1. lección 3
13 al 19 de abril
Un Dios santo y justo
(Joel)
«Truena la voz del Señor al frente de su ejército;
son innumerables sus tropas y poderosos los que ejecutan su palabra.
El día del Señor es grande y terrible. ¿Quién lo podrá resistir?».
Joel 2: 11
Jesús es Señor y Rey. Nosotros somos sus soldados
y nuestra misión es hablarle al mundo acerca de él.
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2. sábado
13 de abril
Joel 3: 9
Introducción
¿Maestro y Comandante?
Me impactó ver a Russel Crowe en la película Master and Commander [Maes-
tro y comandante]. Recuerdo con claridad el sorpresivo ataque de sus enemigos
y los daños sufridos en aquella batalla que afectaron tanto a las naves como a su
tripulación. Sin embargo, el capitán Jack Aubrey, interpretado por Crowe, po-
seía una gran fe y se sentía comprometido con su tripulación, lo que lo llevó a
librar una batalla desigual para interceptar y enfrentar a sus enemigos.
Escoge a Jesús como Maestro y Comandante.
Al igual que ese capitán, nosotros libramos batallas contra los poderes y
principados de las tinieblas. La nuestra es una lucha espiritual en la que la astucia
y los ataques sorpresivos del diablo a menudo nos toman por sorpresa: «Procla-
men esto entre las naciones: ¡Prepárense para la batalla! ¡Movilicen a los solda-
dos! ¡Alístense para el combate todos los hombres de guerra!» (Joel 3: 9).
Una decidida entrega a Dios como Maestro y Comandante de nuestras vidas
puede guiarnos en los momentos más oscuros. A menudo nos parece que Dios
permanece pasivamente observando, juzgando cada error que cometemos, pero
esta forma de pensar distorsiona la idea que tenemos de él hasta tal punto que
nos puede parecer como una especie de todopoderoso Santa Claus. Si pensamos
en Dios de esa forma mientras cruzamos los mares de la vida, a menudo tropeza-
remos con escollos. Hace falta mucha oración para librarnos de esa sutil forma
de pensar, cuando en realidad la presencia de Dios en nuestras vidas ¡es todo lo
opuesto!
Lo cierto es que nuestros trapos inmundos son lavados en la sangre de Cristo
Jesús y se nos concede una nueva vida fortalecida por su presencia. Él está dis-
puesto a caminar a nuestro lado, sin importar lo que suceda ni en qué punto
estemos de nuestra travesía. Los brillantes rayos de esperanza y gloria nos hablan
en forma maravillosa mediante el texto de Mateo 10: 28: «No teman a los que
matan el cuerpo pero no pueden matar el alma. Teman más bien al que puede
destruir alma y cuerpo en el infierno».
Reclama hoy el refugio que únicamente puede ser encontrado en Cristo en
momentos de dificultad. Ciertamente su gracia es poderosa para librarte a ti y a
mí en nuestros valles de sombra. No temas, porque él es un Dios todopoderoso
y justo. Esta semana y siempre, te invito a que escojas a Jesús como Maestro y
Comandante. Eleva tu alabanza y permite que tu fe en el Señor crezca de forma
que puedas reclamar su verdad, peleando la buena batalla con una renovada
confianza.
Timothy W. Humphries, Brisbane, Australia
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3. domingo
14 de abril
Logos Joel 1, 2
La langosta
no deja nada a su paso
El tiempo del fin y la revelación divina (Joel 1, 2)
Ver una plaga de langostas es todo un espectáculo. Es como si la naturaleza se
hubiera vuelto loca, como si la vida se hubiera peleado con ella misma.
Normalmente una langosta es una criatura inofensiva cuya presencia es una
muestra de la riqueza del campo y de los bellos días de verano. La langosta o salta-
montes constituye el alimento de aves y de docenas de criaturas que forman parte
del ecosistema. En Oriente Medio así como en otros lugares, la langosta chirría
durante el día y durante las noches sus sonidos parecidos al de los grillos constitu-
yen un constante recordativo de la riqueza de los ciclos naturales.
Sin embargo, cuando las cosechas son en extremo abundantes; cuando el cli-
ma se aleja de lo normal, las langostas se multiplican exponencialmente y se trans-
forman. Cada langosta cambia de color y de forma para convertirse en un ente
destructor. Su comportamiento normal se adapta a patrones de comportamiento
colectivo. De esa manera comienzan a destruir cosechas y a generar hambrunas.
