1. GUÍA DE ESTUDIO COMPLEMENTARIA
Adaptada de la guía CONTROL NERVIOSO Y COMPORTAMIENTO del Profesor David Santibáñez Gómez
El sistema nervioso posee una organización que permite precisión y velocidad
La información generada en un receptor sensorial, por ejemplo los receptores de presión de la piel, viaja por axones sensoriales hasta
los centros nerviosos, a los cuales accede a través de la médula espinal. En este recorrido la vía para cada sistema sensorial es
específica, cruzada y pasa por diferentes neuronas (relevos) ascendiendo hasta alcanzar centros de integración nerviosa, también
específicos. Si estos se ubican en la corteza cerebral, la información genera el proceso de percepción.
Figura 1
En el ejemplo del esquema, tras producirse un estímulo en la piel, se activa una vía aferente o sensitiva que conduce esta información, a
través de varios relevos en el sistema nervioso central, hasta la corteza cerebral, específicamente en el área sensorial.
Para que esta información sea debidamente procesada, se traspasará a varias neuronas de asociación, que finalmente se comunicarán
con la corteza motora.
Los programas motores que se crean en la corteza cerebral, descienden por vías motoras o eferentes específicas, que tras varios
relevos, hacen llegar la información hasta el efector, en este caso, un músculo esquelético, cuya respuesta sería un movimiento.
La relación estructural y funcional que se inicia con la estimulación del receptor y termina con la respuesta del efecto, se denomina arco
reflejo.
Como se observa en el esquema de la figura 1, la información sensorial y la motora fluyen por vías paralelas, específicas que pueden
interactuar en algunos tramos pero que no se mezclan.
La organización de las neuronas origina dos tipos de tejidos en las estructuras nerviosas
Las neuronas y las células gliales forman el tejido nervioso. Pero fundamentalmente, es la distribución de las neuronas lo que determina
la existencia de dos formas principales de tejido nervioso: La sustancia blanca y la sustancia gris. La primera está formada
principalmente por axones mientras que la segunda se forma por la agrupación de cuerpos neuronales, formando núcleos o ganglios y
capas de neuronas.
2. En las diferentes regiones del sistema
nervioso la distribución de esos
subtipos de tejidos determina
complejas relaciones anatómicas (ver
figura 2).
Al examinar un cerebro intacto se
aprecia que la sustancia gris está constituyendo una envoltura de alrededor de 5 mm de grosor, la corteza cerebral. Esta es muy
accidentada ya que presenta numerosos pliegues y surcos.
Si hacemos un corte coronal que pase por el tallo hipofisario, se observa que la sustancia gris envuelve cada hemisferio cerebral
encerrando a la sustancia blanca la cual, sin embargo, rodea a diferentes núcleos que se ubican al interior de cada hemisferio: tálamo,
ganglios basales, núcleos hipotalámicos.
Si observamos el borde superior en cada hemisferio, encontramos que la envoltura de sustancia gris también penetra en la cara interna
del hemisferio y enfrenta entonces a la del hemisferio opuesto. Ambas caras internas están separadas por la cisura interhemisférica.
Si descendemos un poco, hasta la altura del tronco cerebral y practicamos un corte transversal, encontramos que la distribución del
tejido nervioso cambia. Ahora la substancia gris se encuentra en el interior rodeada de substancia blanca. Figura 2
Si descendemos más aun, hasta la médula espinal, y practicamos cortes transversales a diferentes alturas, encontramos que la
substancia gris se organiza como una estructura bien definida, en forma de letra H, ubicada en el centro y rodeada casi completamente
de substancia blanca.
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3. La substancia gris, en los cortes de la médula, presenta dos expansiones anteriores o astas anteriores y dos posteriores o astas
posteriores. Las astas anteriores representan la vía de salida (motora) del sistema nervioso. Las astas posteriores representa la vía de
entrada.
Los arcos reflejos son específicos, direccionados y poseen relevos modificadores
No se debe olvidar que las neuronas de la médula espinal o del encéfalo, aunque estructuralmente se les asocie a la substancia gris o
blanca, normalmente se encuentran constituyendo arcos reflejos.
