Este documento presenta una unidad didáctica sobre la Baja Edad Media en Europa entre los siglos XI y XIII. Explica que este periodo estuvo marcado por cambios en la agricultura, el aumento de la población y el crecimiento de las ciudades. Se introdujeron innovaciones como la rotación trienal de cultivos y el arado de vertedera que aumentaron la producción agrícola. Esto permitió que hubiera más alimentos y la población creciera. También florecieron las ciudades y su economía.
1. IES
LEONARDO
DA
VINCI
DPTO.
CIENCIAS
SOCIALES
2º
ESO
UNIDAD DIDÁCTICA 4: LA BAJA EDAD MEDIA
1.
Introducción.
Los
siglos
S.XI,
S.XII
y
S.XIII,
en
Plena
Edad
Media,
fueron
una
época
de
prosperidad
y
cambios
en
Europa.
La
segunda
parte
de
la
Edad
Media
es
una
época
de
cambios
históricos
que
van
a
motivar
una
evolución
en
diversos
apartados.
Estos
apartados
van
a
ser
la
agricultura,
la
demografía
y,
como
consecuencia
de
estos,
también
evolucionarán
las
ciudades
y
todo
lo
que
llamamos
vida
urbana.
Este
tiempo,
que
empieza
en
torno
al
siglo
XI
terminará
con
una
fuerte
crisis
que
se
desarrolla
a
lo
largo
del
siglo
XIV.
La
salida
de
esta
crisis
dará
lugar
a
una
nueva
etapa
histórica:
la
Edad
Moderna.
2.
Los
cambios
políticos.
El
plena
Edad
Media
los
reyes
afianzaron
el
poder
sobre
los
señores
feudales
gracias
al
apoyo
de
los
habitantes
de
las
ciudades,
que
les
proporcionaron
los
recursos
económicos
necesarios.
A
cambio,
los
reyes
concedieron
privilegios
a
las
ciudades,
como
la
libertad
y
la
autonomía
para
gobernarse
o
el
permiso
para
celebrar
mercados.
Los
parlamentos
eran
asambleas
políticas
formadas
por
representantes
de
la
nobleza,
del
clero
y
de
algunas
ciudades.
Surgieron
cuando
los
reyes
convocaron
a
los
representantes
de
las
ciudades
a
las
reuniones
del
Consejo
Real,
asamblea
consultiva
del
rey
formada
por
nobles
y
eclesiásticos
(miembros
del
clero).
Los
parlamentos
recibieron
nombres
diferentes
según
los
lugares:
Parlamento
(Inglaterra),
Estados
Generales
(Francia),
Dieta
(Sacro
Imperio
Romano
Germánico)
y
Cortes
(Península
Ibérica).
Su
función
principal
era
el
cobro
de
impuestos
o
ayudas
extraordinarios
(ej.
Una
guerra).
3.
Las
innovaciones
técnicas
y
consecuencias
de
la
expansión
agraria.
Los
primeros
cambios
se
produjeron
en
la
agricultura.
Durante
la
primera
etapa
de
la
Edad
Media
(que
vimos
en
el
tema
anterior)
el
trabajo
en
el
campo
se
caracterizaba
por
el
uso
de
la
rotación
bienal
de
cultivos
y
por
utilizar
herramientas
arcaicas.
Esto
daba
como
resultado
una
agricultura
de
escasos
rendimientos
(sólo
producían
para
alimentarse).
A
partir
del
siglo
XI
se
introdujeron
una
serie
de
cambios
que,
todos
ellos
a
la
vez,
tuvieron
como
consecuencia
el
aumento
de
la
producción
de
alimentos
agrarios.
Estos
cambios,
principalmente,
fueron:
-‐ La
sustitución
de
la
rotación
bienal
por
al
rotación
trienal.
Este
sistema
permitió
aumentar
la
superficie
de
cultivo
y
diversificar
la
alimentación
ya
que
permitía
cultivar
otros
cultivos
adema
del
trigo.
