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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION SUPERIOR
CONVENIO CUAM-UNIPAP
INTEGRANTE:
Ana Dolores Bustamante Bonilla
C.I.V.10.146.331
San Felipe, 2.022
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INTRODUCCIÓN
Dentro de los modelos económicos que están comenzando a tomar fuerza en
el mundo, está el desarrollado bajo el concepto de la economía naranja,
entendiendo el mismo como un modelo económico basado en el talento, la
propiedad intelectual, la conectividad y la cultura que tienen las distintas
regiones.
Dentro de los conceptos que componen a la economía naranja es posible
encontrar la industria creativa, cultural, de artes, del entretenimiento, la
industria de los contenidos y la protegida por los derechos de autor. Por lo
tanto, hablar de creatividad es hablar de la fluidez de pensamiento que nos
permite crear nexos, resolver conflictos y generar ideas novedosas y
originales. Sin embargo ¿Qué ocurre cuando se habla de economía naranja
o economía creativa? Esto y más lo abordaremos a continuación, para tener
en cuenta la capacidad de dicha economía, y el desarrollo de planes de
actuación y líneas de trabajo para fomentar el concepto en aquellos países
con mayor escasez de cultura.
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Dicen que de las crisis pueden surgir las mejores oportunidades, propuestas,
alternativas y sobre todo soluciones para enfrentar con éxito cualquier
situación. Y es la economía naranja una demostración de que no existe
mejor forma de enfrentar las situaciones difíciles sino con creatividad. Hablar
de economía naranja, es referirse a la capacidad del ser humano de superar
los tropiezos para sobreponerse y avanzar. Este nuevo modelo, que motoriza
al mundo económico, se fundamenta en la creatividad como columna
vertebral de su desarrollo y al emprendimiento como actividad.
La Economía Naranja es un modelo de desarrollo en el que la diversidad
cultural y la creatividad son pilares de transformación social y económica del
país, desde las regiones. Este modelo cuenta con herramientas de desarrollo
cultural, social y económico. El reciente crecimiento de estas industrias va de
la mano con el auge de la economía naranja o creativa que justamente pone
como centro la actividad artística, el emprendimiento, la propiedad intelectual
y el patrimonio, no solo para mejorar potencialmente los sistemas
económicos sino también para crear un valor.
Si alguna nación ha experimentado un crecimiento y auge de la economía
naranja ha sido Venezuela. La situación política, económica y social que se
ha vivido en los últimos años, indudablemente ha causado un impacto
importante en la sociedad. Pero lejos de paralizarse, han sido miles los
venezolanos que han encontrado en la crisis, la oportunidad perfecta para
echar a andar sus ideas creativas y adentrarse en el mundo de la economía
naranja. La capacidad que ha tenido el venezolano para trasformar un
problema en una oportunidad para desarrollar una idea; ha sido
indudablemente extraordinaria. Si nos tocará definir o colocar un eslogan a lo
hecho en Venezuela sería decir: “A cada problema una solución creativa”.
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El venezolano siempre tiene una idea, salida, solución o alternativa para
cualquier situación que se le presente, pero sobre todo un talento que
desarrollar y que se convierte en una oportunidad para establecer su propio
negocio y a su vez contribuir al desarrollo económico tanto personal, como
social
La economía naranja es una alternativa para la diversificación y recuperación
de la economía venezolana, que ha estado bajo el yugo petrolero por años.
Pero para lograrlo es necesaria una mayor inversión pública en el sector
cultural, que por décadas recibió en promedio el 0.53% del presupuesto
nacional, y aún está lejos de recibir la asignación de recursos necesaria para
asegurar cambios importantes en el ecosistema económico y social del país.
El reciente crecimiento de estas industrias va de la mano con el auge de la
economía naranja o creativa —que justamente pone como centro
la actividad artística, el emprendimiento, la propiedad intelectual y el
patrimonio, no solo para mejorar potencialmente los sistemas económicos
sino también para crear un valor no monetario a través de las expresiones
culturales—, pero aún no avanzan lo suficiente como para cumplir con los
objetivos sostenibles del milenio: incentivar el nacimiento de sectores
culturales y creativos, promoviendo la sustentabilidad y la reducción de la
pobreza en los países en desarrollo. La economía naranja podría ser una
entrada a la diversificación de la economía «monoteísta» venezolana en la
que el petróleo es el único Dios. La crisis crea un terreno fértil para la
economía naranja
En 2.020, la crisis económica generada por el coronavirus produjo una
pérdida de al menos 10 millones de empleos dentro de las ICC, a nivel
mundial, sobre todo en actividades como el teatro, los museos y el
patrimonio, que tienen un impacto económico más amplio porque son una
parte importante del «producto» turístico de muchas ciudades. También se
generó una contracción estimada de 750.000 millones de dólares en el
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sector. Sin embargo, los bienes y servicios creativos y culturales, en
comparación con otras áreas de la economía, han sido golpeados con menos
dureza, pues en medio de esas crisis encontraron una posibilidad de
adaptarse e intensificaron el consumo y producción de contenidos culturales
digitales. Con el propósito de poner el foco en la cultura y la creatividad como
ejes transversales para el desarrollo social, económico y medioambiental, la
Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas declaró 2021
como el “Año Internacional de la Economía Creativa para el Desarrollo
Sostenible”.
La ONU es entusiasta al conectar a la economía naranja con los Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS) _fijados por jefes de Estado, dirigentes
gubernamentales, representantes de Naciones Unidas y la sociedad civil en
2015_ En la definición participó también de forma activa la UNESCO.
Por ende el fin de la pobreza, hambre cero, salud y bienestar, educación de
calidad, igualdad de género, agua limpia y saneamiento; energía asequible y
no contaminante; trabajo decente y crecimiento económico, industria,
innovación e infraestructura, son los ODS que Naciones Unidas cree pueden
lograrse de la mano del desarrollo de la economía naranja.
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CONCLUSIÓN
Por último, se puede decir que la economía naranja busca el profesionalizar
la creatividad y la innovación. Además, fomentar la transmisión de
conocimiento, así como de la cultura a generaciones venideras. Así, la idea
principal se basa en el desarrollo y la extracción del potencial económico del
sector cultural y creativo, y a su vez, genera unas condiciones para la
sostenibilidad de las organizaciones y agentes que integran dicho sector.
BIBLIOGRAFÍA