Una inmensa variedad de procesos nerviosos se articulan mediante arcos reflejos. Cada uno de éstos consta de receptor sensorial, vía
aferente, centro de integración, vía motora y efector específico. A pesar que el arco
reflejo que permite articular la percepción del equilibrio con el movimiento
utiliza neuronas muy parecidas a las del arco reflejo destinado a Figura 3
responder frente a diferencias de temperatura, la
integración cerebral permite diferenciar ambos
procesos. Vale decir, el cerebro
distingue temperatura de
presión, de sabor, de
imagen, etc. pese a que la
información mediante el
mismo tipo de células. La
organización general de las
áreas del cerebro responsables
de cada tipo de sensación, es
revisada más adelante.
A través del arco reflejo, el impulso nervioso siempre lleva la misma dirección: de lo sensitivo a lo motor. Sin embargo, sufre
modificaciones que permiten modular o coordinar las respuestas. Por ejemplo, cada vez que se envía información motora para contraer
un músculo esquelético, se hace necesario que el músculo opuesto o antagonista, se relaje. De otra forma, el movimiento no sería
posible. Como ambas respuestas deben ser simultáneas, el arco reflejo requiere que desde el centro integrador (en este caso la médula
espinal) se originen dos vías
motoras: una que permita contraer
el músculo agonista y otra que
relaje el músculo antagonista. Para
que el proceso sea simultaneo, se
necesita una especial organización
estructural entre las neuronas
aferentes, intermediarias
(interneuronas) y motoras
(motoneuronas). De esta manera,
tal como se esquematiza en la
figura 4, una señal aferente puede
generar impulsos nerviosos que
activan (excitatorios)
motoneuronas y al mismo tiempo
impulsos que desactivan
(inhibitorios) otras motoneuronas.
Como se verá más adelante, la
unión entre una neurona y otra, Figura 4
puede ser de tipo inhibitorio o
exitatorio. En el caso de la unión
exitatoria la señal emitida será mantener el impulso nervioso. En el caso de la unión inhibitoria, en cambio, será detener el impulso
nervioso para que no prosiga en la siguiente neurona.
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4. Las modificaciones del impulso nervioso ocurren en todo tipo de circuitos, a lo largo de todo el sistema nervioso. Considerando los
billones de neuronas y la enorme red de conexiones que establecen, es difícil dimensionar la complejidad de su funcionamiento como
un todo.
En el encéfalo convergen vías sensoriales y motoras, estructurando órganos bien definidos
Para poder definir el camino que siguen las vías sensoriales y motoras al interior del encéfalo, resulta imprescindible tener una idea
general de su organización anatómica.
En el esquema de la figura 5 se presenta un corte sagital medio a través del cráneo y de la columna vertebral.
Anatómicamente se distinguen en el
sistema nervioso dos grandes divisiones:
Figura 5 el sistema nervioso central y el sistema
nervioso periférico. El primero está
alojado en dos estructuras óseas: la caja
craneana o cráneo y la columna Figura 5
vertebral. El segundo es el conjunto de
estructuras nerviosas que se ubican fuera
del sistema nervioso central.
En el cráneo se encuentra el encéfalo,
formado por el cerebro, el cerebelo y
algunos órganos del tronco cerebral (bulbo
raquídeo y la protuberancia anular). En la
columna vertebral se ubica la médula
espinal.
Entre los huesos del cráneo y de la
columna vertebral y el tejido nervioso se
encuentra un sistema de membranas que
envuelven al sistema nervioso central, son
las meninges.
En la región posterior e inferior y debajo de ambos hemisferios se ubica el cerebelo. Por delante de él se encuentra la porción
encefálica del tronco encefálico.
La médula espinal es una continuación del bulbo raquídeo, que se dispone al interior de la columna vertebral
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5. Figura 6a Figura 6b
Actividad: Identificación de las regiones más importantes de la anatomía cerebral
Lee atentamente la descripción que se realiza en torno a la figura 6a y con tal información, rotula y pinta la figura 6b.
