1. EL MONASTERIO MEDIEVAL En el mundo medieval, los monasterios hacían la función de «ciudades de Dios», al igual que las villas, los pueblos y las aldeas eran las ciudades de los hombres. Eran microcosmos en los que los hombres y mujeres allí reunidos se entregaban al trabajo y la oración; en un mundo oscuro y bárbaro fueron los que preservaron la cultura clásica para los siglos venideros Desde hace miles de años han existido hombres que voluntariamente han abandonado la sociedad para retirarse a meditar y orar en soledad, son los ermitaños y anacoretas. En algunos casos, prefirieron agruparse en pequeñas comunidades en las que trataron de alcanzar estos mismos objetivos; de esta manera surgieron los monasterios, pequeños microcosmos autosuficientes, que se regían por sus propias reglas. Pronto, el resto de la sociedad, deseosa de lavar sus pecados y de ser incluida en las oraciones de los monjes, fue ofreciendo a los monasterios donaciones destinadas a ennoblecer los edificios monacales.
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5. EL MESTER DE CLERECÍA Se llama Mester de Clerecía a la literatura medieval compuesta por clérigos, es decir, hombres instruidos y no necesariamente sacerdotes (podían ser nobles, como Pedro López de Ayala, judíos, como Sem Tob, o musulmanes, como el anónimo autor del Poema de Yusuf) que poseían unos conocimientos superiores a los del trivium o triviales, la enseñanza elemental de la época. Estos clérigos habían cursado en cambio los altos estudios de entonces, la educación superior derivada del quadrivium, de donde viene la expresión cuaderna vía, que sirvió para denominar su estrofa característica, el tetrástrofo monorrimo. El mester de clerecía se engendró, por el contrario, en ámbitos escolásticos y religiosos más cultos, como los estudios generales o las escuelas catedralicias o monacales, y utilizaba un vocabulario amplio, preñado de cultismos y colores retóricos, estrofismo y no tiradas, verso regular e isosilábico y una rima más exigente, la consonante, con temas no guerreros sino religiosos y morales y una conciencia clara de querer hacer "otra cosa" que los juglares, aunque con frecuencia tomaron algunos procedimientos estilísticos de los juglares, que ya habían configurado una cierta tradición literaria que contribuyeron a enriquecer, civilizando la lengua vulgar.
6. CARACTERISTICAS DEL MESTER DE CLERECÍA 1Son obras elaboradas por hombres instruidos y clérigos que utilizan colores de la retórica y un vocabulario con frecuentes cultismos (palabras extraídas directamente del latín sin cambio). 2Tratan temas religiosos e historiográficos con fin moralizador, tomados de otras fuentes (obras latino-medievales casi siempre). 3 Se crean para entretener (delectare) y enseñar (docere) a la gente (ver estrofa 3 del Libro de Alexandre) e impulsarla (movere) a la virtud y a la piedad. 4Están escritas en verso regular, preferentemente alejandrino o de catorce sílabas dividido en dos hemistiquios isométricos de siete sílabas cada uno y separados por una pausa fuerte o cesura, al contrario que el mester de juglaría, que utiliza versos irregulares y anisosilábicos y hemistiquios heterométricos. 5 Utilizan la rima más difícil y exigente, la consonante, frente al mester de juglaría, que utiliza la rima asonante, y el mester de cortesía, que utiliza preferentemente la prosa. 6 Usan como esquema métrico preferente el tetrástrofo monorrimo, y ya en el siglo XIV otros metros para dar variedad a la monotonía estrófica, principalmente zéjeles o variantes de la cuaderna vía, como Sem Tob. 7 Ausencia de asuntos heroicos. A diferencia del mester de juglaría, los autores de éste tratan asuntos religiosos, ascéticos. Únicamente una obra en esta corriente desarrolla un tema épico.