1. EL HOMBRE SEGÚN PICO DELLA MIRÁNDOLA.
A través de dos textos característicos de los inicios de la modernidad: el Discurso sobre la
Dignidad del hombre de Pico della Mirándola (1463-1494) y la Brevísima relación de las
destrucción de las Indias de Bartolomé de Las Casas (1484-1566), se puede analizar con
profundidad cómo se opera el desplazamiento del sujeto hacia el centro de las
preocupaciones filosóficas.
En efecto, cuando Pico della Mirándola se propone dar razón de una afirmación presente
en muy diversas tradiciones de pensamiento –griega, persa, cristiana, mosaica– acerca de
que el hombre es considerado algo maravilloso, produce una reinterpretación del génesis
según la cual el hombre fue creado en último lugar pues, habiendo utilizado Dios todas
las determinaciones en la creación de los seres y cosas del mundo, cuando llega el turno
del hombre, no teniendo ya determinación que otorgarle, lo deja en libertad de decidir lo
que quiere ser. Así la dignidad del hombre radica no en qué llegue a ser, sino en
la posibilidad de elegir lo que quiere ser, y en hacer de eso que elija la ocasión de su
realización y elevación, o de su degradación y desdicha. Esta acentuación de
la posibilidad en lugar de la determinación, tiene consecuencias importantes. Entre ellas,
la emergencia del carácter público de los saberes, que se impone como un rasgo moderno
del pensamiento filosófico, y la creciente valoración de la praxis filosófica como diálogo
capaz de alcanzar la concordia –no la homogeneidad– en la pluralidad de voces que llegan
desde la tradición.