Joel habla en forma poética al invocar a plagas de langostas para que descien-
dan sobre la tierra. Este tipo de desastres eran cíclicos en aquellos tiempos, y por
tanto bien conocidos para todos los que escuchaban sus palabras. No obstante,
para Joel aquella hipérbole era más que una licencia literaria. Era una introducción
a los días finales, al tiempo del fin y a la revelación que vendría de parte de Dios.
Dios protege a su pueblo (Joel 3: 10; Apoc. 9: 1-11)
El libro de Joel es profético porque habla del juicio final y porque presenta a
Dios actuando poderosamente en favor de su pueblo. Metódicamente pasa de
imágenes relacionadas a un ejército de langostas a una guerra y a una destrucción
real. El edificio de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York tiene una ins-
cripción tomada de Isaías 2: 4, en la que se encierra una promesa, afirmando que
un día las naciones «convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en hoces». Sin
embargo, Joel 3: 10 dice lo contrario: «Forjen espadas con los azadones y hagan
lanzas con las hoces». ¿Por qué no? La plaga de langostas ha destruido las cosechas,
y la cosecha resultante es de muerte y destrucción.
El libro de Apocalipsis invoca la imagen presentada por Joel de un ejército de
langostas. En el capítulo 9, las langostas surgen del abismo. En Joel la plaga
de langostas sirve para introducir el tema de la guerra y la destrucción que anuncia
el acto final de Dios, mientras él redime a los fieles. En Apocalipsis 9 las langostas
son parte de la guerra. Son las destructoras de la vida, son los agentes de Satanás.
Pero el mensaje implícito de Joel se convierte en algo explícito en esa escena. Son
langostas que no hacen daño a lo verde sino «solo a las personas que no llevarán
en la frente el sello de Dios» (Apoc. 9: 4). Dios está protegiendo a su pueblo.
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4. Nuestro refugio y fortaleza (Joel 3: 16)
Es curioso que el cristianismo, que en principio era perseguido en muchos
lugares, luego se convirtió en perseguidor, y causó muchas más muertes con la
Inquisición, persiguiendo a los disidentes, que las que se produjo durante todo
el Imperio Romano.
También es interesante ver cómo los musulmanes, que durante siglos fueron
tolerantes con judíos y cristianos, luego se volvieron intolerantes. Las cruzadas
son el claro ejemplo de cómo se puede llegar a usar el nombre de Dios para atacar-
se mutuamente y hacer correr ríos de sangre. Así sucedió en la historia pasada,
pero en la Biblia encontramos un ideal mucho más elevado.
El ejército de langostas pasará,
pero no dañará a los que llevan el sello de Dios.
Joel muestra que Dios se define a sí mismo no por la espada de la guerra sino
por su intercesión y misericordia. «Vuélvanse a su Dios» ruega el profeta. «Porque
él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor, cambia de parecer
y no castiga» (Joel 2: 13).
Joel aleja aun más al Dios de amor de la langosta destructora cuando dice:
«Entonces el Señor mostró amor por su tierra y perdonó a su pueblo» (Joel 2: 18).
Y añade: «Pero el Señor será un refugio para su pueblo, una fortaleza para los israe-
litas» (Joel 3: 16). Será alguien que promete derramar su Espíritu en «aquellos días»
(Joel 2: 29).
Iyan Hirsi Ali, la refugiada somalí que abandonó el islamismo, autora del éxito
de librería Infiel, escribió acerca de su experiencia personal. Tras rechazar el Islam
pasó a ser atea; no se puede acercar al Alá de su niñez y pide a los cristianos que le
describan a su Dios de amor. Quizá busca la distinción que hizo Joel. Es cierto,
vivimos en el tiempo de la langosta y del destructor. Satanás y sus huestes inci-
tan a las naciones a la guerra. Sin embargo, Dios pondrá fin a todo eso. Dios está
a punto de «cumplir su sentencia» (Rom. 9: 28) al interceder por sus hijos fieles
capacitándolos para que permanezcan firmes y testifiquen de la soberanía divina.
El ejército de langostas vendrá, pero no hará daño a los que llevan el sello de Dios.
PARA COMENTAR
1. ¿Cuán efectiva es la técnica hebrea poética del paralelismo?
2. ¿Cuál fue el propósito de Joel, inspirar temor o confianza?