En el esquema (fig. 6a), se nos presenta la cara lateral externa del encéfalo del lado derecho. Ésta aparece como una superficie
arrugada donde hay repliegues separados por hendiduras. En esta cara es posible distinguir cuatro grandes regiones o lóbulos, cuyos
nombres se relacionan con los huesos craneanos que las cubren. Son los lóbulos frontal, parietal, temporal y occipital. Los límites
entre estos lóbulos los dan cisuras o surcos claramente identificables y/o líneas imaginarias que son sus prolongaciones.
La cara lateral presenta un límite inferior representado por su borde inferior. Desde la porción anterior nace desde ese borde un surco
que se dirige ascendiendo hacia atrás. Es el surco lateral o cisura de Silvio, el cual separa el lóbulo frontal del lóbulo temporal. Una
prolongación de ese surco se dirige hacia atrás y descendiendo hacia la parte posterior separa el lóbulo temporal del parietal por arriba y
del lóbulo occipital por atrás.
Desde el borde superior y de forma más o menos vertical, desciende el surco central o cisura de Rolando, que permite separar el
lóbulo frontal del parietal.
La distinción de los lóbulos y los surcos principales permite establecer el área en que se encuentran funciones específicas de la corteza
cerebral. Básicamente, estas áreas pueden ser sensoriales, motoras o de asociación. En el primer caso, se trata de zonas en que
convergen las vías sensoriales de la vista, oído, tacto, etc. Las áreas motoras son las encargadas de enviar información hacia los
efectores musculares y las áreas de asociación fundamentalmente integran funciones sensoriales y motoras.
Delante de la cisura de Rolando se encuentra la circunvolución pre-central donde se ubica la corteza motora primaria. Por detrás del
surco central se halla la circunvolución post-central en la que se ubica la corteza sensorial somática primaria.
En la parte más posterior del lóbulo occipital, se encuentra la corteza visual primaria, mientras que en el lóbulo parietal, junto a la parte
media ascendente de la cisura de Silvio, en el lóbulo temporal, se encuentra la corteza auditiva primaria.
Finalmente, en la parte inferior del lóbulo frontal se ubica el área de asociación prefrontal.
La organización del sistema nervioso central involucra vías sensoriales específicas
En el esquema de la figura 7a y 7b se ejemplifican dos vías que relacionan el receptor con el área específica de la corteza cerebral que
es activada.
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6. En el primer caso, al estimular receptores de presión ubicados en la piel de un dedo, los impulsos nerviosos viajan por neuronas
sensoriales a través de la médula espinal. La información se cruza al lado opuesto mediante neuronas de asociación o interneuronas,
para luego entrar al encéfalo y establecer un nuevo relevo en el tálamo. Finalmente, desde ahí la información es conducida hasta la
corteza sensorial, donde se producirá la sensación de tacto.
El segundo ejemplo muestra una vía mucho más breve, puesto que ocurre en los límites de la cabeza: La estimulación de la retina de
los ojos, permite el envío de impulsos a través del nervio óptico, ligeramente por debajo del encéfalo. Las neuronas de los nervios
ópticos se cruzan parcialmente en el tracto óptico, para luego ser
Figura 7a conducidas hasta la corteza visual localizada en el lóbulo
occipital.
Figura 7b Figura 8
Figura 9
En ambos casos, la vía
sensorial converge en la
corteza cerebral. Debe
recalcarse que pese a que se
trata de sensaciones muy
distintas (tacto y luz), la
corteza sensorial primaria y
la corteza visual primaria
vistas al microscopio se ven
exactamente iguales (figura
8).