-‐ La
sustitución
del
arado
romano
por
el
arado
de
vertedera.
Este
nuevo
tipo
de
arado
permitía
trabajar
mejor
la
tierra
y,
con
ello,
obtener
mejores
rendimientos
en
cada
parcela
cultivada.
Por
otra
parte,
el
cambio
del
caballo
por
el
buey
como
animal
de
tiro
permitió
reducir
el
tiempo
de
cultivo.
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-‐ Otros
adelantos
permitieron
aumentar
la
cantidad
de
tierra
disponible
para
cultivar.
Este
hecho,
ayudado
por
el
aumento
de
la
población,
posibilitó
todavía
más
aumentar
la
disponibilidad
de
alimentos.
Junto
a
estos
cambios
también
fue
significativo
el
desarrollo
de
la
energía
hidráulica
(ríos)
mediante
el
uso
del
molino
de
agua.
Su
mayor
potencia
permitió
obtener
harina
de
forma
más
rápida.
La
primera
consecuencia
de
los
cambios
de
la
agricultura
fue
el
aumento
de
la
población
en
Europa.
Este
aumento
se
debió,
en
parte
a
la
mayor
disponibilidad
de
alimentos
y,
a
la
vez,
estimuló
que
la
producción
agrícola
fuera
creciendo.
Así,
por
tanto,
aumento
de
la
producción
agraria
y
aumento
de
la
población
fueron
los
dos
primeros
grandes
cambios
de
esta
etapa.
4.
El
renacimiento
de
las
ciudades.
El
tercer
gran
cambio
fue
el
crecimiento
de
las
ciudades
y
la
extensión
de
las
funciones
económicas
dentro
de
ella:
la
industria
y
el
comercio.
El
crecimiento
de
las
ciudades
posibilitó
que
las
ciudades
ya
existentes
aumentaran
su
tamaño,
a
la
vez
que
se
fueron
creando
otras
nuevas
ciudades.
Estas
nuevas
ciudades,
como
consecuencia
de
la
importancia
del
comercio,
se
crearon
en
o
cerca
de
cruces
de
rutas
comerciales,
mercados
o
ferias
y
en
puertos
marítimos
o
fluviales.
Al
mismo
tiempo
que
crecía
la
ciudad
en
tamaño
y
número
de
personas
lo
hacía
también
las
funciones
que
en
ella
se
realizaban.
Estas
funciones
eran
administrativa,
económicas
y
culturales.
Además
de
por
el
hecho
de
poder
trabajar
en
actividades
industriales
o
comerciales,
la
ciudad
tiene
una
fuerte
atracción
al
ser
espacio
de
libertad
y
pasar,
si
se
pertenecía
un
año
en
ella,
a
ser
hombre
libre,
fuera,
por
tanto,
del
dominio
del
señor
feudal.
Las
ciudades
fueron
un
importante
centro
administrativo,
con
un
consejo
comunal
elegido
por
los
ciudadanos
que
se
encargaba
de
recaudar
impuestos
y
defensa
de
la
ciudad,
el
consejo
elegía
al
alcalde
y
se
reunían
en
el
ayuntamiento.
Las
ciudades
recibían
de
los
reyes,
la
carta
comunal
o
fuero,
documento
que
le
garantizaba
un
gobierno
autónomo
o
ciertos
privilegios.
Sus
lugares
más
destacados
eran:
el
mercado;
la
catedral,
símbolo
del
poder
religioso;
el
ayuntamiento,
símbolo
del
poder
civil;
y
otros
edificios
como
las
lonjas
de
comerciante,
el
hospital,
la
universidad,
etc.
Las
calles
eran
sucias
y
carecían
de
pavimentado
y
alcantarillado.
Por
ese
motivo
eran
frecuentes
las
enfermedades
y
epidemias.