3. ¿Qué otros paralelismos observas entre el libro de Joel y el de Apocalipsis?
Lincoln Steed, Hagerstown, Maryland, EE. UU.
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5. lunes
15 de abril
Testimonio Joel 3;
Mateo 10: 28-31
Un refugio en tiempos
de dificultad
Joel 3 presenta a Dios dándose a conocer a través de dos elementos: por sus jui-
cios en contra de aquellos que destruirían a su pueblo y por las bendiciones que de-
rrama sobre su iglesia, su pueblo. Ambos son un legado de paz que es precisamente
lo que Cristo dejó en herencia a sus discípulos poco antes de su muerte. «La paz les
dejo; mi paz les doy» (Juan 14: 27). La paz que Cristo dejó a sus discípulos es más bien
interna y debía permanecer con sus testigos a través de las luchas y las pruebas.
«La historia de la verdad ha sido siempre el relato
de una lucha entre el bien y el mal».
«Cristo dijo de sí mismo: “No penséis que he venido para meter paz en la tie-
rra: no he venido para meter paz, sino espada” (Mat. 10: 34). Aunque es el Príncipe
de Paz, es sin embargo causa de división. El que vino a proclamar alegres nuevas y
a crear esperanza y gozo en los corazones de los hijos de los hombres, originó una
controversia que arde profundamente y suscita intensa pasión en el corazón huma-
no. Y advierte a sus seguidores: “En el mundo tendréis aflicción”. “Pero antes de
todas estas cosas os echarán mano, y perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a
las cárceles, siendo llevados a los reyes y a los gobernantes por causa de mi nom-
bre”. “Seréis entregados por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y
matarán a algunos de vosotros” (Juan 16: 33; Luc. 21: 12, 16). […]
»El mundo no está más en armonía hoy con los principios de Cristo de lo que
estaba en los días de los apóstoles. El mismo odio que inspiró el grito: “¡Crucifíca-
le, crucifícale!”, el mismo odio que condujo a la persecución de los discípulos, obra
todavía en los hijos de desobediencia. El mismo espíritu que en la Edad Media
condenó a hombres y mujeres a la cárcel, al destierro y a la muerte; que concibió
la aguda tortura de la Inquisición; que planeó y ejecutó la matanza de San Bartolo-
mé, y los autos de fe de Smithfield, está todavía obrando con maligna energía en
los corazones no regenerados. La historia de la verdad ha sido siempre el relato de
una lucha entre el bien y el mal. […]
»¿Cuál fue la fortaleza de los que en tiempos pasados padecieron persecución
por causa de Cristo? Consistió en su unión con Dios, con el Espíritu Santo y con
Cristo. El vituperio y la persecución han separado a muchos de sus amigos terrena-
les, pero nunca del amor de Cristo».*
* Los hechos de los apóstoles, cap. 8, pp. 65, 66.
Leslie Jane Simmons, Nueva York, EE. UU.
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6. martes
16 de abril
Joel 2: 30-32; 3: 14-16;
Mateo 25: 1-13;
Evidencia
Romanos 10: 13 Profecías cumplidas.
Promesas realizadas
Sin previo aviso la tierra comenzó a temblar violentamente. La gente corría
gritando: «¡¿Qué será de nosotros?!». En pocos minutos el temblor destruyó la
ciudad y acabó con la vida de más de sesenta mil personas. Los sobrevivientes se
refugiaron en botes, pero el mar se los tragó. El gran terremoto de Lisboa del
1º de noviembre de 1755 es considerado uno de los más grandes de la historia y
la primera de las grandes señales que apuntan al fin del mundo.*
¡Toma tu lámpara!
El 19 de mayo de 1780 una intensa oscuridad descendió sobre el noreste de
los Estados Unidos y duró todo un día.** La gente encendió velas, las aves y otros
animales se retiraron a dormir. La opinión generalizada era que el día del juicio
había llegado. Después de la medianoche las tinieblas se disiparon y la luna,
cuando se vio por primera vez, tenía el color de la sangre. Joel había predicho
estos acontecimientos (Joel 2: 30, 31). Al leer sus palabras observa que, aunque
son terribles, dichos acontecimientos no tienen el propósito de atemorizarnos
sino de llevarnos más cerca de nuestro Creador.
