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Revista Iberoamericana de EducaciónNúmero 17Educación, Lenguas, Culturas<br />Mayo-Agosto 1998<br />Los objetivos políticos y socioeconómicos de la Educación Intercultural Bilingüe y los cambios que se necesitan en el currículo, en la enseñanza y en las escuelas indígenas<br />Héctor Muñoz Cruz (*)<br />«Estos procesos de cambio que no son solamente medidas jurídicas, en realidad son procesos sociales absolutamente irreversibles y van concretando el reconocimiento de la multietnicidad y pluriculturalidad de nuestro país», Cárdenas, Víctor H., 1997:24. <br />(*) Héctor Muñoz, de nacionalidad chilena, es licenciado por la Universidad del Norte (Antofagasta); profesor y jefe de Área de Investigación «Problemas lingüísticos de México» de la Universidad Autónoma Metropolitana de México, y doctorando en lingüística hispánica por El Colegio de México.<br />La educación indígena en América Latina muestra todas las características de un proceso de largo aliento que se constituye o reconstituye, según los casos, en estrecha concatenación con la reforma política del Estado y la reforma educativa nacional. <br />En la última década, ha conquistado una dimensión política e institucional de primer orden para los pueblos indo y afroamericanos, traducida en nuevas bases jurídicas y en políticas públicas de educación escolariza, revertiendo progresivamente un adverso proceso en la educación pública que nos remonta al primer cuarto del siglo XX y que tiene el potencial para convertirse en un factor central en la transformación de las sociedades latinoamericanas. <br />Un resultado ideológico de este cambio es la sustitución irreversible del paradigma de la educación bilingüe bicultural por la llamada propuesta intercultural bilingüe, hasta el momento. Antes, en los años 70, la doctrina del bilingüismo y biculturalismo en la educación indígena había reemplazado la vieja propuesta integracionistas de los años 30 llamada «educación bilingüe». <br />1. Introducción<br />Es un hecho que han cambiado las concepciones sobre la educación y la escuela en las regiones indígenas, pero no de un modo tan gradual y acumulativo como pudiera sugerir la secuencia que anotamos en el Cua-dro 1. También es un hecho que la historia científica de esta lucha entre paradigmas de la educación indígena escolar todavía es una tarea por hacerse y consensuarse. Por razones aún opacas, convergen en la interacción entre Estado y Organizaciones indígenas modelos educativos de corte liberal con modelos críticos de resistencia y emancipación que no son compatibles1 . Así, problemas fundamentales de la educación indígena subsisten y permanecen sin solución, a pesar de los cambios paradigmáticos. Me refiero a problemas tales como las metodologías de enseñanza de la lengua materna y segunda lengua, la construcción étnica de la escuela bilingüe, el diseño de los contenidos curriculares, el fomento de la autoestima e identidad étnica y la revitalización de las lenguas minorizadas. Sin embargo, una cosa podemos postular como segura: las diversas orientaciones curriculares reflejan la voluntad política de influir en el futuro de la sociedad y la identidad indígenas, redefiniendo el papel de la educación en el vasto esfuerzo de permitir la realización al mayor número posible de individuos de origen indo y afroamericano de los actuales países latinoamericanos (Cf. Le Bot, 1997; Gobierno Federal & EZLN, 1997; OEI, 1997; Lesourne, 1993). Dicho de otro modo, las líneas curriculares son una toma de posición acerca del desarrollo de las personas y de las culturas indígenas. El estado inicial en que se encuentran las experiencias educativas EIB nos enseña, sin embargo, que para poner en marcha una educación con estas características se requiere de mucho más.2<br />CUADRO Nº 1 Paradigmas de la educación indígena escolarizada en América Latina<br />educación bilingüe (EB) Modelo democratizador educación bilingüe bicultural (EBB)Modelos de capital humano y de superación de la marginalidad[(educación bilingüe intercultural (EBI) educación intercultural bilingüe) (EIB)] Modelo liberal de capital humano yeducación indígena educación multicultural  educación endógena educación propia etnoeducaciónmodelo crítico de resistencia<br />Otra vía para pensar el problema es obviar la discusión sobre los paradigmas educativos y ocuparnos de los resultados. Desde esta perspectiva, encontramos un panorama saturado de rezagos y disfuncionalidades: crisis de los modelos académicos aplicados hasta la fecha en las regiones indígenas; una gran ineficacia de las políticas lingüísticas de la escuela indígena; un arraigo social insuficiente en las comunidades y padres de los alumnos; una sujeción curricular al sistema central y una definición poco coherente con los requerimientos del desarrollo contemporáneo de los pueblos indígenas. En suma, el desencuentro, la contradicción, la cerrazón de las estructuras políticas y administrativas a los cambios que implica cualquier fórmula EIB, que son las razones de los pobres, los marginados, los excluidos, los sin status. <br />CUADRO Nº 2 <br />Visibilización y presencia en los trabajos con visión de Estado <br />Sector InstituciónHipótesis de trabajoMarco jurídicoJusticia, CongresoEjercicio pleno del derecho indígena (usos y costumbres) TerritorialidadSoberanía, autonomíaAutodeterminación en la interdependencia SostenibilidadDesarrollo económicoProyecto de vidaAdministraciónServicios públicosAplicación intensiva y cotidiana del principio de ciudadaníaEducaciónEducación BásicaFormación de recursos humanos orientada a los fines de una estructura social plural y equitativaCulturaCultura PopularReconocimiento constitutivo de la diversidad y enriquecimiento de la visión nacionalComunicación socialExpresión identidad y necesidadesAutoestima positiva en contra del racismo, discriminación y exclusiones<br />Sobre la base de convergencias globales, cada país ha identificado y construido sus términos específicos de oferta de educación indígena, produciéndose un notable enriquecimiento y diversificación de las reformas educativas concernientes a los pueblos indígenas. Nicaragua, por ejemplo, debe resolver los problemas de educación indígena en relación con la autonomía y desarrollo socioeconómico de la costa caribe. Guatemala hace otro tanto en el contexto de los acuerdos de paz y de desarrollo sostenible. Chile se propuso en 1996 el objetivo de contar, en el plazo de tres años, con un diseño y una propuesta curricular y pedagógica de EIB, especialmente para los primeros años de formación de niños indígenas (Mineduc, 1996: 11). Colombia debate sobre la etnoeducación en conexión con el reconocimiento jurídico constitucional de la territorialidad de sus pueblos indígenas. Por su parte, el Ministerio brasileño respectivo plantea que «para las sociedades indígenas contemporáneas, la escuela es una institución originaria de otras formaciones sociales, que debe ser creativamente incorporada». Su readecuación implica normas propias en relación con los diversos aspectos curriculares. La organización curricular de la escuela indígena es un modo de concretar el principio de respeto «a los procesos propios de aprendizaje» y al «pluralismo de ideas y concepciones pedagógicas» (Ministerio, 1997, 37). Bolivia se encuentra en el difícil proceso de validar la educación intercultural como una política de todo el sistema nacional. En México, la flexibilidad curricular y los programas compensatorios se establecen como las principales estrategias del más reciente proyecto educativo. Entonces cabe preguntar: ¿cuáles son los conceptos propios de la educación indígena del presente? Y, sobre todo ¿qué estrategias emplear para desencadenar las transformaciones necesarias? <br />En suma, la mayoría de los países latinoamericanos establece nuevos proyectos educativos, los cuales sustancializan el concepto de desarrollo humano y profundizan la doctrina de la modernización educativa con componentes de equidad, calidad, sustentatibilidad y productividad. Dichas nociones resultan inclasificables desde el punto de vista teórico y político, porque responden más bien a ideales educativos o coyunturas políticas nacionales. Sin embargo, recurrentemente, la argumentación se sustenta en tendencias compartidas tales como las siguientes: <br />1. Convertida en política pública, la educación indígena se vincula con la reforma educativa nacional y otras reformas del Estado. De hecho, la educación indígena pública apuesta por la reforma institucional porque pretende dar más poder a los actores locales, quienes perciben actualmente las reformas como pérdidas, de modo que una interrogante de fondo es: ¿quién es el actor social de la educación intercultural bilingüe? ¿docentes indígenas, directores, supervisores o la comunidad? Pero lo interesante de la situación es que se perfila como necesaria la posibilidad de alianza entre actores sociales (externos e internos). Además, enriquece con el enfoque intercultural las demás políticas sociales: medios de comunicación, justicia, administración. <br />2. Un fuerte posesionamiento en torno a la educación básica, en el sentido de acrecentar la calidad y extenderla a los grupos sociales que aún la reciben en forma insuficiente. En la educación básica han de adquirirse valores esenciales, conocimientos fundamentales y competencias intelectuales que permitan aprender permanentemente. «El valor de una buena educación básica habrá de reflejarse en la calidad de vida personal y comunitaria, en la capacidad de adquirir destrezas para la actividad productiva y en el aprovechamiento pleno de las oportunidades de estudio en los niveles medio superior y superior» (Poder Ejecutivo Federal, 1996:19)3.<br />Un aspecto criticable es, de hecho, que se ha puesto el mayor énfasis en la educación primaria, reflejando una fórmula neoclásica del crecimiento económico sobre el desarrollo humano y, además, que crea un hueco en secundaria y normales. Cuando lo que se pretende es producir la transformación educativa junto con la transformación productiva y con la ciudadanía, sólo una mayor escolarización puede producir un impacto en la transformación productiva y que la segmentación de la equidad resulte muy cara de atrapar posteriormente. Ahora la educación media y técnica debieran pasar a ser centrales. <br />3. El postulado de bidireccionalidad de la acción educativa del Estado hacia los pueblos indios. A modo de dirección principal se declara que la educación destinada específicamente a los grupos indígenas se adaptará a sus necesidades, demandas y condiciones de cultura y lengua, poblamiento, organización social y formas de producción y trabajo. La segunda se refiere a la población no indígena, a fin de combatir las formas manifiestas y encubiertas de racismo y de promover una justa valoración de la contribución de los pueblos indios a la construcción histórica de la nación (Idem: 75-76). <br />4. La especificación del concepto de territorialidad, en torno a dos cuestiones muy sensibles: primero, la desterritorialización de la función educativa, en cuanto se admite la inequidad sobre los migrantes de las zonas rurales hacia las ciudades, que demandan servicios de educación básica. El hecho de que los servicios para indígenas se hayan concentrado en las regiones de origen hace prácticamente inexistente la experiencia institucional de esta educación en zonas urbanas. Y segundo, la autodeterminación y soberanía de las comunidades indígenas para desarrollar su proyecto de vida, como plantea el movimiento indígena colombiano. <br />5. La reforma, como política social de Estado, tiene continuidad a través de diversos gobiernos, logrando beneficios propios de un proceso de largo aliento, tales como el mejor uso de recursos y la consolidación democrática. <br />6. La implantación de la EIB ha originado mucha más política en la necesidad de la investigación y mucha más necesidad de información. De hecho, se han creado nuevos temas de investigación tales como la cuestión institucional en la investigación, los sistemas de información y la formación en investigación, para evitar la subordinación política. <br />De aquí se deriva el problema de las estrategias que se deben aplicar en las investigaciones sobre la educación indígena. En primer lugar, la aplicación de fórmulas mixtas (desde dentro del Ministerio y desde afuera) para la decisión sobre temas y la capacidad de absorción de mayor información, para elevar la confiabilidad de la información disponible y las medidas de emergencia y a largo plazo para formar investigadores de la EIB, tratando de atraer investigadores de otros campos a la educación. <br />No sólo es necesario realizar evaluaciones cualitativas y pertinentes, sino sobre todo imaginar creativamente el proceso para implantar de verdad una reforma de la educación indígena. Para ello se precisa modificar las concepciones sobre cómo opera y se arraiga un cambio en la educación. Hasta el momento se han usado principalmente argumentaciones demográficas y descripciones sicológicas, lingüísticas y sociolingüísticas de contextos indígenas para enfatizar la necesidad de cambios, pero de estas descripciones no se derivan los posibles caminos por seguir. La historia de los cambios intentados muestra también que los esfuerzos de capacitación y actualización docente han resultado inmensamente desproporcionados en relación con el poco impacto en la calidad de los aprendizajes. Estamos sobre un punto estacionario que obliga a imaginar nuevos valores, estrategias y plazos más realistas, a fin de producir un verdadero cambio en las escuelas indígenas rurales, particularmente4. <br />Se necesita un proyecto que conciba la unidad orgánica del sector educativo y enriquezca las interrelaciones entre las diferentes dimensiones del cambio integral de la educación indígena y, en ese marco, que establezca las prioridades y las fases por cumplir. Para este efecto es útil un concepto como el desarrollo educativo en regiones indígenas, que implica la convergencia de cuatro niveles de acciones educativas, los cuales operan bajo determinaciones y formas de legitimidad provenientes de actores e instituciones diferentes. A continuación comentaré cada una de las dimensiones sugeridas. <br />Desde la óptica del desarrollo educativo integral, aprendemos a identificar, a ampliar nuestra comprensión y también a relativizar los discursos de los distintos sectores acerca de las políticas públicas, las cuales nos proveen de principios y condiciones ideológicos para promover un gran cambio educativo que busca establecer nuevos términos con el desarrollo económico y político en que «la democracia de nuestros países encontrará en la educación intercultural y bilingüe uno de los principales instrumentos para su consolidación» (Cárdenas, 1997: 29). Sin embargo, el cambio educativo en una sociedad precisa revertir el fracaso institucional, el fracaso financiero y el fracaso científico de la escuela (Bayet, citado en Lesourne, 1993:12), mediante un laborioso y frágil proceso de aperturas y negociaciones políticas5, un amplísimo contexto de participación, muchas investigaciones diagnósticas, otra oferta coherente de formación docente, nuevos materiales didácticos, nuevas propuestas curriculares y estrategias eficientes para desencadenar el cambio. Siguiendo a Garmendia (1997), se trata de un proceso de legitimaciones, de progresividad, de participación y de cooperación entre los diferentes sectores de la sociedad nacional latinoamericana6. <br />CUADRO Nº 3 Factores del desarrollo de la educación en regiones indígenas <br />Niveles Conceptos1º Políticas educativas, proyectos de los sectores sociales, debates internacionalesDiscusiones y consensos políticos y científicos en torno a los objetivos y categorías para definir la naturaleza social y el papel de la educación en el desarrollo de la sociedad indígena2º Sistema educacionalOrganización y estrategias del Gobierno para ejecutar las doctrinas educativas oficiales3 º M o d e l o s a c a d é m i c o s o d e formación de la educación indígenaDiseños curriculares, propuestas metodológicas, técnicas didácticas, constitución de la enseñanza y del aprendizaje c o n f o r m e a l a s c a r a c t e r í s t i c a s s i c o l i n g ü í s t i c a s y socioculturales del alumno indígena4º Prácticas escolaresAcciones e ideologías educativas de maestros, padres y autoridades comunitarias que constituyen las diferentes realidades escolares<br />El presente latinoamericano está ricamente provisto de marcos legales y de discursos reivindicativos favorables a la EIB. En esta ocasión, presentaré fragmentos que estimo relevantes para fijar los objetivos, el alcance y las prioridades que se relacionan con dicha educación. Estos discursos representan, por así decirlo, las bases genéricas de los actuales y futuros proyectos educativos de los pueblos indígenas. Las estrategias y las organizaciones específicas nacerán del análisis de las realidades concretas. Veamos: <br />«La EIB, a pesar de una propuesta que no surgió originalmente desde los mismos pueblos indígenas, ha abierto espacios para plantear una nueva relación entre los organismos del Estado, el movimiento indígena y otros actores sociales relevantes en la vida académica de nuestros países.» ...que en varios países se están desarrollando reformas educativas que permiten realizar avances en diseño curricular, unificación de alfabetos, producción de materiales didácticos y literarios, desde la visión indígena. Dando inicio a un nuevo modelo educativo que parte de los referentes culturales indígenas, lo cual contribuirá al desarrollo de las sociedades nacionales interculturales (Declaración de Sta. Cruz: 41). <br />«Hoy, junto con la Participación Popular, la Reforma Educativa es una de las medidas más populares a nivel nacional. Participación Popular y Reforma Educativa son las reformas que más y mejor aceptación tienen en el conjunto de los sectores sociales del país... teníamos la convicción firme y clara de que el reconocimiento de la multietnicidad y la pluriculturalidad en nuestra Constitución Política del Estado no debía quedarse como un mero postulado» (Cárdenas, 1997: 17). <br />«Se deben sentar las bases de un nuevo sistema educativo plurilingüe intercultural en la RAAN y la RAAS a partir del fortalecimiento del Programa de Educación Bilingüe Intercultural (PEBI) y de una política de formación de recursos humanos. Para ello, se deben orientar las políticas educativas regionales hacia el desarrollo de una educación con naturaleza y características que respondan a las necesidades de desarrollo de la Región» (FADCANIC, 1997:27). <br />«Esta educación intercultural debe estar reflejada y ser el sustento de la educación social e institucional. Así, en la educación institucional los textos y métodos deben ser de creación propia, estimulando a los propios educadores a que desarrollen una currícula con contenidos relacionados a su propia expresión de la realidad, que recojan la sabiduría acumulada de los pueblos y respondan a sus necesidades e intereses, pero sin alejarse del aporte de las enseñanzas científicas y tecnológicas de la cultura universal... La inclusión de la multietnicidad y pluriculturalidad, no sólo