época la relevancia del bienestar subjetivo.
Surge interés en el estudio científico de la calidad de vida a partir de las consecuencias
que trajo consigo el desarrollo generado por la industrialización, período en el que se
evidencian claramente en la realidad social las diversas repercusiones en las condicio-
nes de vida de la población, generando un contexto social que se conoce con el nom-
bre de “cuestión social”
El concepto “calidad de vida” proviene en sus orígenes, como lo plantea María Luisa
Setién (1993), desde un fenómeno de toma de conciencia. “La conciencia de las con-
secuencias no deseadas provocadas por el desarrollo económico y la industrialización
incontrolada” (Setién,1993:53), lo que otorga una contextualización temporal respecto
del concepto como fenómeno social.
En la evolución de su estudio se identifican ciertos hitos. En 1932, Pigou propuso el
uso del concepto de calidad de vida, seguido del cálculo en 1939 del primer índice rea-
lizado por Thorndike (1976), apareciendo con mayor fuerza el debate del concepto en
los años 60’. Alex Michalos (1995) ha realizado también importantes contribuciones
en el estudio de la calidad de vida. Esta línea de trabajo se ve reflejada en la publicación
de larga data de la Revista Social Indicators Research.
Hay que mencionar las aportaciones de la publicación del libro de Campbell, Convers y
Rodgers en 1976, titulado The Quality of American Life: perception, evaluation and satisfaction,
publicación que surge como producto de los resultados de investigaciones realizadas
por el Instituto Social Research (ISR) de la Universidad de Michigan.
En el año 1995 se crea la International Society for Quality of Life (ISQLS) y, por su-
puesto, comienza a aumentar la producción bibliográfica en relación al tema.
Un marco interpretativo novedoso para el análisis de la calidad de vida lo planteó la
teoría del cambio de valores de Ronald Inglehart, quien en 1977 publica el libro The
silent revolution” cuyo enfoque contribuye como marco conceptual a romper “su fun-
damentación exclusivamente centrada en las condiciones materiales de la vida, y, en
definitiva, económicas para empezar a entenderse como fuertemente impregnada de
componentes que empiezan a denominarse equivocadamente subjetivos, y que, en de-
finitiva son psicosociales (Casas, 1999: 46).
“La idea de calidad de vida está asociada a un gran abanico de nociones cargadas de
connotaciones positivas para cada persona que piensa en ella: vivir bien, estar bien,
tener buen nivel de vida, tener bienestar, estar satisfecho, ser feliz e incluso hay quie-
nes lo asocian con una vida más o menos lujosa, confortable, adinerada, etc. Estas
KARINA GATICA
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Revista de Educación Media
nociones del “buen vivir” se han considerado durante muchos decenios como cosas
totalmente ajenas al mundo de la ciencia. El mundo de los deseos y de las emociones
al que pertenecen, se han considerado siempre algo “subjetivo” y al menos desde el
metaparadigma positivista de la ciencia, algo no aprehensible con los métodos cien-
tíficos tradicionales por no ser “objetivables” (Casas, 1989: 94). Tal visión ya ha sido
superada, al ser las ciencias sociales elevadas al status de ciencia.
Los seres humanos acostumbramos a compararnos con otros, por ende “estar bien”
significa “estar por encima de un determinado punto evaluable por debajo del cual se
está mal (…) la calidad se refiere también, y quizás sobre todo, a la relación entre una
realidad y unos propósitos (llámese objetivos, situaciones ideales o niveles óptimos
deseables). Cuando estos propósitos son compartidos colectivamente tenemos una es-
pecie de referencia estandarizada común a un conjunto de personas y podemos hablar
de calidad de vida “social” (Casas, 1996: 95).
Un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reconoce que
el concepto abarca más que el enfoque de las “condiciones de vida” el cual se centra
en los recursos materiales al alcance de los individuos. “La calidad de vida compromete
también las circunstancias en que se desarrolla la vida de las personas. Por consiguiente
se acepta que es un concepto multidimensional. No solamente porque requiere tener
en cuenta diversos aspectos de la vida de las personas, sino también porque abarca
aspectos exteriores a los individuos y las interrelaciones entre unos y otros” (Lora,
2008: 9).
A pesar de este reconocimiento respecto el rasgo multidimensional del fenómeno,
compartido por los especialistas en el tema no existe consenso respecto de cuáles
serían las dimensiones, o también denominados dominios, que conformarían su mul-
tidimensionalidad.
A pesar de este vacío teórico y metodológico, se ha reconocido con fuerza en estas últi-
mas décadas que el fenómeno de la calidad de vida claramente posee dos dimensiones:
la dimensión objetiva y subjetiva. De acuerdo a Mallman (1981) se tiene que:
Calidad de vida objetiva; se debe determinar para cada necesidad la frecuencia del
uso o consumo de satisfactores de la misma. Éste depende de las relaciones humanas,
ambientales, físicas y sociales, bienes de consumo y servicios.
Calidad de vida subjetiva; se determina en cada persona, se basa en sus valores éticos
y se prioriza a cada satisfactor con el que satisfacerla. La calidad de vida depende de la
frecuencia con que se logra satisfacer el aspecto insatisfecho.
Ambas dimensiones ponen de manifiesto la importancia de los elementos sociales,
contextuales, para la construcción de la calidad de vida del sujeto, poniendo de relieve
el conjunto social y cultural del que forma parte. Sin embargo, también se pueden dis-
tinguir concepciones del término, que sin ser contrapuestas, ponen de relieve factores
internos, propios de la particularidad de la persona. Como lo que plantean Kreitler y
Niv (2007) en la que señalan que la calidad de vida es un concepto subjetivo, que refleja
el punto de vista individual del bienestar y funcionamiento de cada persona en la so-
24
ciedad. Ambos autores señalan que es un constructo fenomenológico que provee una
imagen de la situación sin explicar por qué ni cómo surgió, es experiencial y evaluativo,
ya que se presenta un juicio sin ningún intento de relacionarlo con variables objetivas;
es dinámico, flexible y significativo ya que no se basa solo en una medición global sino
en dominios específicos constitutivos de la calidad de vida.
En el estudio de la calidad de vida, Alex Michalos (1995) y su teoría de las discrepancias
múltiples ha cumplido una importante labor en torno a su comprensión, con la incor-
poración de elementos como la aspiración y la comparación social, argumentando que:
“la teoría de las discrepancias múltiples demuestra que los teorizadores de aspiración y
comparación social se acercan más que nadie a un entendimiento de lo que contribuye
a la calidad de vida” (Michalos en Cummins 1998:22). La teoría de Michalos pretende
explicar las razones de la satisfacción de las personas con su vida en sus distintos ámbi-
tos. La hipótesis básica de la teoría consiste en plantear que las personas establecemos
niveles de satisfacción y para ello utilizamos una serie de parámetros de comparación
con la percepción de nuestra situación actual (Michalos 1995). Para el autor, la satis-
facción es una expresión entre las percepciones y los estándares sociales que él define
como:
•	 Lo que se desea.
•	 Lo que otros tienen.
•	 Lo mejor que se ha tenido en el pasado.
•	 Lo que se esperaba conseguir en el pasado reciente (entendido como tres años).
•	 Lo que se esperaba lograr en un futuro próximo (entendido como 5 años).
•	 Lo que cada uno considera que se merece.
•	 Lo que cada uno considera que necesita.
El autor añade que las discrepancias percibidas, excepto las que se dan entre lo que uno
tiene y lo que desea, son funciones lineales, positivas de discrepancias objetivamente
mensurables que también tienen un efecto directo sobre la satisfacción y las acciones.
La discrepancia entre lo que unos tienen y desean es una variable que media entre todas
las demás discrepancias percibidas y la satisfacción.
Principales diferencias conceptuales
Ruth Veenhoven (2009) dedicado al estudio de la felicidad, en su intento por clarificar
conceptos aporta una clasificación de lo que denomina: cuatro tipos de calidad de vida,
argumentando que el concepto de felicidad solo guarda relación con uno de ellos. El
siguiente cuadro muestra, según el autor, las cuatro posibilidades o tipos para entender
la calidad de vida.
KARINA GATICA
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Revista de Educación Media
El primer cuadrante superior izquierdo, “habitabilidad”, estaría referido a las condicio-
nes externas que las personas cuentan para desarrollar sus vidas. Esta dependería de la
sociedad en su conjunto y la posición que se ocupa en ella. El autor señala que actuaría
como una precondición para el logro de la felicidad.
En el cuadrante superior derecho “habilidad”, se refiere a la capacidad de las personas
para funcionar en la sociedad y el despliegue de sus destrezas para vivir. Señala que
también suele denominarse “arte de vivir”, aludiendo a aquellas habilidades especiales
para disfrutar de la vida.
El cuadrante inferior izquierdo “utilidad de la vida” o “sentido de la vida”, se entiende
desde una mirada filosófica como vida virtuosa, valorando las acciones humanas que
contribuyen al enaltecimiento de la virtud. Y por último, el cuadrante inferior derecho
está referido a los resultados de la vida, “disfrute subjetivo de la vida”, “satisfacción
vital”. En ésta solo es válida la perspectiva de la persona. Guarda relación con el bien-
estar subjetivo, la satisfacción con la vida, lo que el autor prefiere denominar como
“felicidad global”, es decir, “el grado con que una persona juzga favorablemente la
calidad global de su propia vida como un todo” (Veenhoven, 2009: 284).
Estos cuatro tipos de calidad de vida orientan los enfoques de base de las diversas
conceptualizaciones y estudios realizados en torno al tema.
Una de las principales discusiones que se plantean es en relación al concepto de satisfac-
ción y felicidad. Para algunos la satisfacción da cuenta de un proceso cognitivo, mientras
que la felicidad de aspectos afectivos; sin embargo numerosas investigaciones ponen de
manifiesto la dificultad para separar componentes afectivos y cognitivos (Amérigo, 1993).
Otra discusión en curso es aquella que Abbott Ferriss denomina: existencia de dos
fuerzas, aludiendo a variables de carácter endógenas y exógenas. De acuerdo a su pen-
samiento, “las fuerzas endógenas incluyen las respuestas mentales, emocionales y fi-
siológicas del individuo en su condición de vida y fuerzas exógenas que incluyen la es-
tructura social y cultural de las influencias del entorno social que tienen repercusiones
en el individuo, el grupo y la comunidad” (Ferriss, 2006: 119).
Por su parte, Felce y Perry (1995) encontraron diversos modelos conceptuales de ca-
lidad de vida, “según estos, la calidad de vida ha sido definida como la calidad de las
condiciones de vida de una persona, entendida como:
		 Cualidades Externas	 Cualidades Internas
Oportunidades	
Habitabilidad del entorno	 Habilidades de la persona para vivir
Vitales
Resultados	
Utilidad de la vida	 Satisfacción vital
en la vida
Cuadro 1: Las cuatro cualidades de vida
Fuente: Veenhoven (2009:282)
26
Para Gracia (1984), el concepto de calidad de vida se utiliza en tres tipos de contextos,
con significados distintos. Éstos son:
Cuadro 2: Conceptualizaciones de Calidad de Vida
Fuente: Felce y Perry (1995:55)
a) Calidad de vida en términos de condiciones de vida
Condiciones de
(Calidad de Vida)
Satisfacción
Personal
d) Calidad de vida entendida como la combinación de las condicio-
nes de vida y la satisfacción personal en función de una escala de
importancia
Calidad de
Vida
Valores
Personales
Condiciones
de Vida
Satisfacción
Personal
Satisfacción
Personal
(Calidad de Vida
Condiciones
de Vida
b) Calidad de vida como satisfacción con la vida
Calidad de
Vida
Condiciones
de Vida
Satisfacción
Personal
c) Calidad de Vida definida como la combinación de
las condiciones de vida y la satisfacción
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Revista de Educación Media
Calidad de Vida como término descriptivo: “en el caso de los individuos pertene-
ciente a la especie humana de los hombres, la calidad de vida consiste en el conjunto
de propiedades que hacen la vida apreciable y mejor que la de otras personas” (Gracia,
1984: 8). El concepto viene del latín “qualitas” que significa de acuerdo al autor lo que
convierte a una persona en tal. En este sentido la cualidad humana es la posesión de
la razón por lo que calidad de vida “viene a identificarse con racionalidad”. Así mismo
el concepto calidad de vida en castellano posee un sentido de “calidez”, la cualidad de
lo cálido, lo que tiene valor. Calidad de vida sería pues, tanto como vida cálida, agrada-
ble, confortable. En este segundo sentido calidad de vida es sinónimo de “bienestar”
(Gracia, 1984: 9).
Calidad de Vida como término evaluativo: al referirse al concepto de calidad de
vida no se puede negar su carácter evaluativo. La calidad de vida generalmente se pre-
senta para algunos autores como la relación que se da entre los deseos – expectativas
y los logros de las personas. Lo anterior implica una evaluación respecto a la brecha
que pueda darse entre ambas (evidentemente mediado por factores contextuales). Asi-
mismo hay quienes plantean que la calidad de vida se logra conformar a través de la
comparación (evaluación) que hacemos de nuestra situación en referencia a otros o a
nuestra condición pasada. Sin embargo, a lo largo de la evolución del concepto y su
inagotable tarea de aprehenderlo se han utilizado diversas medidas económico-esta-
dísticas, como por ejemplo, el producto nacional bruto (PNB), lo que en la década del
setenta se conformó como un índice de medición denominado NEW (Net Economic
Welfare). “Por los mismos años, otros autores proponían alternativas parecidas: así, la
ecuación de bienestar de Phillippe Saint-Marc, la “felicidad nacional bruta” (FNB), de
Sicco Mansholt y el Net National Welfare (NNW) de los teóricos japoneses” (Gracia,
1984: 12).
Calidad de Vida como término Normativo o Prescriptivo; la calidad de vida “pasa
de ser un índice estadístico a convertirse en una norma de moralidad” (Gracia, 1984:18).
El bienestar (well-being, welfare) se transforma en las sociedades y en los individuos
como un juicio de valor moral “atribuyendo los diversos sujetos predicados que con-
sistan en afirmaciones morales” (Gracia, 1984: 18), criterios de valoración que nunca
son incondicionados, se efectúa siempre desde -según el autor- ciertos “criterios”.
La calidad de vida se encuentra fuertemente condicionada por factores de la estructura
social como características demográficas, patrones culturales y la composición institu-
cional.
La edad y el sexo de los sujetos son variables con especial influencia
sobre la calidad de vida
Cuanto mayor es la relación de dependencia, menor será la calidad de vida.
Las categorías de empleo/desempleo son elementos claves de la calidad de vida.
El tamaño demográfico de la comunidad afecta las oportunidades
de su población.
28
Respecto de estos elementos, Ferris (2006) señala que la distribución de la riqueza o
los ingresos comprenden una medida de desigualdad, característica estructural muy
importante.
El autor establece diez proposiciones teóricas de las características demográficas y su
influencia en la calidad de vida:
•	 Distribución por edad y sexo de la población.
•	 Composición socio-estructural afecta posibilidades de satisfacción y participación
de las personas.
•	 Interacción del individuo dentro de su comunidad está condicionada por la vitali-
dad de la estructura institucional (vitalidad, entendida como nivel de actividades,
cohesión social).
•	 Las instituciones como productoras y reproductoras de patrones culturales y valo-
res que constituyen la buena condición de vida de satisfacciones y una evaluación
de experiencias como beneficiosas o perjudiciales.
•	 La estructura social no es estática; se modifica en respuesta a la dinámica geográ-
fica, el cambio cultural y las influencias socioeconómicas, influencias naturales y
de todo tipo, condiciones que sin duda afectan la calidad de vida de la población.
•	 Importancia de instituciones orientadas a la fe, afectan los valores de los partici-
pantes y por lo tanto las condiciones del grado de satisfacción; las creencias afectan
el comportamiento y proporcionan la fuente de satisfacciones.
•	 La riqueza e ingresos permiten la adquisición de recursos para la satisfacción de las
necesidades, lo que afecta la jerarquía de la calidad de vida.
•	 Crecimiento de instituciones económicas; las agencias más grandes afectan nega-
tivamente a la pobreza y la calidad de vida de la población con niveles más bajos
de ingresos.
•	 La calidad de vida se puede mejorar en una comunidad efectuando cambios en la
estructura social; aumento de la población activa en relación a la población que no
trabaja; mejora de los niveles más bajos de ingresos, reducción del desempleo, me-
jora de habilidades de capacitación para el empleo, aumento de logros educativos,
mejora de la atención de salud, asistencia a ancianos, todos estos asociados con la
buena vida.
•	 Planificar intervenciones de dominios específicos, para que el desarrollo de progra-
mas sea lo más amplio posible.
•	 La tesis central del autor se refiere a que la calidad de vida puede mejorar o au-
mentar si se modifican los elementos de la estructura social, sus instituciones y sus
bases demográficas.
KARINA GATICA
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Revista de Educación Media
Para finalizar el ámbito de conceptualización, consideramos algunos elementos carac-
terísticos de la calidad de vida:
Es un fenómeno multidimensional.
Se conforma de aspectos internos (individuo) y externos (medio social).
Contiene en sí misma aspectos objetivos y subjetivos.
Respecto de este último aspecto y las tensiones que se generan se profundiza a conti-
nuación.
Objetividad y Subjetividad:
Una Integración necesaria en el estudio de la Calidad de Vida
La calidad de vida puede estudiarse desde diversos enfoques, quizás el más frecuente es
aquel que pone atención en las condiciones de vida materiales que poseen las personas
y cómo estas medidas contribuyen a la calidad de vida material, a través de la medición
de diversos indicadores sociales. Sin embargo, existe también una dimensión subjetiva
del fenómeno que pone atención en la experiencia personal, más allá de las medidas
objetivas que se puedan realizar al respecto.
El estudio de percepción de la calidad de vida, implica preguntarse por: ¿cuán satis-
fechas se encuentran las personas con su vida?, ¿cuáles son sus deseos y sus sueños?,
¿cuáles son los elementos más valorados para el logro de la calidad de vida? Por ello,
en el estudio de la calidad de vida hoy es aceptado y hasta considerado como necesa-
rio el uso de indicadores objetivos y subjetivos, los que proporcionan una perspectiva
integral en su estudio.
Las variables objetivas son verificables, mientras que las subjetivas no lo son. Para-
fraseando a Casas (1996), durante el siglo XX comienza a hacerse explícita la nece-
sidad de generar “indicadores sociales”. Muchos de los primeros intentos buscaron
su fundamentación en la economía, así emerge el concepto de renta per cápita, pero
prontamente se comprendió que el desarrollo no podía únicamente medirse a través
de indicadores económicos y aparece el concepto nivel de vida o estándar de vida, en
un intento por integrar indicadores económicos con indicadores de desarrollo socio-
cultural.
