Mi abuelo Joaquim tuvo una vida larga y feliz trabajando en su pequeña granja rural para mantener a su gran familia de diez hijos. Era alegre y le gustaba bailar y celebrar con su familia. Aunque sensible y cariñoso, no ocultaba sus emociones. Tuvo buena salud hasta sus últimos días, fumando desde joven pero dejándolo a los 85 años para vivir más tiempo con su familia. Murió serenamente a los 93 años después de una breve enfermedad.