Así como en la parábola de las diez vírgenes, muchos de nosotros «estamos
rendidos» mientras esperamos el regreso de Jesús. Sin embargo, los aconteci-
mientos predichos por Joel y otros profetas constituyen el «grito de medianoche»
para que nos despertemos, tomemos nuestras lámparas y vayamos al encuentro
del Señor. Podemos ser como las vírgenes necias que olvidaron mantener encen-
didas sus lámparas, o podemos aferrarnos a nuestra fuente de luz: a Jesucristo y
a su sacrificio por nosotros. Si decidimos confiar en él no hay nada que temer
porque «todo el que invoque el nombre del Señor escapará con vida» (Joel 2: 32).
PARA COMENTAR
1. ¿Cómo reaccionaste ante un reciente desastre mostrado en las noticias y por qué?
2. Cómo puedes utilizar las noticias de desastres para compartir las buenas nuevas
¿
del pronto regreso de Jesús?
* Wikipedia, http://es.wikipedia.org/wiki/Terremoto_de_Lisboa_de_1755, (consultado el 12 de enero de 2012).
** Creencias de los adventistas del séptimo día, (Idaho: Pacific Press, 2006), cap. 24.
Aleksandra Marek, Sydney, Australia
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7. miércoles
17 de abril
Cómo actuar Deuteronomio 28: 15;
Joel 2: 12-14;
Tres pasos hacia Juan 14: 26
el reavivamiento
El Antiguo Testamento contiene numerosos relatos acerca de la fluctuante rela-
ción de Israel con el Señor. A través del tiempo ellos descuidaron sus leyes repetida-
mente. Vez tras vez Dios les enviaba alguna situación difícil con el fin de humillarlos
y llevarlos de vuelta a él al darse cuenta de su necesidad.
¿Cómo podemos encontrar el camino de vuelta al Señor?
Nuestra relación con Dios también puede mostrar un patrón ondulante. Si todo
va bien tendemos a confiar en nosotros mismos, alejándonos de una relación diaria
y salvadora con Jesús que es fundamental para la vida. Necesitamos que Dios nos
juzgue para que una vez más reconozcamos nuestra dependencia de él. A continua-
ción hay un proceso de tres pasos que puede ser útil para un reavivamiento personal
y colectivo:
Valora los juicios divinos. Deuteronomio 28 provee una detallada lista de las bendi-
ciones que Dios derramaría sobre Israel en caso de que respetaran sus mandamien-
tos. Sin embargo, no concluye ahí. También detalla las maldiciones que caerían sobre
ellos si no obedecían. Necesitamos evaluar periódicamente nuestras vidas y conside-
rar si tal vez Dios está utilizando las pruebas y dificultades con el fin de llamar nuestra
atención.
Renuncia al pecado. En Joel 1 se llama a los dirigentes y al pueblo para que ayunen
y oren a Dios pidiendo que los salve. Con el fin de experimentar un reavivamiento,
debemos reconocer nuestra condición pecaminosa y nuestra gran necesidad de un
Salvador. Debemos también clamar al Señor con gran fervor y humildad. En 1 Juan
1: 9 leemos: «Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdo-
nará y nos limpiará de toda maldad».
Vuélvete a Dios. Dios desea restaurarnos a él; no se goza al vernos sufrir. Joel 2: 12
dice: «Vuélvanse a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos». ¿Cómo pode-
mos encontrar el camino de vuelta al Señor? El Espíritu Santo será nuestro guía. Juan
14: 26 afirma que Jesús enviará al Espíritu Santo para que les enseñe todo lo necesa-
rio a sus seguidores recordándoles las palabras y enseñanzas del Maestro.
PARA COMENTAR
1. Qué acontecimientos está utilizando Dios en tu vida para llamarte de vuelta, o
¿
para que entres en una relación más íntima con él?
2. Qué pasos puedes dar hoy con el fin de restablecer una correcta relación con
¿
Dios?
Kriselle Dawson, Lae, Papúa Nueva Guinea
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8. jueves
18 de abril
2 Pedro 1: 19-21
Opinión
El peligro de la ignorancia
Esta es la historia de un joven de las montañas de Papúa Nueva Guinea. Allá
por la década de los ochenta, durante su ceremonia de iniciación, se le advirtió
respecto a los peligros que representaban las tribus vecinas. Los ancianos de la
tribu le dijeron que su difunto padre había sido un guerrero que había matado
a muchos de sus vecinos y enemigos, por eso le advirtieron a él que evitara rela-
cionarse con miembros de una tribu en concreto.