La International Society of Quality of Life (ISQLS), ha mantenido desde su crea-
ción un rol importante en el estudio de la calidad de vida, por lo que muchos de los
miembros que forman parte de ella se organizan para reflexionar y analizar respecto el
estado de arte del fenómeno y clarificar aspectos aun no resueltos en su comprensión.
En el año 1998, la ISQLS publica un documento denominado “Quality of life. Definition
and terminology: a discussion document from the international society for quality of life studies”, en
la que participan diversos teóricos -miembros de la ISQLS- estableciendo un debate
en torno a las visiones del concepto de “calidad de vida”, evidenciando convergencias
30
y divergencias en su comprensión, lo que sin duda reafirma la idea de complejidad,
además de su inagotable discusión en relación a definiciones y conceptualizaciones.
Uno de los aspectos que rescata el documento es la presencia de las dos dimensiones
presentes en el término calidad de vida: objetividad y subjetividad. Respecto de ellas,
Cummins señala: “de todos los hallazgos de los estudios de calidad de vida, sospecho
que la interdependencia relativa de estos dos conceptos constituye uno de los más só-
lidos” (Cummins, 1998: 4). Asimismo, en el documento se plantea, que la convivencia
entre las dos dimensiones genera una gran interdependencia, argumentando que “una
cosa en la que seguramente todos estaríamos de acuerdo, como cuestión de experiencia
humana común, es que las condiciones humanas subjetivas son a la vez causa y efecto
de las condiciones humanas objetivas” (Cummins, 1998: 4).
La dependencia o interdependencia que pueda darse entre el comportamiento de estas
dos dimensiones de la calidad de vida es aún un aspecto no resuelto para sus estudio-
sos. Hay quienes plantean que existe una relación entre ambos que condiciona bidirec-
cionalmente ambas dimensiones, mientras hay otros que plantean que son dos ámbitos
que poseen independencia. En la argumentación respecto de este último ámbito, se
posee evidencia de estudios empíricos, como el de Andrews y Withey, Campbell y
otros, donde se muestra que los datos objetivos no se correlacionan con el bienestar
subjetivo.
El consenso respecto la existencia de estas dos dimensiones, “objetividad y subjetivi-
dad”, no se extiende al consenso respecto a la relación entre ambos. Por ende entre los
estudiosos de la calidad de vida existen algunos que creen y defienden la independencia
de las dos dimensiones mientras que otros lo hacen respecto a la relación entre ambas.
Cummins señala que “la calidad de vida es a la vez objetiva y subjetiva y se compone
de siete dominios: bienestar material, salud, productividad, intensidad, seguridad, co-
munidad y bienestar emocional. Los dominios objetivos están compuestos de medidas
culturalmente relevantes del bienestar objetivo. Los dominios subjetivos consisten en
la satisfacción del dominio calculado según la importancia para el individuo” (Cum-
mins, 1998:14). Incluso más tarde, Cummins dirá que, como resultado de estudios
posteriores, ha surgido un octavo ámbito denominado bienestar espiritual, que aunque
no se utiliza mayormente, ya que no altera los resultados de las medidas en los estudios
realizados, sí se utiliza en aquellos países o zonas en las que se sabe que la adhesión
religiosa es importante (Cummins y Cahill, 2000).
En un nivel más específico, los investigadores han reflexionado y debatido respecto a
la polémica sobre qué indicadores miden mejor la calidad de vida, si las condiciones
objetivas de vida o si las percepciones y evaluaciones de las personas, “recientemente la
polémica parece haberse superado al plantearse como reto crucial la comprensión de la
correlación o falta de correlación entre ambos conjuntos de indicadores que se vienen
observando en distintos estudios” (Casas, 1996: 41-42).
KARINA GATICA
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Revista de Educación Media
Respecto de esta relación objetividad v/s subjetividad, el BID plantea que “aunque los
indicadores de calidad de vida objetiva son insustituibles, las percepciones de calidad
de vida resultan esenciales para entender aspectos imposibles de medir mediante la
observación externa, y son centrales en el proceso de decisión e implementación de las
políticas públicas en sociedades democráticas” (Lora, 2008: 16).
Respecto a la elaboración y el uso de indicadores sociales, existe gran controversia.
Muchos plantean que la construcción de indicadores subjetivos es inestable, aludiendo
principalmente a que las opiniones de las personas van cambiando y además son pun-
tos de vistas personales, lo que impide la comparación entre poblaciones considerando
las diferencias en las percepciones de los sujetos frente a una misma situación.
Los estudiosos del bienestar social se enfrentan a múltiples críticas respecto a las me-
diciones, ya que los críticos advierten que las personas reflejan en sus respuestas sus
ideas y deseos respecto a la vida, pudiendo encontrarse con respuestas “falsas” como
defensa del yo o la expresión del deseo social. Así mismo, señalan que existiría una con-
fusión semántica respecto los conceptos utilizados en las preguntas, entre otras críticas.
A pesar de lo anterior, el estudio de la calidad de vida va ampliando los contenidos
que implican tanto el nivel de vida como el bienestar subjetivo. Casas, 1996 cree que la
calidad de vida en sus orígenes científicos se entiende como “un concepto que incluye
siempre, además de medidas de las condiciones materiales de vida, medidas de las per-
cepciones y evaluaciones de las personas en relación con dichas condiciones. Es decir,
el concepto calidad de vida nace precisamente dando relevante entidad a los aspectos
psicosociales del desarrollo colectivo y de los cambios sociales en general. La calidad
de vida se plantea como una función del entorno material (EM) y del entorno social
(EPS)” (Casas, 1996: 43).
CV= f (EM, EPS)
Investigaciones realizadas han enfatizado en la importancia conjunta de lo personal,
el entorno social y las circunstancias que parecen determinar los niveles de bienestar
subjetivo, poniendo especial atención a las metas y aspiraciones de los grupos. En el
estudio de Helliwell (2002) se da cuenta de la subjetividad del fenómeno, en él se señala
que en América Latina, a pesar de autoevaluarse el bienestar menor que la media de
países pertenecientes a la OCDE, el diferencial es menor a lo que el modelo predice.
“En América Latina, el bienestar es menor que en países de la OCDE, sin embargo, el
diferencial es menor que el modelo podría predecir, de modo que cuando el modelo
completo se aplica, los encuestados latinoamericanos están más satisfechos con sus
vidas que lo que las circunstancias sugieren” (Helliwell, 2002: 26).
El concepto de bienestar posee muchas interpretaciones. De acuerdo a como lo en-
tiende Cohen (1996), el concepto posee dos interpretaciones: “1). el bienestar como un
disfrute, y 2). el bienestar como satisfacción de preferencias, en el cual las preferencias
ordenan jerárquicamente los estados del mundo” (Cohen 1996: 29).
32
Resulta importante señalar que el concepto de bienestar en inglés se utiliza a partir
de dos palabras que en el lenguaje común tienen igual significado, pero que en las
discusiones sobre calidad de vida han ido adquiriendo diversos significados, tal como
lo aclaran Nussbaum y Sen, “welfare y wellbeing poseen significados diferentes. La
primera se refiere al sistema de asistencia social que dio origen al estado benefactor
en el mundo occidental, y abarca las teorías del bienestar, las cuales postulan como
elemento primordial la satisfacción de las necesidades o el placer (utilitaristas); y las
objetivas, aquellas que afirman que los bienes -o mercancías o recursos- que controla
una persona son lo importante (teorías objetivas del bienestar). El segundo término es
usado de manera diferente. Lo utilizan algunos autores que se alejan de la concepción
utilitarista del bienestar y se relaciona más con la condición de la persona” (Nussbaum
y Sen, 1996: 22).
Hoy día, como plantea Richard Eckersley (2009), la tendencia en los estudios es a en-
focarse en el bienestar subjetivo (SWD), mucho más que en el pasado, por lo que se
realiza a través de una serie de escalas e instrumentos destinados para ello.
El bienestar psicológico o bienestar subjetivo es considerado un componente de la ca-
lidad de vida, concepto más amplio. Lawton (1983, en Casas 1996), ante la diversidad
de modelos e interpretaciones sobre calidad de vida y sus componentes, propuso un
concepto alternativo, el de “buena vida”, de claro sesgo psicologista y que distingue
entre bienestar psicológico, calidad de vida percibida y competencia comportamental,
contrastando con un cuarto y último componente de su concepto que es el entorno
objetivo. Para el autor, las dimensiones relacionadas con el concepto son:
•	 La competencia conductual; capacidad de funcionar en las áreas de salud y salud
funcional-sensación/percepción, cognición, uso del tiempo y comportamiento so-
cial.
•	 El bienestar psicológico, afecto negativo, felicidad, afecto positivo y congruencia
entre objetivos deseados y alcanzados.
•	 La calidad de vida percibida, satisfacción consigo mismo, con la familia, amigos,
actividades, trabajo, ingresos, vecindario, vivienda, etc.
•	 El entorno objetivo, físico, personal, de pequeño grupo, supra personal, social.
De acuerdo a resultados de estudios sobre percepción de calidad de vida, Eckersley
(2009), señala que muchos estudios en la última década, revelan niveles de ira y ansie-
dad producto de los cambios sociales que no eran evidentes hace 30 años (Eckersley.
2009: 7).
El estudio respecto a la calidad de vida en América Latina, realizado por el BID (2008),
entrega sus resultados en la publicación: “Calidad de vida, más allá de los hechos”,
basado en datos de la encuesta mundial Gallup y otros datos obtenidos de la realidad
particular de cada país dando cuenta de la disparidad entre las mediciones de la calidad
de vida objetiva y subjetiva de los latinoamericanos. “En general los latinoamericanos
están satisfechos con sus vidas, aunque -esto es muy interesante- los habitantes de al-
KARINA GATICA
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Revista de Educación Media
gunos países más pobres son los más optimistas, en tanto que los residentes de algunos
de los países más desarrollados son los más pesimistas” (Lora, 2008: Prefacio VI).
Respecto de los resultados del citado estudio, se puede señalar que “a juzgar por sus
propias percepciones sobre calidad de vida, los latinoamericanos no están lejos de la
media mundial en las distintas dimensiones de sus vidas personales. En una escala de
0 a 10, los latinoamericanos califican en promedio con un 5,8 la calidad de sus propias
vidas, aproximadamente en el punto medio de todas las regiones” (Lora, 2008: 18).
Así, “los individuos que pertenecen a grupos socioeconómicos más altos tienen mejo-
res percepciones de sus condiciones de vida personales en todos sus aspectos (…) en
los países de América Latina el quintil de ingresos más altos de cada país percibe en
promedio cerca del 57% del ingreso total, mientras que el quintil más pobre percibe
en promedio cerca del 4%. Las diferencias en las percepciones son, en cambio, muy
reducidas: el quintil más alto evalúa con un 6,5 su nivel de satisfacción con la vida y
el quintil más bajo con un 5,0. De igual forma el 79% de los individuos del quintil de
ingreso más alto en sus países se declara satisfecho con su calidad de vida material,
frente al 57% de aquellos del quintil más bajo. Esto implica que los grupos de ingresos
más bajos tienen un sesgo optimista más pronunciado que los grupos de ingresos más
altos” (Lora, 2008:26).
Lo anterior, es denominado por sus autores como “paradoja de las aspiraciones”, de
aquellos grupos más vulnerables de la población, lo cual resulta “inquietante” para los
autores del informe. Destacan, producto de los resultados, que se genera una “paradoja
del crecimiento infeliz”, ya que se observa que “el crecimiento económico, en vez de
elevar, reduce la satisfacción de los diversos aspectos de la vida de las personas, espe-
cialmente en países que han alcanzado un cierto estándar de ingresos y de consumo”
(Lora, 2008: 41). Por lo anterior, puede plantearse que existe una compleja relación en-
tre el ingreso y la satisfacción con la vida, que plantea diversas tensiones a los planifica-
dores sociales, incluso en el informe del BID, se plantean preguntas como: ¿es deseable
el crecimiento económico aunque deteriore al menos temporalmente la satisfacción y
aumente la pobreza subjetiva?
En el estudio de la calidad de vida se abren muchas preguntas que aún no pueden
resolverse y que seguramente con el transcurso del tiempo, se vislumbrarán nuevas
perspectivas en su estudio.
Para finalizar, no debemos dejar de mencionar que la calidad de vida se enmarca como
un fenómeno de estudio que debe integrar dimensiones objetivas y subjetivas, consi-
derando sin duda la relación de las personas con su medio. Con esto último nos refe-
rimos no solo a realidades locales, que contribuyen a contextualizar el fenómeno, sino
también a procesos macro sociales que permiten comprender los fenómenos que se
experimentan, siendo parte del inmenso entramado social y la red de relaciones globa-
les que caracteriza nuestra época.
34
Bibliografía
Amérigo, M. (1993). “La calidad de vida. Juicios de Satisfacción y felicidad como
indicadores actitudinales de bienestar”. Revista de Psicología Social 1 (8), p; 101
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37
Revista de Educación Media
Resumen:
Leer es comprender cómo somos dichos desde los signos. Es deshojar uno de los
poderes fundamentales del ser humano simbólico: el poder decir. Los discursos nos
rodean, nos tragan, nos salvan o nos asesinan. Quiero saber quién eres y termino
leyendo tus mapas corporales y, por ende, semióticos, generadores en tal grado de sig-
nificancia de tu sentido plural. Ningún signo, en esta urdimbre del texto plural, puede
agotar las posibilidades del sentido, el texto no es único, ni sagrado ni total. Se plantea
como método una semiótica terapéutica que concibe no solo al signo en su generación
sino que intenta conducirlo al bien de una alteridad desde una mismidad comprensiva.
Esta alteridad va desde el sentido más vil y trágico hasta lo exaltadamente sublime de
lo humano y de lo divino.
Palabras clave: leído, semiótica, terapia, poder, texto.
Abstract:
Reading is understand how are told from the signs. You pluck one of the fundamental
human symbolic powers: the power to say. The discourses around us, swallow us, save
us or kill us. I want to know who you are and finish reading your body maps and there-
fore, semiotic, generators such a degree of significance of your plural sense. No sign,
in this plural warp text, can exhaust the possibilities of meaning; the text is not unique,
nor sacred nor complete. Is proposed as a therapeutic semiotic method conceived not
only to sign its generation but attempts to lead the good of otherness from a compre-
hensive sameness. This otherness goes from the vilest and tragic sense to its excitedly
sublime of the human and the divine.
Key words: read, semiotics , therapy, power , text.
Lectura y Semiótica Terapéutica
Juan Barreto G.1
Reading and Therapeutic Semiotics
1	 Licenciado en Educación Castellano y Literatura (1986) con una Maestría en Literatura Latinoa-
mericana (1990). Centro de Investigaciones Literarias y Lingüísticas “Mario Briceño-Iragorry”,
unidad académica de investigación, docencia y extensión del Núcleo Universitario “Rafael Rangel”,
Universidad de Los Andes en Trujillo-Venezuela. Dirección electrónica: inyoinyo@gmail.com
38
2 	 Paul Ricoeur conjuga la ética con la moral, siendo la primera “la referencia última al bien” y la
segunda, “el paso a través de la obligación”. Lo optativo y lo imperativo. Véase “La persona:
desarrollo moral y político”, en: Revista de Occidente, Nro 167- 1995a. Madrid.
1. Una Semiótica Terapéutica
El mundo emite textos, signos, sentidos. En el mundo semiótico es imposible una sola
voz, la univocidad. De hecho, el texto del mundo es complejo, múltiple polisémico.
Es la casa del lenguaje y del ser: “En este sentido, la semiosfera del mundo contem-
poráneo, que, ensanchándose constantemente en el espacio a lo largo de siglos, ha
adquirido en la actualidad un carácter global, incluye dentro de sí tanto las señales de
los satélites como los versos de los poetas y los gritos de los animales. La interconexión
de todos los elementos del espacio semiótico no es una metáfora, sino una realidad”
(Lotman, 1996, p.35).
Estamos tras sus rastros, ellos nos invaden. Frente a esta condición de la semiosfera
mundana puedo deliberadamente plantearme lo que quisiéramos llamar una semiótica
terapéutica. Estudio y comprendo al mundo emisor y trato de conducirlo, a través de la
lectura, no hay otro medio, a una relación o interrelación terapéutica. Nos conducimos
a un espacio semiótico donde se introduce un elemento obligatorio en esta relación:
la necesidad de producir el bien y la curación del otro desde una comprensiva de la
semiótica de la alteridad pero también de la emergencia de la curación humana y pla-
netaria. La condición optativa2
de hacer el bien es la base de la condición imperativa
de la emergencia que la debo convertir en mi emergencia, me la apropio y la llevo a la
intimidad, el mundo se convierte en mi mundo. La condición optativa presupone una
elección y un acercamiento. Lo sugiere Lotman así: “Un comportamiento consciente
no es posible sin elección, y en consecuencia, presupone la existencia de un espacio
colmado de nombres propios” (1999, p.23).
El lector habita el texto desde su causalidad, la lectura es una actividad de apropiación
de la causalidad del texto. El desfile de imágenes es la fiesta del sentido del texto. Los
ojos del lector resucitan la semiótica del texto. Ese desfile vuelve a motivar al lenguaje
y sus participaciones siempre fuera de la coherencia acabada, circunspecta. El texto
en el arte es un texto sensible, pluralmente sensible, de allí que tales participaciones
resucitan frente a la causalidad del lector del mundo su semiótica causal, su polifonía
irregular que, al tocar la membrana de los ojos, de los oídos o de las manos se abre al
corazón del mundo. El texto y su cuerpo, o el cuerpo del texto, emana sangre semiótica
al corazón del mundo, ese corazón es le-siendo, es porque al leerse el texto, el sentido
comienza a ser cada vez. Es un le-siendo irregular, estupendo, como las olas del mar
sobre la arena, infinitas e irrepetibles. Ser una particularidad dentro de una totalidad en
movimiento, ningún sentido trata de maltratar al otro, simple conexión, sin atributos
autoritarios, es siendo lo que el otro es y no ha sido, una frontera de arena húmeda
que le da paso, en constante conexión, a otra y otras que le son semejantes aun siendo
particulares, pero, esta particularidad no obedece al aislamiento, se entrega al saberse
recogida, retomada por la próxima huella. El texto acorta las distancias, te hace vivir un
Juan Barreto G.