en el campo educativo sino también en otros ámbitos de la vida social nacional, se debe a nuestro convencimiento de que la educación intercultural bilingüe no podrá crecer si se reduce al mero ámbito educativo. Necesitamos que en la sociedad nacional surja una atmósfera favorable que permita el florecimiento de la educación intercultural bilingüe... El éxito de desafío no es sólo de los bolivianos, sino de indígenas y no indígenas» (Menchú, 1997: 26 y ss). <br />«Inserción en el sistema educativo y el bilingüismo gradual para todos: <br />- aplicación y desarrollo de la EIB en todas las lenguas de cada país, <br />- cumplir una política de inversión financiera para materializar la importancia de la EIB en todos los rangos de necesidades, <br />- profundizar el proceso de descentralización educativa, autonomía, cobertura y evaluación, <br />- continuar apoyando el cambio de actitud a favor de la valoración y respeto a la pluralidad cultural y lingüística...» (OEI, 1997). <br />«Se atribuye a esta escuela una función emancipatoria, entendida como un importante instrumento de defensa y autodeterminación. El acceso a las informaciones, conocimientos técnicos y científicos de la sociedad nacional y demás sociedades indígenas y no indígenas. Así como cualquier otro grupo humano, el acceso al tipo de saber transmitido en la escuela y un medio de entendimiento de códigos e informaciones antes incomprensibles, a través de los cuales se pretende superar parte de la discriminación y exclusión social y una mejor formulación y control de sus proyectos de futuro. <br />El principio de la diversidad y de la pluralidad lingüística y cultural. Una escuela pasa a ser espacio y tiempo para la reinterpretación, reordenación y transmisión de los llamados conocimientos étnicos. Con eso, fortalece la autoestima de los individuos y de la colectividad y su identificación como miembros de una determinada sociedad» (Ministério da Educação, 1997:36). <br />«Una de las grandes prioridades de la política educativa mexicana consiste en abatir el rezago en las zonas de mayor marginación. A partir de las necesidades educativas más urgentes de las comunidades, el gobierno de la República impulsa acciones que se orientan a compensar y corregir las desigualdades que afectan el aprovechamiento escolar de los niños con mayores carencias. Los programas compensatorios constituyen, bajo este marco, una vía eficaz para ayudar a las escuelas más pobres en el medio rural e indígena, mediante la aplicación de apoyos diferenciales, tales como: la distribución de materiales didácticos y mobiliario, la entrega de estímulos económicos para fomentar el arraigo y el buen desempeño de los maestros en estos planteles, y la construcción, reparación y equipamiento de los espacios educativos. Otros aspectos esenciales que se atienden son la capacitación de los profesores y el personal técnico-directivo de las escuelas, y la ayuda económica que se otorga al personal de supervisión para facilitar su transportación» (SEP, 1996). <br />Una consecuencia muy importante de las prácticas discursivas de las políticas educativas es que van creando un consenso en torno a una distribución proporcional de las responsabilidades que deben asumir la sociedad, el sistema educacional y la escuela frente al cambio que se intenta implantar. En mi opinión, de los debates sobre las tareas de la EIB en nuestros países surge la siguiente distribución: <br />CUADRO Nº 4 Responsabilidades frente al cambio educativo EIB<br />Sociedadreconocimiento de derechos indígenas evolución del bilingüismo conflictivo hacia la pluralidad lingüística conexión de la educación con el desarrollo nacional reinterpretación de la diversidad como un recurso desarrollo de un nacionalismo multiétnico y multicultural financiamiento público y privado de la educación indígena fomento de la autoestima favorable de la etnodiversidad Sistemaeducacionalequidad escolar profesionalización y formación docente EIB descentralización y gestión participativa de la función educativa interrelaciones con el trabajo, la comunicación social apoyo a los proyectos sociales y niveles de concreción curricular investigación sobre la calidad y pertinencia Escuelainterpretación didáctica de los principios EIB aprendizajes signific ativos entendimiento para latransformación participación/conducción comunitaria <br />2. Dimensión del sistema educacional<br />Sin la perspectiva de un desarrollo educativo, el análisis del sistema educativo y de su rol en el tiempo, impacto y evolución de las instituciones escolares y de formación, puede privilegiar las cuestiones de poder y de organización en las cúpulas de las instituciones educacionales, postergando el propio contenido de ese cambio (Lesourne, 1993). <br />Los sistemas educativos latinoamericanos que abarcan los subsistemas o proyectos de educación indígena, muestran cuatro grandes disfunciones en relación con la EIB: <br />1º. La conducción centralizada del sistema ha permitido plantear grandes objetivos, pero se ha revelado incapaz de conducir armoniosamente el cambio, y esta incapacidad ha creado las principales dificultades que lo aquejan en la actualidad. De hecho, funciona como un sistema burocrático y jerarquizado, con una administración omnipresente que no siempre comprende las necesidades educativas de la comunidad y de los padres. <br />Es un sistema de numerosas interrelaciones con el exterior: con los medios políticos locales y nacionales, con los medios de comunicación, con las múltiples fuentes del saber, con los mercados de trabajo y de formación. <br />2º. No ha logrado la democratización y eficiencia de la enseñanza. <br />3º. En materia de evaluación, el sistema educacional tiende a conformarse con indicadores endógenos. <br />4º. La construcción de un sistema educativo ha tenido una influencia negativa sobre la condición de la enseñanza. Se presenta como un sistema complejo que no facilita la transferencia de sus funciones, porque dispone de objetivos múltiples, inmediatos e imprecisos para atender a la naturaleza de su objeto, que es transformar seres humanos pobres, marginados y discriminados. <br />Todas estas características condicionan con gran fuerza la forma en que el sistema reacciona ante las demandas sociales, asimila o rechaza innovaciones y cambios. De aquí la proposición sometida a debate: en el dominio de la educación, la forma de encarar o de difundir un cambio es tan importante como el propio contenido de ese cambio (Lesourne, 1993: 19). <br />3. Modelos de formación <br />La tercera dimensión que propongo en el Cuadro Nº 2 se refiere a los modelos académicos, que me parecen el campo menos transparente, con enormes vacíos, fruto de la insuficiente investigación educativa sobre las escuelas indígenas y de la escasez de recursos humanos para operar en la construcción curricular de la EIB. Al respecto, deben considerarse las discusiones e investigaciones sobre EIB realizadas en nuestra región. Desde esta fuente aparece un inventario de problemas de análisis que coincide con las principales características de la educación que se quiere ofrecer. <br />CUADRO Nº 5 Principales discusiones/reivindicaciones de la educación indígena, a partir de la propuesta EIB<br />Participación, comunicación, expresión relaciones comunicativas horizontales: maestro/alumno/padres expresión de la identidad fomento del bilingüismo aditivo autoestima favorable y lealtad etnolingüística participación/control de la comunidad educativa Currículoadecuación,flexibilidad,diferenciación curricular necesidades educativas de la sociedad y del alumno indígena contenidos culturales comunitarios organización pedagógica orientada culturalmente Cogniciónaprendizajes significativos comprensión de la tarea académica de la clase procedimientos de descubrimiento y de reflexión del niño competencias «funcionales» <br />4. Dimensión de los procesos escolares<br />La información científica que emana de las investigaciones y evaluaciones es una fuente muy fiable para replantear la construcción curricular y la concepción pedagógica de la escolarización. En efecto, si examinamos el desarrollo educativo desde la perspectiva de los procesos escolares específicos, se hacen notables algunas incompatibilidades entre los postulados de la política educativa y la escolarización, debido a concepciones sobre la enseñanza, el conocimiento y el aprendizaje en las aulas indígenas, que responden a principios teóricos y didácticos claramente discrepantes de los formulados expresamente en las políticas y proyectos educativos. Dicho de otro modo, formas actuales de la metodología didáctica en las escuelas indígenas han independizado o simplemente separado el espacio y la orientación de la enseñanza-aprendizaje de actitudes y competencias básicas escolares, de la práctica social de las competencias básicas en la vida cotidiana de los alumnos. Es decir, aunque se desarrollan extensos procesos escolares de enseñanza y aprendizaje de la lectura, por ejemplo, los alumnos no se forman como lectores de textos escolares ni sociales. Análogamente, se enseña la escritura, pero los alumnos no producen textos escritos, no desarrollan la capacidad de expresarse en la lengua escrita cotidianamente, y así con todas las mutaciones señaladas. Destaco, por su importancia, las señaladas en el cuadro Nº 6. <br />CUADRO Nº 6 Mutaciones de los objetivos curriculares en la enseñanza<br />Objetivos del programa educativo  Necesidades socioeducativas del alumno enseñanza de contenidos culturales±identidad, autoestima positiva y revalorización lengua y culturaenseñanza de la lectura±lectura como práctica socialenseñanza de la escritura±expresión y producción textos culturales enseñanza de la matemática±resolución de problemas cotidianosbilingüismo coordinado±bilingüismo funcional alternante y oscilantecontenidos curriculares±desempeño sociocultural<br />No habrá discrepancia si afirmamos que la finalidad última de la educación es promover el crecimiento de los seres humanos. Las discrepancias surgen en el momento de definir y explicar en qué consiste el crecimiento educativo y, sobre todo, de decidir el tipo de acciones pedagógicas más adecuadas para promoverlo. La disyuntiva básica se produce entre los que lo entienden fundamentalmente como el resultado de un proceso de desarrollo, en buena medida interno a la persona, y los que lo conciben más bien como el resultado de un proceso de aprendizaje, en buena medida externo a la persona (Coll, 1995:22). <br />A modo de hipótesis articuladora de las cuatro dimensiones del desarrollo educativo, planteo que la transformación o enriquecimiento más importante de la educación en regiones indígenas provendrá principalmente del nivel de las realidades y prácticas escolares, en la medida en que se democratice la gestión y los recursos de las políticas de educación pública mediante formas de control comunitario, y en la medida en que se hagan más eficientes y pertinentes los procesos de enseñanza y aprendizaje. El sistema educacional sólo reflejará las condiciones políticas imperantes. El nivel de los modelos académicos o de formación permanecerá invisible, hasta que se restablezcan las condiciones profesionales y las conexiones con la investigación de la educación indígena7. <br />Por otra parte, en relación con los directivos superiores de los sistemas educativos, hay que introducir un elemento sicosocial que se superpone a las políticas y estrategias del cambio educativo y cuyo impacto interviniente puede reducirse si el sistema educacional dispone de los puentes o mecanismos adecuados de participación social. Se trata del problema de la perspectiva de pertinencia de los actores de la educación. Debates como éste pueden resultar sustancialmente diferentes en contenido, estilo y consecuencia, si interactuamos con los distintos actores de un mismo sistema, de una misma modalidad, etnia o lengua. El punto que quiero resaltar es que la perspectiva diferenciada de los actores de un mismo proceso es de naturaleza tan racional e inevitable, como la diversidad lingüística y cultural, creando una multiplicidad de perspectivas y responsabilidades, que no siempre son convergentes, intercomunicables y solidarias. <br />Una consecuencia de esta situación es la concepción desigual de las prioridades educacionales, las cuales se expresan en términos de importancia, niveles de jerarquía, rangos de plazos y proporciones de presupuestos y hasta en un principio de secuencia para afrontar los problemas. En efecto, ¿cómo priorizar cuestiones tales como el poder y conducción del sistema, el marco legal de la educación, la equidad, calidad, pertinencia, eficiencia interna, eficiencia externa y difusión, la información social? No me detendré a examinar en detalle este problema, y sólo apunto a que esta concepción desigual de las prioridades de una reforma educativa afecta la unidad orgánica del sector educativo. <br />5. Pobreza y desigualdad, herencias pesadas sobre la educación indígena<br />Se ha subrayado con insistencia que las prácticas educativas y de socialización reflejan y refuerzan las desigualdades propias del sistema de clases. Tales prácticas restringen el acceso al conocimiento a las capas sociales menos favorecidas. Esta acusación adquiere tonos más graves al señalar que nuestras prácticas educativas, dentro y fuera de la escuela, garantizan una distribución desigual no sólo del conocimiento, sino también de la capacidad de sacar un mejor provecho del mismo (Bruner, 1995). <br />No hay motivos para suponer que los efectos de semejante situación deban ser inevitables o irreversibles, ya que hay formas de alterar la acción de las presiones que ejerce la clase media o el influjo de la pobreza (Bruner, Idem: 126 y ss.). Pero nuestra tarea es examinar lo que se conoce sobre los efectos de la pobreza en el desarrollo infantil en nuestra cultura occidental contemporánea. <br />Sufrir una situación socioeconómica desfavorecida no es una simple cuestión de déficit, de sufrir una avitaminosis cultural que pueda paliarse mediante la ingestión de dosis adecuadas de experiencias compensadoras. Más bien, es un entramado de circunstancias en cuyo vértice aparece una familia cuyo elemento productivo carece de empleo o no dispone de ningún elemento productivo. Cuando surge la oportunidad de empleo, éste es tan exigente en materia de status como reducido en términos de remuneración. El entorno social en que viven estas familias suele caracterizarse por una sufrida conformidad con su «condición de inferioridad» y por una exigüa perspectiva o esperanza a largo plazo de salir a flote. Esta capa social se encuentra, por otra parte, alienada por un sentimiento de segregación étnica con respecto a la cultura dominante. <br />Parece oportuno preguntarse de qué modo los patrones de conducta de los más desfavorecidos se transmiten a través de la familia dando origen a formas típicas de los pobres para enfrentar la vida. De hecho, la pobreza altera aspectos de la universalidad y de la diversidad cultural, los cuales suelen girar en torno al intercambio recíproco de los sistemas simbólico, afiliativo y económico. Alterar la participación humana en cualesquiera de estos sistemas equivale a forzar un cambio en la forma peculiar en que el hombre realiza sus cometidos en la vida. No en vano nuestra tarea consiste en adaptarnos a estos sistemas de intercambio: formarnos unas expectativas en relación con el respeto, la afiliación y el consumo material. Aquí se aprecia la importancia de la pobreza, ya que afecta a la estructura familiar, al propio sentido simbólico del valor, al sentimiento personal de control. <br />6. El currículo EIB o el nicho donde se hace opaca la coherencia<br />Tal vez uno de los mayores retos de la EIB sea el de dar sustento concreto a las prácticas educativas en escuelas indígenas. Como apuntamos antes, la enseñanza muta los principios de la política y produce resultados poco compatibles con los principios. En mi opinión, una de las razones principales de esta brecha reside en la carencia o en las deficiencias de los niveles de concreción del diseño curricular EIB. De facto, las concreciones curriculares son promovidas y producidas por instancias normativas o técnicas del sistema educativo descentralizado, lo que nunca garantizó la perspectiva y las necesidades de los actores directos de la educación. <br />La breve incursión en el campo curricular será para fundamentar el postulado enunciado arriba, de modo que me basaré en cosas ya conocidas. No me alejaré, por ejemplo, de la definición de currículo como un «conjunto de elementos que nos permiten explicar la actividad educativa y sobre los que pueden incidir, directa o indirectamente, sus principales protagonistas, alumnado y profesorado, pero también la familia, administración, etc., potenciándola o limitando sus posibilidades» (Puigdellívol, 1993:12)8. Los problemas relacionados con el currículo no son, por supuesto, los únicos a resolver cuando se acomete una reforma educativa, que debe contemplar también otros muchos factores igualmente determinantes, en mayor o menor medida, del grado de éxito o fracaso de la empresa. En efecto, en el currículo se concretan y toman cuerpo una serie de principios de índole diversa (ideológicos, pedagógicos, psicopedagógicos) que, tomados en su conjunto, muestran la orientación general del sistema educativo» (Coll, 1995:21)9. <br />Desde la aparición de una enseñanza formal, siempre ha habido currículo, puesto que existe la intencionalidad clara de enseñar algo. El hecho de que en la actualidad haya cobrado gran interés el estudio del currículo y su definición, se deriva, en gran medida, de la conciencia que hemos cobrado sobre la complejidad de los procesos de enseñanza/aprendizaje. Somos muy conscientes de que no basta disponer de determinados conocimientos para poder transmitirlos adecuadamente al alumno. La decisión sobre qué hay que enseñar, cuándo y cómo debemos hacerlo, ha de tener en cuenta, además de las características propias del contenido, lo que sabe el niño de aquel contenido y el proceso más lógico mediante el cual debe alcanzar paulatinamente cotas más altas de conocimiento y comprensión. En suma, la perspectiva constructivista, cualquiera que sea la vertiente teórica, ha adquirido una merecida confianza en los procesos de adecuación del currículo escolar a las características de cada situación educativa concreta; en último término, a las características y necesidades de los alumnos. <br />Está tan focalizado este interés por los procesos de aprendizaje, que, en estos días, la diferenciación entre proyecto (diseño) curricular y desarrollo curricular resulta notablemente matizada; esto es, el currículo incluye tanto el proyecto como su puesta en práctica. <br />De esta forma, el diseño curricular constituye un marco de referencia, y su aplicación aporta elementos fundamentales para entender la configuración que el currículo tiene en un contexto escolar concreto. Entre esos elementos se encuentra el nivel prescriptivo de los currículos, que describe los objetivos, contenidos y orientaciones didácticas aplicables a las etapas de enseñanza. El problema de hoy con este nivel prescriptivo es que suele formularse de manera rígida, poco genérica, inflexible