1. KEVIN FTAYER
LAS DENUNCIAS POR FUMAR PORROS EN LA CALLE SUPERAN LAS 140.000 AL AÑO. ANALIZAMOS NUEVE MUESTRAS DEL ‘COSTO’ QUE CONSUMEN LOS ADOLESCENTES
‘QUEMADOS’
POR EL HACHÍS
Una cuarta parte de los adolescentes entre 14 y 18 años fuma porros con cierta
frecuencia. Sólo en 2005 hubo más de 140.000 denuncias por consumir hachís
o marihuana en lugares públicos. Los chavales, que no perciben el riesgo de
fumar abusivamente, acuden a centros de desintoxicación con el único fin de
y explica los efectos que provoca la sustancia ilegal más consumida.
[Alberto GAYO]
agayo.interviu@grupozeta.es
36 interviú 26 de febrero de 2007
036-041_DROGAS 36-37
PAUL BERGEN
quitarse las multas. interviú ha analizado la droga que se compra en la calle
M
artín –nombre supuesto
de un chaval madrileño
de 22 años– se echaba
a los pulmones dos o
tres porros diarios. Le
iba bien con su chica,
bien en su trabajo, bien
con su familia. Todo se torció cuando su
pareja le abandonó. “El consumo aumentó exageradamente. Si antes fumaba para
relajarse, ahora quería olvidar a su novia
a golpe de canuto. Hasta quince al día se
liaba. Aquí llegó con sensación de pérdida
del control, con agresividad, odio y rencor.
Quería dejarlo y no podía”.
Carmen Puerta fue quien vio llegar a
Martín. Es la responsable del Centro de
Atención a Drogodependientes (CAD) de
San Blas, un servicio que engloba cuatro
distritos de la capital con más de medio
millón de residentes. Lleva más de quince
años en las trincheras asistenciales contra
el consumo abusivo de drogas y admite
que éste es un caso extremo.
“En este centro hemos tenido incluso
a personas enganchadas al paracetamol. Una de ellas se tomaba a tragos
el ‘apiretal’ de su bebé. Pero si nos atenemos a la proporción de personas que
acuden por problemas con el cannabis
en comparación con otras sustancias y a
www.interviu.es interviú 37
23/02/2007 17:35:50
2. LA PUREZA DEL ‘COSTO’
E
sta revista adquirió hachís en
bares del sur de Madrid y de la
capital. Los análisis del Instituto Nacional de Toxicología, a petición de
Madrid Salud, confirman que el porcentaje de THC (tetrahidrocannabinol), el principio activo del cannabis,
no supera apenas el 18 por ciento,
pureza que podría parecer baja,
pero que entra dentro de los parámetros normales para esta droga.
MUESTRA 1 MUESTRA 2 MUESTRA 3 MUESTRA 4
Fragmento de sustancia vegetal
prensada de 1,71 gramos.
Fragmento de sustancia vegetal
prensada de 3,79 gramos.
TCH 10,7%
Fragmento de sustancia vegetal
prensada de 2,51 gramos.
TCH 14,1%
TCH 15,3%
Fragmento de sustancia vegetal
prensada de 2,04 gramos.
TCH 12,6%
MUESTRA 5 MUESTRA 6 MUESTRA 7 MUESTRA 8 MUESTRA 9
Fragmento de sustancia vegetal
prensada de 3,92 gramos.
TCH 5,8%
Fragmento de sustancia vegetal
prensada de 1,33 gramos.
Fragmento de sustancia vegetal
prensada de 3,01 gramos.
TCH 16,1%
TCH 18,1%
Fragmento de sustancia vegetal
prensada 1,47 gramos.
TCH 18,1%
Fragmento de sustancia vegetal
prensada de 2,50 gramos.
TCH 7,9%
de 2,5 gr.
S
on muchos los jóvenes que visitan localidades de la periferia madrileña en busca
de hachís. interviú desveló hace tres meses
(ver número 1.597) que muchos bares del sur
de Madrid, la mayoría regentados por ciudadanos magrebíes, vendían hachís impunemente a
una clientela en la que incluso había menores
de edad. “Yo pillo en Alcorcón, es más fácil” o
“No vayas a ese bar, que te dan mierda” son
algunas de las expresiones que usan los chavales, que en algunos casos se consideran auténticos expertos catadores de hachís. Hablan
de los diferentes tipos de hachís que se pueden
comprar, aunque los análisis realizados por esta
revista revelan que entre las distintas muestras
de droga no hay mucha diferencia de calidad.