39
Revista de Educación Media
viaje hacia el sentido polisémico del mundo. Ese enlace entre tú, el texto y el mundo
siempre está dándose: es el le-siendo. Un texto total sería como el repertorio semió-
tico del mundo humano, traería a sus páginas y a sus lenguas todas las posibilidades
semióticas y artísticas del mundo. Es por esto, como imposibilidad de cancelación del
siendo total, el texto particular no agota el diálogo sino que lo abre, lo vuelve abanico.
Esta condición destotaliza la realidad, es un velo que siempre se está corriendo como
las aguas del mar. Una biótica cultural, la semiosfera propuesta por I. Lotman (1996).
Los signos viven y se mueven gracias a la existencia del hombre como Midas semió-
tico: todo lo que toca se vuelve signo, signo movible. Dejar de tocarlo es propinarle
la muerte, uno de los síntomas singulares de esa muerte próxima es el monologismo.
Hablar con el otro, insinuarlo, mirarlo, tutearlo, saber que existe es aceptarse en el
dialogismo. Torturarlo, fagocitarlo, extinguirlo es querer ir a la totalidad monolingüe,
eso que llaman pensamiento único: “El dialogismo es una condición fundamental para
una aproximación orientada a la globalidad, aunque favorezca primero la apertura a lo
local, a lo particular que no está aislado no cerrado en sí mismo. Así que esta clase de
aproximación favorece la tendencia a la des-totalización contra la totalización” (Petrilli,
2007, p.479). Todo control previo del sentido pretende apuntar la aguja del buscador
semiótico a la totalidad y, por lo tanto, a producir el monologismo general de una
particularidad. Controlar el movimiento semiótico es asunto del poder, liberarlo es
asunto de la comprensión de la alteridad. Controlar el logos no resulta lo mismo que
comprender cómo funciona en los otros y en mí. No podemos funcionar culturalmen-
te concentrados en la mismidad o en la ajenidad. El péndulo que relaciona a ambos
ha funcionado de mil maneras, resultando la pluralidad, la polisemidad podría llamarla
aquí. Somos resultado de un le-siendo- en- la- polisemidad.
2. La Lectura Amante
Leer es encontrar al otro en la lectura, es descubrirlo para amarlo en la comprensión.
Esto sería una especie de lectura amante, lectura amorosa; no poderosa. Ya sabemos
que el poder no ama, solo posee, sin dejarse poseer. El otro en el arte ha sido poseído
amorosamente, está allí para ser comprendido; no prendido, apresado para la totalidad
sino liberado para la polisemidad. Recordemos al bueno de Barthes … “todo significa
sin cesar y varias veces, pero sin delegación en un gran conjunto final, en una escritura
última” (Barthes, 1980, p.8). La escritura última, o la lectura última se profetiza como la
verdad total, la unicidad. Una maldición, el predominio de una sacralidad, la serpiente
mordiendo su propia cola y exterminándose.
La lectura es una interrogante aproximada sobre el objeto representado en el texto. En
su libro sobre el cine, Lotman nos recuerda que “La misión del arte no es simplemente
reproducir el objeto, sino hacer de él un portador de significado” (Lotman, 1979, p.
21). Entonces, la lectura es el puente por donde pasa hacia la vida nuevamente el objeto
representado y su significación. Se produce información de la vida signada porque no
es un proceso automático, sus consecuencias son impredecibles. Al pasar el puente ya
el texto artístico es otra cosa, es un objeto significado y viviente gracias a la memoria
40
del mundo puesta en el texto y a la memoria del lector que lo devuelve a la vida, justo
el proceso que Paul Ricoeur llama “refiguración”, es el tercer gran latido de su arco
mimético-hermenéutico (Ricoeur,1995b). Todas las acciones del ser en el lenguaje son
el fondo de los textos, un rasgo, un trazado, un lienzo, un verso, una canción, una
fotografía al pasar por los ojos del humano ser se vuelve intelección. Lo terrible y lo
hermoso va al signo, el hombre semiótico habla a través de ellos, se vuelve sentido,
vuelve al sentido. El hombre y sus acciones, haciendo sus textos y sus signos, está sien-
do leído. Los ojos de alguien ven a alguien sentado en la tarde quien a su vez ve a un
caballo comiendo soles…
Los vínculos entre el signo y el mundo son complejos. Cada signo es el mundo a su
manera, genera semejanzas ante sus particularidades. Es múltiple como el mundo, es
propio y ajeno, ancho y angosto, hermoso y terrible. Nos hace recorrer el mundo,
viajamos por ese mundo leído. Siendo una parte del ser y de la cultura, funciona como
ellos. Se mueve. Al principio fue el signo… sigue siéndolo y siendo. Leído, Le- siendo.
Convencionales y figurativos, los signos siguen siendo el mundo. Artificio y naturaleza
en el lenguaje antropomórfico. El lenguaje me enseña el mundo. Yo aprendo del len-
guaje del mundo, soy partícula de su lenguaje. Soy Lenguaje. No se trata de hablar de
ventajas y desventajas sino de ser en el lenguaje. Un signo en el lenguaje vuelto lengua-
je. Comunicación, terapia: escucha. Escucho los signos del mundo y qué he de hacer
sino comprenderlos. Escucho escuchándome y escuchando al mundo, me escucho
terrícola y escucho la bolsa de piel que soy, viva bolsa en la bolsa cósmica. Esta vida y
su escucha, placenta viva de la tierra y en riesgo, sentidos arriesgados y riesgosos nos
lleva, nos exige otra lectura para cuidar la vida. Ya no es diálogo-lectura para viajar por
la vida, la semiosfera y la biosfera juntas, sino para ser responsables y cuidadosos. El
lenguaje, la casa y el ser que la habita están en riesgo planetario. Tal situación exige una
relación medicinal, un remedio semiótico, debemos revivir lo medicinal de los incas,
el país medicinal del que hablaban, diría ahora, el planeta medicinal. Esta perspectiva
semioética la propone Susan Petrilli y nos especifica:
La semiótica, en sentido médico, es escucha, practicada por medio de la sintomatología.
Refiriéndonos a la cultura humana y a la sociedad, a la antroposemiótica y, más es-
pecíficamente, a la socioantroposemiótica, la semiótica tiene que escuchar los síntomas
del mundo globalizado actual e identificar las numerosas expresiones de necesidad y
malestar que se van multiplicando en las relaciones sociales, así como en los contextos
internacionales, en las vidas de los individuos, en el ambiente, en concreto, en la vida en
general de todo el planeta (Petrilli, 2007, p.465).
Leído, le-siendo, terapiando. Aparece un poder ético desde la semiótica. Poder curar-
se-nos. Poder ético que nos libera terapiando en el otro, semiótica de la alteridad, poder
siendo en el otro lo que comprendo que soy de diferente frente al otro que no soy. Una
relación terapéutica, de curación, medicinal, ni de lástima ni caritativa, sino de cara a
cara, cuerpo a cuerpo, sujetos que comprenden sus alteridades. Mi identidad no es la
identidad ni la alteridad por completo del otro. La interrogación y la comprensión son
el hito y a la vez el puente. No es posible que exista el Mundo, el Texto, la Iglesia o el
Juan Barreto G.
41
Revista de Educación Media
Estado, el Poder, el Género… No existe la totalidad, es una pretensión peligrosa de
la ideología occidental dominante, globalizar, identificar, transparentar… el ego con-
quistador de la globalización... uno somos todos… el poder es uno en todos… una
pretensión… tal como ha sido la de la individualidad en sí misma, única, sin tregua a lo
otro… Leo siendo el otro y lo comprendo. Al ser el otro en la alteridad logro la armo-
nía en la diferencia. Me vuelvo cósmico, mi mí mismo se destotaliza en la alteridad que
soy en el otro. La terapia del amor cósmico desmonta al individuo, a la identidad de lo
global, lo idéntico negador de la reciprocidad se ha vuelto mismidad global negadora
de la diferencia. Este oxímoron es esencial, no es eventual sino condicional para una
ética de la semiótica cósmica capaz de proyectar el compromiso del gran sistema de
los signos a la conservación y cuidado del gran sistema de la vida del otro. Este oxímo-
ron, armonía en la diferencia, sintetiza para mí la lógica de la alteridad. Recalca Petrilli:
“Ahora ha llegado el momento de añadir una nueva visión de la alteridad con respecto
a las precedentes dentro de la semiótica global: ya no es solo el otro de y por sí mismo, el
prójimo (sea vecino o lejano, en realidad siempre es vecino), sino que el otro se refiere
también a los seres vivientes distantes en términos genéticos” (Petrilli, 2007, p.482).
3. Un Poder Contra Otro. La Lucha Vital
La convocatoria de la semioética sería “a la autenticidad de un compromiso a un nivel
práctico, a nivel de acción, más allá de la pura teoría; la semioética nos llama a la partici-
pación e implicación con el otro, superando los separatismos y los intereses personales
para cuidar y amar al otro” (Petrilli, 2007, p.480). Toda la vida y todos los signos que
se refieren a esa vida, los signos de los signos, la biosfera en la semiosfera, son una
responsabilidad humana. La gran acción de la humanidad dentro de la ética es amar a
la humanidad toda pero, también su acción comprometida para detener a quien atenta
contra el destino cósmico, planetario y local. La terapia se vuelve un poder contra el
poder de la guerra y de la muerte. La terapia semiótica se vuelve lucha vital y la belleza
y el amor, como ejes de armonía entre signos y vida para la lectura y creación de los
discursos y las acciones del nuevo humanismo de la alteridad. Entonces, la terapia se
vuelve una dramática, pasar al drama, actuar desde esta perspectiva que ya no lo es sino
necesidad, emergencia, ser hospitalarios. No es una cuestión lejana, es acto oportuno,
nos damos la oportunidad de actuar como humanos en terapia, intensiva, intensa para
salvarse. No se trata de un método académico, didáctico, esto no es una receta:
“…dramatizar nuestro pensamiento, es algo muy distinto a escribir un artículo especiali-
zado que enuncia in abstracto cuestiones abstractas. Se requiere una suerte de coraje físico,
quizás cierto exhibicionismo, talento actoral y disposiciones que no están inscritas en el
habitus académico…” (Bourdieu, 2008, p.22).
No es un cuestionamiento solamente, no hay pureza teórica, académica, propende al
acto, ya decirlo es acto de reconocimiento de la acción misma del poder decir terapéu-
42
tico. El cuerpo terapeuta se expone con su palabra actuando, no mira desde afuera de
él, se vive con la otredad y se expone al amor del otro y, por consiguiente, al odio de lo
que no es el otro sino lo mismo castrador. Llamo aquí lo mismo castrador al hombre que se
considera amo del mundo y del otro, dueño y artífice de sus símbolos y su cultura. Es
el gran difusor, dueños de aparatos poderosos que emiten las señales del dominio. Es
quien convirtió la palabra, el lenguaje y la imagen en una industria y el mundo se volvió
mercancía vendida y comprada, vuelta infeliz que no solo es económica sino simbólica.
El lenguaje se seca, se vuelve esa vuelta, ya el ser no existe en ella, se ha fugado, está
muerto (no de parranda), muerto, consumido, símbolo consumidor, consumado. Todo
este muerto lenguaje está detrás de tal industria mediática, lenguaje monológico, solo
lleva a la muerte, a la conversión del ser en consumidor. En “Preguntas a los verdade-
ros amos del mundo”, Pierre Bourdieu hace la siguiente consideración:
Me encantaría someter a estas personas tan influyentes a un interrogatorio similar al que
Sócrates planteaba a los poderosos de su tiempo. No estoy en condiciones de hacerlo, pero
de todos modos quisiera arrojar algunas preguntas –que a estas personas seguramente ni
se les ocurre, en especial porque no tienen tiempo- que remiten todas a una sola: amos del
mundo, ¿acaso ustedes dominan su dominio? O para decirlo más sencillamente, ¿saben qué
es lo que están haciendo y todas las consecuencias que ello acarrea? Preguntas a las cuales
Platón respondía con una fórmula célebre que sin duda también se aplica aquí: “Nadie es
malvado voluntariamente” (Bourdieu, 2008, p.p. 48-9).
En un poema me hago la siguiente pregunta o, mejor dicho, la siguiente pregunta es el
poema: “Cuántas víctimas faltan/ Cuántos roedores de hombres faltan”. Así pregun-
tamos desde la poesía que es un acto deliberado. El arte poético va al corazón, es un
zumbido del lenguaje para que el corazón se mueva y no se muera, alarma para des-
pertar contra la violencia negativa, esa que “emana del poder y pretende monopolizar
el lenguaje como instrumento exclusivos de uso, negando el acceso a las fuentes de
placer, conocimiento y misterio que le son propios para destinarlo a simple mecanismo
de propaganda política y comercial, ofuscando la conciencia crítica y el conocimiento
profundo que de él naturalmente emanan, erosionando su capacidad lúdica, emocional
y comunicacional, cegando los manantiales que llevan irresistiblemente a la poesía”
(Bordelois, 2007, p. 97).
La poesía nos enseña las diferencias y permite que a la vez seamos análogos, hermanos,
amantes, amigos. No se puede ser enemigo desde la poesía, ese camino de vuelta a casa,
al corazón del otro, al vientre del alma. La mayor expresión terapéutica del lenguaje se
encuentra en dos actos envolventes, voladores, íntimamente humanos donde el otro es
capaz de ser lo que realmente es: estos actos son el Amor y la Poesía. El poder hacer
y el poder decir terapéuticos, juntos son una explosión esplendorosa de lo humano,
la potencia humana en vuelo estético y ético, esas dos alas del ángel que la muerte y
sus lenguajes despegan, escinden. Una frase que me atrapó del libro de Bordelois: “la
palabra sola no puede salvarnos, pero no nos podemos salvar sin las palabras” (2007,
Juan Barreto G.
43
Revista de Educación Media
p. 98). La palabra pan de cada día, la palabra alimento, la palabra volante, voladora.
Una palabra bastará para salvarme, o para matarme. La palabra maga y la palabra mala.
El mundo da vueltas y vueltas, el hombre da vueltas y vueltas, el lenguaje da vueltas y
vueltas. Tratemos que la próxima vuelta no sea la última.
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45
Revista de Educación Media
Resumen:
La presente propuesta tiene como interés central reflexionar acerca del fenómeno de
la invisibilidad de la problemática de la violencia de género contra algunos grupos de
mujeres, en función de su pertenencia o no a determinados espacios o semiosferas. A
estos grupos pertenecen niñas, adolescentes y jóvenes pobres, y cada vez más, niñas y
jóvenes aborígenes de la región Nordeste de la Argentina. Sus problemáticas no logran
visibilizarse a pesar del fenómeno actual en el que la esfera de lo privado (ámbito pri-
vilegiado de la intimidad, de lo corporal y de la confidencia) ha tomado estado público
a partir de los medios de comunicación y del uso personal de la tecnología a través de
las redes sociales. En este contexto, nos interrogamos hasta qué punto la violencia de
género que sufren mujeres pertenecientes a esferas de extrema vulnerabilidad sigue cir-
cunscripta a lo privado en función de la falta de escolaridad y de recursos económicos.
Palabras clave: Invisibilidades- semiosfera- frontera- violencia de género- discursos
Abstract:
This proposal is mainly interested in reflecting on the phenomenon of the invisibility
of the problem of gender-based violence against some groups of women, on the
basis of their belonging or not to certain spaces or semiosphere. Such groups include
poor girls, teenagers and young people, and increasingly, girls and young aboriginals
in the northeastern region of Argentina. Their problems remain unseen in spite of
the current phenomenon in which the private sphere (privileged area of the intimacy,
the body and the secrecy) has become public because of the mass media and the per-
sonal use of technology through social networks. In this context, we wonder to what
extent gender violence suffered by women belonging to areas of extreme vulnerability
remains circumscribed to the private sphere in function of the lack of schooling and
economic resources.
Key Words: Invisibilities- semiosphere- border - gender violence - speeches
Espacios Semióticos e Invisibilidades
en torno a la Violencia de Género
Natalia Virginia Colombo1
Semiotic spaces and invisibilities about gender violence
1	 Doctora en Semiótica, Centro de Estudios Avanzados (CEA) y Facultad de Filosofía y Humani-
dades de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Argentina. Instituto-Departamento de Le-
tras. Facultad de Humanidades, Universidad Nacional del Nordeste. Resistencia, Chaco. Argentina.
Email: nvcolombo@gmail.com
46
1. Introducción
En el contexto latinoamericano y en relación a la invisibilidad de la problemática de la
violencia de género, nos interrogamos hasta qué punto la violencia de género que sufren
mujeres pertenecientes a esferas de mayor vulnerabilidad sigue circunscripta a lo priva-
do en función de la falta de escolaridad y de recursos económicos, entre otros factores.
Esta mirada de la problemática nos ubica en las reflexiones en torno de lo corporal
como soporte de la semiosis infinita, también en relación con la convivencia con los
otros y con la importancia que adquieren, en este contexto, los espacios. Cuestiones
estas que serán abordadas a lo largo de esta propuesta sin perder de vista un acerca-
miento a la violencia de género2
.
Antecedentes de la Reflexión Actual
Para llegar a este punto, hubo una primera instancia de estudio en la que resultó perti-
nente el aporte de la relación entre el discurso de los medios y el discurso político de
circulación social en la provincia del Chaco. Esta relación resultó relevante en función
de la importancia que adquiere la conformación del espacio público a través de estos
discursos en relación con problemáticas de fuerte incidencia en la vida social, como lo
es por ejemplo, la violencia de género. Es en el ámbito de los medios donde se discu-
ten y difunden masivamente problemáticas relacionadas con el poder público; es decir,
con el espacio de tomas de decisión, con lo político. En otras palabras, consideramos
que los discursos políticos se constituyen en parte de las condiciones de producción
del discurso de los medios, los cuales, a su vez, generan nuevos discursos que serán
difundidos a gran escala en la sociedad.3
Discursos que conforman una red semiótica
infinita en la que se materializan los hechos sociales y que asociamos en esta propuesta
con el espacio de lo público en contraposición a lo privado que retomaremos más adelante.
El fenómeno de la violencia contra las mujeres se constituye, de este modo, en un proce-
so de producción de sentido que implica comportamientos y prácticas que están, muchas
veces, naturalizados en el funcionamiento de la vida en comunidad y que tienen al cuer-
po como centralidad. Sin embargo, no siempre la relación interdiscursiva entre discurso
político y mediático resulta clara, ni los medios difunden toda la información política (en
2	 Es de destacar que este trabajo forma parte de un proyecto más amplio denominado “Producción
y comprensión de discursos de circulación social en la región NEA. Descripción, análisis y apli-
caciones” dirigido por el Dr. Hugo Wingeyer y acreditado en la Secretaría General de Ciencia y
Técnica de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).
