3. Bioografia.
Alejandro, hijo de Filipo II de Macedonia y de
Olimpia, nació en Pela, la capital del reino macedonio,
el año 356 a.C.
4. Murió en 323 a.c en el palacio de Nabucodonosor II
de Babilonia.
Existen varias teorías sobre la causa de su muerte,
que incluyen envenenamiento
por parte de los hijos de Antípatro, enfermedad, o
una recaída de la malaria que contrajo en el 336a.C.
6. Guerras y conquistas.
El joven Alejandro se
preparaba para ser digno
sucesor de su padre. En
336 a.c, tras el asesinato
de su padre, Alejandro,
sin apenas experiencia,
se ve convertido en rey
con apenas 20 años de
edad. En su reinado
arraso Tebas sometiendo
sus habitantes a
esclavos, perdono a
Atenas.
7. Alejandro Magno fue mas conocido a
partir de la conquista del imperio persa. La
campaña en sí tiene poca historia, pues en
apenas cuatro años de triunfos ininterrumpidos
(victorias de Gránico (334 a.c), Isso (333 a.c)
y Gaugamela (331 a.c), el inmenso imperio
persa cambió de manos. En los años
siguientes, Alejandro se dedicó a ampliar sus
conquistas por la zona oriental, que culminó
con la victoria sobre el rey indio Poros en 326
a.c
9. La supuesta bixesualidad de Alejandro
Magno.
Se dice que Hefestion su mejor amigo desde la
niñez fue amante de Alejandro. Honrando a Aquiles
Alejandro implico que Hefestion era su objeto de
amor como lo fue Patroclo de Aquiles.
10. Para agudizar su apetito por las mujeres el rey
Filipo (quien ya había reprochado a su hijo por
cantar en voz demasiado aguda), trajo a una
costosa cortesana llamada Kallixeina. Eumenes
afirmaba que Alejandro «no se sentía a gusto con
el sexo».
Posteriormente, a lo largo de su vida, Alejandro
se casó con varias princesas de los anteriores
territorios persas, fue padre de al menos dos
niños.
11. Curcio mantiene que Alejandro
también tomó como amante a «Bagoas,
un eunuco de excepcional belleza
y en la flor de su juventud,
con el cual Darío había intimado
y con el cual Alejandro luego intimaría»
12. Influencia de Alejandro Magno en la
antigua Roma.
Muchos romanos admiraban a Alejandro y sus
conquistas y querían igualar sus hazañas,
aunque poco se sabe acerca de las relaciones
diplomáticas que mantenían Roma y Macedonia
en aquellos tiempos. Julio César lloró en
Hispania con la sola presencia de una estatua de
Alejandro, lamentándose de que a su edad no
había conseguido realizar tantas cosas.