Ninguna superaría el 18 por ciento de THC (tetrahidrocannabinol), el principio psicoactivo del
hachís. Nuria, una estudiante de Alcorcón, recomienda el costo paquistaní: “Los efectos son
más fuertes, pero es más caro”. Fernando Díaz,
portavoz del PP en este municipio, reclama más
presencia policial y sostiene que “cuando registran un bar en las zonas conflictivas, tan sólo
encuentran menudeo y no cantidades que desestabilicen a las organizaciones que trafican”.
G.Z.
38 interviú 26 de febrero de 2007
036-041_DROGAS 38-39
mo de hachís y marihuana ha ido parejo
a una caída en la percepción social de sus
riesgos. Más gente fuma habitualmente
porros y cada vez más personas piensan
que hacerlo no conlleva grandes peligros.
Los datos de la macroencuesta domiciliaria realizada el pasado año por el Plan Nacional sobre Drogas eran contundentes: el
cannabis es la droga ilegal más consumida
en nuestro país; un 28,6 por ciento de los
ciudadanos entre 15 y 64 años –es decir,
casi 9 millones de los 30,5 que están entre
estas dos edades– han fumado alguna vez
un canuto, y un 2 por ciento lo toma a
diario (más de 600.000 personas).
En cuanto a los jóvenes entre 14 y 18
años, la última Encuesta sobre drogas
a población escolar, realizada el año
pasado, pone en evidencia que un 26,2
por ciento de los adolescentes consume
cannabis de forma habitual.
El consumo incontrolable empieza ahora
a detectarse entre los más jóvenes, aunque
la mayoría de las personas que requieren
tratamiento son “personas de mediana
edad –entre 35 y 50 años– con una vida
estable, trabajo fijo, de clase media o media-alta, con problemas para relacionarse socialmente, tendencia a la ansiedad y
con personalidades tendentes a evitar los
problemas en vez de afrontarlos y resolverlos”, explica la médica Carmen Puerta.
Estas personas –que no suponen más del
1 o 2 por ciento de los casos que se atienden en los CAD– llevan muchos años fumando porros sin atisbar siquiera que ese
hábito les puede pasar factura. Un día, los
efectos no son los esperados. “En lugar
de tranquilizarles –asegura Carmen–, les
induce estados de inquietud, ideación paranoide, pensamientos obsesivos; en lugar
de contrarrestar sus síntomas depresivos,
los acrecienta, favoreciendo su aislamiento. Les cuesta romper, son incapaces de
conciliar el sueño sin fumarse un porro.
Rara vez consumen en el trabajo”.