Las
casas
al
ser
de
madera,
sufrían
frecuentes
incendios.
Y
se
dividían
en
lujosas
mansiones
de
los
habitantes
más
poderosos
y
las
casas
de
la
población
más
humilde
estaban
construidas
con
materiales
pobres.
La
de
los
artesanos,
eran
a
la
vez
taller,
tienda
y
vivienda.
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5.
Las
actividades
económicas.
Los
artesanos
vivían
en
las
ciudades,
trabajaban
en
pequeños
talleres
que
se
agrupaban
en
una
misma
calle,
a
la
que
daban
su
nombre
(plateros,
carpinteros,
herreros,
panaderos,
etc.).
Se
organizaban
en
gremios,
asociaciones
de
trabajadores
del
mismo
oficio.
Su
objetivo
era
controlar
la
producción
para
evitar
la
competencia,
regulando
el
horario,
las
fiestas,
los
precios
y
la
calidad
de
los
productos
y
proteger
a
sus
miembros,
pagando
una
cuota
para
ayudar
a
los
enfermos,
viudas
y
huérfanos.
La
organización
interna
de
los
gremios
diferenciaba
tres
categorías:
•
El
maestro,
dueño
del
taller
y
dominaba
el
oficio.
Para
alcanzar
esta
categoría,
debía
pasar
un
examen,
que
consistía
en
realizar
una
“obra
maestra”.
•
Los
oficiales
cobraban
un
sueldo
y
conocían
bien
su
trabajo.
•
Los
aprendices
trabajaban
sin
sueldo
para
aprender
el
oficio.
Durante
este
periodo
vivían
y
comían
en
casa
del
maestro.
El
incremento
de
la
producción
agraria
y
artesanal
provocó
un
importante
auge
del
comercio,
cuyos
centros
fueron
las
grandes
ciudades.
Las
ferias
eran
reuniones
de
comerciantes
celebradas
una
vez
al
año
en
algunas
ciudades
donde
se
vendían
artículos
de
lugares
lejanos
(oro,
ámbar,
pieles,
sedas,
lana,
etc.).
Las
principales
rutas
comerciales,
en
esta
época,
fueron
marítimas
a
consecuencia
de
la
lentitud
de
los
transportes
terrestres.
Estas
rutas
fueron
la
ruta
del
Mediterráneo
a
través
de
la
cual
llegaban
productos
de
Asia
y
l
ruta
del
Atlántico
que
unía
comercialmente
a
las
ciudades
del
centro
y
norte
europeo.
6.
La
Baja
Edad
Media.
La
Baja
Edad
Media
comprende
los
siglos
XIV
Y
XV.
La
prosperidad
de
Europa
se
estancó
y
se
vio
afectada
por
una
grave
crisis,
que
no
se
superó
hasta
el
S.XV.
Tres
son
las
principales
calamidades
que
afectaron
a
Europa:
• Las
continuas
guerras
entre
países
o
entre
señores
feudales
entre
sí
o
contra
el
rey.
Destacar
la
guerra
de
los
Cien
Años
que
enfrentó
a
Francia
e
Inglaterra.
• El
hambre
que
tuvo
origen
en
las
malas
cosechas
por
las
condiciones
climatológicas
adversas,
debilitó
a
la
población,
haciéndola
propensa
a
contraer
enfermedades.
• La
peste
negra,
enfermedad
procedente
de
Asia
y
que
se
difundió
por
Europa
a
través
del
comercio.
La
peste
es
la
segunda
enfermedad
contagiosa
que
más
muertes
ha
causado
en
el
mundo,
detrás
de
la
malaria,
su
origen
es
una
bacteria.
Es
una
enfermedad
natural
de
los
roedores,
siendo
las
ratas
la
principal
afectada
a
través
de
la
pulga
que
las
contagia
al
chupar
su
sangre.
Cuando
las
ratas
mueren
las
pulgas
pasan
al
hombre
contagiándolo.