2. LECTURAS PARA EL LUNES
ACTIVIDADES:
Proponemos plantear un problema con los productos frescos después de hacer un análisis de los mismos.
Identificar las etiquetas, ver la información que nos dan: variedad, precio origen etc.
3. LECTURAS PARA EL MARTES
10 razones para comer frutas y verduras
Nos ayudan a mantenernos bien hidratados. Por su alto contenido de agua
facilitan la eliminación de toxinas de nuestro organismo y nos ayudan a
mantenernos bien hidratados.
Frutas y verduras son fuente casi exclusiva de vitamina C. Por lo que se
recomienda que las consumas a diario, procurando al menos que una de las frutas
del día sea de las más ricas en vitamina C (cítricos, kiwi, melón, fresas, frutas
tropicales…) y que una de las raciones sea una ensalada.
Son fuente de antioxidantes: aliados de la salud. Hablamos de colorantes, aromas y otros compuestos
naturales como las vitaminas C, E y el beta-caroteno o pro-vitamina A. Aunque están presentes en cantidades
muy pequeñas, influyen decisivamente en la aceptación y apetencia por estos alimentos y se sabe con certeza
que nos protegen frente a ciertas enfermedades, entre ellas las degenerativas, las cardiovasculares y el cáncer.
Ricas en fibra. La fibra ayuda a regular nuestra función intestinal, a corregir el estreñimiento y posee efectos
beneficiosos en la prevención y tratamiento de otros trastornos como hipercolesterolemia, diabetes, obesidad,
etc. En cuanto a las frutas, ten en cuenta que el contenido de fibra se reduce al pelarlas, y que la mayor
concentración de sus vitaminas está justo bajo la piel por lo que deberás realizar un pelado poco profundo.
Del mismo modo, si confeccionas un puré y lo pasas por el chino, no olvides que la mayor parte de la fibra
de las hortalizas y verduras desaparece.
Nos ayudan a eliminar el exceso de líquidos. Contienen poco sodio y mucho potasio, lo que fuerza a
nuestro cuerpo a eliminar el exceso de líquidos junto con las sustancias de desecho por la orina.
Apenas tienen grasa. La cantidad de grasa que presentan la mayoría de hortalizas y frutas es inapreciable,
salvo para el aguacate y las olivas (ricos en ácido oleico, como el aceite de oliva) y el coco (con grasa
mayoritariamente saturada).
Disfrútalas en cualquier época del año. Y aprovéchate en cada momento de las propias de cada estación,
ya que están en su mejor momento.
Frutas: una dulce golosina. Las frutas tienen un agradable sabor dulce puesto que contienen azúcares
(fructosa, glucosa, sacarosa…). ¡Aprovéchalo y saboréalas al natural y sin necesidad de endulzarlas con
azúcar u otros edulcorantes! Además, recuerda que constituyen un buen tentempié a cualquier hora. De
hecho, puedes incluirlas para completar el desayuno, como parte del almuerzo y de la merienda, y tanto antes
como después de las comidas...
Hortalizas y verduras: échale imaginación. No sólo puedes incluirlas en las principales comidas del día,
recuerda que aportan un toque muy sabroso y jugoso a bocadillos y sándwich para tomar en cualquier
momento. Pan con rodajas o pulpa de tomate, un poquito de aceite y jamón, o sándwich vegetal con atún, son
algunas ideas para que tú y los tuyos os beneficiéis aún más de sus múltiples propiedades.
Prueba con originales recetas, lo admiten casi todo. Como mejor conservan sus propiedades tanto las
frutas como las verduras es si las comes crudas. Si quieres reducir la pérdida de vitaminas, para las frutas
tienes dos opciones: conservar la piel, lavándolas muy bien bajo el agua del grifo, o realizar un pelado poco
profundo. Ya sea crudas y al natural, que cocidas, asadas o en brochetas, resultan deliciosas. Pero quizás
quieras probar con algo más atrevido... ¿Qué tal un flan de espinacas con gambas, un plato de lomo de cerdo
a la naranja con escarola, o un solomillo con pera cocida en salsa de hongos? Anímate y prueba a combinar
frutas y verduras con todo tipo de alimentos puesto que lo admiten casi todo.
ACTIVIDADES:
Reflexionar sobre el consumo de verduras y frutas.
Hacer clasificaciones de frutos propios del otoño y sus cualidades.
Frutos secos y frutos carnosos.
4. LECTURAS PARA EL MIÉRCOLES
Emilio Salgari
LOS TIGRES DE LA MALASIA
FRAGMENTO
CAPÍTULO PRIMERO
EL ASALTO DEL “MARIANA”
-¿Vamos avante? ¿Sí o no? ¡Voto a Júpiter! ¡Es imposible que
hayamos varado en un banco como unos estúpidos!
-No se puede, señor Yáñez.
-Pero, ¿qué es lo que nos detiene?
-Todavía no lo sabemos.