En realidad estaríamos hablando de
fumadores para los que la droga está
Efectos sobre el Sistema
Nervioso Central (SNC)
Efectos
Consecuencia clínica
Efectos psicológicos
Prevalencia de consumo de cannabis
y edad al inicio del consumo en los
estudiantes de Enseñanza Secundaria
de 14 a 18 años. 1994-2004
Efectos cognitivos
Efectos sobre el rendimiento
psicomotor
Efectos sobre la conducción
de vehículos
16
Efectos sobre el sueño
15
Efectos sobre el apetito
14
Analgesia
Denuncias por tenencia y consumo
de drogas en lugares públicos
2.001
Hombres
Mujeres
2.002
2.003
2.004
2.005
106.442
116.452
115.850
141.598
163.445
5.828
5.833
6.660
8.582
9.647
DE LA EUFORIA Y EL RELAX A EPISODIOS PSICÓTICOS
A
lvarez Vara, Bobes, Farré,
Torrens, Luna Maldonado,
Salvador Casanova... Estos
apellidos, poco conocidos por
el gran público, son los de algunos de los miembros de la
comisión clínica de expertos
nombrada por el Gobierno
para hacer un seguimiento
exhaustivo de las sustancias
psicoactivas, establecer la situación epidemiológica, actualizar los hallazgos científicos y
analizar sus efectos toxicológicos y clínicos. En 2006
finalizaron su primer trabajo
y escogieron la droga ilegal
más consumida: el cannabis
y sus derivados. El informe ha
pasado inadvertido, pero es el
intento más serio y objetivo de
poner al día la información que
se tiene sobre esta droga. Los
JOHN D. McHUGH
PEQUEÑOS CATADORES
‘QUEMADOS’
POR EL HACHÍS
especialistas aclaran que el
consumo de cannabis produce
un efecto bifásico: una primera fase de estimulación y otra
donde predomina la sedación
(ver cuadros). En personas
inexpertas o tras dosis altas
“puede aparecer ansiedad,
disforia, síntomas paranoides
y/o pánico, que habitualmente
desaparecen de forma espontánea en pocas horas”. Eso sí,
una intoxicación aguda puede
provocar ideas delirantes, alucinaciones, confusión, amnesia,
ansiedad y agitación. Conforme
el tetrahidrocannabinol (THC)
–principal principio activo del
cannabis– se elimina del organismo van desapareciendo estos episodios. Otra de las novedades que aportan tras revisar
decenas de estudios es que
una hora después de fumar un
porro el rendimiento psicomotor
ya está deteriorado. Respecto
a efectos analgésicos, recuerdan que en animales se ha
demostrado su potencial para
amortiguar dolores agudos y
crónicos. Para el dolor agudo
en humanos todavía no se ha
demostrado, y para el crónico, sólo Canadá ha aprobado
un preparado contra el dolor
neuropático en la esclerosis
múltiple. Entre posibles usos
terapéuticos con evidencias
científicas destacan los autores su utilidad para prevenir
las náuseas y vómitos en enfermos de cáncer (siempre que
no responda a los tratamientos
habituales), facilitar el apetito
en enfermos de sida y cáncer,
y tratar el dolor neuropático.
COMISIÓN CLÍNICA
‡ Expertos en
Efectos crónicos del cannabis
Efectos
5,57%
94,42%
Consecuencia clínica
Efectos cognitivos
Gráficos: SERGIO ARANGO
la severidad de los problemas asociados,
debemos concluir que existen drogas
mucho más peligrosas que el hachís o
la marihuana. Y el peligro del cannabis
no viene de su capacidad adictiva, sino
de su consumo en determinadas edades
en que las personas no han aprendido a
controlar sus conductas”.
En España, el incremento en el consu-
Efectos sobre el rendimiento
psicomotor
drogas están
asesorando al
Plan Nacional
con información
contrastada
sobre los
efectos y daños
de las distintas
sustancias.
Efectos sobre el rendimiento
escolar
CASI 9 MILLONES DE ESPAÑOLES
(UN 28,6%) HA DADO ALGUNA
CALADA A UN CANUTO
cumpliendo una función en relación a sus
problemas psicopatológicos: soportar el
estrés, relajarse, reducir el malestar derivado de estados depresivos... “En estos casos es inútil intentar que deje de consumir
sin abordar los problemas que justifican
ese consumo”, comenta Puerta.
En 2006, el informe anual del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías ya advertía que el consumo de
cannabis no sólo es experimental y cosa de
chavales, sino que puede alargarse hasta
edades comprendidas entre los 30 y los
50 años, “pauta de consumo que debería
analizarse con mayor detenimiento”, recomendaban los expertos europeos.
Si los casos que requieren atención
son pocos, y sus protagonistas, mayores
de 35 años, ¿por qué las estadísticas oficiales hablan de que hay muchos jóvenes
que demandan tratamiento asistencial por
www.interviu.es interviú 39
23/02/2007 17:36:44
3. EL RANQUIN
‡ Cataluña,
después de
Navarra y
Baleares, es
la comunidad
donde más
hachís y
marihuana
se fuma.
Castellanos y
extremeños,
los que menos
consumen.
S
iempre se ha hablado de que
el que fumaba porros acababa
enganchado a la heroína. Esta idea
del cannabis como droga puente
se ha ido modelando con el tiempo
hasta llegar a nuevas conclusiones.