Antiguamente, para definir la
función de cada área de la
corteza se estudiaban el efecto de lesiones cerebrales, ya sea durante procedimientos quirúrgicos o
autopsias. De esta forma, si una persona había quedado ciego tras un golpe, al morir se constataba
que la lesión había afectado su corteza occipital. Hoy en día existen técnicas de exploración que
permiten observar la actividad cerebral en vivo. Por ejemplo, la tomografía de emisión de
positrones (TEP) permite averiguar qué área cerebral es la que se activa cuando una persona lee,
escucha o habla.
La tomografía de emisión de positrones es una técnica de imagen en la que se administra a una
persona un compuesto marcado radiactivamente, como por ejemplo, glucosa marcada con carbono
radiactivo. Luego, la persona es dispuesta en una enorme máquina con un agujero de forma
cilíndrica: el tomógrafo. En la medida que la glucosa marcada es metabolizada por el cerebro, su
radioactividad es desprendida en forma de unas partículas llamadas positrones. Como los positrones
poseen la misma masa, pero carga opuesta a los millones de electrones presentes en otras moléculas del cerebro, ambas partículas
chocan y se destruyen, produciendo un nuevo tipo de radiación. La radiación producida son los rayos gamma, los que son detectados
específicamente por el tomógrafo, generándose una imagen de la zona del cerebro que hace mayor uso de la glucosa o, dicho de otra
manera, la zona más activa (figura 9)
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7. Actividad: Áreas específicas teóricas y según imágenes TEP
Utiliza las siguientes imágenes obtenidas mediante TEP para validar o invalidar la descripción realizada en la figura de las áreas
sensoriales y motoras. Cada una de las siguientes imágenes representa cuatro cortes coronales a distintas alturas del encéfalo, desde la
parte superior, hasta la parte más baja.
Figura 10a. TEP de cerebro en reposo Figura 10b. TEP de cerebro, obtenido mientras a la persona se le
hace escuchar música
Figura 10c. TEP de cerebro, obtenido mientras a la persona se le Figura 10d. TEP de cerebro, obtenido mientras a la persona se
hace observar un dibujo pide que mueva un pie
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8. El lenguaje es una función que requiere la integración de varias áreas cerebrales
La imagen de la figura 11 muestra las áreas cerebrales que se activan durante diferentes aspectos relativos al lenguaje.
Figura 11
Actividad: Resuelve los siguientes problemas en torno a las áreas comprometidas con el lenguaje
1. Intuye cuál es la función específica de las áreas de la corteza señaladas en cada una de las TEP
2. Hipotetiza qué aspecto del lenguaje no se podría llevar a cabo si se dañara cada una de las áreas indicadas
3. Hipotetiza qué sucedería si un tumor cerebral interrumpiera la comunicación entre el área de asociación visual y el área
auditiva primaria (localizada en la corteza temporal)
4. En base a la información entregada por las imágenes tomográficas, escoge las afirmaciones
correctas:
a) El hemisferio cerebral responsable del lenguaje en el ser humano es el izquierdo
b) Cada aspecto del lenguaje está controlado por un lóbulo cerebral distinto
c) La materia blanca del cerebro debería estar formada, en parte, por neuronas
responsables del lenguaje
d) Las áreas de la corteza responsables del lenguaje son sensoriales más
que motoras
e) Hay áreas del cerebro que funcionan en forma simultánea Figura 12
5. El área de Wernicke se encuentra entre la circunvolución de Heschl, que
es el receptor primario de los estímulos auditivos, y la circunvolución
angular, que sirve de estación de relevo entre las regiones auditivas y
visuales. (ver figura 12). Cuando se daña el área de Wernicke, el habla
es fluida, pero tiene poco contenido y generalmente se pierde la
capacidad de comprensión. Las áreas de Wernicke y Broca se unen por
el haz nervioso llamado fascículo longitudinal superior. Cuando esta
estructura sufre una lesión, el habla es fluida pero anormal y el paciente
entiende las palabras pero no puede repetirlas. ¿Qué función tendría el
área de Broca?
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9. 6. ¿Por qué crees que la imagen de la figura 13 se utiliza para diagnosticar problemas asociados al lenguaje? ¿cómo la usarías
tú?
