2. El zorro y las uvas
“Había una vez un zorro que caminaba, sediento, por el bosque.
Mientras lo hacía vio en lo alto de la rama de un árbol un racimo
de uvas, las cuales deseó al instante al servirle para refrescarse y
apagar su sed. El zorro se acercó al árbol e intentó alcanzar las
uvas, pero estaban demasiado altas. Tras intentarlo una y otra
vez sin conseguirlo, el zorro finalmente se rindió y se alejó.
Viendo que un pájaro había visto todo el proceso se dijo en voz
alta que en realidad no quería las uvas, dado aún no estaban
maduras, y que en realidad había cesado el intento de
alcanzarlas al comprobarlo.”
Otra interesante historia corta en forma de fábula que nos
enseña que a menudo nos intentamos convencer a nosotros
mismos de no querer algo e incluso llegamos a despreciar dicho
algo por el hecho de que encontramos difícil llegar a alcanzarlo.
3. El cojo y el ciego
“Hubo una vez un cojo y un ciego que iban paseando juntos cuando se
encontraron un río, el cual ambos debían cruzar. El cojo le dijo al ciego que él
no podría llegar a la otra orilla, a lo que el ciego respondió que él sí podría
pasar pero ante su falta de visión podría resbalar.
Ante ello, se les ocurrió una gran idea: el hombre ciego sería quien llevaría la
marcha y sostendría a ambos con sus piernas, mientras que el hombre cojo
sería los ojos de ambos y podría guiar a ambos durante el cruce. Subiendo el
cojo encima del ciego, ambos procedieron a cruzar cuidadosamente el río,
lográndolo con éxito y consiguiendo alcanzar la otra orilla sin dificultades.”
Esta pequeña historia, que cuenta con otras variantes (como por ejemplo que
en vez de cruzar un río ambos tienen que escapar de un incendio), nos sirve
para entender la importancia de colaborar y cooperar con los demás, algo que
permite aunar las habilidades de todos para alcanzar un proyecto común.
4. El zorro y el tigre
“ Había una vez un enorme tigre que cazaba en los bosques de
China. El poderoso animal se topó y empezó a atacar a un
pequeño zorro, el cual ante el peligro únicamente tuvo como
opción recurrir a la astucia. Así, el zorro le increpó y le indicó que
no sabía hacerle daño puesto que él era el rey de los animales por
designio del emperador del cielo.
Asimismo le indicó que si no le creía le acompañara: así vería
como todos los animales huían atemorizados al verle llegar. El
tigre así lo hizo, observando en efecto como a su paso los
animales escapaban. Lo que no sabía era que esto no era debido
a que estuvieran confirmando las palabras del zorro (algo que el
tigre acabó por creer), sino que de hecho huían de la presencia
del felino.”
Esta fábula de origen chino nos enseña que la inteligencia y la
astucia resultan mucho más útiles que el mero poderío físico o la
fuerza.
5. El pájaro víctima de la bondad
“Hubo una vez una gaviota, la cual descendió volando a uno de
los suburbios de la capital de Lu. El marqués de la zona se afanó
en agasajarla y darle la bienvenida en el templo, preparando para
ella la mejor música y grandes sacrificios. Sin embargo, el ave
estaba aturdida y triste, no probando la carne o el vino. Tres días
después murió. El marqués de Lu agasajó a la gaviota tal y como a
él le hubiese gustado serlo, no como al ave le hubiese gustado”
Esta historia corta nos cuenta algo muy importante: a menudo no
tenemos en cuenta que nuestras necesidades y gustos no tienen
porqué ser los mismos que los de los demás (y de hecho pueden
ser directamente opuestos a los propios), siendo necesario que
prestemos atención a lo que el otro necesita por tal de poder
ayudarle o agasajarle de verdad.