-¡Por Júpiter! ¡Ese piloto estaba borracho! ¡Valiente fama la que así se
conquistan los malayos! ¡Yo que hasta esta mañana los había tenido por los
mejores marinos de los mundos! Sambigliong, manda desplegar otra vela. Hay
buen viento, y quizás logremos pasar.
-¡Que el diablo se lleve a ese piloto imbécil!
Quien así hablaba se había vuelto hacia la popa con el ceño fruncido y el rostro
alterado por violenta cólera.
Aun cuando ya tenía edad (cincuenta años), era todavía un hombre arrogante,
robusto, con grandes bigotes grises cuidadosamente levantados y rizados, piel
un poco bronceada, largos cabellos que le salían abundantes por debajo del
sombrero de paja de Manila, de forma parecida a los mejicanos y adornado con
una cinta de terciopelo azul.
Vestía elegantemente un traje de franela blanca con botones de oro, y le
rodeaba la cintura una faja de terciopelo rojo, en la cual se veían dos pistolas
de largo cañón, con las culatas incrustadas en plata y nácar- armas, sin duda
alguna, de fabricación india-; calzaba botas de agua de piel amarilla y un poco
levantadas de punta.
-¡Piloto!- gritó.
Un malayo de epidermis de color hollín con reflejos verdosos, los ojos algo
oblicuos y de luz amarillenta que causaba una expresión extraña, al oír aquella
llamada abandonó el timón y se acercó a Yáñez con un andar sospechoso que
acusaba una conciencia poco tranquila.
-Podada- dijo el europeo con voz seca, apoyando la diestra sobre la culata de
una pistola-. ¿Cómo va este negocio? Me parece que había dicho usted que
conocía todos estos parajes de la costa de Borneo, y por eso lo he embarcado.
-Pero señor...- balbució el malayo con aire cohibido.
-¿Qué es lo que quiere usted decir?- preguntó
Yáñez, que parecía haber perdido por primera vez en su vida su calma
habitual.
5. -Antes no existía este banco.
-¡Bribón! ¿Ha salido acaso del fondo del mar esta mañana? ¡Es usted un
imbécil! Ha dado un falso golpe de barra para detener el “Mariana”.
-¿Para qué, señor?
-¿Qué sé yo? Pudiera suceder que estuviese de acuerdo con esos enemigos
misteriosos que han sublevado a los dayakos.
-Yo nunca he tenido relaciones más que con mis compatriotas. señor.
-¿Cree usted que podemos desencallar?
-Sí, señor; en la marea alta.
-¿Hay muchos dayakos en el río?
-No lo creo.
-¿Sabe si tienen buenas armas?
-No les he visto más que algunos fusiles.
-¿Qué será lo que les habrá hecho sublevarse?- murmuró Yáñez-. Aquí hay un
misterio que no acierto a desentrañar, aun cuando el Tigre de la Malasia se
obstine en ver en todo esto la mano de los ingleses. Esperemos a ver si
llegamos a tiempo de conducir a Mompracem a Tremal-Naik y a Damna antes
de que los rebeldes invadan sus plantaciones y destruyan sus factorías.
Veamos si podemos dejar este banco sin que la marea alcance el máximum de
su altura.
Volvió la espalda al malayo, se fue a la proa, y se inclinó en la amura del
castillo.
El barco que había encallado, probablemente por efecto de una falsa maniobra,
era un espléndido velero de dos palos, de reciente construcción, a juzgar por
sus líneas todavía limpias, impecables, y con dos enormes velas, las de los
grandes paraos malayos.
Debía desplazar por lo menos doscientas toneladas, e iba tan bien armado, que
podía hacerse temer de cualquier mediano crucero.
Sobre la toldilla se veían dos piezas de buen calibre protegidas por una
plataforma movible formada por dos gruesas planchas de acero dispuestas en
ángulo, y en el castillo de proa cuatro bombardas o enormes espingardas,
armas excelentes para ametrallar al enemigo, aun cuando de poco alcance.
Además llevaba una tripulación, demasiado numerosa para un barco tan
pequeño, compuesta de cuarenta malayos y dayakos, ya de cierta edad, pero
todavía fuertes, de rostro altivo y con no pocas cicatrices, lo cual indicaba que
eran gente de mar y de guerra a un mismo tiempo.
La embarcación estaba detenida en la boca de una bahía extensa, en la cual
desaguaba un río que parecía caudaloso.
Multitud de islas, entre ellas una muy grande, la defendían de los vientos de
Poniente. La bahía hallábase rodeada de escolleras coralíferas y de bancos
cubiertos de vegetación muy espesa y de color verde intenso. SI QUIERES
LEER MÁS EN LOS PRÓXIMOS ENLACES.
6. Capítulo I | Capítulo II | Capítulo III | Capítulo IV | Capítulo V | Capítulo VI | Capítulo VII | Capítulo VIII | Capítulo IX | Capítulo X |
Capítulo XI
Los Tigres de la Malasia | El Corsario Negro | Sandokán | Morgan | Águilas de la Estepa | El Capitán del Djumna |
Sandokán, El Rey del Mar | La Reina de Los Caribes | Los Náufragos del Liguria
ACTIVIDADES:
Diferenciar las partes del texto.