7. Selecciona alguna función cerebral que podría ser interesante de ser estudiada mediante TEP. Justifica
Figura 13
Vías aferentes y receptores sensoriales
Los sistemas sensoriales son fundamentales en la coordinación entre el organismo y el medio
Los sistemas sensoriales son conjuntos de órganos altamente especializados que permiten a los organismos captar una amplia gama de
señales provenientes del medio ambiente. Ello es fundamental para que dichos organismos puedan adaptarse a ese medio.
Pero, para los organismos es igualmente fundamental recoger información desde su medio interno con lo cual logran regular
eficazmente su homeostasis o equilibrio interno. Para estos fines existen igualmente sistemas de detectores que representan formas
distintas de receptores, con una organización morfofuncional diferente y que podemos llamar receptores sensitivos.
Ambos grupos grupos de receptores están ligados a sistemas sensoriales/sensitivos que presentan un plan similar de organización
funcional y ambos son capaces de transformar la energía de los estímulos en lenguaje de información que manejan los organismos
(señales químicas, potenciales locales y propagados). Es decir, ambos grupos de receptores son capaces de transducir información.
En cada sistema sensorial o sensitivo es fundamental la célula receptora. Es ella la célula transductora, es decir, la que es capaz de
traducir la energía del estímulo en señales reconocibles y manejables por el organismo. Esas señales son transportadas por vías
nerviosas específicas (haces de axones) para cada modalidad sensorial hasta los centros nerviosos. En estos, la llegada de esa
información provoca la sensación y su posterior análisis, por esos centros nerviosos, llevará a la percepción. La sensación y la
percepción son entonces, procesos íntimamente ligados a la función de los receptores.
Los estímulos son cambios detectados de niveles de energía que se producen en los distintos sistemas físicos que rodean a cada
organismo.
Cada variedad de estímulo solo es detectado en un estrecho rango de su espectro. Pero para ello ocurra, el estímulo debe presentar
una intensidad mínima (estímulo umbral). Pero más allá de ese nivel de intensidad los organismos son capaces de detectar
modalidades de un mismo tipo de estímulo: de color, de sonido, etc.
Se pueden clasificar los receptores en grandes grupos:
1. receptores mecánicos
2. receptores químicos
3. receptores térmicos
4. receptores luminosos
En los órganos receptores, las células receptoras o prolongaciones de ellas, se han adaptado para reconocer en forma específica el
estímulo adecuado que las excita. En la figura 14, las flechas pequeñas indican los sitios donde actúan los estímulos y las mayores el
sentido del flujo de la información. Las zonas punteadas indican los sitios donde se produce la transducción.
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10. Figura 14
1. Célula quimiorreceptora
2. Célula gustativa
3. Neurona olfativa
4. Receptores cutáneos:
Corpúsculo de Pacini (receptor
de presión profunda) y
terminaciones nerviosas libres
(receptores de dolor)
5. Huso muscular (receptor de
contracción muscular)
6. Células pilosas (receptor de
sonido)
7. Bastoncito (receptor luminoso)
8. Soma de la neurona sensitiva
Gases como el O2, el CO2 y protones son estímulos específicos para quimiorreceptores ubicados en el sistema nervioso central y en
vasos sanguíneos periféricos.
Compuestos químicos derivados de los alimentos actúan sobre células gustativas que se agrupan en estructuras especiales de la
lengua, las papilas gustativas. También se les encuentra en el paladar blando, en la faringe y en la parte superior del esófago.
Tradicionalmente se ha descrito los receptores gustativos para cuatro sabores básicos: salado, dulce, ácido y amargo. Sin embargo, se
sabe que se pueden distinguir una gama mucho mayor de sabores. Es en las células gustativas donde se realiza el proceso de
transducción. Ellas se hallan rodeadas por células basales. Los estímulos químicos actúan sobre receptores ubicados en los cilios de las
células gustativas desencadenando en ellas una serie de cambios que provocan, por el polo opuesto, la liberación de señales que
estimulan a los terminales nerviosos que las inervan. Ellos son fibras aferentes que se dirigen al sistema nervioso central a través de
tres nervios: el facial o VII° par craneano, el glosofaríngeo o IX° par y el nervio vago o X° par.
