1. Arquitectura gótica
Suger, el abad de Saint-Denis, fue uno de los precursores del arte gótico.
Influido por las ideas neoplatónicas defendidas por Pedro Abelardo de que
Dios era luz, estaba convencido de que el templo cristiano tenía que
convertirse en el templo de la luz. “Hacia 1130 comenzó a imaginar cómo
podría construirse una iglesia donde el desarrollo físico de todas esas ideas
fuera posible (…). Era necesario eliminar los muros, rasgarlos de arriba
abajo para poder ubicar en su lugar grandes ventanales y, a través de
ellos, capturar la luz del sol y dejar que inundara los nuevos santuarios
cristianos”. El reto estaba lanzado y fue un arquitecto anónimo quien dio la
solución con el uso del “arco de doble centro, el ojival, gracias al cual el
empuje que ejercen las bóvedas se desvía hacia arriba y hacia afuera del
edificio (…). El empuje hacia el exterior de los arcos se solucionó mediante
la construcción de contrafuertes, uno por cada pilar o columna, situados
hacia el exterior de las naves, y que los elementos destinados a soportar el
empuje de las bóvedas de crucería”.
El estilo luminoso empleado en Saint-Denis marcó el camino para
construcciones eran posteriores. Las catedrales de Sens, Senlis, Noyón y
Laón fueron las primeras en levantarse en la nueva arquitectura de la luz.
Tras la construcción de estas primeras catedrales góticas, los arquitectos
lograron ampliar el espacio de las ventanas mediante soluciones
arquitectónicas que permitieron rasgar por completo los muros entre los
contrafuertes.
En España, a través de la expansión de la orden del Císter, entre 1150 y
1170 ya se conocían las técnicas básicas de construcción del gótico, pero
no se aplicaron en la fábrica de las catedrales. El estilo románico había
alcanzado un gran prestigio para las construcciones catedralicias
hispanas, de la que Santiago de Compostela es su máximo exponente.
Hasta 1221 no cambiará esta tendencia, fecha en la que el obispo
Mauricio de Burgos decide derribar la pequeña catedral románica y
sustituirla por una gótica. A éste, siguieron los templos de Toledo (levantada
sobre los estos de la mezquita aljama) y León.
Los agentes intervinientes de una catedral gótica
La catedral (o “silla” del obispo) es el templo principal de la provincia
eclesiástica. Así, en los siglos XII y XIII fueron estos los principales impulsores
de las catedrales góticas. Es curioso, sin embargo, que se desconocen los
nombres de numerosos arquitectos que diseñaron y pusieron en marcha
estas obras. Esto se debe a que los clérigos solicitan humildad a aquellos
que trabajaban en la construcción de las iglesias. Los obispos eran los
encargados de la recaudación del dinero necesario para comprar los
terrenos donde se levantaba la catedral que, siempre, se iniciaba por la
construcción de cabecera donde se situaban el altar y el coro.
Los constructores de la época, tal y como se hacía durante el románico, se
2. agrupaban en cuadrillas de albañiles (maçons), que recorrían Europa
siguiendo las rutas de peregrinación cristiana para realizar su trabajo,
“dotados de instrumentos de precisión como escuadras, cartabones, varas
de medir y plomadas que sólo ellos eran capaces de utilizar”.. El arquitecto
(también llamado “magister” o “arquitector”) debía pasar por un largo
proceso de aprendizaje, que iniciaba a los 13 años como aprendiz.
Después de cinco años, el maestro tenía la potestad de otorgar el título de
oficial, que le capacitaba para realizar trabajos especializados como
canteros o escultores. “Quienes deseaban alcanzar la categoría de
maestro tenían que seguir estudiando y conocer disciplinas como
matemáticas, geometría y álgebra, e incluso filosofía, gramática, retórica y
teología (…). El grado de maestro sólo lo conseguían aquellos que eran
capaces de superar un duro examen en el que varios maestros juzgaban a
los candidatos (…). Ser un maestromaçon significaba conocer y dominar el
arte de la construcción de los templos de Dios, saber convertir la piedra y
el vidrio en el santuario de la luz”.
Los maestros, además de sus habilidades artesanales, tenían que dirigir y
corregir el trabajo de carpinteros (encargados de fabricar los andamios, las
estructuras y los ingenios para elevar la piedra), canteros, escultores,
vidrieros, pintores, herreros, transportistas, etcétera.
Los símbolos
Además de expresión del florecimiento de la ciudad de los siglos XII y XIII, la
catedral se convirtió en “la Biblia del pobre y en el espejo del mundo”,
pues toda la vida pasaba por ella: coronaciones, bodas, bautizos,
exequias reales…; también eran el depósito de las reliquias. En su interior (y
también en su exterior, como en el caso de Valencia y su Tribunal de las
Aguas) se celebraban juicios, ejecuciones, ceremonias políticas, fiestas
civiles –como las del Asno, que tenía lugar el 26 de diciembre en Chartres–,
o juegos de pelota (en Auxerre).
“La catedral es la plasmación, a escala humana, de la obra del Creador
del universo”. De ahí que las esculturas y vidrieras (con vivos colores que los
vidrieros artesanos no han sido capaces de reproducir en los casos en que
ha habido que restaurar los antiguos cristales) representen, además de
escenas religiosas, historias y momentos de la vida cotidiana. (…)
Fuente: El enigma de las catedrales”, de José Luis Corral Escrito por: The
CultPublicado en: Libros