y obligatoria para todas las escuelas. Es en este sentido que hoy estamos más inclinados a aceptar una normatividad semiabierta o francamente abierta, y, además, integral. <br />Resulta fundamental, en consecuencia, transformar tanto la fase de diseño como la de desarrollo curricular, a fin de que el nivel prescriptivo: a) tenga un carácter amplio, flexible, diferenciado; b) prevea la intervención real y coherente de grupos magisteriales y sociales en los respectivos niveles de concreción, cuya fase más concreta es la programación del aula; y c): establezca las estrategias de desarrollo y evaluación que favorezcan la compatibilidad con la práctica docente. <br />En este punto es cuando mejor advertimos el carácter de proceso que tiene la implantación de la EIB. Es decir, este reto ideológico y técnico constituido por los niveles de concreción no lo puede enfrentar adecuadamente hoy el profesorado bilingüe, ni los técnicos ni los directivos, por razones que nos llevan a la falta de profesionalización en EIB, a la gestión educativa insuficientemente participativa, a la falta de consenso político sobre el proyecto histórico de los pueblos indígenas y a otras razones que olvidamos en este momento. Pasada la etapa de consolidación de las políticas públicas, se debe acometer esta tarea a medio plazo y con la mayor unidad orgánica de las diversas acciones que son necesarias. <br />7. Algunas reflexiones para concluir<br />La educación intercultural bilingüe, a pesar de no ser una propuesta surgida originalmente desde los pueblos indígenas, ha abierto espacios para crear una nueva relación entre el Estado, las organizaciones indígenas y otros sectores sociales. Y su legitimidad obedece tanto a la forma de encarar o acordar un cambio como al propio contenido de ese cambio. <br />Las prácticas educativas y la socialización reflejan y refuerzan las desigualdades, que restringen el acceso al conocimiento y a la autoestima. Nuestra tarea es examinar lo que se conoce sobre los efectos de la pobreza en el desarrollo infantil en nuestra cultura contemporánea. No hay motivos para suponer que estos efectos deban ser inevitables o irreversibles, ya que hay formas de alterar la acción de las presiones o el influjo de la pobreza. <br />El currículo es un conjunto casi interminable de elementos que nos permiten explicar la actividad educativa y sobre los cuales pueden incidir, directa o indirectamente, sus principales protagonistas: alumnado y profesorado, pero también la familia y la administración. Condicionan la actividad educativa que se realiza en la escuela, potenciándola o limitándola. <br />La construcción curricular de la EIB avanzará en la medida en que se articulen factores de legitimidad, progresividad y participación social. Un punto crucial en esta empresa será acotar el alcance del nivel prescriptivo de los currículos, que norma las escuelas y que describe los objetivos, los contenidos y las orientaciones didácticas. En primer lugar, habrá que asignar un carácter más amplio y genérico del nivel prescriptivo, para no impedir la diferenciación regional y socioétnica de la educación. En segundo, promover la intervención coherente de los diferentes y fundamentales niveles de concreción, a partir de estructuras democráticas horizontales. Y, en tercero, ocuparse sistemáticamente de la programación del aula, es decir, cualquier currículo EIB en este tiempo deberá ser semiabierto, con orientación constructivista del aprendizaje e integral. <br />Quizás uno de los desafíos será posibilitar auténticamente la intervención del profesorado y de las comunidades indígenas, lo cual no es posible en la actualidad por razones de profesionalización insuficiente, de control social de la información, y por el imperio de las estructuras no democráticas del sistema educacional. <br />Notas <br />(1) Una escuela donde se conjuga el derecho de ciudadanía con el derecho a la diferencia. Participar e interactuar como parte de la sociedad mayor donde viven, pero sin perder sus identidades étnicas específicas. Se atribuye a esta escuela una función emancipatoria, entendida como un importante instrumento de defensa y autodeterminación. El acceso a las informaciones, conocimientos técnicos y científicos de la sociedad nacional y demás sociedades indígenas y no indígenas. Así como cualquier otro grupo humano, el acceso al tipo de saber transmitido en la escuela y un medio de entendimiento de códigos e informaciones antes incomprensibles, a través de los cuales se pretende superar parte de la discriminación y exclusión social y una mejor formulación y control de sus proyectos de futuro (Ministério da Educaçâo e Desporto, 1997:36). <br />(2) La herencia programática o de diseño curricular de los dos primeros paradigmas, tratando de ser lo más cuidadosos posible, se resume en dos aspectos: 1º necesidad de una didáctica de la lengua escrita para fines de alfabetización, y 2º la formación de acervos regionalizados de etnocontenidos. Podría afirmarse, entonces, que las orientaciones curriculares de la propuesta intercultural bilingüe tienen un mayor alcance formativo y relegan las contribuciones mencionadas a determinados campos de conocimiento escolar. <br />(3) Adicionalmente, se establecen cinco ámbitos en educación básica: 1º la organización del sistema de educación básica, 2º los métodos, contenidos y recursos de la enseñanza, 3º la formación, actualización y superación de maestros y directivos escolares, 4º la equidad educativa y 5º los medios electrónicos en apoyo a la educación (SEP, 1996:35). <br />(4) Desarrollo del mismo modo este aspecto en un trabajo reciente (Muñoz, 1997). <br />(5) Los debates del Simposio Internacional sobre autonomía y desarrollo de las regiones de Nicaragua abundaron en expresiones sobre la complicada relación entre el Gobierno central y las Regiones Autónomas. Cf. Fadcanic 1997. <br />(6) El tema curricular, asunto de mi presentación, está particularmente constreñido a equipos técnicos y casi siempre a programas de asignaturas como L1 y L2, casi un tema para después de las tareas más apremiantes. <br />(7) Es un hecho que las doctrinas del bilingüismo aditivo, la interculturalidad, el fomento escolar de la etnicidad y la identidad y metodologías comunicativas y bilingües de la lectoescritura se han introducido al sistema escolar desde dos fuentes: 1º como normas que provienen del programa oficial de modernización educativa, y 2º como propuestas o novedades de investigaciones en el mundo indígena rural, que cuentan con el patrocinio de agencias extranjeras de cooperación técnica y de universidades, y casi nunca desde el sistema educacional. <br />(8) Entender cualquier situación educativa significa, por un lado, intentar aclarar y explicitar la intencionalidad que hay detrás de la actividad escolar, que comprende: (1) aspectos prescriptivos del diseño curricular (contenidos y objetivos que necesariamente debe contemplar una etapa determinada de enseñanza); (2) la línea educativa que haya asumido la escuela (aspectos dominantes en la enseñanza, pautas de comportamiento que se valoran, concepción de la relación alumno/maestro); (3) la ideología pedagógica de los maestros que componen el claustro. <br />Y, por otro, se trata de interpretar los resultados obtenidos, teniendo en cuenta aspectos tales como: (1) condicionamientos materiales y del entorno del centro; (2) las opciones metodológicas en el momento de organizar la enseñanza; (3) los recursos didácticos concretos, y (4) interacción entre alumnos y profesorado y entre los profesores (Puigdellívol, Idem,14). <br />(9) El currículo es un eslabón que se sitúa entre la declaración de principios generales y su traducción operacional, entre la teoría educativa y la práctica pedagógica, entre la planificación y la acción, entre lo que se prescribe y lo que realmente sucede en las aulas. Así pues, es lógico que la elaboración del currículo ocupe un lugar central en los planes de reforma educativa y que se le tome a menudo como punto de referencia para guiar otras actuaciones (p.e. formación inicial y permanente del profesorado, organización de los centros, confección de materiales didácticos, etc) y asegurar, en último término, la coherencia de las mismas. <br />Bibliografía <br />BRUNER, J. S.: Desarrollo cognitivo y educación, Morata, 2ª edición, Madrid, 1995. <br />CÁRDENAS, «Discurso de inauguración»,(1997): II Congreso latinoamericano de educación intercultural bilingüe (1997), Las lenguas indígenas dentro y fuera de la escuela, edit. DINAPEL, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. <br />COLL, César, Psicología y curriculum, Paidós, México, 1995. <br />Compromisos y propuestas conjuntas de los gobiernos del Estado y Federal y el EZLN, 16 de febrero de 1996. <br />Conclusiones de las Primeras Jornadas Iberoamericanas de Educación Intercultural Bilingüe para cuadros superios de los sistemas educativos, OEI, 1997, Ms. <br />COORDINACIÓN DE PROGRAMAS COMPENSATORIOS: Progresa. Programa de educación, salud y alimentación, Secretaría de Educación Pública y otros, México, 2 Vols., 1997. <br />Coordinación Programa Educación Intercultural Bilingüe del Ministerio de educación: Orientaciones generales referentes al programa de educación intercultural bilingüe, División de Educación General, Chile, 1996. <br />DECLARACIÓN DE SANTA CRUZ, Bolivia: II Congreso latinoamericano de educación intercultural bilingüe (1997), Las lenguas indígenas dentro y fuera de la escuela, edit. DINAPEL, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 1997. <br />FUNDACIÓN PARA LA AUTONOMÍA Y DESARROLLO DE LA COSTA ATLÁNTICA DE NICARAGUA (FADCANIC): Documento para la reflexión sobre el proceso de autonomía en la Costa Atlántica de Nicaragua, 1997. <br />GARMENDIA, Jesús & SAINZ, Matilde: «Formación de docentes bilingües. El caso del país vasco», III Simposio internacional sobre autonomía de la Costa Atlántica de Nicaragua, Managua, 12-15 octubre de 1997. <br />LEBOT, Yvon: Subcomandante Marcos. El sueño zapatista, Plaza & Janés. México, 1997. <br />Lesourne, Jacques: Educación y sociedad. Los desafíos del año 2000, Gedisa editorial, Barcelona, 1993. <br />MENCHÚ TUM, Rigoberta; «Mensaje al congreso», II Congreso latinoamericano de educación intercultural bilingüe (1997), Las lenguas indígenas dentro y fuera de la escuela, edit. DINAPEL, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 1997. <br />Ministerio da Educaçâo e do Desporto: Referencial curricular nacional para a escola indígena (RCNE/Indígena), Parte I «Para começo de conversa», Coordenaçâo Geral de Apoio as Escolas Indígenas, Brasilia, 1997. <br />MUÑOZ, Héctor: «La educación bilingüe en comunidades indígenas mexicanas», en MUÑOZ, H. (Ed): El futuro desde la autonomía y la diversidad. La situación educativa en las regiones autónomas de Nicaragua y de otros países latinoamericanos, Universidad Veracruzana & Terra Nuova & Kepa Cooperación Finlandesa (en prensa), 1997. <br />PODER EJECUTIVO FEDERAL: Programa de desarrollo educativo 1995-2000, Secretaría de Educación Pública, México, 1996. <br />PUIGDELLÍVOL, Ignasi : Programación de aula y adecuación curricular. El tratamiento de la diversidad, Editorial Graó, Barcelona, 1993. <br />México: educación intercultural bilingüe destinada a los pueblos indígenasPor Sylvia SchmelkesVersión para imprimir  Texto base del V Foro Virtual - Educación para la Interculturalidad, Migración-Desplazamiento y Derechos Lingüísticos organizado por el Foro Latinoamericano de Políticas Educativas - FLAPEhttp://www.foro-latino.org/fv5.htmLa educación intercultural bilingüe destinada a los pueblos indígenas del país tiene que ser sustancialmente transformada. Una parte importante de la desigualdad con que opera nuestro sistema educativo se explica por la pobreza de operación y de resultados de los servicios educativos que ofrecemos a la población indígena. Entre los principales problemas a los que se enfrenta la educación preescolar y primaria en estas poblaciones se encuentran:  El inadecuado funcionamiento de las escuelas. Las escuelas bilingües interculturales del país están lejos de cumplir con la normalidad mínima que suponen las condiciones para que pueda darse el hecho educativo. El elevado ausentismo de los docentes, el desperdicio del tiempo destinado a la enseñanza y al aprendizaje, y en muchas ocasiones, la falta de las condiciones mínimas de infraestructura y equipamiento, dificultan que el objetivo de que los niños aprendan pueda cumplirse de manera debida.  La falta de preparación de los docentes indígenas. En el país no contamos todavía con sistemas de formación inicial de docentes indígenas. Los actuales docentes deben dominar la lengua del grupo indígena al que atienden - lo que tampoco se cumple en muchas ocasiones —, pero no han sido suficientemente formados para enseñar.  La falta de participación de las comunidades indígenas en su propia educación. La educación bilingüe intercultural destinada a poblaciones indígenas supone la incorporación de los contenidos propios de los grupos indígenas al curriculum. Ello implica, necesariamente, la activa participación de los pueblos indígenas en la definición de dichos contenidos, lo cual no se ha dado. La comunidad también debiera jugar un papel más activo en la vigilancia real del cumplimiento de la normalidad mínima en las escuelas indígenas. Seguramente con ello se impedirían muchas de las violaciones de las normas básicas de funcionamiento de las escuelas.La educación bilingüe intercultural para poblaciones indígenas en la actualidad no trasciende el nivel de la educación primaria. La población indígena que desea continuar sus estudios más allá de la primaria generalmente tiene que salir de su comunidad, o bien cursar el siguiente nivel educativo en una modalidad que no atiende a los objetivos de bilingüismo e interculturalidad.Tampoco existen opciones de educación media superior y superior que respondan a las necesidades de las poblaciones indígenas o a las que éstas fácilmente puedan acceder. Por su parte, la educación para los adultos destinada específicamente a poblaciones indígenas se ha desarrollado muy poco. Es el propósito de esta administración comenzar a revertir algunas de estas problemáticas.Nos proponemos trabajar de manera sistémica para asegurar una educación básica destinada a poblaciones indígenas que consiga alcanzar tres objetivos fundamentales:  El adecuado logro de los objetivos educativos nacionales para la educación básica entre los niños indígenas.  El dominio oral y escrito de la lengua indígena del grupo de procedencia, así como del español.  El conocimiento y la valoración de la cultura propia, así como el conocimiento y el respeto a las otras culturas que conforman nuestro país.El logro de estos objetivos supone una transformación profunda de los elementos que constituyen la oferta educativa para poblaciones indígenas.Supone mejorar la actualización y la capacitación de sus docentes, así como la instauración de sistemas de formación inicial de docentes indígenas. Supone, con la participación activa y decidida de las autoridades educativas de las entidades federativas y de los docentes y sus organizaciones, transformar las formas actuales de operar de las escuelas indígenas, de forma que se combata efectivamente la falta de cumplimiento de las obligaciones laborales de los docentes y de que se cumplan en todos los planteles las condiciones para que pueda darse el hecho educativo. Supone instaurar y extender la educación secundaria bilingüe intercultural. Pero ante todo, supone fortalecer la participación de los pueblos indígenas en la definición de sus contenidos, y de cada una de sus comunidades en la vigilancia activa del cumplimiento de sus propósitos.Además de lo anterior, que se refiere a la educación básica, esta administración se propone ampliar las oportunidades de acceso, permanencia y culminación de estudios de educación media superior y superior para poblaciones indígenas, tanto en instituciones regulares como en experiencias novedosas de educación intercultural, en las que confluyan alumnos de diversos orígenes étnicos y culturales y en las que la interculturalidad se convierta a la vez en fuente privilegiada de aprendizaje y en objetivo educativo.El programa de becas para la educación media superior y superior atenderá de manera especial a estudiantes indígenas. Esperamos que al final de esta administración, la participación porcentual de la población indígena en estos niveles educativos aumente significativamente.Nos proponemos también aumentar considerablemente las oportunidades de atención educativa a los jóvenes y adultos, hombres y mujeres indígenas.Queremos vincular la educación a estos jóvenes y adultos con las nuevas oportunidades de desarrollo económico y social que este gobierno impulsará en regiones indígenas. Buscaremos que las oportunidades de educación de jóvenes y adultos indígenas los preparen para que impriman a estos procesos de transformación sus propios objetivos de desarrollo. En este contexto ubicaremos los procesos de alfabetización y de atención al rezago educativo que sabemos se concentran en municipios predominantemente indígenas.Nos proponemos apoyar todos los procesos anteriores mediante el uso de tecnologías de la informática y la comunicación. Esta administración se propone distribuir estos recursos tecnológicos, en la medida en que sea posible, de manera preferencial a comunidades indígenas y rurales dispersas. No se pretenderá nunca sustituir la importantísima función mediadora del docente en los procesos educativos. Estamos claros de que tampoco se trata de provocar una excesiva individualización de los procesos educativos. La tecnología educativa se pondrá al servicio de los docentes y de los grupos de alumnos para fortalecer y potenciar sus procesos educativos.De manera especial nos interesa favorecer la participación de la niña y de la mujer indígena en todos los niveles educativos. Es en las poblaciones indígenas donde encontramos los índices más elevados de desigualdad educativa por género. Estableceremos programas especiales que fortalezcan el acceso y la permanencia en la escuela, así como el tránsito a otros niveles educativos, de las niñas y las mujeres indígenas. Al final de este sexenio quisiéramos ver sustancialmente reducidas las diferencias educativas por género en las poblaciones indígenas.Educación Intercultural para todosEntendemos la interculturalidad como la relación respetuosa para el enriquecimiento mutuo entre culturas. Por eso estamos convencidos de que la educación intercultural no se puede reducir solamente a la población indígena.Tiene que ser un objetivo a perseguir entre toda la población. En las poblaciones indígenas la educación intercultural persigue el conocimiento y la valoración de la cultura propia, así como el reconocimiento del valor y el respeto a las otras culturas con las que se comparte el territorio. En la población mayoritaria, la educación intercultural persigue:  El conocimiento de los aportes culturales de los diversos grupos étnicos que comparten el territorio nacional.  