El olfato depende de neuronas olfativas que son células bipolares que reciben estímulos de naturaleza química (odógenos) por el
extremo donde presentan cilios olfativos. Por el otro extremo nace un axón amielínico que se dirige al sistema nervioso central.
Los Corpúsculos de Pacini son terminaciones nerviosas encapsuladas que transducen estímulos mecánicos de presión. Se les
encuentra en la piel y en órganos viscerales. Al ser estimulados generan potenciales de acción que van al sistema nerviosos central.
En diversos órganos existen terminales nerviosos libres que son estimulados químicamente por substancias peptídicas que se liberan
por efecto de estímulos nocivos que dañan la región. Desde esos terminales se originan potenciales de acción hacia el sistema nervioso
central y la sensación que inducen es la de dolor.
En los músculos esqueléticos se encuentran una variedad de mecano-receptores, las fibras intrafusales, que se ubican en una
estructura llamada el huso muscular. El huso se orienta en paralelo con las fibras extrafusales, que son las responsables de la
contracción muscular. En las fibras intrafusales hay terminales nerviosos que la envuelven en su parte central, son las terminaciones
anulo-espirales. Cuando el músculo se estira, se alargan las fibras intrafusales y ese cambio en longitud, estimula a los terminales
nerviosos, desde los cuales se generan potenciales de acción que se dirigen hacia la médula espinal.
Células pilosas del oído interno son estimuladas mecánicamente por ondas de presión que actúan sobre el Órgano de Corti donde
inducen la formación de potenciales de acción, que codifican los estímulos sonoros que captan los oídos.
Los conos y los bastoncitos son células especializadas de la retina que son estimuladas por las ondas luminosas. Pigmentos que se
ubican en esas células son modificados por la energía de la radiación luminosa, generándose así una cadena de reacciones que llevan
a la activación de la vía visual.
Actividad:
En las tablas que se adjuntan, se resumen los tipos de receptores, su ubicación y la sensación que producen. En base a esta
información, analiza:
1. ¿Frente a qué tipo de estímulos los seres humanos no tenemos receptores?
2. ¿Qué significará que la sensación, en algunos casos, sea “indeterminada”?
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11. 3. ¿Existe alguna relación entre “indeterminación” de la sensación y origen del estímulo (medio externo o interno)?
4. Deduce qué sucedería si se produjera una falla en cada uno de los receptores que permiten sensaciones indeterminadas.
Cada tipo de receptor presenta mecanismos transductores específicos
En el proceso de transducción la energía del estímulo es transformada en una señal bioeléctrica. A pesar de los diversos tipos de
receptores que existen, su estimulación produce siempre el mismo resultado: la modificación de canales iónicos de membrana. Esto se
traduce, a su vez, en cambios en el potencial de reposo en una región dada o en toda la célula sensorial. Es el potencial receptor.
En la figura 15 se esquematizan los mecanismos de transducción de cinco receptores distintos. Pueden ser tan simples y directos como
el caso de los mecanorreceptores (por ejemplo, el corpúsculo de Pacini de la piel) o más sofisticados como el fotorreceptor.
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12. Fig. 15
Vías motoras y funcionamiento muscular
Las vías motoras pueden coordinar efectores somáticos y una gran gama de efectores autónomos
Los impulsos nerviosos generados en la superficie sensorial son conducidos a través del sistema nervioso periférico al sistema nervioso
central. Los impulsos nerviosos generados en el cerebro y la médula espinal llegan al sistema motor. El sistema nervioso tiene
componentes somáticos y autonómicos (ver figura 16). El sistema somático incluye:
a) las neuronas sensitivas que inervan la piel, los músculos, y las articulaciones. Lleva impulsos nerviosos sensoriales de
postura corporal y del medio externo;
b) las neuronas motoras, que inervan el músculo esquelético. La división autonómica del sistema nervioso periférico controla
los músculos lisos (de los vasos sanguíneos, tubo digestivo, vejiga, etc.) y las glándulas exocrinas (sudoríparas,
sebáceas, gástricas, etc.). Participa en las respuestas al estrés y en la homeostasis.