3	 Los discursos que conformaron el corpus corresponden a discursos políticos oficiales, declaracio-
nes de actores políticos a la prensa, artículos de opinión y noticias, entre otros. Sin embargo, en
el transcurso de la investigación observamos que, ante el silencio o parcialización de las informa-
ciones que circulaban a través de los medios tradicionales, debíamos tener en cuenta los portales
de noticias regionales, como también, las redes sociales como facebook. Éstos fueron abordados,
principalmente, teniendo en cuenta el Análisis del Discurso y atendiendo a su carácter interdisci-
plinario en relación con las disciplinas lingüísticas que aportan sus marcos teórico-metodológicos,
a los fines de encarar y abordar tal diversidad discursiva (Arnoux, 2006).
Natalia Virginia Colombo
Educación Media: Calidad de vida, educación e historia
Educación Media: Calidad de vida, educación e historia
Educación Media: Calidad de vida, educación e historia
Educación Media: Calidad de vida, educación e historia
Educación Media: Calidad de vida, educación e historia
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  • 1. R E V I S T A D E E D U C A C I Ó N M E D I A ISSN: 0718 -7351 Número 4 • Año 2014 U n i v e r s i d a d d e l P a c í f i c o / w w w . u p a c i f i c o . c l Facultad de Ciencias Humanas y Educación Pedagogía en Educación Media en Historia y Ciencias Sociales I. CALIDAD DE VIDA Aproximación al estudio y comprensión de la Calidad de Vida. Lectura y semiótica terapéutica. Espacios semióticos e invisibilidades en torno de la violencia de género. La educación y la guerra en el México de hoy. Gestión de la diversidad cultural: modelos, retos y propuestas. ¿Territorios más felices?: Claves comprensivas desde la planificación estratégica. II. EDUCACIÓN Gestión Universitaria: nuevas demandas y desafíos actuales El pensamiento crítico como tema de la agenda de la reforma educacional chilena. El maestro ignorante de Jacques Rancière, una lectura para reinventarse y reencantarse en el día a día de la docencia. El valor de la palabra, el sentido del diálogo. Una pers- pectiva desde la antigüedad griega. Sobre el patrimonio cultural y la identidad nacional. Amado Nervo en cora y la cuestión étnica. III. HISTORIA Los habitantes de los conventillos de Santiago de Chile de inicios del siglo XX, una mirada desde la óptica de la novela naturalista. El quehacer de un prehistoriador en la historia de Chile: La historiografía de un prehistoriador. Factores de cambio dentro del sistema de partidos 1958-1973. El camino hacia el quiebre de la democracia. IV. PRESENTACIÓN Y COMENTARIO DE LIBROS Reseñas del libro Historiografía y humanismo en la Roma antigua, escrito por Noelia Torres Cernoch. La historiografía del siglo XX (desde la objetividad cien- tífica al desafío posmoderno), de Georg G. Iggers.
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  • 3. Facultad de Ciencias Humanas y Educación Pedagogía en Educación Media en Historia y Ciencias Sociales R E V I S T A D E E D U C A C I Ó N M E D I A Número 4 • Año 2014 ISSN: 0718 -7351 U N I V E R S I D A D D E L PA C Í F I C O / w w w . u p a c i f i c o . c l
  • 4. Esta publicación fue financiada por la Universidad del Pacífico en el marco del proyecto “Revista Educación Media” del Plan de Trabajo Anual de la Escuela de Pedagogía en Educación Media en Historia y Ciencias Sociales. Correspondencia dirigirla a: Doctor (c) Alonso Vela-Ruiz P. Revista de Educación Media, Facultad Ciencias Humanas y Educación, Universidad del Pacífico. Dirección Postal: Avda. Las Condes 11.121, Las Condes, Santiago de Chile. Correo Electrónico: revista.rem@mailupacifico.cl © Facultad Ciencias Humanas y Educación, Universidad del Pacífico, 2014. Los artículos y documentos de esta Revista no pueden ser traducidos ni reproducidos sin la autorización previa y escrita de la Universidad del Pacífico. La revista declina en los autores la total responsabilidad de las opiniones. ISSN 0718-7351 Revista de Educación Media Número 4, Año 2014 Santiago de Chile
  • 5. Revista Educación Media (REM) Publicación de la Facultad de Ciencias Humanas y Educación de la Universidad del Pacífico Director Profesor Dr. (c) Alonso Vela-Ruiz P. Director de la Escuela de Pedagogía en Educación Media en Historia y Ciencias Sociales Comité Editorial Profesora Dra. Natalia Colombo V. (Universidad Nacional del Nordeste, Argentina) Profesor Dr. (c) Héctor Correa G. (Universidad Adolfo Ibáñez) Profesor Patricio De la Puente L. (Universidad de Chile) Profesor Dr. José Enrique Finol (Universidad de Zulia, Venezuela) Profesora Mag. María Erika Maturana L. (Universidad del Pacífico) Profesora Dra. María Emilia Ortiz (Universidad Nacional de Cuyo, Argentina) Profesor Mag. Carlos Thomas W. (Universidad de Chile) Evaluadores Asociados Profesor Mag. Rodrigo Gangas C. (Académia Humanismo Cristiano) Profesora Mag. Fanny González M. (Universidad Católica Silva Henríquez) Profesora Mag. Ana Henríquez O. (Universidad de las Américas) Profesor Lic. Roberto Hernández A. (Universidad de Chile) Profesora Mag. Cecilia Inojosa G. (Universidad de Chile) Profesor Dr. Hugo Medrano H. (Universidad de Guadalajara, México) Profesora Mag. Carolina Miranda SM. (Universidad San Sebastián) Profesor Dr. Rogelio Nuñez C. (Instituto de Estudios Latinoamericanos, España) Profesor Dr. Carlos Ortiz A. (Universidad Andrés Bello) Profesora Dra. Claudia Ortiz N. (Universidad Técnica Federico Santa María) Profesor Lic. Edison Otero B. (Universidad Central) Profesor Dr. Patricio Zamora N. (Universidad Andrés Bello) Consultor Académico para este número Profesor Mario Orellana Rodríguez Premio Nacional de Historia 1994 Representante Legal Mag. Italo Giraudo T. Vicerrector de Administración y Finanzas Editora Profesora Dra. (c) Gloria Favi C. Secretaria de Redacción Mag. Andrea Alfaro L. Correctora de texto y estilo Lic. Patricia Abrigo M. Diseño y Diagramación Pedro Klarián H. Características de la Revista La REVISTA DE EDUCACIÓN MEDIA es una publicación oficial de la Facultad de Ciencias Humanas y Educación de la Universidad del Pacífico. Dicha Revista, de carácter monográfico, está concebida como una instancia difusión de informes finales de investigación, reflexiones teóricas, entrevistas, traducciones y reseñas críticas en torno a los temas de educación, pedagogía, didáctica, docencia, antropología, filosofía, sicología de difusión, historia, geografía, economía, ciencia política, sociología, literatura, lenguaje, comunicación y semiología. La Revista cuenta con un comité editorial que recibirá los trabajos de académicos de la Universidad del Pacífico, de universidades chilenas y extranjeras. Las opiniones señaladas en notas o artículos firmados no representan necesariamente las del Comité Editorial ni las de la Facultad de Ciencias Humanas y Educación. Las normas de edición para preparación y presentación de los artículos se detallan en las páginas finales de cada volumen. Esta publicación está incluida en: LATINDEX - Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, El Caribe, España y Portugal.
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  • 7. 7 Revista de Educación Media Saludo de la Decana de la Facultad de Ciencias Humanas y Educación, Violeta Vargas B. 9 Presentación del Director de la Revista de Educación Media, Alonso Vela-Ruiz P. 13 I. CALIDAD DE VIDA Aproximación al estudio y comprensión de la Calidad de Vida. Karina Gatica (Universidad del Pacífico, Chile). 19 Lectura y semiótica terapéutica. Juan Barreto (Universidad de Los Andes, Venezuela) 37 Espacios semióticos e invisibilidades en torno de la violencia de género. Natalia Colombo (Universidad Nacional de Córdoba, Argentina) 45 La educación y la guerra en el México de hoy. Hugo Medrano (Universidad de Guadalajara, México) 57 Gestión de la diversidad cultural: modelos, retos y propuestas. Natan Olivos (Universidad de Barcelona, España) 71 ¿Territorios más felices?: Claves comprensivas desde la planificación estratégica. Christian Quinteros (Universidad del Pacífico, Chile). 83 II. EDUCACIÓN 95 Gestión Universitaria: nuevas demandas y desafíos actuales. Violeta Vargas (Universidad del Pacífico, Chile). 97 El Pensamiento crítico como tema de la agenda de la Reforma Educacional Chilena. Gabriel Álvarez (Universidad de Santiago de Chile) 113 Índice
  • 8. 8 El maestro ignorante de Jacques Rancière, una lectura para reinventarse y reencantarse en el día a día de la docencia. Miguel Ángel Arredondo (Universidad del Pacífico, Chile). 133 El valor de la palabra, el sentido del diálogo. Una perspectiva desde la antigüedad griega. Ricardo López (Universidad de Chile) 145 Sobre el patrimonio cultural y la identidad nacional. Mario Orellana (Universidad del Pacífico, Chile). 159 Amado Nervo en cora y la cuestión étnica. Eugeni Porras (Instituto Nacional de Antropología e Historia en Nayarit, México) 173 III. HISTORIA 181 Los habitantes de los conventillos de Santiago de Chile de inicios del siglo XX, una mirada desde la óptica de la novela naturalista. Mabel Garrido (Universidad del Pacífico, Chile). 183 El quehacer de un prehistoriador en la historia de Chile: La historiografía de un prehistoriador. Miguel Lecaros (Universidad del Pacífico, Chile). 203 Factores de cambio dentro del sistema de partidos 1958-1973. El camino hacia el quiebre de la democracia. Cristian Villegas (Universidad de Las Américas, Chile) 219 IV. PRESENTACIÓN Y COMENTARIO DE LIBROS 237 Reseñas del libro Historiografía y humanismo en la Roma antigua, escrito por Noelia Torres Cernoch. Italo Giraudo (Universidad del Pacífico, Chile) y Edison Otero (Universidad Central, Chile) 239 La historiografía del siglo XX (desde la objetividad científica al desafío posmoderno), de Georg G. Iggers. Mario Orellana (Universidad del Pacífico, Chile). 253 INDICE
  • 9. 9 Revista de Educación Media SALUDO Hoy es un lugar común decir que la educación es sinónimo de progreso económico y social, hay acuerdo en que a más educación, mejores condiciones individuales, mayo- res niveles de equidad y movilidad social. También hay consenso en que la educación es uno de los ejes centrales en la construcción cultural de la sociedad, toda vez que favorece la vinculación de las personas, el dialogo constante, el pensamiento creativo y libre, la producción científica y del saber. A nivel individual, propicia el aprendizaje que incluye aspectos no solo ligados al pensamiento formal, sino también a dimensiones valóricas, actitudinales, sociales y físicas, que mejoran la calidad de vida de la persona y le permiten adquirir un sentido de pertenencia y seguridad. En esta perspectiva, la universidad ha adquirido importancia estratégica para el desa- rrollo y competitividad de los países. En efecto, su aporte es esencial para la formación de capital humano avanzado, la investigación y la innovación tecnológica, y para inte- grarse efectivamente en las redes mundiales de la sociedad del conocimiento. En el contexto de la educación actual en Chile, el Foro de Educación Superior Aequa- lis (2013) reconoció tres propósitos fundamentales de la educación: generación de conocimiento, para mejorar nuestra comprensión del mundo natural y social; difusión del conocimiento y la cultura, a través del desarrollo personal, social y cognitivo de los estudiantes; y contribución al desarrollo social y económico, mediante la innovación y la transferencia del conocimiento. La Universidad del Pacífico orienta su labor académica en base a una serie de princi- pios y valores, reflejados en su misión institucional, la que plantea que la Universidad es una comunidad educativa que aporta al desarrollo de la sociedad mediante la gene- ración y transmisión de conocimientos para la formación de profesionales, técnicos y graduados. Se apoya en un modelo formativo centrado en el estudiante, de acuerdo a los valores institucionales, y en una gestión basada en procesos continuos de evalua- ción y aseguramiento de la calidad. A partir de este compromiso que establece la Universidad con la comunidad, la insti- tución expresa en su visión que pretende la formación integral de personas con actitud reflexiva y capacidad de crear y emprender para su mejor inserción y contribución al desarrollo de la sociedad. En este marco institucional, la Facultad de Ciencias Humanas y Educación, consciente
  • 10. 10 SALUDO de las demandas de la sociedad actual y en forma consecuente con la misión que la Universidad se ha dado, ha definido como misión propia formar profesionales integra- les que se distingan por su creatividad, capacidad de liderazgo emprendedor, de inno- vación, y por actuar con responsabilidad social, atributos indispensables para enfrentar las necesidades de la modernización que asume nuestro país. En esta perspectiva, esperamos que estos profesionales sean capaces de insertarse con inteligencia y capacidad de servicio en la rápida transformación social, en la globali- zación económica y cultural participando activamente de los avances de la revolución tecnológica y demostrando capacidad de pensamiento y acción que cristaliza en un liderazgo emprendedor. Este proceso formativo se enfrenta con la actitud requerida por los procesos de mo- dernización que se viene instalando en la sociedad chilena y en el modo de vida globa- lizado que caracteriza a nuestra época. Se distingue por dar énfasis en una formación ética ligada a un competente ejercicio profesional, integrando armónicamente el saber instrumental referido a las habilidades y destrezas orientadas a la consecución de fi- nes, con el saber práctico, que integra las motivaciones, valores y actitudes para ser y convivir. En esta línea, con la promoción vigorosa y persistente de valores como la responsabilidad, el respeto y la honestidad, la Facultad busca que sus egresados parti- cipen activamente en el mejoramiento de su comunidad, aportando a la calidad de vida de las personas. Formar un profesional con estas características requiere una estrategia metodológica donde el rigor académico es esencial, en una relación pedagógica que fundamentada en una visión constructivista de la producción del conocimiento, propicia el carácter reflexivo y auto reflexivo que implica el proceso de apropiación de los contenidos teóricos y prácticos que se aprenden significativamente. En la Facultad de Ciencias Humanas y Educación, con la participación de directivos, docentes y estudiantes, se gestan permanentemente innovaciones que representan nue- vos saberes y nuevas prácticas socialmente relevantes, que permiten la formación de un profesional que pueda desempeñarse satisfactoriamente respondiendo a los desafíos de profesionalización implicados en las políticas públicas y en el ámbito privado. Esta convicción no es casualidad, es fruto del convencimiento que el proyecto asumido está destinado a modificar en forma profunda los modos de relación pedagógica utili- zados en la formación de profesionales, superando problemas profundamente arraiga- dos en la cultura pedagógica universitaria, centrada en un paradigma de transmisión de conocimiento que, desligado lo que se aprende, de lo que se vive, no logra la coheren- cia entre el discurso y la acción. La Facultad se alinea de esta manera con la visión y la misión que guían el quehacer de la Universidad del Pacífico y que le permiten asumir con confianza los desafíos de la educación superior chilena. En este contexto, la Facultad de Ciencias Humanas y Educación preocupada del co- nocimiento del hombre y de su preparación para intervenir conscientemente en su
  • 11. 11 Revista de Educación Media Violeta Vargas Bories. Decana Facultad de Ciencias Humanas y Educación Universidad del Pacífico entorno, asume como línea de desarrollo del trabajo académico, el tema de la calidad de vida de las personas, incorporando las distintas miradas disciplinares que cada una de las escuelas que conforman la Facultad asume, permitiendo un trabajo colaborativo que integra experiencias formativas y éticas que propician una cultura de la paz. Este nuevo desafío, viene a develar los principales esfuerzos realizados en el trabajo de la Facultad y espera ser un aporte al quehacer disciplinario, a la formación de nuestros estudiantes y, en definitiva, a promover el desarrollo de iniciativas que nos congreguen como cuerpo académico en pos del bien común. Nuestra línea de desarrollo pretende hacer un aporte significativo al desarrollo del país, especialmente a nuestro entorno relevante que son las instituciones públicas y privadas con las cuales nos relacionamos en nuestro ejercicio formativo; esperamos que las ideas fundamentales desarrolladas en este número de la revista favorezcan la reflexión y mayor comprensión de los complejos procesos que implica la formación integral de las personas.
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  • 13. 13 Revista de Educación Media PRESENTACIÓN La Facultad de Ciencias Humanas y Educación, a partir del año 2009, publica anual- mente la Revista de Educación Media (REM). Sus páginas están orientadas a presentar investigaciones que contribuyan al debate actual de los problemas de la educación y están abiertas a divulgar pluralidad de perspectivas teóricas, enfoques y metodologías, dar lugar a una amplia gama de temas y abrirse a múltiples disciplinas. Desde el año de su inicio, esta revista ha publicado setenta artículos de especialistas nacionales y extranjeros, sobre temas vinculados principalmente a las Humanidades y la Educación. En el presente número, que marca el inicio de una nueva etapa en su desarrollo, se ha dado un paso más para fortalecer su contenido y formato, incorporando nuevas sec- ciones y ofreciendo a profesionales y especialistas de estas áreas la oportunidad para intercambiar ideas y experiencias. Además de las secciones ya tradicionales, se deci- dió incluir un importante apartado dedicado a la Calidad de Vida, línea de desarrollo académico de la Facultad, así como también a otra de Presentación y Comentario de Libros. Finalmente, REM, que nació en formato papel, se hace parte con esta versión electrónica del nuevo esquema de publicaciones Open Access y está comprometida con los principios de acceso gratuito y general. Esta nueva edición comienza en su sección Calidad de Vida con seis artículos que contribuyen a la reflexión sobre esta aspiración humana, desde la satisfacción, el bien- estar subjetivo, la felicidad o la abundancia compartida. El primero de estos trabajos es el artículo “Aproximación al estudio y comprensión de la Calidad de Vida”, en el que Karina Gatica analiza este fenómeno desde las perspectivas del desarrollo de capaci- dades y la satisfacción de necesidades, en el entendido que la satisfacción respecto a la vida de las personas y los elementos que la configuran, contribuyen positivamente en el desarrollo de las sociedades. Luego, en “Lectura y semiótica terapéutica” de Juan Barreto, se ensaya como método una terapia semiótica que se vuelve hacia la lucha vital, la belleza y el amor, como ejes de armonía entre signos y vida para la lectura, así como también creación de los dis- cursos y las acciones del nuevo humanismo de la alteridad. En el tercer trabajo, “Espa- cios semióticos e invisibilidades en torno a la violencia de género”, Natalia Colombo, se pregunta hasta qué punto la violencia de género sigue circunscrita a lo privado en función de las desigualdades sociales y propone abordar esta problemática desde el ámbito educativo.