El reconocimiento del valor que representan estos aportes, y el consecuente respeto a y aprecio de las personas y de los grupos culturales diferentes.Como punto de llegada, los mexicanos debemos valorar la diversidad, considerarnos privilegiados por el hecho de vivir en una sociedad pluriétnica y multicultural, y descubrir en ello una fuente esencial de enriquecimiento personal y cultural.Pretender lograr el respeto y el aprecio de toda la población por las personas y los grupos indígenas implica proponernos, como objetivo de la educación básica para toda la población, erradicar conductas y actitudes que impliquen cualquier tipo de prejuicio, discriminación o racismo, que debemos reconocer como fuertemente presentes aún en concepciones y en el proceder cotidiano de una parte importante de nuestros compatriotas.El objetivo relativo a la educación intercultural para todos los mexicanos supone la intensa y activa participación de los grupos indígenas.Son ellos quienes deben definir cuáles aportes culturales quieren hacer a toda la población mexicana. Nadie puede hacerlo por ellos. Por esa razón, consideramos que no podremos tener contenidos interculturales para la educación básica en un plazo muy corto. Queremos iniciar un proceso de construcción colectiva con los pueblos indígenas de los aportes culturales - conocimientos y procesos productivos, expresiones artísticas, tradiciones y costumbres, valores y visión del mundo - que desean compartir con sus compatriotas. Esperamos que hacia el cuarto año de esta administración podamos ofrecer un curriculum intercultural que contenga, de manera transversal (en todas las asignaturas), estos aportes para la educación primaria. Continuaríamos con este propósito para la educación secundaria y para los niveles subsecuentes.Por otra parte, consideramos importante multiplicar las oportunidades de acceder a experiencias de educación intercultural a todos los niveles educativos.Ello significa compartir física y quizás también virtualmente un mismo proceso educativo con la presencia activa de diversas culturas. De manera especial quisiéramos comenzar a atender con esta orientación a los niños indígenas que viven en las ciudades y a aquellos que migran estacionalmente con sus padres a los campamentos agrícolas del norte del país, de forma que éstos puedan convivir y aprender en ambientes interculturales respetuosos en los que la diferencia se convierta en fuente de riqueza para todos. Pero impulsaremos también experiencias de educación intercultural a niveles de educación media superior y superior.Conclusión:No podemos proponernos una educación intercultural para todos los mexicanos si no nos comprometemos con el mejoramiento sustancial de la calidad de la educación que ofrecemos a nuestras poblaciones indígenas.Tampoco podemos proponernos hacer educación intercultural verdadera si esa educación no se propone, como población destinataria, a toda la población mexicana. Ambos propósitos deben perseguirse en paralelo y de manera articulada. Con ello esperamos comenzar a dar respuesta a las demandas indígenas en materia educativa, que ahora adquieren la forma de exigencia legal, y que se traducen en la reforma de la fracción VII del Artículo 4° Constitucional, que a la letra dice: La Federación, los estados y los municipios deberán, en el ámbito de sus respectivas competencias y con el concurso de los pueblos indígenas, promover su desarrollo equitativo y sustentable y la educación bilingüe e intercultural. Asimismo, deberán impulsar el respeto y conocimiento de las diversas culturas existentes en la nación y combatir toda forma de discriminación.Las autoridades educativas federales, estatales y municipales, en consulta con los pueblos indígenas, definirán y desarrollarán programas educativos de contenido regional, en los que reconocerán su herencia cultural.El apoyo de un reconocido intelectual mexicano a los esfuerzos de comunidades indígenas chiapanecas por darse a sí mismas una educación culturalmente pertinente y de calidad es una manifestación de la importancia que merecen los esfuerzos locales por mejorar la educación que reciben las nuevas generaciones de niños indígenas, en preparación para una realidad nacional en la que las culturas que nos enriquecen sean plenamente reconocidas y respetadas, y en la que se entablen relaciones interculturales desde posiciones de igualdad, mutuamente enriquecedoras.Esperemos que sea esta, nuestra riqueza plural y nuestra capacidad de establecer una fecunda relación intercultural, la que vaya definiendo, cada vez más, nuestra mexicanidad.Comentar este artículoForo10 de abril de 2006 ¿INTERCULTURALIDAD DE PAPEL? Apuntes sobre la idea de Universidad IndígenaBERTHA DIMAS HUACUZ (1)UNA CARACTERÍSTICA SOCIOECONÓMICA que hace resaltar a Michoacán en el ámbito nacional e internacional, es el número de personas que año con año emigran a los Estados Unidos en busca del mínimo sustento y bienestar familiar. Son ampliamente difundidas las evaluaciones de que al menos 45 mil personas abandonan el estado anualmente a consecuencia de las precarias condiciones en que se encuentran en sus comunidades, incluyendo la creciente degradación de los recursos naturales productivos, y ante la falta de fuentes de empleo y de oportunidades generales de salud, educación y vivienda. Esto ocurre principalmente en el campo, pero no es ya, desde hace tiempo, un fenómeno exclusivo de las zonas rurales.El así denominado “índice de intensidad migratoria” captura esta triste y sobresaliente característica de nuestra entidad. Este indicador refleja el alto porcentaje de familias que a nivel municipal y estatal, cuentan con algún familiar radicando fuera de su comunidad de origen, en el país, o (legal o ilegalmente) en el extranjero (2).I. Educación Superior: Observaciones sobre Cobertura, Relevancia y CalidadDe manera similar, se podría explorar por medio de encuestas y otras metodologías relevantes de estudio socioeconómico y estadístico, lo que podría denominarse “índice de insuficiencia, o de intensidad de negación universitaria”. Este reflejaría el porcentaje de jóvenes que, por cualquiera de las razones posibles (por ejemplo, carencia de recursos económicos, el no contar con “recomendaciones”, falta de óptima salud o insumos de estudio) no fueron aceptados, y se quedaron sin acceder a cualquier carrera, escuela o institución de educación superior, pública o privada, aún contando con la intención, aspiraciones, motivación, inteligencia y capacidad.Pero partiendo de que el promedio de escolaridad para la población michoacana en su conjunto (urbana y rural), es de 6.6 años, y en las zonas indígenas es de apenas cuatro años, el cálculo de este “índice de negación universitaria” probablemente no fuera necesario, en tanto que existen suficientes estadísticas educativas que demuestran que son miles los jóvenes (de diversos estratos socioeconómicos y regiones del estado) que difícilmente terminan, apenas y con trabajo, la educación primaria o secundaria (3). Muchos de estos últimos, por lo tanto, nunca incursionan en los trámites para la presentación de exámenes de admisión al nivel educativo técnico o preuniversitario.Apuntemos que en el ámbito nacional solamente el tres por ciento de los jóvenes en edad universitaria (19 a 23 años), que viven en las “zonas rurales pobres”, cursan estudios de nivel universitario, mientras que esta proporción llega hasta un 45 por ciento si se habita en la ciudad y se pertenece a una familia de ingresos medios o altos. Esta tremenda desigualdad a nivel nacional nos lleva a preguntarnos acerca de la proporción de jóvenes indígenas y de origen humilde y campesino que efectivamente han tenido y tienen actualmente acceso a la universidad y que, finalmente, completan una educación de nivel superior en Michoacán.Se sabe con certeza, eso sí, que nuestros jóvenes de hoy -indígenas y no indígenas- se enfrentan a obstáculos económicos y sociales siempre crecientes para poder completar una carrera profesional; por lo cual ellos inician el ciclo vital de adolescentes como rezagados escolares, lo continúan como rechazados universitarios y, en consecuencia, engrosan forzadamente las filas del desempleo y de la emigración.Esta dramática situación la resienten más fuertemente los jóvenes preparatorianos de las comunidades vecinas de Uruapan, Pátzcuaro, Tierra Caliente y otras regiones alejadas de la capital del estado, quienes -año tras año-, ni siquiera alcanzan “ficha” para presentar el examen de admisión a las diversas carreras universitarias de la Casa de Hidalgo. Esta circunstancia cimbra a la sociedad michoacana con la repetición anual del movimiento telúrico -sismo social- para tratar de ingresar a esta institución, con la consecuente e inmerecida frustración de los jóvenes involucrados.Como respuesta a esta falta de planeación, no es sorprendente que sean los estudiantes de la Coordinadora de Universitarios en Lucha, y organizaciones similares (para bien o para mal), quienes tomen la iniciativa en defensa de los malogrados aspirantes. Y por las mismas razones, el fenómeno se repite al final del ciclo educativo, con las protestas afuera de Palacio de Gobierno y las demandas de plazas laborales por parte de los egresados de las normales urbanas y rurales.Consideramos que debe quedar asentado, así mismo, como causa de origen principal de este problema, que el subsistema de educación superior en nuestro estado está conformado por 43 instituciones (públicas y privadas), además de la Universidad Nicolaita, con una cobertura global de sólo 13 por ciento de la población estudiantil correspondiente; y que este indicador de extremadamente limitada cobertura, sitúa a Michoacán en la posición número 27 en el ámbito nacional.Reforma Universitaria: “Página No Encontrada”En este contexto, uno de los pendientes vastos y principales de la administración pública actual en Michoacán tiene que ver con las reformas de fondo requeridas para superar las deficiencias del sistema educativo en todos sus niveles. La falta de políticas y acciones consecuentes de planificación educativa universitaria y de planificación económica regional han ocasionado, además, mayor rezago del bienestar de los habitantes de la entidad.La educación universitaria que se ofrece en nuestro estado tiene una limitada correspondencia -en cobertura, relevancia y calidad- con las necesidades del desarrollo de las diversas regiones y sectores sociales, de cara a las realidades apremiantes -tecnológicas, económicas, sociales-, del nuevo siglo y de los rápidos procesos de innovación que se presentan en regiones bien determinadas de China, India, y otros países emergentes.Esta situación no es nada alentadora, especialmente si se piensa que la educación debiera ser el detonador del desarrollo de Michoacán en general y, de nuestras comunidades indígenas y rurales en particular. Es así que esta circunstancia exige, para beneficio de los jóvenes de hoy y del mañana inmediato -y a cuatro años en funciones de la administración estatal actual-, resultados en la planeación consistente y reforma efectiva del sistema educativo de nivel superior estatal en general y de la Universidad Michoacana en particular.II. K’éri Jorhéntperakueri Ambé - La Idea de Universidad Indígena ReconsideradaPor lo que corresponde a la así llamada “Universidad Intercultural Indígena” que se pretende instalar en Michoacán (empezando con sólo oficinas administrativas) en la ribera del lago de Pátzcuaro, ésta dista años luz del concepto de Universidad del Siglo 21; y no resulta de un proyecto concreto y completo, ni es coherente con las aspiraciones de las comunidades a las que se supone debe servir.Un proyecto sin visión.- Con su abordaje insatisfactorio de “diplomados” y la carencia de infraestructura física, un campus central, presupuesto garantizado, programas de estudio de avanzada y maestros competentes, la propuesta de universidad no responde, para empezar, a las urgentes necesidades estatales de cobertura educativa; y la propuesta es deficiente, inclusive, cuando se le compara con el arranque de las otras universidades interculturales promovidas por el gobierno federal.La propuesta de universidad está lejana de ofrecer lo que los estudiantes esperan para convertirse en profesionistas socialmente útiles y productivos. Lo que demandan los jóvenes (indígenas y no indígenas) del interior del estado -y así lo escuchamos en las diversas comunidades que regularmente visitamos-, son centros de educación con aulas y bibliotecas modernas, albergues habitables, y laboratorios, áreas de reunión y centros para el deporte operativos. Demandan también la oportunidad de salir a conocer más allá del mundo inmediato, y la certeza de poder completar una carrera universitaria pertinente y de calidad y con reconocimiento válido y oficial. Las distintas regiones de la entidad requieren de nuevos espacios públicos para una educación de primera clase; están ávidas de una matricula universitaria creciente, planificada, sustantiva y de calidad.Antecedentes.- La referida iniciativa intercultural nunca tuvo rumbo ni destino. Se lanzó a la mar en una frágil barcaza diseñada al modo y gusto de los asesores del titular del Ejecutivo; y sin asimilar las experiencias del arranque siempre incompleto de la escuela normal indígena de Cherán. El lanzamiento se hizo en base a un convenio establecido con la Universidad Michoacana, mismo que nunca se dio a conocer públicamente. Con anuncios formales, ya, en tres Informes de Gobierno consecutivos acerca del establecimiento de una universidad indígena, este concepto se formuló casi en secreto y se ha seguido manejando de manera elusiva, a través de declaraciones de prensa, y sin insertarse dentro de una estrategia integral de transformación del sistema educativo estatal en todos sus niveles.Más aún, desde la época de las mesas de trabajo para la “reforma indígena estatal” del 2004, la petición para la celebración de un encuentro similar donde se participara en la definición de la misión/objetivos, perfil institucional y contenidos educativos de una universidad indígena, siempre fue rechazada, procediéndose de un modo muy poco transparente al respecto. En consecuencia, la propuesta de universidad nunca se presentó en un foro abierto ni ésta se ha divulgado de manera escrita, y en versiones bilingües; ni discutida y validada por las autoridades legítimas de los pueblos y comunidades indígenas.Por otra parte, se trata de un proyecto insensible históricamente y corto de visión, al permitir que la comunidad española de Valencia participe con recursos y directrices en un proyecto de esta naturaleza, y no que sea la propia sociedad michoacana quién asuma la responsabilidad por la educación de sus jóvenes universitarios.Es así que esta iniciativa del gobierno estatal ha sido catalogada más de pólvora y fuego de artificio promocional, que de armamento y munición efectiva para combatir el retraso universitario y científico de los jóvenes indígenas de esta región del país. Específicamente, mientras que se cuestiona la necesidad de una universidad aparte para los indígenas, el maestro Adolfo Mejía la califica como “mero compromiso político y pirotecnia indigenista”. (4)¿Cuáles serían, entonces, los quehaceres y compromisos de una universidad indígena en este contexto? ¿Responden las así llamadas universidades “interculturales”, impulsadas por la administración federal, a las necesidades de los pueblos indígenas del país?Arquitectura Educativa y AutonomíaPara comenzar, además de contar anticipadamente con los estudios de base bien fundamentados y propuestas de planes de acción, la idea de una universidad indígena debería debatirse amplia y serenamente, por escrito y en público, en la academia, el legislativo y el ágora comunal; y con la participación de los sujetos principales a los que la iniciativa iría encaminada (5).Para poder participar con provecho recíproco dentro de las redes nacionales e internacionales del conocimiento, cualquier nueva iniciativa de educación superior e investigación científica en nuestro país tendría que construirse ante todo sobre cimientos sólidos y bien estructurados, con miras superiores a las instituciones ya existentes, evitando fallas estructurales de diseño institucional y ordenanza legal, y apartándose desde su concepción del modelo de las “universidades de papel”, i.e., imaginadas, sostenidas y estandarizadas desde el poder y la burocracia. (6)Esto es, contar con los elementos materiales y con el pensamiento crítico y la acción para cumplir a plenitud con la trinidad universal de la naturaleza y quehaceres de esta institución cardinal: acción-investigación, enseñanza-aprendizaje, creación-difusión; prácticas éstas que constituyen, en conjunto indisoluble, el cuerpo y espíritu de una (sola) universidad verdadera.Una universidad indígena en Michoacán tendría que representar un nuevo significado y establecer contenidos diversos y especiales en la constelación de universidades estatales y nacionales. Y brillar con luz propia. Debería, en consecuencia, ofrecer también un modelo educativo distinto; responder a las prioridades educativas y de desarrollo de los indígenas del estado y el país; y, primordialmente, generar nuevo conocimiento y de la mayor relevancia para nuestra sociedad en el sentido más amplio.Finalmente, además de contar con la garantía de los recursos materiales necesarios, y de las instalaciones idóneas para la interacción creativa de nuevas e ilustradas comunidades del aprendizaje, la universidad indígena tendría que ser un ejemplo de “autonomía” desde sus procesos actuales de gestación. Esta condición es el mecanismo imprescindible que podría conducirla a cimentar -para su propia consolidación y respeto institucional-, una cultura igualmente sólida de autonomía universitaria.Y es que sólo de esta manera podría crearse un ente intelectual valioso -científico y humanista-, de resguardo del patrimonio cultural y material nuestro y, por lo tanto, de apoyo a la propia y necesaria autonomía de los pueblos y comunidades indígenas.Barrio de San Pedro Urhépati, Santa Fe de la Laguna, Michoacán, a 28 de marzo de 2005 (1) La autora es médica egresada de la Universidad Michoacana, especialista en salud pública por la Universidad de Harvard, y comunera de Santa Fe de la Laguna, Michoacán. Recibió el Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2004 y 2005. Artículo publicado en La Jornada Michoacán el 29 y 31 de marzo de 2006. La ilustración es del maestro Alfredo Zalce.(2) De acuerdo con el Consejo Nacional de Población, y para el caso específico del fenómeno migratorio México-Estados Unidos, el índice toma en cuenta los hogares con emigrantes que permanecieron en los Estados Unidos o que regresaron al país en un periodo determinado, y hogares que recibieron remesas del exterior. Michoacán está catalogada como una entidad con “muy alto grado” de intensidad migratoria, y donde más de la mitad de los municipios (63 por ciento) registran una intensidad alta o muy alta en relación con este fenómeno.(3) Varias fuentes ofrecen datos accesibles y confiables sobre estos temas, e.g., Educación 2001. Revista Mexicana de Educación, No. 105, febrero de 2004; Revista Este País. Tendencias y Opiniones, No. 153 (diciembre 2003), No. 166 (enero 2005).(4) Adolfo Mejía, Con los Cárdenas. Encuentros y Desencuentros. ¿El Cardenismo sin Cabeza?, Morelia, Michoacán: Morevallado Editores, 2004.(5) Bertha Dimas Huacuz, “Comunidad y Universalidad - Los Quehaceres y el Cómo Hacer de una Universidad Indígena para Mechuákani.” Versión preliminar, diciembre de 2005.(6) Luis Porter, La Universidad de papel. Ensayos sobre la educación superior en México, México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2003.Responder este mensaje<br />Un proyecto de: Financiado por: Colabora: ©2003 - 2010<br />
