HOJA DOMINICAL. DOMINGO 4º DEL TO. CICLO B. DÍA 1 DE FEBRERO DEL 2015
1. Mensaje del Papa en la Jornada Mundial de la Paz: No más
esclavos, sino hermanos
La esclavitud, "el flagelo cada vez más
generalizado de la explotación del hombre por
parte del hombre". El Pontífice aboga por abolir
"este fenómeno abominable, que pisotea los
derechos fundamentales de los demás y
aniquila su libertad y dignidad".
En su mensaje Francisco señala que hoy, a pesar
de que el derecho de toda persona a no ser
sometida a esclavitud ni a servidumbre está
reconocido en el derecho internacional como
norma inderogable, "todavía hay millones de
personas –niños, hombres y mujeres de todas
las edades– privados de su libertad y obligados
a vivir en condiciones similares a la esclavitud".
Y entre las causas que ayudan a explicar las formas contemporáneas de la
esclavitud, el Pontífice se refiere primero a "una concepción de la
persona humana que admite el que pueda ser tratada como un objeto".
Y se refiere, después, a "la pobreza, al subdesarrollo y a la exclusión,
especialmente cuando se combinan con la falta de acceso a la educación
o con una realidad caracterizada por las escasas, por no decir inexistentes
oportunidades de trabajo". Y cita también a "la corrupción de quienes
están dispuestos a hacer cualquier cosa para enriquecerse. En efecto, la
esclavitud y la trata de personas humanas requieren una complicidad que
con mucha frecuencia pasa a través de la corrupción de los
intermediarios, de algunos miembros de las fuerzas del orden o de otros
agentes estatales, o de diferentes instituciones, civiles y militares". Y no
olvida los conflictos armados, la violencia, el crimen y el terrorismo.
El Papa pide un compromiso común para acabar la esclavitud: "Debemos
reconocer que estamos frente a un fenómeno mundial que sobrepasa las
competencias de una sola comunidad o nación. Para derrotarlo, se
necesita una movilización de una dimensión comparable a la del mismo
fenómeno. Por esta razón, hago un llamamiento urgente a todos los
hombres y mujeres de buena voluntad, y a todos los que, de lejos o de
cerca, incluso en los más altos niveles de las instituciones, son testigos
del flagelo de la esclavitud contemporánea, para que no sean cómplices
de este mal, para que no aparten los ojos del sufrimiento de sus
hermanos y hermanas en humanidad, privados de libertad y dignidad".
PARROQUIA DE SAN DIEGO
DE ALCALÁ MADRID
1 DE FEBRERO DE 2015
DOMINGO 4º DEL TIEMPO ORDINARIO «B»
Jesús, después de llamar a sus primeros discípulos, se nos
presenta hoy orando y enseñando en la sinagoga de Cafarnaún.
Jesús, como judío practicante, acude con asiduidad a la sinagoga,
al encuentro del pueblo creyente. Pero no asiste como simple
oyente, participa activamente.
Hoy, nosotros, como cristianos practicantes, también nos reunimos
en el domingo, el día grande de los cristianos, para celebrar la
Eucaristía, para encontrarnos con el Señor y con nuestra
comunidad. Que siguiendo el ejemplo de Jesús, vengamos a la
Eucaristía a participar de forma activa, a sentirnos miembros de la
Iglesia y dispuestos a ocupar nuestro lugar responsablemente,
tanto en la celebración, como en los diversos ámbitos de la vida
parroquial y comunitaria.
Moisés hablaba al pueblo en nombre de Dios. Era un profeta.
Anuncia que saldrá un profeta de entre su pueblo, para que hable
en nombre de Dios. Nosotros reconocemos que Jesús es este
profeta y creemos que es la presencia de Dios entre nosotros.
2. San Pablo valora su propia experiencia, de persona entregada sin
ataduras a Dios y a la evangelización. Esta entrega es un don, que
ha de aceptarse libremente, sin imposiciones.
Jesús comienza a enseñar en la sinagoga de Cafarnaún y quien lo
escucha valora enseguida su enseñar con autoridad. No repite lo
aprendido, su palabra tiene fuerza, libera, sana, hace hombres
nuevos.
Jornada Mundial de la Vida Consagrada «Amigos fuertes de Dios»
Presentación La Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que venimos celebrando
en la Iglesia cada 2 de febrero —en la festividad de la Presentación del Señor en
el Templo.
A esta amistad, que se forja en la intimidad de la oración, estamos todos
convocados, y de manera especial las personas consagradas, llamadas a
testimoniar la alegría que nace del encuentro con el Señor y nos dispone a llevar
el Evangelio a todos los rincones de la tierra con una solicitud especial por las
periferias existenciales.
Somos atrapados por lo urgente e inmediato y olvidamos lo importante y esencial.
El Señor nos dice también hoy, como a Marta en Betania: «Marta, Marta, andas
inquieta por muchas cosas. Solo una es necesaria. María ha escogido la mejor
parte y no se la arrebatarán». Y es que «quien a Dios tiene, nada le falta; solo
Dios basta».4 Con este espíritu resuenan en nuestro corazón las palabras del papa
Francisco a los consagrados en la vigilia de apertura del Año de la Vida
Consagrada: «¡Despierten al mundo! ¡Despierten al mundo (…)
Llamados a ser “exégesis viviente” del Evangelio, sea eso, queridos consagrados,
el fundamento de referencia último de vuestra vida y misión. ¡Salid de vuestro
nido hacia las periferias del hombre y de la mujer de hoy! Por esto, hay que
dejarse encontrar por Cristo.
Es necesario llegar a las periferias que esperan la luz del Evangelio. Hay que
habitar las fronteras. Esto pedirá vigilancia para descubrir las novedades del
Espíritu; lucidez para reconocer la complejidad de las nuevas fronteras;
discernimiento para identificar los límites y la manera adecuada de proceder; e
inmersión en la realidad, “tocando la carne de Cristo que sufre en el pueblo”. (…)
“¡Seamos realistas pero sin perder la alegría, la audacia y la dedicación llena de
esperanza!”».
Vicente Jiménez Zamora Arzobispo de Zaragoza Presidente de la Comisión
Episcopal para la Vida Consagrada
Viernes 6: Día del Ayuno Voluntario.
Canon 1252: La ley del ayuno obliga a todos los mayores de edad,
hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años. Quienes no han
alcanzado la edad no están obligados al ayuno o a la abstinencia.
Domingo 8: Manos Unidas-Campaña contra el hambre
en el mundo. Sed generosos en la colecta del próximo
domingo. Los sobres sobre las mesitas son para este fin.
Gracias anticipadamente.
EVANGELIO (Lc 2,22-40)
Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, ella y José
llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la
ley: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como
dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones. Vivía en Jerusalén un hombre llamado
Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él
moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes
al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María
3. entraban con el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en
brazos y bendijo a Dios, diciendo: "Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo,
según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has
preparado para bien de. todos los pueblos; luz que alumbra a las naciones y gloria de tu
pueblo, Israel". El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabra.
Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: "Este niño ha sido puesto
para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará
contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los
corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma". Había también una profetisa, Ana,
hija de Fanuel, de la tribu de Aset. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido
siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del templo
ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Ana se acercó en aquel
momento, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la
liberación de Israel.