2. Concepto de deficiencia motora
Por deficiencia motora
entendemos aquella que abarca todas
las alteraciones o deficiencias
orgánicas del aparato motor o de su
funcionamiento, que afectan al
sistema óseo, articulaciones, nervios
y/o músculos. Las personas afectadas
por ellas presentan una clara
desventaja en su aparato locomotor,
determinado por limitaciones
posturales, de desplazamiento,
coordinación y manipulación, pudiendo
integrar dos o más de éstas. Pueden ir
acompañadas de alteraciones
sensoriales, perceptivas, de lenguaje
y, en un porcentaje alto, conservan su
capacidad intelectual.
3. Causas de la discapacidad motora
En general, se puede establecer la siguiente clasificación de las causas:
Lesiones del sistema nervioso central: Ya sean a nivel cerebral o medular
(parálisis cerebral, poliomielitis, hemiplejia y espina bífida).
Lesiones del sistema nervioso periférico: Generalmente, debidas a
afecciones producidas durante el parto. Impiden realizar los movimientos que suponen
control voluntario (parálisis cerebral, etc.).
Lesiones por traumatismos: Accidentes en sus diferentes grados de
afectación (parálisis cerebral, etc.).
Malformaciones congénitas: Producidas en el periodo de gestación (parálisis
cerebral, etc.).
Trastornos psicomotores: Debidos generalmente a perturbaciones tónico–
emocionales precoces, hábitos y descargas motrices en la evolución (arritmias, balanceo de
la cabeza, debilidad motriz, inestabilidad motriz y otras).
Se nos ofrece el diagnóstico temprano como algo necesario para elaborar y diseñar
los programas de intervención acordes a las necesidades del sujeto
4. Atendiendo a:
La fecha
de aparición
- Malformaciones congénitas, espina bífida, parálisis cerebral, tumores, etc.
La etiología
- Transmisión génica (padres portadores de un gen).
- Infecciones microbianas (tuberculosis ósea, poliomielitis, etc.).
- Accidentes (paraplejia, amputaciones, parálisis cerebral, etc.).
- Origen desconocido (espina bífida, escoliosis ideopática, etc.).
La
localización
topográfica
- Parálisis (monoplejia, hemiplejia, paraplejia, diplejia y tetraplejia)
- Paresia (mononparesia, hemiparesia, paraperesia y tetraparesia)
Su origen
- Cerebral (parálisis cerebral, tumores, etc.).
- Espinal (paliomelitis anterior aguda, espina bífida, etc.).
- Muscular (miopatia, etc.).
- Óseo-articular (microbios, reumatismos, malformaciones congénitas, etc.).
Clasificación de la deficiencia motora
5. Parálisis cerebral
La parálisis cerebral abarca varios trastornos específicos que se caracterizan por
una lesión en los centros motores del encéfalo y se manifiestan por pérdida del control
motor. Tiene carácter no progresivo y se ha producido antes del desarrollo completo del
SNC. Los tres síndromes motores: piramidal, extrapiramidal y cerebeloso, son los
determinantes de un tipo u otro de parálisis.
Entre otras causas de la parálisis cerebral podemos señalar:
Prenatales (35% de los casos): La lesión se ocasiona durante el embarazo y
puede influir las condiciones desfavorables de la madre en la gestación. Si se produce
antes de los 4 meses de gestación se denomina embriopatía y, si es en los
restantes, fetopatía.
Perinatales (55% de los casos): La lesión ocurre durante el parto y puede ser por
anoxia, asfixia, traumatismos por fórceps y, en general, todo lo que produzca sufrimiento
al niño.
Postnatales (10% de los casos): La lesión se produce por enfermedades después
del parto. Puede ser debida a infecciones, traumatismos craneales, accidentes
vasculares, etc.
6. Espina bífida
Es una anomalía congénita de la columna vertebral que consiste en que el canal
vertebral no cierra con el riesgo de dañar la médula. Afecta al 3% de la población infantil,
con más incidencia en las niñas. Las causas no se conocen bien, puede ser por factores
genéticos, radiaciones, alimentos contaminados, etc.
Según su localización y el tipo de lesión, puede producir paraplejia, perdida de
sensación cutánea, incontinencia vesical o intestinal, infecciones renales e hidrocefalia.
Según la forma en la que se vea afectada la médula, el tipo y su localización, pueden ser:
Espina bífida abierta: El canal nemoral está directamente expuesto al exterior y los
arcos vertebrales y la piel no se desarrollan correctamente.
Mielomeningocele: Un segmento de la médula malformado desarrolla una hernia
dorsal.
Meningocele: Igual que el anterior caso, pero la bolsa no contiene las células
nerviosas.
Espina tumoral: La hernia está constituida por un tumor.
7. Intervención
El plan de intervención en la discapacidad motora se centrará en las siguientes áreas:
Comunicación y lenguaje: Nos podemos encontrar con alumnos que muestren un nivel de
comprensión del lenguaje hablado, pero que carezcan de un nivel adecuado de comprensión. Estos alumnos,
en los que la capacidad manipulativa está a menudo limitada, tienen dificultades para participar en las
actividades académicas, a las cuales podrían tener acceso por su buen nivel intelectual. Esto puede producir
una infravaloración de la capacidad intelectual del alumno y determinar un rendimiento real bajo, que
comporta con frecuencia una escolarización inadecuada.
Motivación: La incapacidad de influir de forma eficaz sobre el sujeto, los acontecimientos y las
personas del entorno, conlleva que la mayor parte de las experiencias de estos niños estén fuera de control,
a causa de su incapacidad física para producir las respuestas operantes voluntarias que podrían controlarlas.
Desarrollo intelectual: EL niños con deficiencia motora no tiene por qué tener afectada su capacidad
cognitiva, por los que la intervención con él irá dirigida a ejercitar habilidades que pueda desarrollar tanto
en el aula/centro, como fuera de estos. y siempre en colaboración con la familia.
Socialización: En este campo lo esencial es destacar la importancia del lenguaje como medio de
comunicación, estimulando aquellas destrezas y habilidades que supongan ayuda al niño y, así, conseguir
hábitos encaminados a lograr su adaptación al entorno y una mayor autonomía. Los padres pueden colaborar
muy estrechamente en la socialización de su hijo evitando situaciones como la sobreprotección, culpabilidad,
negación de la realidad, ansiedad, hostilidad e incluso vergüenza.