12
13. Aún los comportamientos más simples involucran la actividad integrada de múltiples sistemas sensoriales, motores y de zonas
integradoras en el sistema nervioso central. Cada uno de estos sistemas contiene estaciones sinápticas y cada uno está compuesto por
subdivisiones distintas. Las vías nerviosas tienen una ordenación topográfica en base a su función. Muchas rutas se cruzan desde un
lado para el otro del cuerpo.
Fig. 16
R
Receptores sensoriales
Neuronas sensitivas
Sistema nervioso
central:
e
encéfalo y médula Efectores:
Sistema somático M
Musculatura esquelética
Neuronas motoras
Sistema parasimpático
Sistema simpático
Efectores: musculatura
l
lisa y cardiaca; glándulas
Sistema autónomo
El sistema nervioso autónomo se organiza en base a grupos de nervios de funciones opuestas
El sistema nervioso autónomo es el encargado de controlar a los efectores viscerales. Tradicionalmente, se le describe por sus
componentes nerviosos periféricos (ganglios, nervios y plexos) y se distinguen en él dos divisiones: la simpática y la parasimpática.
La división simpática está formada por neuronas (primera neurona) que se ubican en la médula espinal entre las vértebras T1 y L1-2,
por sus axones y por dos sistemas ganglionares, donde se encuentran segundas neuronas, son sus axones los que inervan a los
efectores viscerales. El primer sistema de ganglios está formado por los ganglios paravertebrales, que se unen entre sí formando una
cadena ganglionar que se ubica a cada lado de la columna vertebral en el fondo de las cavidades del tronco. El segundo sistema es el
de los ganglios prevertebrales, se ubican en un plano más anterior.
El axón de la primera neurona sale de médula espinal a través del nervio raquídeo que corresponde al nivel de su ubicación en ella y
luego lo abandona para alcanzar la cadena ganglionar de su mismo lado. Entra en un ganglio donde, o hace sinapsis con la segunda
neurona de inmediato o asciende o desciende antes de contactarla a otro nivel o sigue en su trayectoria hasta un ganglio prevertebral
donde encuentra a esa segunda neurona.
La división parasimpática presenta dos subdivisiones: la craneana y la sacra. La primera está representada por los pares de nervios
craneanos III, VII, IX y X (Vago). La segunda por los nervios raquídeos que emergen de las regiones sacra y coccígea de la columna
vertebral. En ambas subdivisiones, la primera neurona se ubica en el sistema nervioso central y presenta un axón muy largo que inerva
a la segunda neurona. Esta, es como una interneurona, de axón muy corto, ubicada en la pared misma del órgano visceral que inerva.
Funciones autónomas
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14. Observa los órganos que reciben inervación simpática y parasimpática en la siguiente figura y resuelve los siguientes problemas:
a) ¿Qué órganos reciben inervación simpática y parasimpática? ¿Qué órganos sólo reciben inervación simpática?
b) Si se dañara la médula de la región torácica, ¿qué funciones autónomas podrían comprometerse?
c) Las funciones simpáticas son las que facultan a una persona para reaccionar eficientemente en situaciones estresantes. El sistema
parasimpático, en
cambio, permite
devolver al organismo
a la situación de
normalidad. Como la
mayor parte del
tiempo, el cuerpo
humano no tiene que
enfrentarse a
situaciones que
impliquen “acción”,
son las funciones
parasimpáticas las
que mantienen un
nivel de actividad
basal. Según esta
descripción, completa
el cuadro con el signo
“+” si piensas que la
función se estimula y
con un “-“ si crees que
la función de ese
órgano se inhibe. En
el caso que sea
posible, detalla cuál es
la consecuencia
directa de la
estimulación del
órgano.
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