Doña Ana pertenecía a una poderosa familia española. Se casó a los 12 años y tuvo un matrimonio en el que pasó poco tiempo con su marido debido a sus compromisos. Era una de las mujeres más talentosas e inteligentes de su época a pesar de perder un ojo en un accidente. Tuvo gran influencia en la corte española gracias a su carácter y amor por el lujo.