Los nueve científicos expertos en
drogas que forman la Comisión Clínica del Plan Nacional sobre Drogas
sostienen en su monográfico sobre
cannabis, publicado el pasado año,
que “en la actualidad, con los datos
disponibles, no puede descartarse
que el consumo de cannabis comparta factores de tipo genético, de
personalidad o sociológicos con
el consumo de otras sustancias,
en lugar de tener un papel causal
directo en la escalada de consumo
de otras drogas”.
Francisco Albarrán, vicepresidente
de la Asociación para la Lucha Antialcohólica de Alcorcón, piensa que el
entorno de los jóvenes direcciona sus
consumos y que en la juventud se
tienen más posibilidades de perder el
control. “Acogemos a muchos estudiantes de 22, 24 años con graves
EL FUMADOR PROBLEMÁTICO
ES UN HOMBRE DE ENTRE 30 Y 50
AÑOS, DE CLASE MEDIA
Y TRABAJO ESTABLE
ntre finales de 2005 y 2006, la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional
sobre Drogas entrevistó a más de 25.000
españoles para conocer las tendencias de
consumo de drogas, legales o ilegales. Fue
un macrotest a personas de entre 15 y 64
años. Si en diciembre la ministra Elena Salgado ya adelantaba algún resultado, ahora
empiezan a conocerse con detalle. Según
ha podido saber esta revista, los navarros y
los residentes en las islas Baleares son los
más fumetas de la España plural. El 4,6 por
ciento de los que viven en la comunidad foral
fumaron canutos a diario en los últimos 30
días, y más de un 44 por ciento de la población había probado el hachís o la marihuana
alguna vez en su vida. Los siguientes en la
lista eran los del archipiélago balear, donde
el 3,3 por ciento consumía todos los días y
más de un 41 por ciento había dado alguna
que otra calada a un porro. Cataluña se sitúa en tercera posición. Entre los menos fumadores figuran los castellano-manchegos,
los castellano-leoneses y los extremeños.
fi En la ciudad
de Madrid
fueron atendidos
el pasado año
641 pacientes
que tenían como
droga principal
el cannabis, un
7 por ciento del
total.
MADRID: 641 PACIENTES
‘QUEMADOS’
POR EL HACHÍS
40 interviú 26 de febrero de 2007
036-041_DROGAS 40-41
del departamento que dirige Alfredo Pérez
Rubalcaba, en 2007 habrá que añadir al
menos un 10 por ciento más de denuncias.
En cuanto al consumo público de cocaína
–la mayoría de las veces en locales de diversión–, las denuncias fueron 34.156.
Estas multas –que van desde los 301 a
los 30.000 euros– suponen un instrumento
disuasorio del consumo pero también recaudatorio para el Estado. En la actualidad no
se facilitan datos económicos, pero sólo en
el año 2000 se recaudaron más 5,4 millones
de euros (más de 900 millones de pesetas)
por fumar porros en sitios públicos.
Fuentes de centros de tratamiento de
Madrid y Barcelona coinciden al explicar
que “la inmensa mayoría de los que acuden buscando tratamiento lo hacen para
quitarse la multa o por la alarma que
había generado en su entorno familiar el
conocimiento de que consumían cannabis. En realidad, muy pocos de ellos han
necesitado tratamiento”.
Carmen Puerta confirma esta tendencia
y sostiene que casi todos habían sido pillados fumando en la calle, no tenían problemas en el consumo y buscaban anular
la multa. “Cuando vienen, les ofrecemos
controles toxicológicos que demuestren la
abstinencia, y eso les permite quitarse la
multa. Además, les hacemos una evaluación para ver si sus pautas de consumo
afectan al rendimiento académico, a su
grado de atención”.
Sólo a aquellos que se sienten empanados –expresión usada para definir un
estado de confusión por un consumo frecuente– les realizan un psicodiagnóstico
por si pudieran surgir problemas.
A PIE DE CALLE
‡ Francisco
Albarrán (en el
centro) es uno de
los responsables
de la Asociación
Antialcohólica
de Alcorcón, un
centro psicosocial
que lucha contra
el consumo de
cannabis entre los
jóvenes.
problemas de alcoholismo y adictos
al hachís que ya no pueden ni preparar los exámenes”. La terapia que se
sigue es similar a la aplicada a los al-
cohólicos: “Hablar, simplemente hablar, y que se sientan escuchados”.