Investigar sobre el autor y su obra.
Posibilidad de leer todos los capítulos y tratar entr tod@s sobre el tema.
7. LECTURAS PARA EL JUEVES.
EL GRAN Y DESCONOCIDO SANTO MONTOREÑO: SAN RESTITUTO.En la actualidad nos aparecen en el Calendario Romano varios mártires con este mismo
patronímico, entre los que destacan San Restituto de Antioquia, cuya onomástica es el día 23 de
Agosto; San Restituto de Cartago, cuya celebración es el 9 de Diciembre; San Restituto de Roma
conmemorado el 29 de Mayo; y San Restituto de España, cuya festividad es el 10 de Junio. Sin
duda alguna la oscuridad de los tiempos hace que sean muchos pueblos peninsulares, los que hayan
intentado hacerse con la acreditación de este personaje entre sus celebridades más acreditadas,
aunque como decimos es complicado llegar a conocer con exactitud la oriundidad de San Restituto
de España.
Los escasos testimonios documentales que hasta el momento hemos utilizado, nos permiten
defender con solidez la presencia del cristianismo en Hispania con anterioridad al Bajo Imperio
Romano, aunque no podemos decir lo mismo con fechas anteriores a este periodo histórico. La
hipótesis en la que nos movemos nos faculta para presuponer la existencia de una base tanto
ideología como social en el sur de la Península Ibérica, que hizo posible la realización de un
Concilio en Elvira entre los años 300-313 d.C. En esta primera reunión cristiana se congregaron
diecinueve obispos y veinticuatro presbíteros, lo que nos ratifica que la comunidad cristiana tenía
una naturaleza bien consolidada y formada.
Los cánones del Concilio de Iliberis nos dan una idea de como era la sociedad cristiana a principios
del siglo IV d.C en la Betica. Entre los acuerdos establecidos citamos la regla sesenta que trataba de
frenar el celo exagerado de algunos fieles, indicando que no se considerará mártir de la fe al que no
hubiera desterrado de sus creencias los ídolos paganos, y sufriera muerte por ello. El precepto
cincuenta y uno que mandaba a los propietarios que no consintieran a los judíos bendecir las
mieses, para que no esterilizaran la bendición de los cristianos.
Fue en la adquisición de esta serie de prerrogativas donde aparece nuestro religioso. Entre algunos
de los autores que intentaron esclarecer su origen se encuentra el inquisidor Manuel Gonzalo Téllez,
que defendía su oriundidad de la localidad onubense de Niebla. Otros hacen lo mismo para los
municipios de Peñaflor y de Zalamea de la Serena.
Pero con la naturalidad de este tipo de creencias, hay otros escritores del momento que defienden la
procedencia de este presbítero de la localidad montoreña, como ocurre con Fray Pablo de San
Nicolás. Este predicador del rey, que además consiguió los cargos de Procurador Definidor,
Visitador y Cronista General de la Orden de San Jerónimo defendió en su obra Antigüedades
eclesiásticas de España que un asistente a dicho concilio fue Restituto de Epora, localidad donde se
localiza Montoro.
Este tipo de información también fue refrendada con posterioridad por Martínez Reguera y por
Criado Hoyo, el cual habla de Restitus de Epora que estuvo junto con el famoso Osio de Córdoba
en el Concilio de Iliberis[1]. Otro de los investigadores que hablo de la procedencia natural de San
Restituto de Montoro fue don Jerónimo Gómez-Polo Caballero, el cual defendió que este religioso
era el que presidio el primer puesto de los presbíteros en el citado Concilio[2].
Desconocemos cual fue la vida y obra del presbítero eporense, aunque podemos hacer constar que
según parece a través de crónicas y de la tradición oral trasmitida, que fue martirizado junto a San
Críspulo en Ilipula
8. [1] Criado Hoyo, M.; Apuntes para la Historia de la Ciudad de Montoro, Ceuta, 1932, p. 82
[2] Gómez-Polo Caballero, J.; “El Castillo de Santa María de la Mota”, Revista en honor de las
fiestas de Nuestra Señora del Rosario, Montoro, 1961, s/f. A.M.Mo., Caja 243, Año 1961.
Publicado 22nd May 2012 por José Ortiz García
ACTIVIDADES:
Hacer preguntas sobre la lectura.
Investigar sobre este personaje.
Hacer un resumen.
9. LECTURAS PARA EL VIERNES.
ACTIVIDADES:
Hacer una descripción de la imagen oralmente o por escrito.
Investigar en internet sobre la escultura y hacer una ficha descriptiva de la
misma.
10. LECTURAS PARA EL VIERNES.
ACTIVIDADES:
Hacer una descripción de la imagen oralmente o por escrito.
Investigar en internet sobre la escultura y hacer una ficha descriptiva de la
misma.