04. Trastornos del desarrollo del lenguaje y la comunicación Autor Montserrat...
Teorías sobre la adquisición del lenguaje
1. TEORÍAS SOBRE LA ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE (1)
1. Es evidente que al describir el estudio de la lengua materna, nos veamos obligados a
exponer brevemente el actual estado de opinión acerca de las investigaciones sobre el
aprendizaje de la lengua materna -adquisición del lenguaje- desde el punto de vista de la
lingüística, por un lado, y de la psicología evolutiva y adquisición de la lengua, por
otro.
1.1. El modelo behaviorista (conductismo)
La lengua para (Skinner, 1975) es conducta lingüística, por lo que la adquisición de la
lengua equivaldrá a la adquisición de la conducta lingüística. Todo comportamiento
verbal se explica en términos de estímulo y respuesta (E- R). Las respuestas verbales se
corresponden directamente con los estímulos sin necesidad de que intervengan otras
posibles variables como el significado y las leyes gramaticales.
Para que se dé un comportamiento verbal mínimo, es necesaria la relación entre un
hablante y un oyente. El hablante emite actos verbales debido a determinados estímulos
que propician la respuesta verbal en el hablante y el comportamiento verbal o no en el
oyente. Al ser el habla una respuesta motora, los primeros balbuceos del niño suponen
la base de la adquisición de la lengua, puesto que los hablantes que están próximos al
niño refuerzan en él sonidos y secuencias por medio de una conducta imitativa. Un acto
de habla puede aparecer como una repetición fruto de imitar selectivamente los sonidos
o secuencias de sonidos realizados por las personas que rodean al niño.
El paso siguiente en la adquisición del lenguaje viene motivado por los estímulos que
provocan la necesidad de una respuesta: el niño emite un sonido al azar que incita a los
padres a una respuesta; si ésta es la adecuada y satisface la necesidad del niño, éste la
repetirá siempre que desee satisfacer tal necesidad. Por último, mediante el estímulo-
tacto el niño va asociando secuencias sonoras con las cosas, objetos, personas que
constituyen su ambiente familiar.
El proceso conductista de la adquisición de la lengua es naturalmente gradual dentro de
las posibilidades del niño y está determinado por el comportamiento verbal de los
adultos que sirven en todo el proceso de refuerzo a los estímulos-respuesta del niño.
Staats y Staats (1963,1983) proponen las fases siguientes en el proceso de adquisición
de la lengua:
* Diversos estímulos del entorno del niño provocan respuestas específicas de habla.
* Los llamados estímulos internos de necesidad (hambre…) que aparecen en el
individuo provocan ciertos estímulos de habla.
* Los estímulos verbales llegan a suscitar en el niño respuestas implícitas a través del
condicionamiento clásico. Estas respuestas implícitas pueden denominarse respuestas
significativas, es decir, significados en el sentido de la teoría conductista.
* Estas respuestas significativas poseen características de estímulos, que pueden
suscitar respuestas de habla con parecidos componentes significativos.
2. 1.2. Las teorías cognitivas
Piaget (1926), invariablemente, ha sostenido la tesis de la primacía de lo cognitivo en el
hombre y de la subordinación del lenguaje al pensamiento. El pensamiento es la
estructuración de las relaciones entre hombre y ambiente.
Antes de que se instale el lenguaje, el niño hace imitaciones diferidas, “hace como si”,
atribuye a los objetos, en sus juegos, los significados más diversos, no por imprecisión o
incoherencia, sino porque los usa como símbolos, como significantes de otras cosas.
Todas estas conductas atestiguan la emergencia del a función simbólica. Hay que buscar el
origen en la evolución de las conductas sesomotoras, comenzando por las primeras
conductas de imitación. Al principio, las representaciones son sólo imitaciones
interiorizadas. La función simbólica es un producto social, que constituye la explotación
más elaborada que hace la especie humana de sus propias capacidades representativas.
(Marc Michelle, 1984, 1924).
Para Piaget, no es posible intentar explicar el pensamiento con ayuda de la lengua, ya que
las estructuras mentales se sitúan en acciones sensomotoras que son más profundas que las
conductas lingüísticas.
La fuente del conocimiento, según Piaget, es la acción, y el organismo actúa tan pronto
entra en relación con el ambiente que lo acoge. Todas las acciones iniciales son
incontrolables y pasan a coordinarse en forma de esquemas. El esquema es una secuencia
definida de acciones, tanto físicas como mentales, que constituye la unidad cognitiva
básica. Por medio de la coordinación, los esquemas, desarrollados en un tiempo definido,
pasan a formar estructuras sensomotoras y estructuras operacionales del pensamiento.
En una primera etapa (0 -2 años), el niño sólo tiene contacto sensomotor con el mundo,
desarrolla sus sentidos en relación con sus habilidades motoras y su habilidad para imitar.