Las evidencias están a la vista.
Sin embargo, aquel joven pensó que él pertenecía a otra generación y que las
comunicaciones, la educación, los negocios y los matrimonios mixtos se estaban
encargando de fragmentar las antiguas tradiciones. El consejo de sus mayores no
tenía gran importancia ya que él era una persona educada, tenía un empleo en la
ciudad y además había vivido la mayor parte de su vida alejado de su aldea natal.
Una noche salió acompañado de algunos conocidos que eran miembros de tribus
«enemigas», alguien envenenó su bebida y murió al día siguiente.
Al igual que aquel joven, muchos hoy día se encaminan a la destrucción debi-
do a que no aceptan las advertencias encontradas en la Biblia. Algunos creen que
la Biblia es irrelevante en nuestros tiempos o apenas una reliquia del pasado. Sin
embargo, el cumplimiento de sus profecías y la inminencia del regreso de Jesús
desafían la ignorancia de los seres humanos respecto a la Palabra de Dios.
Los profetas del Antiguo Testamento afirmaron que el Mesías vendría. Habla-
ron de su poder y gloria. La experiencia de Pedro en el monte de la transfiguración
confirmó que los profetas estaban en lo cierto (Luc. 9: 28-36). Tomando eso en
cuenta, Pedro escribió pidiendo que sus lectores confiaran en las Escrituras. Des-
cribió las palabras de los profetas como una lámpara en un mundo oscuro, que
muestran la forma de vivir (2 Ped. 1: 19).
El profeta Joel mostró su acierto tras advertir a Judá respecto a una incursión
que fue llevada a cabo por invasores babilónicos (Joel 1: 1-12). No debemos esperar
a que se cumplan las profecías para determinar si son legítimas o no. Las evidencias
están a la vista. El apóstol Pedro, testigo presencial del cumplimiento de muchas
profecías, describe a las Escrituras como la «segura palabra profética» (2 Ped. 1: 19).
No hay alternativa. Si despreciamos sus preceptos sufriremos las consecuencias.
PARA COMENTAR
1. ¿Cómo fortalecen tu fe las Escrituras?
2. través de los siglos muchos escépticos han puesto en duda la autoridad de la
A
Biblia. ¿Por qué entonces la misma ha continuando desafiando el conocimiento
humano?
3. ¿Cuál será el riesgo de continuar pasando por alto los mensajes de la Biblia?
Andrew Opis, Lae, Papúa Nueva Guinea
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9. viernes
19 de abril
Exploración Joel 1;
Apocalipsis 7: 14-16
Hablando en metáforas
PARA CONCLUIR
Las metáforas son imágenes verbales que tienen el propósito de impactar nues-
tras mentes. Una metáfora poderosa crea una impresión tan real que si la cuentas
a tus hijos, luego ellos la contarán a los suyos. En el libro de Joel se menciona una
metáfora en la que intervienen langostas con el fin de ilustrar la destrucción de los
tiempos del fin. Esa imagen tuvo como propósito alertar al pueblo de Dios acerca
de la destrucción venidera. Únicamente Dios es nuestra protección respecto a esa
futura tormenta (Apoc. 7: 14-16).
CONSIDERA
• scribir un relato utilizando una metáfora que ilustre la destrucción del tiempo
E
del fin.
• Entonar un canto respecto a la fe en Dios.
• Memorizar un texto relacionado con la protección de Dios, algo que te dará paz
en tiempos de dificultad.
• Hacer un listado de las diferentes formas en que los escritores de la Biblia descri-
bieron la angustia que está por sobrevenir.
• Compartir con algún amigo tus ideas respecto a la predicción de los mayas con-
cerniente al fin del mundo, que supuestamente ocurriría en el año 2012. (Inves-
tiga en Google respecto al tema, si no te es conocido.)
• Dibujar un autorretrato que muestre las emociones que experimentaste al ver la
destrucción causada por el terremoto y maremoto que destruyeron algunas re-
giones de Japón el 11 de marzo de 2011.
PARA COMENTAR
Joel 1, 2; Apocalipsis 7.
El conflicto de los siglos, cap. 40.
Max Lucado, Sin temor (Tennessee: Nelson, 2009).
Janya Mekelburg, Lincoln, Nebraska, EE. UU.
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