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  • 1. Revista Iberoamericana de EducaciónNúmero 17Educación, Lenguas, Culturas<br />Mayo-Agosto 1998<br />Los objetivos políticos y socioeconómicos de la Educación Intercultural Bilingüe y los cambios que se necesitan en el currículo, en la enseñanza y en las escuelas indígenas<br />Héctor Muñoz Cruz (*)<br />«Estos procesos de cambio que no son solamente medidas jurídicas, en realidad son procesos sociales absolutamente irreversibles y van concretando el reconocimiento de la multietnicidad y pluriculturalidad de nuestro país», Cárdenas, Víctor H., 1997:24. <br />(*) Héctor Muñoz, de nacionalidad chilena, es licenciado por la Universidad del Norte (Antofagasta); profesor y jefe de Área de Investigación «Problemas lingüísticos de México» de la Universidad Autónoma Metropolitana de México, y doctorando en lingüística hispánica por El Colegio de México.<br />La educación indígena en América Latina muestra todas las características de un proceso de largo aliento que se constituye o reconstituye, según los casos, en estrecha concatenación con la reforma política del Estado y la reforma educativa nacional. <br />En la última década, ha conquistado una dimensión política e institucional de primer orden para los pueblos indo y afroamericanos, traducida en nuevas bases jurídicas y en políticas públicas de educación escolariza, revertiendo progresivamente un adverso proceso en la educación pública que nos remonta al primer cuarto del siglo XX y que tiene el potencial para convertirse en un factor central en la transformación de las sociedades latinoamericanas. <br />Un resultado ideológico de este cambio es la sustitución irreversible del paradigma de la educación bilingüe bicultural por la llamada propuesta intercultural bilingüe, hasta el momento. Antes, en los años 70, la doctrina del bilingüismo y biculturalismo en la educación indígena había reemplazado la vieja propuesta integracionistas de los años 30 llamada «educación bilingüe». <br />1. Introducción<br />Es un hecho que han cambiado las concepciones sobre la educación y la escuela en las regiones indígenas, pero no de un modo tan gradual y acumulativo como pudiera sugerir la secuencia que anotamos en el Cua-dro 1. También es un hecho que la historia científica de esta lucha entre paradigmas de la educación indígena escolar todavía es una tarea por hacerse y consensuarse. Por razones aún opacas, convergen en la interacción entre Estado y Organizaciones indígenas modelos educativos de corte liberal con modelos críticos de resistencia y emancipación que no son compatibles1 . Así, problemas fundamentales de la educación indígena subsisten y permanecen sin solución, a pesar de los cambios paradigmáticos. Me refiero a problemas tales como las metodologías de enseñanza de la lengua materna y segunda lengua, la construcción étnica de la escuela bilingüe, el diseño de los contenidos curriculares, el fomento de la autoestima e identidad étnica y la revitalización de las lenguas minorizadas. Sin embargo, una cosa podemos postular como segura: las diversas orientaciones curriculares reflejan la voluntad política de influir en el futuro de la sociedad y la identidad indígenas, redefiniendo el papel de la educación en el vasto esfuerzo de permitir la realización al mayor número posible de individuos de origen indo y afroamericano de los actuales países latinoamericanos (Cf. Le Bot, 1997; Gobierno Federal & EZLN, 1997; OEI, 1997; Lesourne, 1993). Dicho de otro modo, las líneas curriculares son una toma de posición acerca del desarrollo de las personas y de las culturas indígenas. El estado inicial en que se encuentran las experiencias educativas EIB nos enseña, sin embargo, que para poner en marcha una educación con estas características se requiere de mucho más.2<br />CUADRO Nº 1 Paradigmas de la educación indígena escolarizada en América Latina<br />educación bilingüe (EB) Modelo democratizador educación bilingüe bicultural (EBB)Modelos de capital humano y de superación de la marginalidad[(educación bilingüe intercultural (EBI) educación intercultural bilingüe) (EIB)] Modelo liberal de capital humano yeducación indígena educación multicultural  educación endógena educación propia etnoeducaciónmodelo crítico de resistencia<br />Otra vía para pensar el problema es obviar la discusión sobre los paradigmas educativos y ocuparnos de los resultados. Desde esta perspectiva, encontramos un panorama saturado de rezagos y disfuncionalidades: crisis de los modelos académicos aplicados hasta la fecha en las regiones indígenas; una gran ineficacia de las políticas lingüísticas de la escuela indígena; un arraigo social insuficiente en las comunidades y padres de los alumnos; una sujeción curricular al sistema central y una definición poco coherente con los requerimientos del desarrollo contemporáneo de los pueblos indígenas. En suma, el desencuentro, la contradicción, la cerrazón de las estructuras políticas y administrativas a los cambios que implica cualquier fórmula EIB, que son las razones de los pobres, los marginados, los excluidos, los sin status. <br />CUADRO Nº 2 <br />Visibilización y presencia en los trabajos con visión de Estado <br />Sector InstituciónHipótesis de trabajoMarco jurídicoJusticia, CongresoEjercicio pleno del derecho indígena (usos y costumbres) TerritorialidadSoberanía, autonomíaAutodeterminación en la interdependencia SostenibilidadDesarrollo económicoProyecto de vidaAdministraciónServicios públicosAplicación intensiva y cotidiana del principio de ciudadaníaEducaciónEducación BásicaFormación de recursos humanos orientada a los fines de una estructura social plural y equitativaCulturaCultura PopularReconocimiento constitutivo de la diversidad y enriquecimiento de la visión nacionalComunicación socialExpresión identidad y necesidadesAutoestima positiva en contra del racismo, discriminación y exclusiones<br />Sobre la base de convergencias globales, cada país ha identificado y construido sus términos específicos de oferta de educación indígena, produciéndose un notable enriquecimiento y diversificación de las reformas educativas concernientes a los pueblos indígenas. Nicaragua, por ejemplo, debe resolver los problemas de educación indígena en relación con la autonomía y desarrollo socioeconómico de la costa caribe. Guatemala hace otro tanto en el contexto de los acuerdos de paz y de desarrollo sostenible. Chile se propuso en 1996 el objetivo de contar, en el plazo de tres años, con un diseño y una propuesta curricular y pedagógica de EIB, especialmente para los primeros años de formación de niños indígenas (Mineduc, 1996: 11). Colombia debate sobre la etnoeducación en conexión con el reconocimiento jurídico constitucional de la territorialidad de sus pueblos indígenas. Por su parte, el Ministerio brasileño respectivo plantea que «para las sociedades indígenas contemporáneas, la escuela es una institución originaria de otras formaciones sociales, que debe ser creativamente incorporada». Su readecuación implica normas propias en relación con los diversos aspectos curriculares. La organización curricular de la escuela indígena es un modo de concretar el principio de respeto «a los procesos propios de aprendizaje» y al «pluralismo de ideas y concepciones pedagógicas» (Ministerio, 1997, 37). Bolivia se encuentra en el difícil proceso de validar la educación intercultural como una política de todo el sistema nacional. En México, la flexibilidad curricular y los programas compensatorios se establecen como las principales estrategias del más reciente proyecto educativo. Entonces cabe preguntar: ¿cuáles son los conceptos propios de la educación indígena del presente? Y, sobre todo ¿qué estrategias emplear para desencadenar las transformaciones necesarias? <br />En suma, la mayoría de los países latinoamericanos establece nuevos proyectos educativos, los cuales sustancializan el concepto de desarrollo humano y profundizan la doctrina de la modernización educativa con componentes de equidad, calidad, sustentatibilidad y productividad. Dichas nociones resultan inclasificables desde el punto de vista teórico y político, porque responden más bien a ideales educativos o coyunturas políticas nacionales. Sin embargo, recurrentemente, la argumentación se sustenta en tendencias compartidas tales como las siguientes: <br />1. Convertida en política pública, la educación indígena se vincula con la reforma educativa nacional y otras reformas del Estado. De hecho, la educación indígena pública apuesta por la reforma institucional porque pretende dar más poder a los actores locales, quienes perciben actualmente las reformas como pérdidas, de modo que una interrogante de fondo es: ¿quién es el actor social de la educación intercultural bilingüe? ¿docentes indígenas, directores, supervisores o la comunidad? Pero lo interesante de la situación es que se perfila como necesaria la posibilidad de alianza entre actores sociales (externos e internos). Además, enriquece con el enfoque intercultural las demás políticas sociales: medios de comunicación, justicia, administración. <br />2. Un fuerte posesionamiento en torno a la educación básica, en el sentido de acrecentar la calidad y extenderla a los grupos sociales que aún la reciben en forma insuficiente. En la educación básica han de adquirirse valores esenciales, conocimientos fundamentales y competencias intelectuales que permitan aprender permanentemente. «El valor de una buena educación básica habrá de reflejarse en la calidad de vida personal y comunitaria, en la capacidad de adquirir destrezas para la actividad productiva y en el aprovechamiento pleno de las oportunidades de estudio en los niveles medio superior y superior» (Poder Ejecutivo Federal, 1996:19)3.<br />Un aspecto criticable es, de hecho, que se ha puesto el mayor énfasis en la educación primaria, reflejando una fórmula neoclásica del crecimiento económico sobre el desarrollo humano y, además, que crea un hueco en secundaria y normales. Cuando lo que se pretende es producir la transformación educativa junto con la transformación productiva y con la ciudadanía, sólo una mayor escolarización puede producir un impacto en la transformación productiva y que la segmentación de la equidad resulte muy cara de atrapar posteriormente. Ahora la educación media y técnica debieran pasar a ser centrales. <br />3. El postulado de bidireccionalidad de la acción educativa del Estado hacia los pueblos indios. A modo de dirección principal se declara que la educación destinada específicamente a los grupos indígenas se adaptará a sus necesidades, demandas y condiciones de cultura y lengua, poblamiento, organización social y formas de producción y trabajo. La segunda se refiere a la población no indígena, a fin de combatir las formas manifiestas y encubiertas de racismo y de promover una justa valoración de la contribución de los pueblos indios a la construcción histórica de la nación (Idem: 75-76). <br />4. La especificación del concepto de territorialidad, en torno a dos cuestiones muy sensibles: primero, la desterritorialización de la función educativa, en cuanto se admite la inequidad sobre los migrantes de las zonas rurales hacia las ciudades, que demandan servicios de educación básica. El hecho de que los servicios para indígenas se hayan concentrado en las regiones de origen hace prácticamente inexistente la experiencia institucional de esta educación en zonas urbanas. Y segundo, la autodeterminación y soberanía de las comunidades indígenas para desarrollar su proyecto de vida, como plantea el movimiento indígena colombiano. <br />5. La reforma, como política social de Estado, tiene continuidad a través de diversos gobiernos, logrando beneficios propios de un proceso de largo aliento, tales como el mejor uso de recursos y la consolidación democrática. <br />6. La implantación de la EIB ha originado mucha más política en la necesidad de la investigación y mucha más necesidad de información. De hecho, se han creado nuevos temas de investigación tales como la cuestión institucional en la investigación, los sistemas de información y la formación en investigación, para evitar la subordinación política. <br />De aquí se deriva el problema de las estrategias que se deben aplicar en las investigaciones sobre la educación indígena. En primer lugar, la aplicación de fórmulas mixtas (desde dentro del Ministerio y desde afuera) para la decisión sobre temas y la capacidad de absorción de mayor información, para elevar la confiabilidad de la información disponible y las medidas de emergencia y a largo plazo para formar investigadores de la EIB, tratando de atraer investigadores de otros campos a la educación. <br />No sólo es necesario realizar evaluaciones cualitativas y pertinentes, sino sobre todo imaginar creativamente el proceso para implantar de verdad una reforma de la educación indígena. Para ello se precisa modificar las concepciones sobre cómo opera y se arraiga un cambio en la educación. Hasta el momento se han usado principalmente argumentaciones demográficas y descripciones sicológicas, lingüísticas y sociolingüísticas de contextos indígenas para enfatizar la necesidad de cambios, pero de estas descripciones no se derivan los posibles caminos por seguir. La historia de los cambios intentados muestra también que los esfuerzos de capacitación y actualización docente han resultado inmensamente desproporcionados en relación con el poco impacto en la calidad de los aprendizajes. Estamos sobre un punto estacionario que obliga a imaginar nuevos valores, estrategias y plazos más realistas, a fin de producir un verdadero cambio en las escuelas indígenas rurales, particularmente4. <br />Se necesita un proyecto que conciba la unidad orgánica del sector educativo y enriquezca las interrelaciones entre las diferentes dimensiones del cambio integral de la educación indígena y, en ese marco, que establezca las prioridades y las fases por cumplir. Para este efecto es útil un concepto como el desarrollo educativo en regiones indígenas, que implica la convergencia de cuatro niveles de acciones educativas, los cuales operan bajo determinaciones y formas de legitimidad provenientes de actores e instituciones diferentes. A continuación comentaré cada una de las dimensiones sugeridas. <br />Desde la óptica del desarrollo educativo integral, aprendemos a identificar, a ampliar nuestra comprensión y también a relativizar los discursos de los distintos sectores acerca de las políticas públicas, las cuales nos proveen de principios y condiciones ideológicos para promover un gran cambio educativo que busca establecer nuevos términos con el desarrollo económico y político en que «la democracia de nuestros países encontrará en la educación intercultural y bilingüe uno de los principales instrumentos para su consolidación» (Cárdenas, 1997: 29). Sin embargo, el cambio educativo en una sociedad precisa revertir el fracaso institucional, el fracaso financiero y el fracaso científico de la escuela (Bayet, citado en Lesourne, 1993:12), mediante un laborioso y frágil proceso de aperturas y negociaciones políticas5, un amplísimo contexto de participación, muchas investigaciones diagnósticas, otra oferta coherente de formación docente, nuevos materiales didácticos, nuevas propuestas curriculares y estrategias eficientes para desencadenar el cambio. Siguiendo a Garmendia (1997), se trata de un proceso de legitimaciones, de progresividad, de participación y de cooperación entre los diferentes sectores de la sociedad nacional latinoamericana6. <br />CUADRO Nº 3 Factores del desarrollo de la educación en regiones indígenas <br />Niveles Conceptos1º Políticas educativas, proyectos de los sectores sociales, debates internacionalesDiscusiones y consensos políticos y científicos en torno a los objetivos y categorías para definir la naturaleza social y el papel de la educación en el desarrollo de la sociedad indígena2º Sistema educacionalOrganización y estrategias del Gobierno para ejecutar las doctrinas educativas oficiales3 º M o d e l o s a c a d é m i c o s o d e formación de la educación indígenaDiseños curriculares, propuestas metodológicas, técnicas didácticas, constitución de la enseñanza y del aprendizaje c o n f o r m e a l a s c a r a c t e r í s t i c a s s i c o l i n g ü í s t i c a s y socioculturales del alumno indígena4º Prácticas escolaresAcciones e ideologías educativas de maestros, padres y autoridades comunitarias que constituyen las diferentes realidades escolares<br />El presente latinoamericano está ricamente provisto de marcos legales y de discursos reivindicativos favorables a la EIB. En esta ocasión, presentaré fragmentos que estimo relevantes para fijar los objetivos, el alcance y las prioridades que se relacionan con dicha educación. Estos discursos representan, por así decirlo, las bases genéricas de los actuales y futuros proyectos educativos de los pueblos indígenas. Las estrategias y las organizaciones específicas nacerán del análisis de las realidades concretas. Veamos: <br />«La EIB, a pesar de una propuesta que no surgió originalmente desde los mismos pueblos indígenas, ha abierto espacios para plantear una nueva relación entre los organismos del Estado, el movimiento indígena y otros actores sociales relevantes en la vida académica de nuestros países.» ...que en varios países se están desarrollando reformas educativas que permiten realizar avances en diseño curricular, unificación de alfabetos, producción de materiales didácticos y literarios, desde la visión indígena. Dando inicio a un nuevo modelo educativo que parte de los referentes culturales indígenas, lo cual contribuirá al desarrollo de las sociedades nacionales interculturales (Declaración de Sta. Cruz: 41). <br />«Hoy, junto con la Participación Popular, la Reforma Educativa es una de las medidas más populares a nivel nacional. Participación Popular y Reforma Educativa son las reformas que más y mejor aceptación tienen en el conjunto de los sectores sociales del país... teníamos la convicción firme y clara de que el reconocimiento de la multietnicidad y la pluriculturalidad en nuestra Constitución Política del Estado no debía quedarse como un mero postulado» (Cárdenas, 1997: 17). <br />«Se deben sentar las bases de un nuevo sistema educativo plurilingüe intercultural en la RAAN y la RAAS a partir del fortalecimiento del Programa de Educación Bilingüe Intercultural (PEBI) y de una política de formación de recursos humanos. Para ello, se deben orientar las políticas educativas regionales hacia el desarrollo de una educación con naturaleza y características que respondan a las necesidades de desarrollo de la Región» (FADCANIC, 1997:27). <br />«Esta educación intercultural debe estar reflejada y ser el sustento de la educación social e institucional. Así, en la educación institucional los textos y métodos deben ser de creación