En una segunda etapa, la preoperacional (2-4 años), el niño, determinado por el
egocentrismo, adquiere el uso del comportamiento simbólico, aunque su pensamiento es
aún fluctuante. La tercera etapa, la imitativa (4-7 años), introduce al niño en la sociedad y
supone el encuentro con la realidad que lo circunda. La etapa (7-12 años), es la de las
operaciones concretas, precede a la última de las etapas señaladas (a partir de los doce
años), que es la de las operaciones formales y abstractas.
Para Vygotski (1962), pese a que pensamiento y lengua son en su origen fenómenos
independientes entre sí, sin embargo, la interacción entre ambos origina la elevación del
pensamiento y del habla. La actividad mental del niño se ve como el resultado de su vida en
determinados aspectos sociales. El lenguaje, que soporta todo el acervo cultural, entra en el
proceso del desarrollo del niño desde el primer momento. La lengua se hace necesaria para
el proceso mental.
A.R. Luria y F. Yudovich (1983), pertenecientes al igual que Vygotski a la escuela rusa,
parten del hecho de que la evolución del pensamiento y de la lengua no se debe a un
proceso biológico, sino a un proceso social. El habla es un factor históricamente importante
para el desarrollo de las estructuras y la formación de los conceptos.
3. 1.3. Teoría mentalista
A partir de determinados presupuestos teóricos de Chomsky enunciados en la existencia de
una facultad innata en el hombre para la adquisición del lenguaje y de los universales
lingüísticos, podemos postular que todos los hombres nacen con una capacidad especial
para el lenguaje, que éste no se aprende por medio de la imitación de la lengua de su
entorno, sino que aprenden el lenguaje por estar expuestos a él y por usarlo como medio de
comunicación social. Asimismo, las reglas de la gramática se aprenden inconscientemente
por tratarse de la misma gramática que la de los adultos. La rapidez con que el niño domina
las estructuras básicas de una lengua apoya, según Chomsky, los postulados anteriores.
Una teoría del lenguaje debe explicar las nociones de producción y comprensión, que
deben ser tratadas de forma independiente, pero señalando la interacción que entre ellas
existe.
1.4. Teoría biológica del desarrollo del lenguaje
Lenneberg (1975) formula la siguiente teoría de la adquisición del lenguaje:
• El lenguaje es la manifestación de tendencias cognitivas específicas de la especie, es
la consecuencia de las peculiaridades biológicas que hacen posible un tipo humano
de cognición.
• La función cognitiva que subyace al lenguaje es una adaptación de un proceso
ubicuo de categorización y extracción de semejanzas. La percepción y producción
del lenguaje puede reducirse en todos los niveles a procesos de categorización.
• El factor determinante de la conducta lingüística es la función cerebral
• Las formas más externas de los lenguajes pueden variar con una libertad
relativamente grande. Mientras que los rasgos subyacentes permanecen constantes.
• La existencia de los procesos cognitivos motiva una capacidad para el lenguaje. Se
trata de una capacidad para un sistema de comunicación que debe ser
necesariamente de un tipo específico. Esta capacidad básica se desarrolla ontogé
nicamente en el curso de la maduración genética. La maduración coloca a los
procesos cognitivos en un estado que podríamos llamar “disposición para el
lenguaje”
• A partir del estado lingüístico latente, el lenguaje puede desarrollarse por medio de
un proceso de actualización (significa el surgimiento de una competencia
lingüística específica.
• El estado de desequilibrio denominado “disposición para el lenguaje” es de
duración limitada. Comienza alrededor de los dos años y declina con la madurez
cerebral de los primeros años posteriores a la decena.
• Puede asumirse que la capacidad para el lenguaje y la estructura latente han de estar
reproducidas en todos los seres humanos sanos, debido a que son consecuencia de
los procesos cognitivos específicamente humanos y de un curso de maduración
específico del hombre.
4. • Debido a que la estructura latente se encuentra reproducida en cada niño y debido a
que todos los lenguajes deben tener una forma interna de tipo idéntico, cada niño
puede aprender cualquier lenguaje con igual facilidad. Lenneberg sustenta dicha
teoría en las siguientes premisas biológicas:
1. La función cognitiva es específica para cada especie.
2. Las propiedades específicas de la función cognitiva aparecen reproducidas en todos
los miembros del a especie.
3. Los procesos y capacidades cognitivas se diferencian espontáneamente con la
maduración.
4. Al nacer, el hombre está relativamente inmaduro.
5. Ciertos aspectos de su conducta y de su función cognitiva surgen sólo durante la
infancia.
Teoría sociológica
M. A. K. Halliday (1975), considera los factores socio-lingüísticos como elementos
indispensables para la adquisición del lenguaje, y, en coincidencia con la teoría cognitiva,
rechaza el innatismo como principio explicativo de la adquisición del lenguaje.
El proceso de adquisición de la lengua lo formula en:
• Primera fase: el niño ha de dominar ciertas funciones extra-lingüísticas: como la
instrumental personal, la imaginativa y la informativa.
• Segunda fase: aparecen usos del lenguaje y avances rápidos en el vocabulario,
sintaxis y diálogos.
• Tercera fase: se supone que ocurre la adecuación del lenguaje del niño a la lengua
del adulto.