1. Jorge Alberto Pérez Tobías
Mercadotecnia Internacional
A-56
24 de Agosto de 2012
“El Príncipe”
En los primeros capítulos clasifica los tipos de principados, según su opinión, y las
características y exigencias de cada uno, que determinan las medidas a tomar por
el nuevo gobernante para garantizar su poderío. Estos principados son los
hereditarios –que son los mas fáciles de conservar- y los nuevos, que sino son del
todo nuevos, se llaman mixtos.
Los principales que detecte fueron:
1.-Respecto a los tipos de gobiernos, considera dos: los asistidos por siervos,
donde el príncipe tiene mayor autoridad y le serán fieles si no los oprime, y el
asistido por nobles, siempre fáciles de sobornar por su descontento; el consejo al
gobernante es recordar que no puede cambiar a todos sus súbditos, pero sí puede
cambiar o crear nuevos nobles.
2.-Para gobernar plenamente a una ciudad o principado que antes de la conquista
se regía por sus propias leyes, contempla tres reglas: primero, destruirlo; después,
radicar en él; finalmente, regirlo por sus propias leyes, obligarlo a pagar tributo e
integrar un gobierno con pocas personas de entre sus mismos ciudadanos.
3.-Las fuerzas de todos los principados se miden en base: si un príncipe posee un
Estado tal que pueda, en caso necesario, sostenerse por si mismo, o si tiene, en
tal caso, que recurrir a la ayuda de otros, y esto ultimo puede ser fatal para el
principado.
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2. 4.-También existen los principados eclesiásticos, respecto a los cuales todas las
dificultades existen antes de poseerlos, pues se adquieren o por valor o por suerte
y se conservan sin el uno ni la otra, dado que se apoyan en antiguas instituciones
religiosas que son tan potentes y de tal calidad que mantienen a sus príncipes en
el poder sea cual fuere el modo en que estos procedan y vivan.
5.-Estos son los únicos que tienen Estados y no los defienden; súbditos y no los
gobiernan. Y los Estados, a pesar de hallarse indefensos, no les son arrebatados,
y los súbditos, a pesar de carecer de gobierno, no se preocupan, ni piensan, ni
podrían sustraerse a su soberanía. Son, por consiguiente, los únicos principados
seguros y felices.
6.-Los cimientos indispensables a todos los Estados nuevos, antiguos o mixtos,
son las buenas leyes y las buenas tropas.
7.-Las diferentes clases de tropas con que un príncipe defiende su Estado son
propias (las mas seguras), mercenarias, auxiliares o mixtas (todas estas,
inseguras).
8.-Si el príncipe posee un Estado, se sostiene a sí mismo con un ejército
respetable e integrado por sus propios súbditos, y una ciudad bien fortificada. Sólo
los principados eclesiásticos pueden prescindir de la milicia, pues su poder radica
en la religión. El príncipe sólo debe preocuparse por su ejército, pues no debe
delegar su control en nadie. En tiempos de paz, debe ejercitarse con la acción y
con el estudio.
9.-Entre las cualidades de un gobernante, aquellas apreciadas entre el común de
la población generalmente resultan ineficaces en un gobernante; es mejor ser
temido que ser amado, ser tacaño que practicar la prodigalidad. Por ello, el
gobernante debe aparentar todas las virtudes, pero practicarlas lo menos posible y
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3. con inteligencia, evitando el odio de su pueblo a toda costa. Así, reflexiona en la
necesidad de que el príncipe siempre tenga en cuenta el bienestar de sus súbditos
al tomar decisiones, y beneficiar a las mayorías pues los amigos huyen en la
lucha. Un príncipe nuevo debe armar a sus súbditos: los recelosos se vuelven
fieles, los fieles se mantienen y los súbditos se vuelven sus partidarios.
10.-En la elección de ministros debe favorecerse a los que disciernen por sí
mismos sobre los que disciernen por otros y evitar tanto a quienes no disciernen
en absoluto como a los que sólo piensan en su propia ganancia.
11.-Asimismo, es vital cuidar del bienestar de sus ministros para asegurar su
lealtad y debe pedir consejo sólo cuando él y no otros lo considere necesario, y
entonces preguntar a menudo, escuchar con paciencia y ofenderse si le mienten.
Concluye que la fortuna sólo rige la mitad de los resultados, y la otra mitad la
determinan los actos humanos. Es preferible ser impetuoso y no cauto, pues la
fortuna varía.
CONCLUSION PERSONAL
Pienso que el contenido del libro El Príncipe, que es un análisis de cómo funciona
el Estado, sirvió mucho de guía en su tiempo y que incluso algunos detalles ahí
escritos pueden ser útiles, y que se aplican en la actualidad.
En especial, es un libro muy interesante y recomendado para aumentar nuestro
Acervo cultural.
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