propia, estimulando a los propios educadores a que desarrollen una currícula con contenidos relacionados a su propia expresión de la realidad, que recojan la sabiduría acumulada de los pueblos y respondan a sus necesidades e intereses, pero sin alejarse del aporte de las enseñanzas científicas y tecnológicas de la cultura universal... La inclusión de la multietnicidad y pluriculturalidad, no sólo en el campo educativo sino también en otros ámbitos de la vida social nacional, se debe a nuestro convencimiento de que la educación intercultural bilingüe no podrá crecer si se reduce al mero ámbito educativo. Necesitamos que en la sociedad nacional surja una atmósfera favorable que permita el florecimiento de la educación intercultural bilingüe... El éxito de desafío no es sólo de los bolivianos, sino de indígenas y no indígenas» (Menchú, 1997: 26 y ss). <br />«Inserción en el sistema educativo y el bilingüismo gradual para todos: <br />- aplicación y desarrollo de la EIB en todas las lenguas de cada país, <br />- cumplir una política de inversión financiera para materializar la importancia de la EIB en todos los rangos de necesidades, <br />- profundizar el proceso de descentralización educativa, autonomía, cobertura y evaluación, <br />- continuar apoyando el cambio de actitud a favor de la valoración y respeto a la pluralidad cultural y lingüística...» (OEI, 1997). <br />«Se atribuye a esta escuela una función emancipatoria, entendida como un importante instrumento de defensa y autodeterminación. El acceso a las informaciones, conocimientos técnicos y científicos de la sociedad nacional y demás sociedades indígenas y no indígenas. Así como cualquier otro grupo humano, el acceso al tipo de saber transmitido en la escuela y un medio de entendimiento de códigos e informaciones antes incomprensibles, a través de los cuales se pretende superar parte de la discriminación y exclusión social y una mejor formulación y control de sus proyectos de futuro. <br />El principio de la diversidad y de la pluralidad lingüística y cultural. Una escuela pasa a ser espacio y tiempo para la reinterpretación, reordenación y transmisión de los llamados conocimientos étnicos. Con eso, fortalece la autoestima de los individuos y de la colectividad y su identificación como miembros de una determinada sociedad» (Ministério da Educação, 1997:36). <br />«Una de las grandes prioridades de la política educativa mexicana consiste en abatir el rezago en las zonas de mayor marginación. A partir de las necesidades educativas más urgentes de las comunidades, el gobierno de la República impulsa acciones que se orientan a compensar y corregir las desigualdades que afectan el aprovechamiento escolar de los niños con mayores carencias. Los programas compensatorios constituyen, bajo este marco, una vía eficaz para ayudar a las escuelas más pobres en el medio rural e indígena, mediante la aplicación de apoyos diferenciales, tales como: la distribución de materiales didácticos y mobiliario, la entrega de estímulos económicos para fomentar el arraigo y el buen desempeño de los maestros en estos planteles, y la construcción, reparación y equipamiento de los espacios educativos. Otros aspectos esenciales que se atienden son la capacitación de los profesores y el personal técnico-directivo de las escuelas, y la ayuda económica que se otorga al personal de supervisión para facilitar su transportación» (SEP, 1996). <br />Una consecuencia muy importante de las prácticas discursivas de las políticas educativas es que van creando un consenso en torno a una distribución proporcional de las responsabilidades que deben asumir la sociedad, el sistema educacional y la escuela frente al cambio que se intenta implantar. En mi opinión, de los debates sobre las tareas de la EIB en nuestros países surge la siguiente distribución: <br />CUADRO Nº 4 Responsabilidades frente al cambio educativo EIB<br />Sociedadreconocimiento de derechos indígenas evolución del bilingüismo conflictivo hacia la pluralidad lingüística conexión de la educación con el desarrollo nacional reinterpretación de la diversidad como un recurso desarrollo de un nacionalismo multiétnico y multicultural financiamiento público y privado de la educación indígena fomento de la autoestima favorable de la etnodiversidad Sistemaeducacionalequidad escolar profesionalización y formación docente EIB descentralización y gestión participativa de la función educativa interrelaciones con el trabajo, la comunicación social apoyo a los proyectos sociales y niveles de concreción curricular investigación sobre la calidad y pertinencia Escuelainterpretación didáctica de los principios EIB aprendizajes signific ativos entendimiento para latransformación participación/conducción comunitaria <br />2. Dimensión del sistema educacional<br />Sin la perspectiva de un desarrollo educativo, el análisis del sistema educativo y de su rol en el tiempo, impacto y evolución de las instituciones escolares y de formación, puede privilegiar las cuestiones de poder y de organización en las cúpulas de las instituciones educacionales, postergando el propio contenido de ese cambio (Lesourne, 1993). <br />Los sistemas educativos latinoamericanos que abarcan los subsistemas o proyectos de educación indígena, muestran cuatro grandes disfunciones en relación con la EIB: <br />1º. La conducción centralizada del sistema ha permitido plantear grandes objetivos, pero se ha revelado incapaz de conducir armoniosamente el cambio, y esta incapacidad ha creado las principales dificultades que lo aquejan en la actualidad. De hecho, funciona como un sistema burocrático y jerarquizado, con una administración omnipresente que no siempre comprende las necesidades educativas de la comunidad y de los padres. <br />Es un sistema de numerosas interrelaciones con el exterior: con los medios políticos locales y nacionales, con los medios de comunicación, con las múltiples fuentes del saber, con los mercados de trabajo y de formación. <br />2º. No ha logrado la democratización y eficiencia de la enseñanza. <br />3º. En materia de evaluación, el sistema educacional tiende a conformarse con indicadores endógenos. <br />4º. La construcción de un sistema educativo ha tenido una influencia negativa sobre la condición de la enseñanza. Se presenta como un sistema complejo que no facilita la transferencia de sus funciones, porque dispone de objetivos múltiples, inmediatos e imprecisos para atender a la naturaleza de su objeto, que es transformar seres humanos pobres, marginados y discriminados. <br />Todas estas características condicionan con gran fuerza la forma en que el sistema reacciona ante las demandas sociales, asimila o rechaza innovaciones y cambios. De aquí la proposición sometida a debate: en el dominio de la educación, la forma de encarar o de difundir un cambio es tan importante como el propio contenido de ese cambio (Lesourne, 1993: 19). <br />3. Modelos de formación <br />La tercera dimensión que propongo en el Cuadro Nº 2 se refiere a los modelos académicos, que me parecen el campo menos transparente, con enormes vacíos, fruto de la insuficiente investigación educativa sobre las escuelas indígenas y de la escasez de recursos humanos para operar en la construcción curricular de la EIB. Al respecto, deben considerarse las discusiones e investigaciones sobre EIB realizadas en nuestra región. Desde esta fuente aparece un inventario de problemas de análisis que coincide con las principales características de la educación que se quiere ofrecer. <br />CUADRO Nº 5 Principales discusiones/reivindicaciones de la educación indígena, a partir de la propuesta EIB<br />Participación, comunicación, expresión relaciones comunicativas horizontales: maestro/alumno/padres expresión de la identidad fomento del bilingüismo aditivo autoestima favorable y lealtad etnolingüística participación/control de la comunidad educativa Currículoadecuación,flexibilidad,diferenciación curricular necesidades educativas de la sociedad y del alumno indígena contenidos culturales comunitarios organización pedagógica orientada culturalmente Cogniciónaprendizajes significativos comprensión de la tarea académica de la clase procedimientos de descubrimiento y de reflexión del niño competencias «funcionales» <br />4. Dimensión de los procesos escolares<br />La información científica que emana de las investigaciones y evaluaciones es una fuente muy fiable para replantear la construcción curricular y la concepción pedagógica de la escolarización. En efecto, si examinamos el desarrollo educativo desde la perspectiva de los procesos escolares específicos, se hacen notables algunas incompatibilidades entre los postulados de la política educativa y la escolarización, debido a concepciones sobre la enseñanza, el conocimiento y el aprendizaje en las aulas indígenas, que responden a principios teóricos y didácticos claramente discrepantes de los formulados expresamente en las políticas y proyectos educativos. Dicho de otro modo, formas actuales de la metodología didáctica en las escuelas indígenas han independizado o simplemente separado el espacio y la orientación de la enseñanza-aprendizaje de actitudes y competencias básicas escolares, de la práctica social de las competencias básicas en la vida cotidiana de los alumnos. Es decir, aunque se desarrollan extensos procesos escolares de enseñanza y aprendizaje de la lectura, por ejemplo, los alumnos no se forman como lectores de textos escolares ni sociales. Análogamente, se enseña la escritura, pero los alumnos no producen textos escritos, no desarrollan la capacidad de expresarse en la lengua escrita cotidianamente, y así con todas las mutaciones señaladas. Destaco, por su importancia, las señaladas en el cuadro Nº 6. <br />CUADRO Nº 6 Mutaciones de los objetivos curriculares en la enseñanza<br />Objetivos del programa educativo  Necesidades socioeducativas del alumno enseñanza de contenidos culturales±identidad, autoestima positiva y revalorización lengua y culturaenseñanza de la lectura±lectura como práctica socialenseñanza de la escritura±expresión y producción textos culturales enseñanza de la matemática±resolución de problemas cotidianosbilingüismo coordinado±bilingüismo funcional alternante y oscilantecontenidos curriculares±desempeño sociocultural<br />No habrá discrepancia si afirmamos que la finalidad última de la educación es promover el crecimiento de los seres humanos. Las discrepancias surgen en el momento de definir y explicar en qué consiste el crecimiento educativo y, sobre todo, de decidir el tipo de acciones pedagógicas más adecuadas para promoverlo. La disyuntiva básica se produce entre los que lo entienden fundamentalmente como el resultado de un proceso de desarrollo, en buena medida interno a la persona, y los que lo conciben más bien como el resultado de un proceso de aprendizaje, en buena medida externo a la persona (Coll, 1995:22). <br />A modo de hipótesis articuladora de las cuatro dimensiones del desarrollo educativo, planteo que la transformación o enriquecimiento más importante de la educación en regiones indígenas provendrá principalmente del nivel de las realidades y prácticas escolares, en la medida en que se democratice la gestión y los recursos de las políticas de educación pública mediante formas de control comunitario, y en la medida en que se hagan más eficientes y pertinentes los procesos de enseñanza y aprendizaje. El sistema educacional sólo reflejará las condiciones políticas imperantes. El nivel de los modelos académicos o de formación permanecerá invisible, hasta que se restablezcan las condiciones profesionales y las conexiones con la investigación de la educación indígena7. <br />Por otra parte, en relación con los directivos superiores de los sistemas educativos, hay que introducir un elemento sicosocial que se superpone a las políticas y estrategias del cambio educativo y cuyo impacto interviniente puede reducirse si el sistema educacional dispone de los puentes o mecanismos adecuados de participación social. Se trata del problema de la perspectiva de pertinencia de los actores de la educación. Debates como éste pueden resultar sustancialmente diferentes en contenido, estilo y consecuencia, si interactuamos con los distintos actores de un mismo sistema, de una misma modalidad, etnia o lengua. El punto que quiero resaltar es que la perspectiva diferenciada de los actores de un mismo proceso es de naturaleza tan racional e inevitable, como la diversidad lingüística y cultural, creando una multiplicidad de perspectivas y responsabilidades, que no siempre son convergentes, intercomunicables y solidarias. <br />Una consecuencia de esta situación es la concepción desigual de las prioridades educacionales, las cuales se expresan en términos de importancia, niveles de jerarquía, rangos de plazos y proporciones de presupuestos y hasta en un principio de secuencia para afrontar los problemas. En efecto, ¿cómo priorizar cuestiones tales como el poder y conducción del sistema, el marco legal de la educación, la equidad, calidad, pertinencia, eficiencia interna, eficiencia externa y difusión, la información social? No me detendré a examinar en detalle este problema, y sólo apunto a que esta concepción desigual de las prioridades de una reforma educativa afecta la unidad orgánica del sector educativo. <br />5. Pobreza y desigualdad, herencias pesadas sobre la educación indígena<br />Se ha subrayado con insistencia que las prácticas educativas y de socialización reflejan y refuerzan las desigualdades propias del sistema de clases. Tales prácticas restringen el acceso al conocimiento a las capas sociales menos favorecidas. Esta acusación adquiere tonos más graves al señalar que nuestras prácticas educativas, dentro y fuera de la escuela, garantizan una distribución desigual no sólo del conocimiento, sino también de la capacidad de sacar un mejor provecho del mismo (Bruner, 1995). <br />No hay motivos para suponer que los efectos de semejante situación deban ser inevitables o irreversibles, ya que hay formas de alterar la acción de las presiones que ejerce la clase media o el influjo de la pobreza (Bruner, Idem: 126 y ss.). Pero nuestra tarea es examinar lo que se conoce sobre los efectos de la pobreza en el desarrollo infantil en nuestra cultura occidental contemporánea. <br />Sufrir una situación socioeconómica desfavorecida no es una simple cuestión de déficit, de sufrir una avitaminosis cultural que pueda paliarse mediante la ingestión de dosis adecuadas de experiencias compensadoras. Más bien, es un entramado de circunstancias en cuyo vértice aparece una familia cuyo elemento productivo carece de empleo o no dispone de ningún elemento productivo. Cuando surge la oportunidad de empleo, éste es tan exigente en materia de status como reducido en términos de remuneración. El entorno social en que viven estas familias suele caracterizarse por una sufrida conformidad con su «condición de inferioridad» y por una exigüa perspectiva o esperanza a largo plazo de salir a flote. Esta capa social se encuentra, por otra parte, alienada por un sentimiento de segregación étnica con respecto a la cultura dominante. <br />Parece oportuno preguntarse de qué modo los patrones de conducta de los más desfavorecidos se transmiten a través de la familia dando origen a formas típicas de los pobres para enfrentar la vida. De hecho, la pobreza altera aspectos de la universalidad y de la diversidad cultural, los cuales suelen girar en torno al intercambio recíproco de los sistemas simbólico, afiliativo y económico. Alterar la participación humana en cualesquiera de estos sistemas equivale a forzar un cambio en la forma peculiar en que el hombre realiza sus cometidos en la vida. No en vano nuestra tarea consiste en adaptarnos a estos sistemas de intercambio: formarnos unas expectativas en relación con el respeto, la afiliación y el consumo material. Aquí se aprecia la importancia de la pobreza, ya que afecta a la estructura familiar, al propio sentido simbólico del valor, al sentimiento personal de control. <br />6. El currículo EIB o el nicho donde se hace opaca la coherencia<br />Tal vez uno de los mayores retos de la EIB sea el de dar sustento concreto a las prácticas educativas en escuelas indígenas. Como apuntamos antes, la enseñanza muta los principios de la política y produce resultados poco compatibles con los principios. En mi opinión, una de las razones principales de esta brecha reside en la carencia o en las deficiencias de los niveles de concreción del diseño curricular EIB. De facto, las concreciones curriculares son promovidas y producidas por instancias normativas o técnicas del sistema educativo descentralizado, lo que nunca garantizó la perspectiva y las necesidades de los actores directos de la educación. <br />La breve incursión en el campo curricular será para fundamentar el postulado enunciado arriba, de modo que me basaré en cosas ya conocidas. No me alejaré, por ejemplo, de la definición de currículo como un «conjunto de elementos que nos permiten explicar la actividad educativa y sobre los que pueden incidir, directa o indirectamente, sus principales protagonistas, alumnado y profesorado, pero también la familia, administración, etc., potenciándola o limitando sus posibilidades» (Puigdellívol, 1993:12)8. Los problemas relacionados con el currículo no son, por supuesto, los únicos a resolver cuando se acomete una reforma educativa, que debe contemplar también otros muchos factores igualmente determinantes, en mayor o menor medida, del grado de éxito o fracaso de la empresa. En efecto, en el currículo se concretan y toman cuerpo una serie de principios de índole diversa (ideológicos, pedagógicos, psicopedagógicos) que, tomados en su conjunto, muestran la orientación general del sistema educativo» (Coll, 1995:21)9. <br />Desde la aparición de una enseñanza formal, siempre ha habido currículo, puesto que existe la intencionalidad clara de enseñar algo. El hecho de que en la actualidad haya cobrado gran interés el estudio del currículo y su definición, se deriva, en gran medida, de la conciencia que hemos cobrado sobre la complejidad de los procesos de enseñanza/aprendizaje. Somos muy conscientes de que no basta disponer de determinados conocimientos para poder transmitirlos adecuadamente al alumno. La decisión sobre qué hay que enseñar, cuándo y cómo debemos hacerlo, ha de tener en cuenta, además de las características propias del contenido, lo que sabe el niño de aquel contenido y el proceso más lógico mediante el cual debe alcanzar paulatinamente cotas más altas de conocimiento y comprensión. En suma, la perspectiva constructivista, cualquiera que sea la vertiente teórica, ha adquirido una merecida confianza en los procesos de adecuación del currículo escolar a las características de cada situación educativa concreta; en último término, a las características y necesidades de los alumnos. <br />Está tan focalizado este interés por los procesos de aprendizaje, que, en estos días, la diferenciación entre proyecto (diseño) curricular y desarrollo curricular resulta notablemente matizada; esto es, el currículo incluye tanto el proyecto como su puesta en práctica. <br />De esta forma, el diseño curricular constituye un marco de referencia, y su aplicación aporta