Lineamientos de la Escuela de la Confianza SJA Ccesa.pptx
F:\las veinticinco perlas
1. INICIO
Un hombre ya anciano, sintiendo próxima la muerte,
dijo a sus hijos: Juan y Joaquín:
- Hijos míos, voy a morir y quiero comunicarles que en
almacén guardo un estuche con veinticinco perlas
valoradas cada una en mil monedas de plata. Pero no
deben abrir el estuche hasta que hayan pasado diez días
de mi muerte-.
NUDO
Falleció el anciano y un vecino llamado Ignacio, que se
dedicaba a la usura, conociendo la existencia de las perlas,
propuso a los muchachos:
- Les compro las perlas por el dinero en que las cotizó su
padre, es decir a mil monedas de plata-.
Los muchachos estuvieron de acuerdo porque pensaban
comprar tierras de cultivo. Transcurridos los diez días,
entregaron a Ignacio el estuche sellado y recibieron el
dinero.
FINAL O
DESENLACE
Pero no había transcurrido una hora cuando el usurero
regresó hecho una fiera y les dijo:
- ¡Estafadores! ¡Me han engañado! En el estuche
solamente hay un papel-.
2. Los dos hermanos se defendieron sosteniendo que le
habían entregado el estuche sin romper los sellos y que el
negocio había sido honrado.
Ignacio salio en busca de un juez y este les dijo:
- Para sentenciar necesito ver el papel que había dentro
del estuche-.
El papel decía:
“A mis hijos Juan y Joaquín:
Queridos hijos: soy muy viejo y pronto moriré. Quiero
explicarles que no tengo fortuna, porque entregue todo mi
dinero a los necesitados; pero les dejo escritas las
veinticinco enseñanzas que orientaron mi vida. Si las
cumplen serán felices en la tierra y en el cielo”.
Los muchachos emocionados, leyeron los consejos de su
buen padre y luego manifestaron lo siguiente:
- Ahora comprendemos bien todo. Devolveremos el dinero
a Ignacio, pues tendríamos que ser muy necios si
decidiéramos vender tan valiosa fortuna-.
El juez, que era un hombre justo, al ver la honradez de
los muchachos, los declaró inocentes, porque vio que
poseían un tesoro mas valioso que el oro y plata: el de su
honradez.