  • 14. 14 PRESENTACIÓN En el plano internacional, Hugo Medrano en “La educación y la guerra en el México de hoy”, argumenta en base a una serie de ejemplos, entre ellos la desaparición de los 43 estudiantes en Iguala, la irrupción en ese país de una guerra que denomina “sastre”, orientada a imponer veladamente un nuevo orden mundial, lo que nos parece un en- sayo interesante inscrito dentro de las denominadas teorías de la conspiración. Otro estudio incluido en este apartado es “Gestión de la diversidad cultural: modelos, retos y propuestas” de Natan Olivos, que aborda el problema de los fenómenos migratorios ocurridos en Latinoamérica desde la gestión de la diversidad cultural y propone como alternativa el modelo de las escuelas inclusivas. Cierra esta sección el trabajo “¿Territo- rios más felices?: Claves comprensivas desde la planificación estratégica” de Christian Quinteros, en el que se sostiene que el adecuado uso del territorio requiere de un com- promiso con la calidad de vida, lo que implica el reconocimiento del capital simbólico de las comunidades, con sus identidades, ritos e historias. En el primer texto de la sección Educación, titulado “Gestión Universitaria: nuevas demandas y desafíos actuales”, Violeta Vargas se pregunta sobre el significado de una gestión efectiva y eficiente, asunto de supervivencia de las instituciones educativas en la actualidad, frente a lo cual se plantea cuatro propuestas para enfrentar los nuevos desafíos y demandas a la formación profesional: ejercicio de un liderazgo efectivo, idoneidad y compromiso de los docentes, énfasis en el aprendizaje de los estudiantes y reflexión continua sobre los resultados. En “El pensamiento crítico como tema de la agenda de la reforma educacional chilena”, Gabriel Álvarez reflexiona acerca de la necesidad de estimular el desarrollo de esta forma de razonar en la formación inicial docente, mediante metodologías más interactivas e innovadoras para el estudiante uni- versitario del siglo XXI. Por otra parte, en su trabajo “El Maestro ignorante, una lectura para reinventarse y reencantarse día a día en la docencia”, Miguel Arredondo analiza su propia práctica docente desde la reflexión que hace Ranciére de los actuales desafíos del profesor universitario, centrando su enfoque en virtudes como el respeto y el diálogo, nece- sarias para hacer una docencia con sentido. En “El valor de la palabra, el sentido del diálogo”, Ricardo López se plantea como objetivo identificar y describir el valor asig- nado a la palabra y el surgimiento del diálogo en la antigüedad griega, cuestionando su efectividad hoy en día por su falta de práctica, para proponer con Lipman que las facultades de educación debieran enfatizar el pensamiento reflexivo en la preparación de los profesores. La relación entre Historia, Educación, Patrimonio e Identidad es abordada por Mario Orellana en su artículo “Sobre el patrimonio cultural y la identidad nacional”, en el cual demuestra mediante la relación semántica de estos conceptos, que el núcleo patri- monial es lo que nos permite definir nuestra identidad nacional, manera de ser por la cual podemos reconocer todo lo recibido, tanto en el Pasado como en el Presente. El aporte de Eugeni Porras da término al apartado de Educación. En su artículo “Amado Nervo en Cora y la cuestión étnica”, presenta una interesante revisión de algunos ver- sos, traducidos recientemente al idioma cora o nayeri, que sobre la población indígena
  • 15. 15 Revista de Educación Media Alonso Vela-Ruiz P. Director Revista REM Facultad de Ciencias Humanas y Educación que habita en la sierra madre occidental de México, escribió este autor fundamental de la poesía azteca. Más adelante, en la sección Historia, Mabel Garrido explora la convivencia de los ha- bitantes de los conventillos de Santiago hacia comienzos del siglo XX, a través de las descripciones que la novela naturalista hace de los sentimientos, sinsabores, valores y modos de vida de este sujeto histórico. En el segundo ensayo que se presenta de esta sección, “El quehacer de un investigador en la Historia de Chile: la historiografía de un prehistoriador”, Miguel Lecaros desarrolla y propone –a partir de una interesante re- visión de los antecedentes biográficos del distinguido profesor Mario Orellana– que el estudio de la prehistoria y la etnología de nuestro país, son imprescindibles para lograr una amplia comprensión histórica del contacto hispano-aborigen. Esta sección con- cluye con el estudio “Factores de cambio dentro del sistema de partidos 1958-1973. El camino hacia el quiebre de la Democracia” de Cristián Villegas, el que proporciona un panorama descriptivo del grado de polarización entre los distintos partidos, que perjudicó la estabilidad y el desempeño de los gobiernos de la época, desestabilizando el régimen y trayendo finalmente el quiebre de la democracia en Chile. Como anticipamos, una sección dedicada a Presentación y Comentario de Libros se agrega a la revista, que se inaugura con el libro póstumo “Historiografía y Humanismo en la Roma Antigua” de Noelia Torres, profesora de Latín y de Historia Antigua, el que se presentó el 3 de noviembre de 2014 en nuestra universidad. La primera presen- tación, que se reproduce en este número, estuvo a cargo de Ítalo Giraudo, quien hace una revisión pormenorizada de los artículos publicados por Torres entre 1960 y 1980. Una presentación más personal, realizó el filósofo Edison Otero, quien fue alumno de la profesora en la Universidad de Chile. Finalmente, Mario Orellana presenta el comentario de la obra de Georg Iggers “La Historiografía del siglo XX. Desde la objetividad científica al desafío posmoderno”, en la que se expone como los nuevos métodos y miradas interpretativas de la historiografía actual, constituyen una ruptura con la historiografía tradicional. Esperamos que los artículos incorporados en este número 4 de la revista, sean un aporte para nuestros lectores y contribuyan a la discusión y el diálogo sobre la calidad de vida, la educación y la historia. No quiero dejar pasar la oportunidad de reconocer el gran apoyo prestado por todos los evaluadores, quiénes han contribuido de manera significativa a seleccionar artículos de gran calidad, que nos permiten mantener el inte- rés de la comunidad académica y de los lectores en general.
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  • 19. 19 Revista de Educación Media Resumen: La satisfactoria calidad de vida, como una condición anhelada socialmente, pareciera ser, escasa. Las trayectorias vertiginosas de la vida actual ponen al sujeto social, muchas veces a merced de estos veloces cambios, sin dejar tiempo a la concienciación de su existencia. La racionalidad instrumental pareciera inundar nuestros espacios de acción, dependiendo de las condiciones de vida que experimenta la población, que dan más o menos espacios y tiempos al verdadero desarrollo humano. El paradigma a partir del cual comprendemos la calidad de vida es el Desarrollo Huma- no. A partir de este enfoque se piensa y desarrolla el foco central del presente artículo: la calidad de vida de las personas. Para ello ha sido necesario profundizar en el enfoque de las Capacidades Humanas y las teorías de Necesidades Humanas, comprendiendo ambos enfoques como: Desarrollo de Capacidades y Satisfacción de Necesidades. En este documento se plantea como objetivo, dar cuenta del fenómeno en virtud de las consideraciones que se presentan en el surgimiento del concepto y las diversas pers- pectivas que contribuyen en su comprensión. Palabras claves: Calidad de Vida, Desarrollo Humano, Capacidades Humanas. Abstract: The satisfactory quality of life, as a condition socially desired, it seems therefore limi- ted. The dizzying paths of life today put the social subject, often at the mercy of these rapid changes, leaving no time to raising awareness of its existence. The instrumental rationality seems to flood our spheres of action, depending on the living conditions of the population experiencing, which give more or less space and time to true human development. The paradigm from which we understand the quality of life is the Human Develop- ment. From this approach is thought and developed the focus of this article: The qua- lity of life of people. Therefore, it has been necessary to deepen the human capacities Aproximación al Estudio y Comprensión de la Calidad de Vida Karina Gatica Ch1 . Approach to the Study and Understanding Quality of Life 1 Doctora en Ciencias Sociales Universidad de Deusto. Directora de los Programas de Magíster en Familia, Infancia y Adolescencia y del Magíster de Mediación Socio Familiar y Resolución de Conflictos de la Universidad del Pacífico. Email: kgatica@upacifico.cl
  • 20. 20 approach and theories of Human Needs, both approaches as comprising: Capacity Building Needs and Satisfaction. This paper therefore seeks to explain the phenomenon under the considerations pre- sented in the emergence of the concept and the different perspectives that contribute to your understanding. Key words: Quality of Life , Human Development, Human Capacity Introducción La calidad de vida es un fenómeno que hoy se concibe como valor posmaterial2 , pro- ducto de la superación de las necesidades básicas de las personas y el tránsito a una sociedad que cada vez más anhela la satisfacción de necesidades tendientes a la esti- mación, valoración social y en definitiva tal como lo plantea A. Maslow (1972) a la autorrealización humana. Este fenómeno social, encuentra arraigo en las sociedades modernas, pero sin duda, ha encontrado su mayor asidero en las sociedades denominadas posmodernas. En estas últimas -sociedades altamente complejas- el concepto calidad de vida, además de aferrarse al imaginario colectivo y usarse frecuentemente en conversaciones cotidianas, se manifiesta como un bien deseado, la condición que la mayoría de los ciudadanos quisiera ser depositario. Incluso el concepto es utilizado como sinónimo de bienestar y felicidad. Tal como plantea R. Inglehart (1998), la sensación de satisfacción que hacemos de nuestra propia vida, no obedece únicamente a la capacidad económica que cada uno de nosotros posee, aunque no se niega como uno de los factores intervinientes en esta construcción. Adentrarse en el estudio de la calidad de vida es de suma relevancia, en el entendido que la satisfacción respecto sus vidas y de los elementos que la configuran, contribuye positivamente en el desarrollo del país, sosteniendo que si un país cuenta con personas satisfechas con su vida, repercute como fuerza sinérgica en la totalidad del sistema país. Eso es innegable, distinto es tener ciudadanos descontentos y un alto grado de males- tar social, que ciudadanos satisfechos respecto de sus vidas. Aunque algunos piensen que el ser humano es por naturaleza disconforme. Sin embargo, podemos acercarnos como sociedad a estos ideales, ya que de no ser así, toda acción social tendiente a ge- nerar cambios sería frustrada aún antes de llevarla a la práctica. El tipo de sociedades en las cuales estamos transitando, sin duda nos hace reflexionar en torno a aquellos elementos que proporcionan bienestar. Producto de las constantes 2 Para profundizar, ver Inglehart R. “Modernización y Posmodernizacióm. El cambio cultural, económico y político en 43 ciudades”. (1998) Madrid. CIS. Siglo XXI y Inglehart R. y Welzel C. “Modernización, cambio cultural y democracia: la secuencia del desarrollo humano”. (2006).Madrid. CIS. Siglo XXI. KARINA GATICA
  • 21. 21 Revista de Educación Media transformaciones sociales y de los costos que se asocian a ellas, los sujetos presentan cada vez más preocupación por los modos y estilos de vida que predominan hoy día en nuestra sociedad. Tal situación parece dar cuenta de una reflexión respecto a la exis- tencia de aspiraciones/frustraciones, satisfacciones/insatisfacciones, entre otros ele- mentos que configuran la experiencia vital que cada uno de nosotros pone en curso y direcciona de acuerdo a sus propias capacidades y oportunidades, dejando de lado hoy día, explicaciones divinas, que debilitan el sentido de lo más “divinamente humano”, la potencia que cada uno posee para desplegar sus capacidades y en definitiva funcionar en el mundo actual, más allá de los riesgos e inseguridades que compartimos. Aproximación a la “Calidad de Vida”: Orígenes y usos del concepto Existen distintos enfoques que orientan las conceptualizaciones del fenómeno de estu- dio. Por ejemplo, si el enfoque es principalmente económico, el foco de estudio se centra en las condiciones de vida de la población, asumiendo por tanto, que la calidad de vida guarda relación con sus condiciones materiales (PIB). El enfoque utilitarista se considera un poco más avanzado en el estudio de la calidad de vida que el mero enfoque eco- nómico. Si bien es un enfoque económico, se fija “en la utilidad total o media de ésta, entendiendo por utilidad la satisfacción de preferencias (…) El enfoque tiene la virtud de interesarse por las personas: mide la calidad de vida en función de las impresiones manifestadas por esas personas acerca de sus existencias concretas” (Nussbaum, 2012: 72). El enfoque basado en los recursos considera que éstos son la fuente de la calidad de vida de una nación. J. Rawls (1999) plantea que los “recursos” deben ser repartidos de forma igualitaria entre sus miembros, existiendo una preocupación por la distribución y como señala Nussbaum “este enfoque vendría a ser una versión igualitarista del enfoque del PIB” (2012:78). Como un enfoque alternativo a los anteriores y en función a las múltiples críticas que se les realiza, surge el enfoque de las capacidades. Existe una estrecha relación entre este enfoque (de capacidades) y el denominado enfoque basado en los derechos humanos, ya que ambos “coinciden en torno a la idea de que todas las personas tienen derecho a ciertos bienes centrales en virtud de su humanidad misma, y que uno de los deberes funda- mentales de la sociedad es el de respetar y apoyar tales derechos” (Nussbaum, 2012: 84). De ahí que el enfoque de capacidades utilice el lenguaje de los derechos humanos, como un deber de la sociedad, poniendo ambos de relieve la idea de la justicia. Actualmente los enfoques que existen para el estudio de la calidad de vida, en ocasio- nes, tienden a la confusión semántica de los términos. Es cierto que, hoy día, la totali- dad de autores que trabajan en el tema tienden a ciertos consensos, como la idea de que conceptos como calidad de vida, bienestar y felicidad, no tienen el mismo significado, aunque los encontremos en la literatura muchas veces usados como sinónimos. Su comprensión se remonta a filósofos clásicos, preocupados por clarificar aspectos existenciales de la vida del ser humano. Ejemplo, el concepto de bienestar, se asocia
  • 22. 22 al concepto de felicidad que se remonta a Aristóteles. Según John F. Helliwell (2002), el punto de vista Aristotélico tiene gran importancia ya que es el punto central en la visión antigua y moderna del fenómeno. Hace hincapié en la vida virtuosa que requiere suministros externos para lograrlo, siendo los bienes materiales un medio y no un fin. En sus escritos, Aristóteles (2004) incita al trabajo empírico para conocer la relación entre la teoría y la “prueba de los hechos”, como lo denomina en su libro Ética a Nicó- maco proponiendo ya en su época la relevancia del bienestar subjetivo. Surge interés en el estudio científico de la calidad de vida a partir de las consecuencias que trajo consigo el desarrollo generado por la industrialización, período en el que se evidencian claramente en la realidad social las diversas repercusiones en las condicio- nes de vida de la población, generando un contexto social que se conoce con el nom- bre de “cuestión social” El concepto “calidad de vida” proviene en sus orígenes, como lo plantea María Luisa Setién (1993), desde un fenómeno de toma de conciencia. “La conciencia de las con- secuencias no deseadas provocadas por el desarrollo económico y la industrialización incontrolada” (Setién,1993:53), lo que otorga una contextualización temporal respecto del concepto como fenómeno social. En la evolución de su estudio se identifican ciertos hitos. En 1932, Pigou propuso el uso del concepto de calidad de vida, seguido del cálculo en 1939 del primer índice rea- lizado por Thorndike (1976), apareciendo con mayor fuerza el debate del concepto en los años 60’. Alex Michalos (1995) ha realizado también importantes contribuciones en el estudio de la calidad de vida. Esta línea de trabajo se ve reflejada en la publicación de larga data de la Revista Social Indicators Research. Hay que mencionar las aportaciones de la publicación del libro de Campbell, Convers y Rodgers en 1976, titulado The Quality of American Life: perception, evaluation and satisfaction, publicación que surge como producto de los resultados de investigaciones realizadas por el Instituto Social Research (ISR) de la Universidad de Michigan. En el año 1995 se crea la International Society for Quality of Life (ISQLS) y, por su- puesto, comienza a aumentar la producción bibliográfica en relación al tema. Un marco interpretativo novedoso para el análisis de la calidad de vida lo planteó la teoría del cambio de valores de Ronald Inglehart, quien en 1977 publica el libro The silent revolution” cuyo enfoque contribuye como marco conceptual a romper “su fun- damentación exclusivamente centrada en las condiciones materiales de la vida, y, en definitiva, económicas para empezar a entenderse como fuertemente impregnada de componentes que empiezan a denominarse equivocadamente subjetivos, y que, en de- finitiva son psicosociales (Casas, 1999: 46). “La idea de calidad de vida está asociada a un gran abanico de nociones cargadas de connotaciones positivas para cada persona que piensa en ella: vivir bien, estar bien, tener buen nivel de vida, tener bienestar, estar satisfecho, ser feliz e incluso hay quie- nes lo asocian con una vida más o menos lujosa, confortable, adinerada, etc. Estas KARINA GATICA
  • 23. 23 Revista de Educación Media nociones del “buen vivir” se han considerado durante muchos decenios como cosas totalmente ajenas al mundo de la ciencia. El mundo de los deseos y de las emociones al que pertenecen, se han considerado siempre algo “subjetivo” y al menos desde el metaparadigma positivista de la ciencia, algo no aprehensible con los métodos cien- tíficos tradicionales por no ser “objetivables” (Casas, 1989: 94). Tal visión ya ha sido superada, al ser las ciencias sociales elevadas al status de ciencia. Los seres humanos acostumbramos a compararnos con otros, por ende “estar bien” significa “estar por encima de un determinado punto evaluable por debajo del cual se está mal (…) la calidad se refiere también, y quizás sobre todo, a la relación entre una realidad y unos propósitos (llámese objetivos, situaciones ideales o niveles óptimos deseables). Cuando estos propósitos son compartidos colectivamente tenemos una es- pecie de referencia estandarizada común a un conjunto de personas y podemos hablar de calidad de vida “social” (Casas, 1996: 95). Un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reconoce que el concepto abarca más que el enfoque de las “condiciones de vida” el cual se centra en los recursos materiales al alcance de los individuos. “La calidad de vida compromete también las circunstancias en que se desarrolla la vida de las personas. Por consiguiente se acepta que es un concepto multidimensional. No solamente porque requiere tener en cuenta diversos aspectos de la vida de las personas, sino también porque abarca aspectos exteriores a los individuos y las interrelaciones entre unos y otros” (Lora, 2008: 9). A pesar de este reconocimiento respecto el rasgo multidimensional del fenómeno, compartido por los especialistas en el tema no existe consenso respecto de cuáles serían las dimensiones, o también denominados dominios, que conformarían su mul- tidimensionalidad. A pesar de este vacío teórico y metodológico, se ha reconocido con fuerza en estas últi- mas décadas que el fenómeno de la calidad de vida claramente posee dos dimensiones: la dimensión objetiva y subjetiva. De acuerdo a Mallman (1981) se tiene que: Calidad de vida objetiva; se debe determinar para cada necesidad la frecuencia del uso o consumo de satisfactores de la misma. Éste depende de las relaciones humanas, ambientales, físicas y sociales, bienes de consumo y servicios. Calidad de vida subjetiva; se determina en cada persona, se basa en sus valores éticos y se prioriza a cada satisfactor con el que satisfacerla. La calidad de vida depende de la frecuencia con que se logra satisfacer el aspecto insatisfecho. Ambas dimensiones ponen de manifiesto la importancia de los elementos sociales, contextuales, para la construcción de la calidad de vida del sujeto, poniendo de relieve el conjunto social y cultural del que forma parte. Sin embargo, también se pueden dis- tinguir concepciones del término, que sin ser contrapuestas, ponen de relieve factores internos, propios de la particularidad de la persona. Como lo que plantean Kreitler y Niv (2007) en la que señalan que la calidad de vida es un concepto subjetivo, que refleja el punto de vista individual del bienestar y funcionamiento de cada persona en la so-