Alberto, de 17 años, probó el alcohol
con 15 años. Ahora sólo fuma: “Me
gusta, otros beben, otros se meten
farlopa [cocaína], yo me fumo mi
canutito y me quedo tan a gusto”.
G.Z.
“LOS CHAVALES DEBEN SABER QUE FUMAR PORROS PUEDE TRASTOCAR SU FUTURO,
FAVORECE EL ABSENTISMO Y DETERIORA SU CONCENTRACIÓN”, DICE UN EDUCADOR
Fuentes de Madrid Salud aseguran que,
durante el año 2006, 641 pacientes fueron
atendidos en centros de la capital por ser
consumidores de cannabis como droga
principal, y que tres de cada cuatro eran
menores de 25 años.
A pesar de que son pocos los casos en
los que hay un verdadero enganche a esta
sustancia psicoactiva –la más consumida
de las drogas ilegales–, los expertos no
quieren bajar la guardia, sobre todo entre los adolescentes. “El aumento en su
consumo está relacionado con la falta de
percepción de riesgo que tienen los más
jóvenes. Se ha sido muy tolerante con el
porro, con esa imagen de que no pasa
nada”, comenta José Manuel Torrecilla,
responsable de Madrid Salud.
La responsable del CAD de San Blas
apostilla: “Los chavales no son conscientes ni de estos ni de otros muchos riesgos.
Y los que son conscientes y, aún así, deciden consumir mantienen un planteamiento presentista, centrado en obtener efectos
DISUADIR Y RECAUDAR
⁄ Las denuncias por tenencia o
PACO LLATA
E
FERNANDO CÁRDENAS
LOS MÁS ‘FUMETAS’, EN NAVARRA Y BALEARES
DEL BOTELLÓN A LA DESIDIA ‘CANUTERA’
fumar porros? La respuesta es compleja,
pero una de las explicaciones puede estar
en la denominada ley Corcuera, aprobada
en 1992 para proteger la seguridad ciudadana. En su artículo 25 se establece como
infracción grave “el consumo en lugares, vías, establecimientos o transportes
públicos, así como la tenencia ilícita de
drogas tóxicas”, pero las sanciones que
acarrea podrán suspenderse –aquí estaría
la clave– si el infractor “se somete a un
tratamiento de deshabituación en un centro acreditado”.
Si en el año 2000 apenas eran 50.000 las
denuncias por fumar porros en la calle, en
2005 –últimos datos facilitados a interviú
por el Ministerio del Interior– subieron
hasta las 141.464. Según las previsiones
consumo de drogas en lugares
públicos superaron las 140.000
en 2005. Para este año se
espera un 10 por ciento más.
positivos a corto plazo y obviar los efectos
negativos a medio o largo plazo”.
Otro de los errores han sido las campañas de prevención, casi siempre centradas
en provocar alarma. “La prevención no
está encaminada a conseguir que algo no
suceda. Los mensajes alarmistas no calan
entre los más jóvenes. La tendencia actual
de demonizar el cannabis no es ‘leal’ con
la realidad. Existe mucha información y
al adolescente no le cuesta trabajo saber
que hay países donde el consumo es legal, que hay gente que cultiva en casa,
que hay cientos de miles de personas que
consumen y no tienen problemas. La prevención ha tendido más a resaltar el 1 por
ciento de los que desarrollan un trastorno
esquizofrénico que el 90 por ciento que lo
consume sin problemas”, argumenta un
educador madrileño.
El peligro está en que los adolescentes,
en fase de formación, tienen que saber discernir los peligros. “Lo que la sociedad y
los chavales necesitan saber es que fumar
porros puede echar a perder su futuro, no
porque provoque esquizofrenia, efecto muy
raro, sino porque el chico puede desvincularse de los estudios, los porros pueden
deteriorar su concentración, optar por la
transgresión de las normas, identificarse
con valores marginales...”.
www.interviu.es interviú 41
23/02/2007 17:37:22