elementos fundamentales para entender la configuración que el currículo tiene en un contexto escolar concreto. Entre esos elementos se encuentra el nivel prescriptivo de los currículos, que describe los objetivos, contenidos y orientaciones didácticas aplicables a las etapas de enseñanza. El problema de hoy con este nivel prescriptivo es que suele formularse de manera rígida, poco genérica, inflexible y obligatoria para todas las escuelas. Es en este sentido que hoy estamos más inclinados a aceptar una normatividad semiabierta o francamente abierta, y, además, integral. <br />Resulta fundamental, en consecuencia, transformar tanto la fase de diseño como la de desarrollo curricular, a fin de que el nivel prescriptivo: a) tenga un carácter amplio, flexible, diferenciado; b) prevea la intervención real y coherente de grupos magisteriales y sociales en los respectivos niveles de concreción, cuya fase más concreta es la programación del aula; y c): establezca las estrategias de desarrollo y evaluación que favorezcan la compatibilidad con la práctica docente. <br />En este punto es cuando mejor advertimos el carácter de proceso que tiene la implantación de la EIB. Es decir, este reto ideológico y técnico constituido por los niveles de concreción no lo puede enfrentar adecuadamente hoy el profesorado bilingüe, ni los técnicos ni los directivos, por razones que nos llevan a la falta de profesionalización en EIB, a la gestión educativa insuficientemente participativa, a la falta de consenso político sobre el proyecto histórico de los pueblos indígenas y a otras razones que olvidamos en este momento. Pasada la etapa de consolidación de las políticas públicas, se debe acometer esta tarea a medio plazo y con la mayor unidad orgánica de las diversas acciones que son necesarias. <br />7. Algunas reflexiones para concluir<br />La educación intercultural bilingüe, a pesar de no ser una propuesta surgida originalmente desde los pueblos indígenas, ha abierto espacios para crear una nueva relación entre el Estado, las organizaciones indígenas y otros sectores sociales. Y su legitimidad obedece tanto a la forma de encarar o acordar un cambio como al propio contenido de ese cambio. <br />Las prácticas educativas y la socialización reflejan y refuerzan las desigualdades, que restringen el acceso al conocimiento y a la autoestima. Nuestra tarea es examinar lo que se conoce sobre los efectos de la pobreza en el desarrollo infantil en nuestra cultura contemporánea. No hay motivos para suponer que estos efectos deban ser inevitables o irreversibles, ya que hay formas de alterar la acción de las presiones o el influjo de la pobreza. <br />El currículo es un conjunto casi interminable de elementos que nos permiten explicar la actividad educativa y sobre los cuales pueden incidir, directa o indirectamente, sus principales protagonistas: alumnado y profesorado, pero también la familia y la administración. Condicionan la actividad educativa que se realiza en la escuela, potenciándola o limitándola. <br />La construcción curricular de la EIB avanzará en la medida en que se articulen factores de legitimidad, progresividad y participación social. Un punto crucial en esta empresa será acotar el alcance del nivel prescriptivo de los currículos, que norma las escuelas y que describe los objetivos, los contenidos y las orientaciones didácticas. En primer lugar, habrá que asignar un carácter más amplio y genérico del nivel prescriptivo, para no impedir la diferenciación regional y socioétnica de la educación. En segundo, promover la intervención coherente de los diferentes y fundamentales niveles de concreción, a partir de estructuras democráticas horizontales. Y, en tercero, ocuparse sistemáticamente de la programación del aula, es decir, cualquier currículo EIB en este tiempo deberá ser semiabierto, con orientación constructivista del aprendizaje e integral. <br />Quizás uno de los desafíos será posibilitar auténticamente la intervención del profesorado y de las comunidades indígenas, lo cual no es posible en la actualidad por razones de profesionalización insuficiente, de control social de la información, y por el imperio de las estructuras no democráticas del sistema educacional. <br />Notas <br />(1) Una escuela donde se conjuga el derecho de ciudadanía con el derecho a la diferencia. Participar e interactuar como parte de la sociedad mayor donde viven, pero sin perder sus identidades étnicas específicas. Se atribuye a esta escuela una función emancipatoria, entendida como un importante instrumento de defensa y autodeterminación. El acceso a las informaciones, conocimientos técnicos y científicos de la sociedad nacional y demás sociedades indígenas y no indígenas. Así como cualquier otro grupo humano, el acceso al tipo de saber transmitido en la escuela y un medio de entendimiento de códigos e informaciones antes incomprensibles, a través de los cuales se pretende superar parte de la discriminación y exclusión social y una mejor formulación y control de sus proyectos de futuro (Ministério da Educaçâo e Desporto, 1997:36). <br />(2) La herencia programática o de diseño curricular de los dos primeros paradigmas, tratando de ser lo más cuidadosos posible, se resume en dos aspectos: 1º necesidad de una didáctica de la lengua escrita para fines de alfabetización, y 2º la formación de acervos regionalizados de etnocontenidos. Podría afirmarse, entonces, que las orientaciones curriculares de la propuesta intercultural bilingüe tienen un mayor alcance formativo y relegan las contribuciones mencionadas a determinados campos de conocimiento escolar. <br />(3) Adicionalmente, se establecen cinco ámbitos en educación básica: 1º la organización del sistema de educación básica, 2º los métodos, contenidos y recursos de la enseñanza, 3º la formación, actualización y superación de maestros y directivos escolares, 4º la equidad educativa y 5º los medios electrónicos en apoyo a la educación (SEP, 1996:35). <br />(4) Desarrollo del mismo modo este aspecto en un trabajo reciente (Muñoz, 1997). <br />(5) Los debates del Simposio Internacional sobre autonomía y desarrollo de las regiones de Nicaragua abundaron en expresiones sobre la complicada relación entre el Gobierno central y las Regiones Autónomas. Cf. Fadcanic 1997. <br />(6) El tema curricular, asunto de mi presentación, está particularmente constreñido a equipos técnicos y casi siempre a programas de asignaturas como L1 y L2, casi un tema para después de las tareas más apremiantes. <br />(7) Es un hecho que las doctrinas del bilingüismo aditivo, la interculturalidad, el fomento escolar de la etnicidad y la identidad y metodologías comunicativas y bilingües de la lectoescritura se han introducido al sistema escolar desde dos fuentes: 1º como normas que provienen del programa oficial de modernización educativa, y 2º como propuestas o novedades de investigaciones en el mundo indígena rural, que cuentan con el patrocinio de agencias extranjeras de cooperación técnica y de universidades, y casi nunca desde el sistema educacional. <br />(8) Entender cualquier situación educativa significa, por un lado, intentar aclarar y explicitar la intencionalidad que hay detrás de la actividad escolar, que comprende: (1) aspectos prescriptivos del diseño curricular (contenidos y objetivos que necesariamente debe contemplar una etapa determinada de enseñanza); (2) la línea educativa que haya asumido la escuela (aspectos dominantes en la enseñanza, pautas de comportamiento que se valoran, concepción de la relación alumno/maestro); (3) la ideología pedagógica de los maestros que componen el claustro. <br />Y, por otro, se trata de interpretar los resultados obtenidos, teniendo en cuenta aspectos tales como: (1) condicionamientos materiales y del entorno del centro; (2) las opciones metodológicas en el momento de organizar la enseñanza; (3) los recursos didácticos concretos, y (4) interacción entre alumnos y profesorado y entre los profesores (Puigdellívol, Idem,14). <br />(9) El currículo es un eslabón que se sitúa entre la declaración de principios generales y su traducción operacional, entre la teoría educativa y la práctica pedagógica, entre la planificación y la acción, entre lo que se prescribe y lo que realmente sucede en las aulas. Así pues, es lógico que la elaboración del currículo ocupe un lugar central en los planes de reforma educativa y que se le tome a menudo como punto de referencia para guiar otras actuaciones (p.e. formación inicial y permanente del profesorado, organización de los centros, confección de materiales didácticos, etc) y asegurar, en último término, la coherencia de las mismas. <br />Bibliografía <br />BRUNER, J. S.: Desarrollo cognitivo y educación, Morata, 2ª edición, Madrid, 1995. <br />CÁRDENAS, «Discurso de inauguración»,(1997): II Congreso latinoamericano de educación intercultural bilingüe (1997), Las lenguas indígenas dentro y fuera de la escuela, edit. DINAPEL, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. <br />COLL, César, Psicología y curriculum, Paidós, México, 1995. <br />Compromisos y propuestas conjuntas de los gobiernos del Estado y Federal y el EZLN, 16 de febrero de 1996. <br />Conclusiones de las Primeras Jornadas Iberoamericanas de Educación Intercultural Bilingüe para cuadros superios de los sistemas educativos, OEI, 1997, Ms. <br />COORDINACIÓN DE PROGRAMAS COMPENSATORIOS: Progresa. Programa de educación, salud y alimentación, Secretaría de Educación Pública y otros, México, 2 Vols., 1997. <br />Coordinación Programa Educación Intercultural Bilingüe del Ministerio de educación: Orientaciones generales referentes al programa de educación intercultural bilingüe, División de Educación General, Chile, 1996. <br />DECLARACIÓN DE SANTA CRUZ, Bolivia: II Congreso latinoamericano de educación intercultural bilingüe (1997), Las lenguas indígenas dentro y fuera de la escuela, edit. 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DINAPEL, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 1997. <br />Ministerio da Educaçâo e do Desporto: Referencial curricular nacional para a escola indígena (RCNE/Indígena), Parte I «Para começo de conversa», Coordenaçâo Geral de Apoio as Escolas Indígenas, Brasilia, 1997. <br />MUÑOZ, Héctor: «La educación bilingüe en comunidades indígenas mexicanas», en MUÑOZ, H. (Ed): El futuro desde la autonomía y la diversidad. La situación educativa en las regiones autónomas de Nicaragua y de otros países latinoamericanos, Universidad Veracruzana & Terra Nuova & Kepa Cooperación Finlandesa (en prensa), 1997. <br />PODER EJECUTIVO FEDERAL: Programa de desarrollo educativo 1995-2000, Secretaría de Educación Pública, México, 1996. <br />PUIGDELLÍVOL, Ignasi : Programación de aula y adecuación curricular. El tratamiento de la diversidad, Editorial Graó, Barcelona, 1993. <br />México: educación intercultural bilingüe destinada a los pueblos indígenasPor Sylvia SchmelkesVersión para imprimir  Texto base del V Foro Virtual - Educación para la Interculturalidad, Migración-Desplazamiento y Derechos Lingüísticos organizado por el Foro Latinoamericano de Políticas Educativas - FLAPEhttp://www.foro-latino.org/fv5.htmLa educación intercultural bilingüe destinada a los pueblos indígenas del país tiene que ser sustancialmente transformada. Una parte importante de la desigualdad con que opera nuestro sistema educativo se explica por la pobreza de operación y de resultados de los servicios educativos que ofrecemos a la población indígena. Entre los principales problemas a los que se enfrenta la educación preescolar y primaria en estas poblaciones se encuentran:  El inadecuado funcionamiento de las escuelas. Las escuelas bilingües interculturales del país están lejos de cumplir con la normalidad mínima que suponen las condiciones para que pueda darse el hecho educativo. El elevado ausentismo de los docentes, el desperdicio del tiempo destinado a la enseñanza y al aprendizaje, y en muchas ocasiones, la falta de las condiciones mínimas de infraestructura y equipamiento, dificultan que el objetivo de que los niños aprendan pueda cumplirse de manera debida.  La falta de preparación de los docentes indígenas. En el país no contamos todavía con sistemas de formación inicial de docentes indígenas. Los actuales docentes deben dominar la lengua del grupo indígena al que atienden - lo que tampoco se cumple en muchas ocasiones —, pero no han sido suficientemente formados para enseñar.  La falta de participación de las comunidades indígenas en su propia educación. La educación bilingüe intercultural destinada a poblaciones indígenas supone la incorporación de los contenidos propios de los grupos indígenas al curriculum. Ello implica, necesariamente, la activa participación de los pueblos indígenas en la definición de dichos contenidos, lo cual no se ha dado. La comunidad también debiera jugar un papel más activo en la vigilancia real del cumplimiento de la normalidad mínima en las escuelas indígenas. Seguramente con ello se impedirían muchas de las violaciones de las normas básicas de funcionamiento de las escuelas.La educación bilingüe intercultural para poblaciones indígenas en la actualidad no trasciende el nivel de la educación primaria. La población indígena que desea continuar sus estudios más allá de la primaria generalmente tiene que salir de su comunidad, o bien cursar el siguiente nivel educativo en una modalidad que no atiende a los objetivos de bilingüismo e interculturalidad.Tampoco existen opciones de educación media superior y superior que respondan a las necesidades de las poblaciones indígenas o a las que éstas fácilmente puedan acceder. Por su parte, la educación para los adultos destinada específicamente a poblaciones indígenas se ha desarrollado muy poco. Es el propósito de esta administración comenzar a revertir algunas de estas problemáticas.Nos proponemos trabajar de manera sistémica para asegurar una educación básica destinada a poblaciones indígenas que consiga alcanzar tres objetivos fundamentales:  El adecuado logro de los objetivos educativos nacionales para la educación básica entre los niños indígenas.  El dominio oral y escrito de la lengua indígena del grupo de procedencia, así como del español.  El conocimiento y la valoración de la cultura propia, así como el conocimiento y el respeto a las otras culturas que conforman nuestro país.El logro de estos objetivos supone una transformación profunda de los elementos que constituyen la oferta educativa para poblaciones indígenas.Supone mejorar la actualización y la capacitación de sus docentes, así como la instauración de sistemas de formación inicial de docentes indígenas. Supone, con la participación activa y decidida de las autoridades educativas de las entidades federativas y de los docentes y sus organizaciones, transformar las formas actuales de operar de las escuelas indígenas, de forma que se combata efectivamente la falta de cumplimiento de las obligaciones laborales de los docentes y de que se cumplan en todos los planteles las condiciones para que pueda darse el hecho educativo. Supone instaurar y extender la educación secundaria bilingüe intercultural. Pero ante todo, supone fortalecer la participación de los pueblos indígenas en la definición de sus contenidos, y de cada una de sus comunidades en la vigilancia activa del cumplimiento de sus propósitos.Además de lo anterior, que se refiere a la educación básica, esta administración se propone ampliar las oportunidades de acceso, permanencia y culminación de estudios de educación media superior y superior para poblaciones indígenas, tanto en instituciones regulares como en experiencias novedosas de educación intercultural, en las que confluyan alumnos de diversos orígenes étnicos y culturales y en las que la interculturalidad se convierta a la vez en fuente privilegiada de aprendizaje y en objetivo educativo.El programa de becas para la educación media superior y superior atenderá de manera especial a estudiantes indígenas. Esperamos que al final de esta administración, la participación porcentual de la población indígena en estos niveles educativos aumente significativamente.Nos proponemos también aumentar considerablemente las oportunidades de atención educativa a los jóvenes y adultos, hombres y mujeres indígenas.Queremos vincular la educación a estos jóvenes y adultos con las nuevas oportunidades de desarrollo económico y social que este gobierno impulsará en regiones indígenas. Buscaremos que las oportunidades de educación de jóvenes y adultos indígenas los preparen para que impriman a estos procesos de transformación sus propios objetivos de desarrollo. En este contexto ubicaremos los procesos de alfabetización y de atención al rezago educativo que sabemos se concentran en municipios predominantemente indígenas.Nos proponemos apoyar todos los procesos anteriores mediante el uso de tecnologías de la informática y la comunicación. Esta administración se propone distribuir estos recursos tecnológicos, en la medida en que sea posible, de manera preferencial a comunidades indígenas y rurales dispersas. No se pretenderá nunca sustituir la importantísima función mediadora del docente en los procesos educativos. Estamos claros de que tampoco se trata de provocar una excesiva individualización de los procesos educativos. La tecnología educativa se pondrá al servicio de los docentes y de los grupos de alumnos para fortalecer y potenciar sus procesos educativos.De manera especial nos interesa favorecer la participación de la niña y de la mujer indígena en todos los niveles educativos. Es en las poblaciones indígenas donde encontramos los índices más elevados de desigualdad educativa por género. Estableceremos programas especiales que fortalezcan el acceso y la permanencia en la escuela, así como el tránsito a otros niveles educativos, de las niñas y las mujeres indígenas. Al final de este sexenio quisiéramos ver sustancialmente reducidas las diferencias educativas por género en las poblaciones indígenas.Educación Intercultural para todosEntendemos la interculturalidad como la relación respetuosa para el enriquecimiento mutuo entre culturas. Por eso estamos convencidos de que la educación intercultural no se puede reducir solamente a la población indígena.Tiene que ser un objetivo a perseguir entre toda la población. En las poblaciones indígenas la educación intercultural persigue el conocimiento y la valoración de la cultura propia, así como el reconocimiento del valor y el respeto a las otras culturas con las que se comparte el territorio. En la población mayoritaria, la educación intercultural persigue:  El conocimiento de los aportes culturales de los diversos grupos étnicos que comparten el territorio nacional.  