  • 24. 24 ciedad. Ambos autores señalan que es un constructo fenomenológico que provee una imagen de la situación sin explicar por qué ni cómo surgió, es experiencial y evaluativo, ya que se presenta un juicio sin ningún intento de relacionarlo con variables objetivas; es dinámico, flexible y significativo ya que no se basa solo en una medición global sino en dominios específicos constitutivos de la calidad de vida. En el estudio de la calidad de vida, Alex Michalos (1995) y su teoría de las discrepancias múltiples ha cumplido una importante labor en torno a su comprensión, con la incor- poración de elementos como la aspiración y la comparación social, argumentando que: “la teoría de las discrepancias múltiples demuestra que los teorizadores de aspiración y comparación social se acercan más que nadie a un entendimiento de lo que contribuye a la calidad de vida” (Michalos en Cummins 1998:22). La teoría de Michalos pretende explicar las razones de la satisfacción de las personas con su vida en sus distintos ámbi- tos. La hipótesis básica de la teoría consiste en plantear que las personas establecemos niveles de satisfacción y para ello utilizamos una serie de parámetros de comparación con la percepción de nuestra situación actual (Michalos 1995). Para el autor, la satis- facción es una expresión entre las percepciones y los estándares sociales que él define como: • Lo que se desea. • Lo que otros tienen. • Lo mejor que se ha tenido en el pasado. • Lo que se esperaba conseguir en el pasado reciente (entendido como tres años). • Lo que se esperaba lograr en un futuro próximo (entendido como 5 años). • Lo que cada uno considera que se merece. • Lo que cada uno considera que necesita. El autor añade que las discrepancias percibidas, excepto las que se dan entre lo que uno tiene y lo que desea, son funciones lineales, positivas de discrepancias objetivamente mensurables que también tienen un efecto directo sobre la satisfacción y las acciones. La discrepancia entre lo que unos tienen y desean es una variable que media entre todas las demás discrepancias percibidas y la satisfacción. Principales diferencias conceptuales Ruth Veenhoven (2009) dedicado al estudio de la felicidad, en su intento por clarificar conceptos aporta una clasificación de lo que denomina: cuatro tipos de calidad de vida, argumentando que el concepto de felicidad solo guarda relación con uno de ellos. El siguiente cuadro muestra, según el autor, las cuatro posibilidades o tipos para entender la calidad de vida. KARINA GATICA
  • 25. 25 Revista de Educación Media El primer cuadrante superior izquierdo, “habitabilidad”, estaría referido a las condicio- nes externas que las personas cuentan para desarrollar sus vidas. Esta dependería de la sociedad en su conjunto y la posición que se ocupa en ella. El autor señala que actuaría como una precondición para el logro de la felicidad. En el cuadrante superior derecho “habilidad”, se refiere a la capacidad de las personas para funcionar en la sociedad y el despliegue de sus destrezas para vivir. Señala que también suele denominarse “arte de vivir”, aludiendo a aquellas habilidades especiales para disfrutar de la vida. El cuadrante inferior izquierdo “utilidad de la vida” o “sentido de la vida”, se entiende desde una mirada filosófica como vida virtuosa, valorando las acciones humanas que contribuyen al enaltecimiento de la virtud. Y por último, el cuadrante inferior derecho está referido a los resultados de la vida, “disfrute subjetivo de la vida”, “satisfacción vital”. En ésta solo es válida la perspectiva de la persona. Guarda relación con el bien- estar subjetivo, la satisfacción con la vida, lo que el autor prefiere denominar como “felicidad global”, es decir, “el grado con que una persona juzga favorablemente la calidad global de su propia vida como un todo” (Veenhoven, 2009: 284). Estos cuatro tipos de calidad de vida orientan los enfoques de base de las diversas conceptualizaciones y estudios realizados en torno al tema. Una de las principales discusiones que se plantean es en relación al concepto de satisfac- ción y felicidad. Para algunos la satisfacción da cuenta de un proceso cognitivo, mientras que la felicidad de aspectos afectivos; sin embargo numerosas investigaciones ponen de manifiesto la dificultad para separar componentes afectivos y cognitivos (Amérigo, 1993). Otra discusión en curso es aquella que Abbott Ferriss denomina: existencia de dos fuerzas, aludiendo a variables de carácter endógenas y exógenas. De acuerdo a su pen- samiento, “las fuerzas endógenas incluyen las respuestas mentales, emocionales y fi- siológicas del individuo en su condición de vida y fuerzas exógenas que incluyen la es- tructura social y cultural de las influencias del entorno social que tienen repercusiones en el individuo, el grupo y la comunidad” (Ferriss, 2006: 119). Por su parte, Felce y Perry (1995) encontraron diversos modelos conceptuales de ca- lidad de vida, “según estos, la calidad de vida ha sido definida como la calidad de las condiciones de vida de una persona, entendida como: Cualidades Externas Cualidades Internas Oportunidades Habitabilidad del entorno Habilidades de la persona para vivir Vitales Resultados Utilidad de la vida Satisfacción vital en la vida Cuadro 1: Las cuatro cualidades de vida Fuente: Veenhoven (2009:282)
  • 26. 26 Para Gracia (1984), el concepto de calidad de vida se utiliza en tres tipos de contextos, con significados distintos. Éstos son: Cuadro 2: Conceptualizaciones de Calidad de Vida Fuente: Felce y Perry (1995:55) a) Calidad de vida en términos de condiciones de vida Condiciones de (Calidad de Vida) Satisfacción Personal d) Calidad de vida entendida como la combinación de las condicio- nes de vida y la satisfacción personal en función de una escala de importancia Calidad de Vida Valores Personales Condiciones de Vida Satisfacción Personal Satisfacción Personal (Calidad de Vida Condiciones de Vida b) Calidad de vida como satisfacción con la vida Calidad de Vida Condiciones de Vida Satisfacción Personal c) Calidad de Vida definida como la combinación de las condiciones de vida y la satisfacción KARINA GATICA
  • 27. 27 Revista de Educación Media Calidad de Vida como término descriptivo: “en el caso de los individuos pertene- ciente a la especie humana de los hombres, la calidad de vida consiste en el conjunto de propiedades que hacen la vida apreciable y mejor que la de otras personas” (Gracia, 1984: 8). El concepto viene del latín “qualitas” que significa de acuerdo al autor lo que convierte a una persona en tal. En este sentido la cualidad humana es la posesión de la razón por lo que calidad de vida “viene a identificarse con racionalidad”. Así mismo el concepto calidad de vida en castellano posee un sentido de “calidez”, la cualidad de lo cálido, lo que tiene valor. Calidad de vida sería pues, tanto como vida cálida, agrada- ble, confortable. En este segundo sentido calidad de vida es sinónimo de “bienestar” (Gracia, 1984: 9). Calidad de Vida como término evaluativo: al referirse al concepto de calidad de vida no se puede negar su carácter evaluativo. La calidad de vida generalmente se pre- senta para algunos autores como la relación que se da entre los deseos – expectativas y los logros de las personas. Lo anterior implica una evaluación respecto a la brecha que pueda darse entre ambas (evidentemente mediado por factores contextuales). Asi- mismo hay quienes plantean que la calidad de vida se logra conformar a través de la comparación (evaluación) que hacemos de nuestra situación en referencia a otros o a nuestra condición pasada. Sin embargo, a lo largo de la evolución del concepto y su inagotable tarea de aprehenderlo se han utilizado diversas medidas económico-esta- dísticas, como por ejemplo, el producto nacional bruto (PNB), lo que en la década del setenta se conformó como un índice de medición denominado NEW (Net Economic Welfare). “Por los mismos años, otros autores proponían alternativas parecidas: así, la ecuación de bienestar de Phillippe Saint-Marc, la “felicidad nacional bruta” (FNB), de Sicco Mansholt y el Net National Welfare (NNW) de los teóricos japoneses” (Gracia, 1984: 12). Calidad de Vida como término Normativo o Prescriptivo; la calidad de vida “pasa de ser un índice estadístico a convertirse en una norma de moralidad” (Gracia, 1984:18). El bienestar (well-being, welfare) se transforma en las sociedades y en los individuos como un juicio de valor moral “atribuyendo los diversos sujetos predicados que con- sistan en afirmaciones morales” (Gracia, 1984: 18), criterios de valoración que nunca son incondicionados, se efectúa siempre desde -según el autor- ciertos “criterios”. La calidad de vida se encuentra fuertemente condicionada por factores de la estructura social como características demográficas, patrones culturales y la composición institu- cional. La edad y el sexo de los sujetos son variables con especial influencia sobre la calidad de vida Cuanto mayor es la relación de dependencia, menor será la calidad de vida. Las categorías de empleo/desempleo son elementos claves de la calidad de vida. El tamaño demográfico de la comunidad afecta las oportunidades de su población.
  • 28. 28 Respecto de estos elementos, Ferris (2006) señala que la distribución de la riqueza o los ingresos comprenden una medida de desigualdad, característica estructural muy importante. El autor establece diez proposiciones teóricas de las características demográficas y su influencia en la calidad de vida: • Distribución por edad y sexo de la población. • Composición socio-estructural afecta posibilidades de satisfacción y participación de las personas. • Interacción del individuo dentro de su comunidad está condicionada por la vitali- dad de la estructura institucional (vitalidad, entendida como nivel de actividades, cohesión social). • Las instituciones como productoras y reproductoras de patrones culturales y valo- res que constituyen la buena condición de vida de satisfacciones y una evaluación de experiencias como beneficiosas o perjudiciales. • La estructura social no es estática; se modifica en respuesta a la dinámica geográ- fica, el cambio cultural y las influencias socioeconómicas, influencias naturales y de todo tipo, condiciones que sin duda afectan la calidad de vida de la población. • Importancia de instituciones orientadas a la fe, afectan los valores de los partici- pantes y por lo tanto las condiciones del grado de satisfacción; las creencias afectan el comportamiento y proporcionan la fuente de satisfacciones. • La riqueza e ingresos permiten la adquisición de recursos para la satisfacción de las necesidades, lo que afecta la jerarquía de la calidad de vida. • Crecimiento de instituciones económicas; las agencias más grandes afectan nega- tivamente a la pobreza y la calidad de vida de la población con niveles más bajos de ingresos. • La calidad de vida se puede mejorar en una comunidad efectuando cambios en la estructura social; aumento de la población activa en relación a la población que no trabaja; mejora de los niveles más bajos de ingresos, reducción del desempleo, me- jora de habilidades de capacitación para el empleo, aumento de logros educativos, mejora de la atención de salud, asistencia a ancianos, todos estos asociados con la buena vida. • Planificar intervenciones de dominios específicos, para que el desarrollo de progra- mas sea lo más amplio posible. • La tesis central del autor se refiere a que la calidad de vida puede mejorar o au- mentar si se modifican los elementos de la estructura social, sus instituciones y sus bases demográficas. KARINA GATICA
  • 29. 29 Revista de Educación Media Para finalizar el ámbito de conceptualización, consideramos algunos elementos carac- terísticos de la calidad de vida: Es un fenómeno multidimensional. Se conforma de aspectos internos (individuo) y externos (medio social). Contiene en sí misma aspectos objetivos y subjetivos. Respecto de este último aspecto y las tensiones que se generan se profundiza a conti- nuación. Objetividad y Subjetividad: Una Integración necesaria en el estudio de la Calidad de Vida La calidad de vida puede estudiarse desde diversos enfoques, quizás el más frecuente es aquel que pone atención en las condiciones de vida materiales que poseen las personas y cómo estas medidas contribuyen a la calidad de vida material, a través de la medición de diversos indicadores sociales. Sin embargo, existe también una dimensión subjetiva del fenómeno que pone atención en la experiencia personal, más allá de las medidas objetivas que se puedan realizar al respecto. El estudio de percepción de la calidad de vida, implica preguntarse por: ¿cuán satis- fechas se encuentran las personas con su vida?, ¿cuáles son sus deseos y sus sueños?, ¿cuáles son los elementos más valorados para el logro de la calidad de vida? Por ello, en el estudio de la calidad de vida hoy es aceptado y hasta considerado como necesa- rio el uso de indicadores objetivos y subjetivos, los que proporcionan una perspectiva integral en su estudio. Las variables objetivas son verificables, mientras que las subjetivas no lo son. Para- fraseando a Casas (1996), durante el siglo XX comienza a hacerse explícita la nece- sidad de generar “indicadores sociales”. Muchos de los primeros intentos buscaron su fundamentación en la economía, así emerge el concepto de renta per cápita, pero prontamente se comprendió que el desarrollo no podía únicamente medirse a través de indicadores económicos y aparece el concepto nivel de vida o estándar de vida, en un intento por integrar indicadores económicos con indicadores de desarrollo socio- cultural. La International Society of Quality of Life (ISQLS), ha mantenido desde su crea- ción un rol importante en el estudio de la calidad de vida, por lo que muchos de los miembros que forman parte de ella se organizan para reflexionar y analizar respecto el estado de arte del fenómeno y clarificar aspectos aun no resueltos en su comprensión. En el año 1998, la ISQLS publica un documento denominado “Quality of life. Definition and terminology: a discussion document from the international society for quality of life studies”, en la que participan diversos teóricos -miembros de la ISQLS- estableciendo un debate en torno a las visiones del concepto de “calidad de vida”, evidenciando convergencias
  • 30. 30 y divergencias en su comprensión, lo que sin duda reafirma la idea de complejidad, además de su inagotable discusión en relación a definiciones y conceptualizaciones. Uno de los aspectos que rescata el documento es la presencia de las dos dimensiones presentes en el término calidad de vida: objetividad y subjetividad. Respecto de ellas, Cummins señala: “de todos los hallazgos de los estudios de calidad de vida, sospecho que la interdependencia relativa de estos dos conceptos constituye uno de los más só- lidos” (Cummins, 1998: 4). Asimismo, en el documento se plantea, que la convivencia entre las dos dimensiones genera una gran interdependencia, argumentando que “una cosa en la que seguramente todos estaríamos de acuerdo, como cuestión de experiencia humana común, es que las condiciones humanas subjetivas son a la vez causa y efecto de las condiciones humanas objetivas” (Cummins, 1998: 4). La dependencia o interdependencia que pueda darse entre el comportamiento de estas dos dimensiones de la calidad de vida es aún un aspecto no resuelto para sus estudio- sos. Hay quienes plantean que existe una relación entre ambos que condiciona bidirec- cionalmente ambas dimensiones, mientras hay otros que plantean que son dos ámbitos que poseen independencia. En la argumentación respecto de este último ámbito, se posee evidencia de estudios empíricos, como el de Andrews y Withey, Campbell y otros, donde se muestra que los datos objetivos no se correlacionan con el bienestar subjetivo. El consenso respecto la existencia de estas dos dimensiones, “objetividad y subjetivi- dad”, no se extiende al consenso respecto a la relación entre ambos. Por ende entre los estudiosos de la calidad de vida existen algunos que creen y defienden la independencia de las dos dimensiones mientras que otros lo hacen respecto a la relación entre ambas. Cummins señala que “la calidad de vida es a la vez objetiva y subjetiva y se compone de siete dominios: bienestar material, salud, productividad, intensidad, seguridad, co- munidad y bienestar emocional. Los dominios objetivos están compuestos de medidas culturalmente relevantes del bienestar objetivo. Los dominios subjetivos consisten en la satisfacción del dominio calculado según la importancia para el individuo” (Cum- mins, 1998:14). Incluso más tarde, Cummins dirá que, como resultado de estudios posteriores, ha surgido un octavo ámbito denominado bienestar espiritual, que aunque no se utiliza mayormente, ya que no altera los resultados de las medidas en los estudios realizados, sí se utiliza en aquellos países o zonas en las que se sabe que la adhesión religiosa es importante (Cummins y Cahill, 2000). En un nivel más específico, los investigadores han reflexionado y debatido respecto a la polémica sobre qué indicadores miden mejor la calidad de vida, si las condiciones objetivas de vida o si las percepciones y evaluaciones de las personas, “recientemente la polémica parece haberse superado al plantearse como reto crucial la comprensión de la correlación o falta de correlación entre ambos conjuntos de indicadores que se vienen observando en distintos estudios” (Casas, 1996: 41-42). KARINA GATICA
  • 31. 31 Revista de Educación Media Respecto de esta relación objetividad v/s subjetividad, el BID plantea que “aunque los indicadores de calidad de vida objetiva son insustituibles, las percepciones de calidad de vida resultan esenciales para entender aspectos imposibles de medir mediante la observación externa, y son centrales en el proceso de decisión e implementación de las políticas públicas en sociedades democráticas” (Lora, 2008: 16). Respecto a la elaboración y el uso de indicadores sociales, existe gran controversia. Muchos plantean que la construcción de indicadores subjetivos es inestable, aludiendo principalmente a que las opiniones de las personas van cambiando y además son pun- tos de vistas personales, lo que impide la comparación entre poblaciones considerando las diferencias en las percepciones de los sujetos frente a una misma situación. Los estudiosos del bienestar social se enfrentan a múltiples críticas respecto a las me- diciones, ya que los críticos advierten que las personas reflejan en sus respuestas sus ideas y deseos respecto a la vida, pudiendo encontrarse con respuestas “falsas” como defensa del yo o la expresión del deseo social. Así mismo, señalan que existiría una con- fusión semántica respecto los conceptos utilizados en las preguntas, entre otras críticas. A pesar de lo anterior, el estudio de la calidad de vida va ampliando los contenidos que implican tanto el nivel de vida como el bienestar subjetivo. Casas, 1996 cree que la calidad de vida en sus orígenes científicos se entiende como “un concepto que incluye siempre, además de medidas de las condiciones materiales de vida, medidas de las per- cepciones y evaluaciones de las personas en relación con dichas condiciones. Es decir, el concepto calidad de vida nace precisamente dando relevante entidad a los aspectos psicosociales del desarrollo colectivo y de los cambios sociales en general. La calidad de vida se plantea como una función del entorno material (EM) y del entorno social (EPS)” (Casas, 1996: 43). CV= f (EM, EPS) Investigaciones realizadas han enfatizado en la importancia conjunta de lo personal, el entorno social y las circunstancias que parecen determinar los niveles de bienestar subjetivo, poniendo especial atención a las metas y aspiraciones de los grupos. En el estudio de Helliwell (2002) se da cuenta de la subjetividad del fenómeno, en él se señala que en América Latina, a pesar de autoevaluarse el bienestar menor que la media de países pertenecientes a la OCDE, el diferencial es menor a lo que el modelo predice. “En América Latina, el bienestar es menor que en países de la OCDE, sin embargo, el diferencial es menor que el modelo podría predecir, de modo que cuando el modelo completo se aplica, los encuestados latinoamericanos están más satisfechos con sus vidas que lo que las circunstancias sugieren” (Helliwell, 2002: 26). El concepto de bienestar posee muchas interpretaciones. De acuerdo a como lo en- tiende Cohen (1996), el concepto posee dos interpretaciones: “1). el bienestar como un disfrute, y 2). el bienestar como satisfacción de preferencias, en el cual las preferencias ordenan jerárquicamente los estados del mundo” (Cohen 1996: 29).
