Este documento propone que crucemos la vida acompañando a otros que cargan cruces, ayudándolos a evitar el sufrimiento y ofreciéndoles consuelo, como Jesús hizo al cargar su cruz hacia el Calvario. Sugiere 14 formas específicas de hacer esto, como ayudar a los que tienen miedo o son injustamente condenados, no ignorar las injusticias, y acompañar a otros en la vida y la muerte. Concluye pidiendo a Dios que nos acerquemos a la cruz para al

1. 9.- CRUZa la Vida acompañando a otras Cruces.
Queridos amigos: Hay un ejercicio piadoso en la Iglesia, de gran tradición
popular, el Vía Crucis, que nos puede ser muy útil para acompañar a los que con
su Cruz caminan hacia la Pascua.
Hagamos el ejercicio.
1ª.- Crucemos la Vida acompañando a todos los que sienten miedo y tristeza en
la vida y se olvidan de Dios.
2ª.- Crucemos la vida acompañando para que podamos evitar el engaño, la
traición y la desesperación.
3ª.- Crucemos la Vida acompañando y ayudando a los que no se saben defender
y son condenados injustamente.
4ª.- Crucemos la Vida acompañando a los que niegan al Señor por imprudencia o
cobardía. Él no deja de dirigirnos una mirada profunda y misericordiosa.
5ª.- Crucemos la Vida “no lavándonos las manos”, ni evadiéndonos de las
injusticias (como Pilato), sino creyendo que la sangre de Cristo purifica, fecunda
y produce frutos de amor y de esperanza.
6ª.- Crucemos la Vida ayudando a evitar burlas, coronas de espinas, irrisiones o
desprecios.
7ª.- Crucemos la Vida unidos a la Cruz de Jesús, que carga con la cruz de todos
y hace que nuestra cruz sea más llevadera.
8ª.- Crucemos la Vida dejándonos ayudar a llevar la cruz (como lo hizo el
cirineo con Jesús).
9ª.- Crucemos la Vida echando una mano: llorando, protestando, rezando,
compadeciendo o compartiendo.
10ª.- Crucemos la Vida pidiendo perdón por tantas crucifixiones indignas y
vergonzosas.
11ª.- Crucemos la Vida aprovechando las oportunidades (como el buen ladrón)
para hacer un acto de fe y para seguir confiando en el perdón.
12ª.- Crucemos la Vida encontrándonos y acompañándonos (como María y
diciendo: “Ahí tienes a tu hijo; ahí tienes a tu madre”.
13ª.- Crucemos la Vida acompañando a vivir y a morir: “en tus manos, Señor,
encomiendo mi espíritu”. Que podamos decir: “Me amó y se entregó por mí”.
(Gal. 2, 20).
14ª.- Crucemos la Vida, esperando en silencio (en el sepulcro) que todos
resucitaremos con Cristo.
ORACIÓN. Señor: queremos acercarnos a la CRUZ y a las CRUCES de los
demás para sentir, aliviar y compartir el dolor y la salvación de la CRUZ.
Gabriel.
Viernes Santo. Ciclo A. Madrid. 18 de Abril de 2014.