El reconocimiento del valor que representan estos aportes, y el consecuente respeto a y aprecio de las personas y de los grupos culturales diferentes.Como punto de llegada, los mexicanos debemos valorar la diversidad, considerarnos privilegiados por el hecho de vivir en una sociedad pluriétnica y multicultural, y descubrir en ello una fuente esencial de enriquecimiento personal y cultural.Pretender lograr el respeto y el aprecio de toda la población por las personas y los grupos indígenas implica proponernos, como objetivo de la educación básica para toda la población, erradicar conductas y actitudes que impliquen cualquier tipo de prejuicio, discriminación o racismo, que debemos reconocer como fuertemente presentes aún en concepciones y en el proceder cotidiano de una parte importante de nuestros compatriotas.El objetivo relativo a la educación intercultural para todos los mexicanos supone la intensa y activa participación de los grupos indígenas.Son ellos quienes deben definir cuáles aportes culturales quieren hacer a toda la población mexicana. Nadie puede hacerlo por ellos. Por esa razón, consideramos que no podremos tener contenidos interculturales para la educación básica en un plazo muy corto. Queremos iniciar un proceso de construcción colectiva con los pueblos indígenas de los aportes culturales - conocimientos y procesos productivos, expresiones artísticas, tradiciones y costumbres, valores y visión del mundo - que desean compartir con sus compatriotas. Esperamos que hacia el cuarto año de esta administración podamos ofrecer un curriculum intercultural que contenga, de manera transversal (en todas las asignaturas), estos aportes para la educación primaria. Continuaríamos con este propósito para la educación secundaria y para los niveles subsecuentes.Por otra parte, consideramos importante multiplicar las oportunidades de acceder a experiencias de educación intercultural a todos los niveles educativos.Ello significa compartir física y quizás también virtualmente un mismo proceso educativo con la presencia activa de diversas culturas. De manera especial quisiéramos comenzar a atender con esta orientación a los niños indígenas que viven en las ciudades y a aquellos que migran estacionalmente con sus padres a los campamentos agrícolas del norte del país, de forma que éstos puedan convivir y aprender en ambientes interculturales respetuosos en los que la diferencia se convierta en fuente de riqueza para todos. Pero impulsaremos también experiencias de educación intercultural a niveles de educación media superior y superior.Conclusión:No podemos proponernos una educación intercultural para todos los mexicanos si no nos comprometemos con el mejoramiento sustancial de la calidad de la educación que ofrecemos a nuestras poblaciones indígenas.Tampoco podemos proponernos hacer educación intercultural verdadera si esa educación no se propone, como población destinataria, a toda la población mexicana. Ambos propósitos deben perseguirse en paralelo y de manera articulada. Con ello esperamos comenzar a dar respuesta a las demandas indígenas en materia educativa, que ahora adquieren la forma de exigencia legal, y que se traducen en la reforma de la fracción VII del Artículo 4° Constitucional, que a la letra dice: La Federación, los estados y los municipios deberán, en el ámbito de sus respectivas competencias y con el concurso de los pueblos indígenas, promover su desarrollo equitativo y sustentable y la educación bilingüe e intercultural. Asimismo, deberán impulsar el respeto y conocimiento de las diversas culturas existentes en la nación y combatir toda forma de discriminación.Las autoridades educativas federales, estatales y municipales, en consulta con los pueblos indígenas, definirán y desarrollarán programas educativos de contenido regional, en los que reconocerán su herencia cultural.El apoyo de un reconocido intelectual mexicano a los esfuerzos de comunidades indígenas chiapanecas por darse a sí mismas una educación culturalmente pertinente y de calidad es una manifestación de la importancia que merecen los esfuerzos locales por mejorar la educación que reciben las nuevas generaciones de niños indígenas, en preparación para una realidad nacional en la que las culturas que nos enriquecen sean plenamente reconocidas y respetadas, y en la que se entablen relaciones interculturales desde posiciones de igualdad, mutuamente enriquecedoras.Esperemos que sea esta, nuestra riqueza plural y nuestra capacidad de establecer una fecunda relación intercultural, la que vaya definiendo, cada vez más, nuestra mexicanidad.Comentar este artículoForo10 de abril de 2006 ¿INTERCULTURALIDAD DE PAPEL? Apuntes sobre la idea de Universidad IndígenaBERTHA DIMAS HUACUZ (1)UNA CARACTERÍSTICA SOCIOECONÓMICA que hace resaltar a Michoacán en el ámbito nacional e internacional, es el número de personas que año con año emigran a los Estados Unidos en busca del mínimo sustento y bienestar familiar. Son ampliamente difundidas las evaluaciones de que al menos 45 mil personas abandonan el estado anualmente a consecuencia de las precarias condiciones en que se encuentran en sus comunidades, incluyendo la creciente degradación de los recursos naturales productivos, y ante la falta de fuentes de empleo y de oportunidades generales de salud, educación y vivienda. Esto ocurre principalmente en el campo, pero no es ya, desde hace tiempo, un fenómeno exclusivo de las zonas rurales.El así denominado “índice de intensidad migratoria” captura esta triste y sobresaliente característica de nuestra entidad. Este indicador refleja el alto porcentaje de familias que a nivel municipal y estatal, cuentan con algún familiar radicando fuera de su comunidad de origen, en el país, o (legal o ilegalmente) en el extranjero (2).I. Educación Superior: Observaciones sobre Cobertura, Relevancia y CalidadDe manera similar, se podría explorar por medio de encuestas y otras metodologías relevantes de estudio socioeconómico y estadístico, lo que podría denominarse “índice de insuficiencia, o de intensidad de negación universitaria”. Este reflejaría el porcentaje de jóvenes que, por cualquiera de las razones posibles (por ejemplo, carencia de recursos económicos, el no contar con “recomendaciones”, falta de óptima salud o insumos de estudio) no fueron aceptados, y se quedaron sin acceder a cualquier carrera, escuela o institución de educación superior, pública o privada, aún contando con la intención, aspiraciones, motivación, inteligencia y capacidad.Pero partiendo de que el promedio de escolaridad para la población michoacana en su conjunto (urbana y rural), es de 6.6 años, y en las zonas indígenas es de apenas cuatro años, el cálculo de este “índice de negación universitaria” probablemente no fuera necesario, en tanto que existen suficientes estadísticas educativas que demuestran que son miles los jóvenes (de diversos estratos socioeconómicos y regiones del estado) que difícilmente terminan, apenas y con trabajo, la educación primaria o secundaria (3). Muchos de estos últimos, por lo tanto, nunca incursionan en los trámites para la presentación de exámenes de admisión al nivel educativo técnico o preuniversitario.Apuntemos que en el ámbito nacional solamente el tres por ciento de los jóvenes en edad universitaria (19 a 23 años), que viven en las “zonas rurales pobres”, cursan estudios de nivel universitario, mientras que esta proporción llega hasta un 45 por ciento si se habita en la ciudad y se pertenece a una familia de ingresos medios o altos. Esta tremenda desigualdad a nivel nacional nos lleva a preguntarnos acerca de la proporción de jóvenes indígenas y de origen humilde y campesino que efectivamente han tenido y tienen actualmente acceso a la universidad y que, finalmente, completan una educación de nivel superior en Michoacán.Se sabe con certeza, eso sí, que nuestros jóvenes de hoy -indígenas y no indígenas- se enfrentan a obstáculos económicos y sociales siempre crecientes para poder completar una carrera profesional; por lo cual ellos inician el ciclo vital de adolescentes como rezagados escolares, lo continúan como rechazados universitarios y, en consecuencia, engrosan forzadamente las filas del desempleo y de la emigración.Esta dramática situación la resienten más fuertemente los jóvenes preparatorianos de las comunidades vecinas de Uruapan, Pátzcuaro, Tierra Caliente y otras regiones alejadas de la capital del estado, quienes -año tras año-, ni siquiera alcanzan “ficha” para presentar el examen de admisión a las diversas carreras universitarias de la Casa de Hidalgo. Esta circunstancia cimbra a la sociedad michoacana con la repetición anual del movimiento telúrico -sismo social- para tratar de ingresar a esta institución, con la consecuente e inmerecida frustración de los jóvenes involucrados.Como respuesta a esta falta de planeación, no es sorprendente que sean los estudiantes de la Coordinadora de Universitarios en Lucha, y organizaciones similares (para bien o para mal), quienes tomen la iniciativa en defensa de los malogrados aspirantes. Y por las mismas razones, el fenómeno se repite al final del ciclo educativo, con las protestas afuera de Palacio de Gobierno y las demandas de plazas laborales por parte de los egresados de las normales urbanas y rurales.Consideramos que debe quedar asentado, así mismo, como causa de origen principal de este problema, que el subsistema de educación superior en nuestro estado está conformado por 43 instituciones (públicas y privadas), además de la Universidad Nicolaita, con una cobertura global de sólo 13 por ciento de la población estudiantil correspondiente; y que este indicador de extremadamente limitada cobertura, sitúa a Michoacán en la posición número 27 en el ámbito nacional.Reforma Universitaria: “Página No Encontrada”En este contexto, uno de los pendientes vastos y principales de la administración pública actual en Michoacán tiene que ver con las reformas de fondo requeridas para superar las deficiencias del sistema educativo en todos sus niveles. La falta de políticas y acciones consecuentes de planificación educativa universitaria y de planificación económica regional han ocasionado, además, mayor rezago del bienestar de los habitantes de la entidad.La educación universitaria que se ofrece en nuestro estado tiene una limitada correspondencia -en cobertura, relevancia y calidad- con las necesidades del desarrollo de las diversas regiones y sectores sociales, de cara a las realidades apremiantes -tecnológicas, económicas, sociales-, del nuevo siglo y de los rápidos procesos de innovación que se presentan en regiones bien determinadas de China, India, y otros países emergentes.Esta situación no es nada alentadora, especialmente si se piensa que la educación debiera ser el detonador del desarrollo de Michoacán en general y, de nuestras comunidades indígenas y rurales en particular. Es así que esta circunstancia exige, para beneficio de los jóvenes de hoy y del mañana inmediato -y a cuatro años en funciones de la administración estatal actual-, resultados en la planeación consistente y reforma efectiva del sistema educativo de nivel superior estatal en general y de la Universidad Michoacana en particular.II. K’éri Jorhéntperakueri Ambé - La Idea de Universidad Indígena ReconsideradaPor lo que corresponde a la así llamada “Universidad Intercultural Indígena” que se pretende instalar en Michoacán (empezando con sólo oficinas administrativas) en la ribera del lago de Pátzcuaro, ésta dista años luz del concepto de Universidad del Siglo 21; y no resulta de un proyecto concreto y completo, ni es coherente con las aspiraciones de las comunidades a las que se supone debe servir.Un proyecto sin visión.- Con su abordaje insatisfactorio de “diplomados” y la carencia de infraestructura física, un campus central, presupuesto garantizado, programas de estudio de avanzada y maestros competentes, la propuesta de universidad no responde, para empezar, a las urgentes necesidades estatales de cobertura educativa; y la propuesta es deficiente, inclusive, cuando se le compara con el arranque de las otras universidades interculturales promovidas por el gobierno federal.La propuesta de universidad está lejana de ofrecer lo que los estudiantes esperan para convertirse en profesionistas socialmente útiles y productivos. Lo que demandan los jóvenes (indígenas y no indígenas) del interior del estado -y así lo escuchamos en las diversas comunidades que regularmente visitamos-, son centros de educación con aulas y bibliotecas modernas, albergues habitables, y laboratorios, áreas de reunión y centros para el deporte operativos. Demandan también la oportunidad de salir a conocer más allá del mundo inmediato, y la certeza de poder completar una carrera universitaria pertinente y de calidad y con reconocimiento válido y oficial. Las distintas regiones de la entidad requieren de nuevos espacios públicos para una educación de primera clase; están ávidas de una matricula universitaria creciente, planificada, sustantiva y de calidad.Antecedentes.- La referida iniciativa intercultural nunca tuvo rumbo ni destino. Se lanzó a la mar en una frágil barcaza diseñada al modo y gusto de los asesores del titular del Ejecutivo; y sin asimilar las experiencias del arranque siempre incompleto de la escuela normal indígena de Cherán. El lanzamiento se hizo en base a un convenio establecido con la Universidad Michoacana, mismo que nunca se dio a conocer públicamente. Con anuncios formales, ya, en tres Informes de Gobierno consecutivos acerca del establecimiento de una universidad indígena, este concepto se formuló casi en secreto y se ha seguido manejando de manera elusiva, a través de declaraciones de prensa, y sin insertarse dentro de una estrategia integral de transformación del sistema educativo estatal en todos sus niveles.Más aún, desde la época de las mesas de trabajo para la “reforma indígena estatal” del 2004, la petición para la celebración de un encuentro similar donde se participara en la definición de la misión/objetivos, perfil institucional y contenidos educativos de una universidad indígena, siempre fue rechazada, procediéndose de un modo muy poco transparente al respecto. En consecuencia, la propuesta de universidad nunca se presentó en un foro abierto ni ésta se ha divulgado de manera escrita, y en versiones bilingües; ni discutida y validada por las autoridades legítimas de los pueblos y comunidades indígenas.Por otra parte, se trata de un proyecto insensible históricamente y corto de visión, al permitir que la comunidad española de Valencia participe con recursos y directrices en un proyecto de esta naturaleza, y no que sea la propia sociedad michoacana quién asuma la responsabilidad por la educación de sus jóvenes universitarios.Es así que esta iniciativa del gobierno estatal ha sido catalogada más de pólvora y fuego de artificio promocional, que de armamento y munición efectiva para combatir el retraso universitario y científico de los jóvenes indígenas de esta región del país. Específicamente, mientras que se cuestiona la necesidad de una universidad aparte para los indígenas, el maestro Adolfo Mejía la califica como “mero compromiso político y pirotecnia indigenista”. (4)¿Cuáles serían, entonces, los quehaceres y compromisos de una universidad indígena en este contexto? ¿Responden las así llamadas universidades “interculturales”, impulsadas por la administración federal, a las necesidades de los pueblos indígenas del país?Arquitectura Educativa y AutonomíaPara comenzar, además de contar anticipadamente con los estudios de base bien fundamentados y propuestas de planes de acción, la idea de una universidad indígena debería debatirse amplia y serenamente, por escrito y en público, en la academia, el legislativo y el ágora comunal; y con la participación de los sujetos principales a los que la iniciativa iría encaminada (5).Para poder participar con provecho recíproco dentro de las redes nacionales e internacionales del conocimiento, cualquier nueva iniciativa de educación superior e investigación científica en nuestro país tendría que construirse ante todo sobre cimientos sólidos y bien estructurados, con miras superiores a las instituciones ya existentes, evitando fallas estructurales de diseño institucional y ordenanza legal, y apartándose desde su concepción del modelo de las “universidades de papel”, i.e., imaginadas, sostenidas y estandarizadas desde el poder y la burocracia. (6)Esto es, contar con los elementos materiales y con el pensamiento crítico y la acción para cumplir a plenitud con la trinidad universal de la naturaleza y quehaceres de esta institución cardinal: acción-investigación, enseñanza-aprendizaje, creación-difusión; prácticas éstas que constituyen, en conjunto indisoluble, el cuerpo y espíritu de una (sola) universidad verdadera.Una universidad indígena en Michoacán tendría que representar un nuevo significado y establecer contenidos diversos y especiales en la constelación de universidades estatales y nacionales. Y brillar con luz propia. Debería, en consecuencia, ofrecer también un modelo educativo distinto; responder a las prioridades educativas y de desarrollo de los indígenas del estado y el país; y, primordialmente, generar nuevo conocimiento y de la mayor relevancia para nuestra sociedad en el sentido más amplio.Finalmente, además de contar con la garantía de los recursos materiales necesarios, y de las instalaciones idóneas para la interacción creativa de nuevas e ilustradas comunidades del aprendizaje, la universidad indígena tendría que ser un ejemplo de “autonomía” desde sus procesos actuales de gestación. Esta condición es el mecanismo imprescindible que podría conducirla a cimentar -para su propia consolidación y respeto institucional-, una cultura igualmente sólida de autonomía universitaria.Y es que sólo de esta manera podría crearse un ente intelectual valioso -científico y humanista-, de resguardo del patrimonio cultural y material nuestro y, por lo tanto, de apoyo a la propia y necesaria autonomía de los pueblos y comunidades indígenas.Barrio de San Pedro Urhépati, Santa Fe de la Laguna, Michoacán, a 28 de marzo de 2005 (1) La autora es médica egresada de la Universidad Michoacana, especialista en salud pública por la Universidad de Harvard, y comunera de Santa Fe de la Laguna, Michoacán. Recibió el Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2004 y 2005. Artículo publicado en La Jornada Michoacán el 29 y 31 de marzo de 2006. La ilustración es del maestro Alfredo Zalce.(2) De acuerdo con el Consejo Nacional de Población, y para el caso específico del fenómeno migratorio México-Estados Unidos, el índice toma en cuenta los hogares con emigrantes que permanecieron en los Estados Unidos o que regresaron al país en un periodo determinado, y hogares que recibieron remesas del exterior. Michoacán está catalogada como una entidad con “muy alto grado” de intensidad migratoria, y donde más de la mitad de los municipios (63 por ciento) registran una intensidad alta o muy alta en relación con este fenómeno.(3) Varias fuentes ofrecen datos accesibles y confiables sobre estos temas, e.g., Educación 2001. Revista Mexicana de Educación, No. 105, febrero de 2004; Revista Este País. Tendencias y Opiniones, No. 153 (diciembre 2003), No. 166 (enero 2005).(4) Adolfo Mejía, Con los Cárdenas. Encuentros y Desencuentros. ¿El Cardenismo sin Cabeza?, Morelia, Michoacán: Morevallado Editores, 2004.(5) Bertha Dimas Huacuz, “Comunidad y Universalidad - Los Quehaceres y el Cómo Hacer de una Universidad Indígena para Mechuákani.” Versión preliminar, diciembre de 2005.(6) Luis Porter, La Universidad de papel. Ensayos sobre la educación superior en México, México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2003.Responder este mensaje<br />Un proyecto de: Financiado por: Colabora: ©2003 - 2010<br />