  • 32. 32 Resulta importante señalar que el concepto de bienestar en inglés se utiliza a partir de dos palabras que en el lenguaje común tienen igual significado, pero que en las discusiones sobre calidad de vida han ido adquiriendo diversos significados, tal como lo aclaran Nussbaum y Sen, “welfare y wellbeing poseen significados diferentes. La primera se refiere al sistema de asistencia social que dio origen al estado benefactor en el mundo occidental, y abarca las teorías del bienestar, las cuales postulan como elemento primordial la satisfacción de las necesidades o el placer (utilitaristas); y las objetivas, aquellas que afirman que los bienes -o mercancías o recursos- que controla una persona son lo importante (teorías objetivas del bienestar). El segundo término es usado de manera diferente. Lo utilizan algunos autores que se alejan de la concepción utilitarista del bienestar y se relaciona más con la condición de la persona” (Nussbaum y Sen, 1996: 22). Hoy día, como plantea Richard Eckersley (2009), la tendencia en los estudios es a en- focarse en el bienestar subjetivo (SWD), mucho más que en el pasado, por lo que se realiza a través de una serie de escalas e instrumentos destinados para ello. El bienestar psicológico o bienestar subjetivo es considerado un componente de la ca- lidad de vida, concepto más amplio. Lawton (1983, en Casas 1996), ante la diversidad de modelos e interpretaciones sobre calidad de vida y sus componentes, propuso un concepto alternativo, el de “buena vida”, de claro sesgo psicologista y que distingue entre bienestar psicológico, calidad de vida percibida y competencia comportamental, contrastando con un cuarto y último componente de su concepto que es el entorno objetivo. Para el autor, las dimensiones relacionadas con el concepto son: • La competencia conductual; capacidad de funcionar en las áreas de salud y salud funcional-sensación/percepción, cognición, uso del tiempo y comportamiento so- cial. • El bienestar psicológico, afecto negativo, felicidad, afecto positivo y congruencia entre objetivos deseados y alcanzados. • La calidad de vida percibida, satisfacción consigo mismo, con la familia, amigos, actividades, trabajo, ingresos, vecindario, vivienda, etc. • El entorno objetivo, físico, personal, de pequeño grupo, supra personal, social. De acuerdo a resultados de estudios sobre percepción de calidad de vida, Eckersley (2009), señala que muchos estudios en la última década, revelan niveles de ira y ansie- dad producto de los cambios sociales que no eran evidentes hace 30 años (Eckersley. 2009: 7). El estudio respecto a la calidad de vida en América Latina, realizado por el BID (2008), entrega sus resultados en la publicación: “Calidad de vida, más allá de los hechos”, basado en datos de la encuesta mundial Gallup y otros datos obtenidos de la realidad particular de cada país dando cuenta de la disparidad entre las mediciones de la calidad de vida objetiva y subjetiva de los latinoamericanos. “En general los latinoamericanos están satisfechos con sus vidas, aunque -esto es muy interesante- los habitantes de al- KARINA GATICA
  • 33. 33 Revista de Educación Media gunos países más pobres son los más optimistas, en tanto que los residentes de algunos de los países más desarrollados son los más pesimistas” (Lora, 2008: Prefacio VI). Respecto de los resultados del citado estudio, se puede señalar que “a juzgar por sus propias percepciones sobre calidad de vida, los latinoamericanos no están lejos de la media mundial en las distintas dimensiones de sus vidas personales. En una escala de 0 a 10, los latinoamericanos califican en promedio con un 5,8 la calidad de sus propias vidas, aproximadamente en el punto medio de todas las regiones” (Lora, 2008: 18). Así, “los individuos que pertenecen a grupos socioeconómicos más altos tienen mejo- res percepciones de sus condiciones de vida personales en todos sus aspectos (…) en los países de América Latina el quintil de ingresos más altos de cada país percibe en promedio cerca del 57% del ingreso total, mientras que el quintil más pobre percibe en promedio cerca del 4%. Las diferencias en las percepciones son, en cambio, muy reducidas: el quintil más alto evalúa con un 6,5 su nivel de satisfacción con la vida y el quintil más bajo con un 5,0. De igual forma el 79% de los individuos del quintil de ingreso más alto en sus países se declara satisfecho con su calidad de vida material, frente al 57% de aquellos del quintil más bajo. Esto implica que los grupos de ingresos más bajos tienen un sesgo optimista más pronunciado que los grupos de ingresos más altos” (Lora, 2008:26). Lo anterior, es denominado por sus autores como “paradoja de las aspiraciones”, de aquellos grupos más vulnerables de la población, lo cual resulta “inquietante” para los autores del informe. Destacan, producto de los resultados, que se genera una “paradoja del crecimiento infeliz”, ya que se observa que “el crecimiento económico, en vez de elevar, reduce la satisfacción de los diversos aspectos de la vida de las personas, espe- cialmente en países que han alcanzado un cierto estándar de ingresos y de consumo” (Lora, 2008: 41). Por lo anterior, puede plantearse que existe una compleja relación en- tre el ingreso y la satisfacción con la vida, que plantea diversas tensiones a los planifica- dores sociales, incluso en el informe del BID, se plantean preguntas como: ¿es deseable el crecimiento económico aunque deteriore al menos temporalmente la satisfacción y aumente la pobreza subjetiva? En el estudio de la calidad de vida se abren muchas preguntas que aún no pueden resolverse y que seguramente con el transcurso del tiempo, se vislumbrarán nuevas perspectivas en su estudio. Para finalizar, no debemos dejar de mencionar que la calidad de vida se enmarca como un fenómeno de estudio que debe integrar dimensiones objetivas y subjetivas, consi- derando sin duda la relación de las personas con su medio. Con esto último nos refe- rimos no solo a realidades locales, que contribuyen a contextualizar el fenómeno, sino también a procesos macro sociales que permiten comprender los fenómenos que se experimentan, siendo parte del inmenso entramado social y la red de relaciones globa- les que caracteriza nuestra época.
  • 34. 34 Bibliografía Amérigo, M. (1993). “La calidad de vida. Juicios de Satisfacción y felicidad como indicadores actitudinales de bienestar”. Revista de Psicología Social 1 (8), p; 101 – 110. Aristóteles (2004). Ética a Nicómano. Madrid: Alianza. Campbell, A. Convers, P. Y Rodgers, W. (1976). The Quality of American Life: percep- tion, evaluation and satisfaction. New York: Foundation Rusell. Casas, F. (1989). Técnicas de Investigación Social. Los indicadores psicosociales. Barcelona: PPU. Casas, F. (1996). Bienestar Social. Una introducción psicosociológica. Barcelona. PPU. Cohen, G. (1996). “¿Igualdad de qué? Sobre el bienestar, los bienes y las capacidades.” En: La Calidad de Vida. Nusbaum, M. y Sen, A. (Comps). México: Fondo de Cultura Económica, p. 27 – 53 Cummins, R. (1998). “Quality of life definition and terminology: A discussion docu- ment from the international society quality of life studies”. International Society for Quality of Life Studies (ISQLS). Cummins, R. Y Cahill, J. (2000). “Avances en la comprensión de la calidad de vida subjetiva. Intervención Psicosocial.” Revista sobre Igualdad y Calidad de Vida. 2 (9), p. 185 – 198. Eckersley, R. (2009). “Population p.Measures of Subjective Wellbeing: How useful are they?” Review Social Indicators research, 1 (94), p. 1 – 12. Felce, D. Y Perry, J. (1995). “Quality of life: It’s definition and measurement” Re- search in Development Disabilities, 1(6), p.51 - 74 Ferris, A.(2006) “A theory of social structure and the quality of life.” Applied Re- search in Quality of Life, 1, 117 – 123. Gracia, D. (1984). Ética de la Calidad de Vida. Madrid: Fundación Santa María. Helliwell, J. (2002). “How’s Life?. Combining individual and national variables to ex- plain subjective well-being”. Review NBER Working paper, 9065, 1 – 4. Inglehart R. (1977). The silent revolution. Princeton: Princeton University Press. Inglehart R. (1998) Modernización y Posmodernizacióm. El cambio cultural, económico y político en 43 ciudades. Madrid: CIS. Siglo XXI. Inglehart, R. Y Welzel, C. (2006) Modernización, cambio cultural y democracia: la secuencia del desarrollo humano. Madrid: CIS. Siglo XXI. Kreitler, S. Y Niv, D. (2007). “Quality of life and coping in chronic pain patients”. En Kreitler S. Beluti D. Lamberto A. y Niv D. (Eds). The handbook of chronic pain. New York: Nova Biomedial Books. 77 – 79. Lora, E. (Comp) (2008). La calidad de vida más allá de los hechos. Washington: BID. KARINA GATICA
  • 35. 35 Revista de Educación Media Mallman, C. (1981). Calidad de Vida y Desarrollo. Santiago de Chile: Instituto Chileno de Estudios Humanistas. Maslow A. (1972). El hombre autorrealizado. Hacia una psicología del ser. Barcelona: Kairos. Michalos, A. (1995). “Introducción a la Teoría de las Discrepancias Múltiples”. Revis- ta Intervención Psicosocial, 11. 102 - 105. Nussbaum, M. Y Sen, A. (1996). Calidad de Vida. México: Fondo de Cultura Econó- mica. Nussbaum, M. (2012). Crear Capacidades. Propuesta para el Desarrollo Humano. Barcelo- na: Espasa Libros. Pigou (1932). The economics of welfare. London: Macmillan and Co. Rawls J. (1999). Justicia como Equidad. Madrid: Tecnos. Setién, M. (1993). Indicadores Sociales de calidad de Vida. Un sistema de medición aplicado al país vasco. Madrid: CIS. Siglo XXI. Veenhoven, R. (2009). “Measures of Gross National Happiness”. Revista Interven- ción Psicosocial. 3 (18), 279 – 299.
  • 36.
  • 37. 37 Revista de Educación Media Resumen: Leer es comprender cómo somos dichos desde los signos. Es deshojar uno de los poderes fundamentales del ser humano simbólico: el poder decir. Los discursos nos rodean, nos tragan, nos salvan o nos asesinan. Quiero saber quién eres y termino leyendo tus mapas corporales y, por ende, semióticos, generadores en tal grado de sig- nificancia de tu sentido plural. Ningún signo, en esta urdimbre del texto plural, puede agotar las posibilidades del sentido, el texto no es único, ni sagrado ni total. Se plantea como método una semiótica terapéutica que concibe no solo al signo en su generación sino que intenta conducirlo al bien de una alteridad desde una mismidad comprensiva. Esta alteridad va desde el sentido más vil y trágico hasta lo exaltadamente sublime de lo humano y de lo divino. Palabras clave: leído, semiótica, terapia, poder, texto. Abstract: Reading is understand how are told from the signs. You pluck one of the fundamental human symbolic powers: the power to say. The discourses around us, swallow us, save us or kill us. I want to know who you are and finish reading your body maps and there- fore, semiotic, generators such a degree of significance of your plural sense. No sign, in this plural warp text, can exhaust the possibilities of meaning; the text is not unique, nor sacred nor complete. Is proposed as a therapeutic semiotic method conceived not only to sign its generation but attempts to lead the good of otherness from a compre- hensive sameness. This otherness goes from the vilest and tragic sense to its excitedly sublime of the human and the divine. Key words: read, semiotics , therapy, power , text. Lectura y Semiótica Terapéutica Juan Barreto G.1 Reading and Therapeutic Semiotics 1 Licenciado en Educación Castellano y Literatura (1986) con una Maestría en Literatura Latinoa- mericana (1990). Centro de Investigaciones Literarias y Lingüísticas “Mario Briceño-Iragorry”, unidad académica de investigación, docencia y extensión del Núcleo Universitario “Rafael Rangel”, Universidad de Los Andes en Trujillo-Venezuela. Dirección electrónica: inyoinyo@gmail.com
  • 38. 38 2 Paul Ricoeur conjuga la ética con la moral, siendo la primera “la referencia última al bien” y la segunda, “el paso a través de la obligación”. Lo optativo y lo imperativo. Véase “La persona: desarrollo moral y político”, en: Revista de Occidente, Nro 167- 1995a. Madrid. 1. Una Semiótica Terapéutica El mundo emite textos, signos, sentidos. En el mundo semiótico es imposible una sola voz, la univocidad. De hecho, el texto del mundo es complejo, múltiple polisémico. Es la casa del lenguaje y del ser: “En este sentido, la semiosfera del mundo contem- poráneo, que, ensanchándose constantemente en el espacio a lo largo de siglos, ha adquirido en la actualidad un carácter global, incluye dentro de sí tanto las señales de los satélites como los versos de los poetas y los gritos de los animales. La interconexión de todos los elementos del espacio semiótico no es una metáfora, sino una realidad” (Lotman, 1996, p.35). Estamos tras sus rastros, ellos nos invaden. Frente a esta condición de la semiosfera mundana puedo deliberadamente plantearme lo que quisiéramos llamar una semiótica terapéutica. Estudio y comprendo al mundo emisor y trato de conducirlo, a través de la lectura, no hay otro medio, a una relación o interrelación terapéutica. Nos conducimos a un espacio semiótico donde se introduce un elemento obligatorio en esta relación: la necesidad de producir el bien y la curación del otro desde una comprensiva de la semiótica de la alteridad pero también de la emergencia de la curación humana y pla- netaria. La condición optativa2 de hacer el bien es la base de la condición imperativa de la emergencia que la debo convertir en mi emergencia, me la apropio y la llevo a la intimidad, el mundo se convierte en mi mundo. La condición optativa presupone una elección y un acercamiento. Lo sugiere Lotman así: “Un comportamiento consciente no es posible sin elección, y en consecuencia, presupone la existencia de un espacio colmado de nombres propios” (1999, p.23). El lector habita el texto desde su causalidad, la lectura es una actividad de apropiación de la causalidad del texto. El desfile de imágenes es la fiesta del sentido del texto. Los ojos del lector resucitan la semiótica del texto. Ese desfile vuelve a motivar al lenguaje y sus participaciones siempre fuera de la coherencia acabada, circunspecta. El texto en el arte es un texto sensible, pluralmente sensible, de allí que tales participaciones resucitan frente a la causalidad del lector del mundo su semiótica causal, su polifonía irregular que, al tocar la membrana de los ojos, de los oídos o de las manos se abre al corazón del mundo. El texto y su cuerpo, o el cuerpo del texto, emana sangre semiótica al corazón del mundo, ese corazón es le-siendo, es porque al leerse el texto, el sentido comienza a ser cada vez. Es un le-siendo irregular, estupendo, como las olas del mar sobre la arena, infinitas e irrepetibles. Ser una particularidad dentro de una totalidad en movimiento, ningún sentido trata de maltratar al otro, simple conexión, sin atributos autoritarios, es siendo lo que el otro es y no ha sido, una frontera de arena húmeda que le da paso, en constante conexión, a otra y otras que le son semejantes aun siendo particulares, pero, esta particularidad no obedece al aislamiento, se entrega al saberse recogida, retomada por la próxima huella. El texto acorta las distancias, te hace vivir un Juan Barreto G.
