El fascismo italiano surgió en Italia después de la Primera Guerra Mundial y fue creado por Mussolini en 1919. Se caracterizaba por ser antidemocrático, antisocialista y ultranacionalista, desconfiando de la razón e intelectualidad y defendiendo el liderazgo absoluto. Mussolini accedió al poder en 1922 a través de la Marcha sobre Roma y estableció una dictadura en 1926, construyendo el Estado fascista italiano.