  • 39. 39 Revista de Educación Media viaje hacia el sentido polisémico del mundo. Ese enlace entre tú, el texto y el mundo siempre está dándose: es el le-siendo. Un texto total sería como el repertorio semió- tico del mundo humano, traería a sus páginas y a sus lenguas todas las posibilidades semióticas y artísticas del mundo. Es por esto, como imposibilidad de cancelación del siendo total, el texto particular no agota el diálogo sino que lo abre, lo vuelve abanico. Esta condición destotaliza la realidad, es un velo que siempre se está corriendo como las aguas del mar. Una biótica cultural, la semiosfera propuesta por I. Lotman (1996). Los signos viven y se mueven gracias a la existencia del hombre como Midas semió- tico: todo lo que toca se vuelve signo, signo movible. Dejar de tocarlo es propinarle la muerte, uno de los síntomas singulares de esa muerte próxima es el monologismo. Hablar con el otro, insinuarlo, mirarlo, tutearlo, saber que existe es aceptarse en el dialogismo. Torturarlo, fagocitarlo, extinguirlo es querer ir a la totalidad monolingüe, eso que llaman pensamiento único: “El dialogismo es una condición fundamental para una aproximación orientada a la globalidad, aunque favorezca primero la apertura a lo local, a lo particular que no está aislado no cerrado en sí mismo. Así que esta clase de aproximación favorece la tendencia a la des-totalización contra la totalización” (Petrilli, 2007, p.479). Todo control previo del sentido pretende apuntar la aguja del buscador semiótico a la totalidad y, por lo tanto, a producir el monologismo general de una particularidad. Controlar el movimiento semiótico es asunto del poder, liberarlo es asunto de la comprensión de la alteridad. Controlar el logos no resulta lo mismo que comprender cómo funciona en los otros y en mí. No podemos funcionar culturalmen- te concentrados en la mismidad o en la ajenidad. El péndulo que relaciona a ambos ha funcionado de mil maneras, resultando la pluralidad, la polisemidad podría llamarla aquí. Somos resultado de un le-siendo- en- la- polisemidad. 2. La Lectura Amante Leer es encontrar al otro en la lectura, es descubrirlo para amarlo en la comprensión. Esto sería una especie de lectura amante, lectura amorosa; no poderosa. Ya sabemos que el poder no ama, solo posee, sin dejarse poseer. El otro en el arte ha sido poseído amorosamente, está allí para ser comprendido; no prendido, apresado para la totalidad sino liberado para la polisemidad. Recordemos al bueno de Barthes … “todo significa sin cesar y varias veces, pero sin delegación en un gran conjunto final, en una escritura última” (Barthes, 1980, p.8). La escritura última, o la lectura última se profetiza como la verdad total, la unicidad. Una maldición, el predominio de una sacralidad, la serpiente mordiendo su propia cola y exterminándose. La lectura es una interrogante aproximada sobre el objeto representado en el texto. En su libro sobre el cine, Lotman nos recuerda que “La misión del arte no es simplemente reproducir el objeto, sino hacer de él un portador de significado” (Lotman, 1979, p. 21). Entonces, la lectura es el puente por donde pasa hacia la vida nuevamente el objeto representado y su significación. Se produce información de la vida signada porque no es un proceso automático, sus consecuencias son impredecibles. Al pasar el puente ya el texto artístico es otra cosa, es un objeto significado y viviente gracias a la memoria
  • 40. 40 del mundo puesta en el texto y a la memoria del lector que lo devuelve a la vida, justo el proceso que Paul Ricoeur llama “refiguración”, es el tercer gran latido de su arco mimético-hermenéutico (Ricoeur,1995b). Todas las acciones del ser en el lenguaje son el fondo de los textos, un rasgo, un trazado, un lienzo, un verso, una canción, una fotografía al pasar por los ojos del humano ser se vuelve intelección. Lo terrible y lo hermoso va al signo, el hombre semiótico habla a través de ellos, se vuelve sentido, vuelve al sentido. El hombre y sus acciones, haciendo sus textos y sus signos, está sien- do leído. Los ojos de alguien ven a alguien sentado en la tarde quien a su vez ve a un caballo comiendo soles… Los vínculos entre el signo y el mundo son complejos. Cada signo es el mundo a su manera, genera semejanzas ante sus particularidades. Es múltiple como el mundo, es propio y ajeno, ancho y angosto, hermoso y terrible. Nos hace recorrer el mundo, viajamos por ese mundo leído. Siendo una parte del ser y de la cultura, funciona como ellos. Se mueve. Al principio fue el signo… sigue siéndolo y siendo. Leído, Le- siendo. Convencionales y figurativos, los signos siguen siendo el mundo. Artificio y naturaleza en el lenguaje antropomórfico. El lenguaje me enseña el mundo. Yo aprendo del len- guaje del mundo, soy partícula de su lenguaje. Soy Lenguaje. No se trata de hablar de ventajas y desventajas sino de ser en el lenguaje. Un signo en el lenguaje vuelto lengua- je. Comunicación, terapia: escucha. Escucho los signos del mundo y qué he de hacer sino comprenderlos. Escucho escuchándome y escuchando al mundo, me escucho terrícola y escucho la bolsa de piel que soy, viva bolsa en la bolsa cósmica. Esta vida y su escucha, placenta viva de la tierra y en riesgo, sentidos arriesgados y riesgosos nos lleva, nos exige otra lectura para cuidar la vida. Ya no es diálogo-lectura para viajar por la vida, la semiosfera y la biosfera juntas, sino para ser responsables y cuidadosos. El lenguaje, la casa y el ser que la habita están en riesgo planetario. Tal situación exige una relación medicinal, un remedio semiótico, debemos revivir lo medicinal de los incas, el país medicinal del que hablaban, diría ahora, el planeta medicinal. Esta perspectiva semioética la propone Susan Petrilli y nos especifica: La semiótica, en sentido médico, es escucha, practicada por medio de la sintomatología. Refiriéndonos a la cultura humana y a la sociedad, a la antroposemiótica y, más es- pecíficamente, a la socioantroposemiótica, la semiótica tiene que escuchar los síntomas del mundo globalizado actual e identificar las numerosas expresiones de necesidad y malestar que se van multiplicando en las relaciones sociales, así como en los contextos internacionales, en las vidas de los individuos, en el ambiente, en concreto, en la vida en general de todo el planeta (Petrilli, 2007, p.465). Leído, le-siendo, terapiando. Aparece un poder ético desde la semiótica. Poder curar- se-nos. Poder ético que nos libera terapiando en el otro, semiótica de la alteridad, poder siendo en el otro lo que comprendo que soy de diferente frente al otro que no soy. Una relación terapéutica, de curación, medicinal, ni de lástima ni caritativa, sino de cara a cara, cuerpo a cuerpo, sujetos que comprenden sus alteridades. Mi identidad no es la identidad ni la alteridad por completo del otro. La interrogación y la comprensión son el hito y a la vez el puente. No es posible que exista el Mundo, el Texto, la Iglesia o el Juan Barreto G.
  • 41. 41 Revista de Educación Media Estado, el Poder, el Género… No existe la totalidad, es una pretensión peligrosa de la ideología occidental dominante, globalizar, identificar, transparentar… el ego con- quistador de la globalización... uno somos todos… el poder es uno en todos… una pretensión… tal como ha sido la de la individualidad en sí misma, única, sin tregua a lo otro… Leo siendo el otro y lo comprendo. Al ser el otro en la alteridad logro la armo- nía en la diferencia. Me vuelvo cósmico, mi mí mismo se destotaliza en la alteridad que soy en el otro. La terapia del amor cósmico desmonta al individuo, a la identidad de lo global, lo idéntico negador de la reciprocidad se ha vuelto mismidad global negadora de la diferencia. Este oxímoron es esencial, no es eventual sino condicional para una ética de la semiótica cósmica capaz de proyectar el compromiso del gran sistema de los signos a la conservación y cuidado del gran sistema de la vida del otro. Este oxímo- ron, armonía en la diferencia, sintetiza para mí la lógica de la alteridad. Recalca Petrilli: “Ahora ha llegado el momento de añadir una nueva visión de la alteridad con respecto a las precedentes dentro de la semiótica global: ya no es solo el otro de y por sí mismo, el prójimo (sea vecino o lejano, en realidad siempre es vecino), sino que el otro se refiere también a los seres vivientes distantes en términos genéticos” (Petrilli, 2007, p.482). 3. Un Poder Contra Otro. La Lucha Vital La convocatoria de la semioética sería “a la autenticidad de un compromiso a un nivel práctico, a nivel de acción, más allá de la pura teoría; la semioética nos llama a la partici- pación e implicación con el otro, superando los separatismos y los intereses personales para cuidar y amar al otro” (Petrilli, 2007, p.480). Toda la vida y todos los signos que se refieren a esa vida, los signos de los signos, la biosfera en la semiosfera, son una responsabilidad humana. La gran acción de la humanidad dentro de la ética es amar a la humanidad toda pero, también su acción comprometida para detener a quien atenta contra el destino cósmico, planetario y local. La terapia se vuelve un poder contra el poder de la guerra y de la muerte. La terapia semiótica se vuelve lucha vital y la belleza y el amor, como ejes de armonía entre signos y vida para la lectura y creación de los discursos y las acciones del nuevo humanismo de la alteridad. Entonces, la terapia se vuelve una dramática, pasar al drama, actuar desde esta perspectiva que ya no lo es sino necesidad, emergencia, ser hospitalarios. No es una cuestión lejana, es acto oportuno, nos damos la oportunidad de actuar como humanos en terapia, intensiva, intensa para salvarse. No se trata de un método académico, didáctico, esto no es una receta: “…dramatizar nuestro pensamiento, es algo muy distinto a escribir un artículo especiali- zado que enuncia in abstracto cuestiones abstractas. Se requiere una suerte de coraje físico, quizás cierto exhibicionismo, talento actoral y disposiciones que no están inscritas en el habitus académico…” (Bourdieu, 2008, p.22). No es un cuestionamiento solamente, no hay pureza teórica, académica, propende al acto, ya decirlo es acto de reconocimiento de la acción misma del poder decir terapéu-
  • 42. 42 tico. El cuerpo terapeuta se expone con su palabra actuando, no mira desde afuera de él, se vive con la otredad y se expone al amor del otro y, por consiguiente, al odio de lo que no es el otro sino lo mismo castrador. Llamo aquí lo mismo castrador al hombre que se considera amo del mundo y del otro, dueño y artífice de sus símbolos y su cultura. Es el gran difusor, dueños de aparatos poderosos que emiten las señales del dominio. Es quien convirtió la palabra, el lenguaje y la imagen en una industria y el mundo se volvió mercancía vendida y comprada, vuelta infeliz que no solo es económica sino simbólica. El lenguaje se seca, se vuelve esa vuelta, ya el ser no existe en ella, se ha fugado, está muerto (no de parranda), muerto, consumido, símbolo consumidor, consumado. Todo este muerto lenguaje está detrás de tal industria mediática, lenguaje monológico, solo lleva a la muerte, a la conversión del ser en consumidor. En “Preguntas a los verdade- ros amos del mundo”, Pierre Bourdieu hace la siguiente consideración: Me encantaría someter a estas personas tan influyentes a un interrogatorio similar al que Sócrates planteaba a los poderosos de su tiempo. No estoy en condiciones de hacerlo, pero de todos modos quisiera arrojar algunas preguntas –que a estas personas seguramente ni se les ocurre, en especial porque no tienen tiempo- que remiten todas a una sola: amos del mundo, ¿acaso ustedes dominan su dominio? O para decirlo más sencillamente, ¿saben qué es lo que están haciendo y todas las consecuencias que ello acarrea? Preguntas a las cuales Platón respondía con una fórmula célebre que sin duda también se aplica aquí: “Nadie es malvado voluntariamente” (Bourdieu, 2008, p.p. 48-9). En un poema me hago la siguiente pregunta o, mejor dicho, la siguiente pregunta es el poema: “Cuántas víctimas faltan/ Cuántos roedores de hombres faltan”. Así pregun- tamos desde la poesía que es un acto deliberado. El arte poético va al corazón, es un zumbido del lenguaje para que el corazón se mueva y no se muera, alarma para des- pertar contra la violencia negativa, esa que “emana del poder y pretende monopolizar el lenguaje como instrumento exclusivos de uso, negando el acceso a las fuentes de placer, conocimiento y misterio que le son propios para destinarlo a simple mecanismo de propaganda política y comercial, ofuscando la conciencia crítica y el conocimiento profundo que de él naturalmente emanan, erosionando su capacidad lúdica, emocional y comunicacional, cegando los manantiales que llevan irresistiblemente a la poesía” (Bordelois, 2007, p. 97). La poesía nos enseña las diferencias y permite que a la vez seamos análogos, hermanos, amantes, amigos. No se puede ser enemigo desde la poesía, ese camino de vuelta a casa, al corazón del otro, al vientre del alma. La mayor expresión terapéutica del lenguaje se encuentra en dos actos envolventes, voladores, íntimamente humanos donde el otro es capaz de ser lo que realmente es: estos actos son el Amor y la Poesía. El poder hacer y el poder decir terapéuticos, juntos son una explosión esplendorosa de lo humano, la potencia humana en vuelo estético y ético, esas dos alas del ángel que la muerte y sus lenguajes despegan, escinden. Una frase que me atrapó del libro de Bordelois: “la palabra sola no puede salvarnos, pero no nos podemos salvar sin las palabras” (2007, Juan Barreto G.
  • 43. 43 Revista de Educación Media p. 98). La palabra pan de cada día, la palabra alimento, la palabra volante, voladora. Una palabra bastará para salvarme, o para matarme. La palabra maga y la palabra mala. El mundo da vueltas y vueltas, el hombre da vueltas y vueltas, el lenguaje da vueltas y vueltas. Tratemos que la próxima vuelta no sea la última. Bibliografía Barthes, R. (1980). S/Z. Siglo XXI Editores, México. Bordelois, I. (2007). La palabra amenazada. 2da edición (ampliada), Monte Ávila Edi- tores Latinoamericana, Caracas. Bourdieu, P. (2008). Pensamiento y Acción. 2da Reimpresión, Monte Ávila Editores La- tinoamericana, Caracas. Lotman, Y. (s/a) Estética y Semiótica del cine. Editorial Gustavo Gili, S.A., Barcelona. Petrilli, S. (2007). “Traducción como doctrina de Comunicación Inter-Géneros y Trans-Géneros: Una Perspectiva Semioética”, en: Signa, Revista de la Asocia- ción Española de Semiótica, Número 16, Universidad Nacional Educación a Distancia, Madrid, p.p. 463-492. Petrilli, S. & Ponzio, A. (2003). Semioetica. Roma: Meltemi. Ricoeur, P. (1995 a). “La persona: desarrollo moral y político”. Revista de Occidente n. 167 -abril 1995-, 129-142. Ricoeur, P. (1995b). Tiempo y Narración I. Configuración del tiempo en el relato histórico. (Tra- ducción al español de Agustín Neira). Siglo XXI, México.
  • 44.
  • 45. 45 Revista de Educación Media Resumen: La presente propuesta tiene como interés central reflexionar acerca del fenómeno de la invisibilidad de la problemática de la violencia de género contra algunos grupos de mujeres, en función de su pertenencia o no a determinados espacios o semiosferas. A estos grupos pertenecen niñas, adolescentes y jóvenes pobres, y cada vez más, niñas y jóvenes aborígenes de la región Nordeste de la Argentina. Sus problemáticas no logran visibilizarse a pesar del fenómeno actual en el que la esfera de lo privado (ámbito pri- vilegiado de la intimidad, de lo corporal y de la confidencia) ha tomado estado público a partir de los medios de comunicación y del uso personal de la tecnología a través de las redes sociales. En este contexto, nos interrogamos hasta qué punto la violencia de género que sufren mujeres pertenecientes a esferas de extrema vulnerabilidad sigue cir- cunscripta a lo privado en función de la falta de escolaridad y de recursos económicos. Palabras clave: Invisibilidades- semiosfera- frontera- violencia de género- discursos Abstract: This proposal is mainly interested in reflecting on the phenomenon of the invisibility of the problem of gender-based violence against some groups of women, on the basis of their belonging or not to certain spaces or semiosphere. Such groups include poor girls, teenagers and young people, and increasingly, girls and young aboriginals in the northeastern region of Argentina. Their problems remain unseen in spite of the current phenomenon in which the private sphere (privileged area of the intimacy, the body and the secrecy) has become public because of the mass media and the per- sonal use of technology through social networks. In this context, we wonder to what extent gender violence suffered by women belonging to areas of extreme vulnerability remains circumscribed to the private sphere in function of the lack of schooling and economic resources. Key Words: Invisibilities- semiosphere- border - gender violence - speeches Espacios Semióticos e Invisibilidades en torno a la Violencia de Género Natalia Virginia Colombo1 Semiotic spaces and invisibilities about gender violence 1 Doctora en Semiótica, Centro de Estudios Avanzados (CEA) y Facultad de Filosofía y Humani- dades de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Argentina. Instituto-Departamento de Le- tras. Facultad de Humanidades, Universidad Nacional del Nordeste. Resistencia, Chaco. Argentina. Email: nvcolombo@gmail.com
  • 46. 46 1. Introducción En el contexto latinoamericano y en relación a la invisibilidad de la problemática de la violencia de género, nos interrogamos hasta qué punto la violencia de género que sufren mujeres pertenecientes a esferas de mayor vulnerabilidad sigue circunscripta a lo priva- do en función de la falta de escolaridad y de recursos económicos, entre otros factores. Esta mirada de la problemática nos ubica en las reflexiones en torno de lo corporal como soporte de la semiosis infinita, también en relación con la convivencia con los otros y con la importancia que adquieren, en este contexto, los espacios. Cuestiones estas que serán abordadas a lo largo de esta propuesta sin perder de vista un acerca- miento a la violencia de género2 . Antecedentes de la Reflexión Actual Para llegar a este punto, hubo una primera instancia de estudio en la que resultó perti- nente el aporte de la relación entre el discurso de los medios y el discurso político de circulación social en la provincia del Chaco. Esta relación resultó relevante en función de la importancia que adquiere la conformación del espacio público a través de estos discursos en relación con problemáticas de fuerte incidencia en la vida social, como lo es por ejemplo, la violencia de género. Es en el ámbito de los medios donde se discu- ten y difunden masivamente problemáticas relacionadas con el poder público; es decir, con el espacio de tomas de decisión, con lo político. En otras palabras, consideramos que los discursos políticos se constituyen en parte de las condiciones de producción del discurso de los medios, los cuales, a su vez, generan nuevos discursos que serán difundidos a gran escala en la sociedad.3 Discursos que conforman una red semiótica infinita en la que se materializan los hechos sociales y que asociamos en esta propuesta con el espacio de lo público en contraposición a lo privado que retomaremos más adelante. El fenómeno de la violencia contra las mujeres se constituye, de este modo, en un proce- so de producción de sentido que implica comportamientos y prácticas que están, muchas veces, naturalizados en el funcionamiento de la vida en comunidad y que tienen al cuer- po como centralidad. Sin embargo, no siempre la relación interdiscursiva entre discurso político y mediático resulta clara, ni los medios difunden toda la información política (en 2 Es de destacar que este trabajo forma parte de un proyecto más amplio denominado “Producción y comprensión de discursos de circulación social en la región NEA. Descripción, análisis y apli- caciones” dirigido por el Dr. Hugo Wingeyer y acreditado en la Secretaría General de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE). 3 Los discursos que conformaron el corpus corresponden a discursos políticos oficiales, declaracio- nes de actores políticos a la prensa, artículos de opinión y noticias, entre otros. Sin embargo, en el transcurso de la investigación observamos que, ante el silencio o parcialización de las informa- ciones que circulaban a través de los medios tradicionales, debíamos tener en cuenta los portales de noticias regionales, como también, las redes sociales como facebook. Éstos fueron abordados, principalmente, teniendo en cuenta el Análisis del Discurso y atendiendo a su carácter interdisci- plinario en relación con las disciplinas lingüísticas que aportan sus marcos teórico-metodológicos, a los fines de encarar y abordar tal diversidad discursiva (Arnoux, 2006). Natalia Virginia Colombo