Tema 1. orígenes, difusión y definición de la bioética
19. el concilio de trento
1.
2.
3. Aquí están resumidos los
principales puntos doctrinales
del concilio de Trento:
a) Declaró que las fuentes de la revelación son las
Escrituras y la tradición de la Iglesia. De esta manera
la Iglesia contestaba la doctrina de Lutero que todo lo
cifraba en la sola Escritura.
b) Fijó los libros de la Biblia o canon: son 73 libros; 46
del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento.
Los protestantes aceptan 39 libros del Antiguo
Testamento y 27 del Nuevo Testamento; en total, 66
libros; siete menos que los católicos. Los protestantes
no aceptan Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiastés,
Baruc, 1 y 2 de Macabeos.
4. c) Explicó la doctrina del pecado original, la gracia y los
sacramentos, que en pocas palabras se resume así: El
hombre nace herido con el pecado original, pero no
corrompido. Dicho pecado se borra totalmente con el
bautismo, aunque queda la concupiscencia o la tendencia
o inclinación al pecado. El bautismo nos santifica y el
hombre con la gracia del bautismo y de los sacramentos
puede hacer obras buenas y meritorias a los ojos de Dios.
Así daba contestación al protestantismo que decía que el
hombre estaba totalmente corrompido y era incapaz de
hacer el bien, aunque haya recibido el bautismo. Para ellos
el bautismo hace justo al hombre, pero no porque lo
regenere, sino porque Dios ya no le imputa el pecado, en
virtud de los méritos de Cristo.
5. • d) Reafirmó la existencia de los siete
sacramentos.
• e) Afirmó que sólo la fe en Jesucristo
salva, pero que las obras buenas son
necesarias. Los protestantes decían
que sólo la fe salva, pues todas las
obras hechas por el hombre son obras
empecatadas y no agradables a Dios.
6. f) Volvió a enseñar, conforme a la tradición, el valor de
las indulgencias, el culto a los santos, el celibato, la
vida religiosa, la existencia del purgatorio. Para ganar
las indulgencias se necesita, además de la obra de
caridad a la que está ligada, tener un corazón contrito,
que rechaza el pecado. Ese espíritu penitencial se
debe manifestar confesándose, recibiendo la comunión
y rezando por las intenciones del papa. Si no hay este
espíritu penitencia, la indulgencia sería una
compraventa, que es lo que Lutero echó en cara a la
Iglesia.
7. g) Publicó el catecismo romano,
destinado a los párrocos, para ayudarles
en su predicación y en la enseñanza del
catecismo a los niños. Se crean los
seminarios. Sacerdotes con 25 años
8.
9. Reformas del Concilio
1) Se confirmó la doctrina religiosa de la Iglesia.
2) Afirmación de que la Sagrada Escritura y la Tradición son
dos fuentes de revelación o criterios de fe.
3) Se mejoró la formación del clero mediante la creación de
seminarios.
4) Se reorganizaron los obispados y las parroquias.
5) Se crearon nuevos medios de difusión de la doctrina
católica entre los grupos sociales, como el catecismo y las
nuevas escuelas.
6) Se creó el índice de los libros prohibidos.
10. Concilio de Trento
. Estas medidas,
pretendían detener el
avance del Protestantismo,
e infundir un nuevo
entusiasmo y confianza a
los católicos. Hacia 1650,
más de dos tercios de
Europa prestaba de nuevo
obediencia a la Iglesia de
Roma: la Reforma
protestante, en conjunto,
sólo conservó su
influencia en el norte.
11.
12. A
El dinamismo tridentino impulsó también: la constitución,
por iniciativa de San Pío V (1566-1572), de la Liga Santa,
que venció a los turcos en Lepanto; la reconquista religiosa
de una porción considerable de las poblaciones del Centro
de Europa (Suiza francesa, Austria, Baviera, Polonia, Bohe-
mia,...); el final de las guerras de religión en Francia.
La guerra de los Treinta Años (1618-1648): España y el
Imperio contra los príncipes protestantes. Francia intervino
e inclinó la balanza a favor de los príncipes protestantes (a
pesar de ser gobernada por cardenales: Richelieu, + 1642;
Mazzarino, + 1661). Tratados de Westfalia.
B
C
El inmenso Imperio español de América y
Extremo Oriente fue campo privilegiado para la
expansión cristiana.
13. ENRIQUE BORBÓN ALBRET
Hijo de Antonio de Borbón, Duque de Vendôme y Borbón, y de
la Reina de Navarra, Juana de Albret, fue bautizado católico
pero educado por su madre en la fe calvinista. Su padre murió
en 1562 y él se convirtió en Duque de Vendôme y Duque de
Borbón. Combatió en el bando hugonote (protestante) durante
la tercera guerra de religión francesa. La guerra terminó con la
paz de Saint-Germain (1570), con la que se pretendía alcanzar
la reconciliación entre los dos bandos católico y hugonote.
Como parte de este plan, se decidió su matrimonio con
Margarita de Valois, hermana del Rey Carlos IX de Francia. El
matrimonio tuvo lugar el 18 de agosto de 1572 en contra de sus
deseos. Ese mismo año, se convirtió en Enrique III de Navarra,
sucediendo a su madre, la Reina Juana de Albret
14. PARÍS BIEN VALE UNA MISA
Tras la matanza de la noche de San Bartolomé comienza otra guerra, por la sucesión al
trono. la Tras infructuosos esfuerzos, Enrique no logró hacerse con París y, en un
acto de realismo político y accediendo a las condiciones del rey de España, dio ese
paso el 25 de julio de 1593 convirtiéndose al catolicismo, momento en que se le
atribuye la célebre frase:
• «París bien vale una misa» (Paris vaut bien une messe).
• Queriendo decir con ello que en el fondo siguió siendo calvinista, disfrazado de
católico sólo para llegar al poder. O bien que daba igual la religión, mientras tuviera
el poder.
• Enrique IV fue coronado rey de Francia en la Catedral de Chartres el 27 de febrero
de 1594 y entró en París ese mismo año. Sin embargo, hasta los acuerdos de 1598
mantuvo una guerra con los españoles para acabar con los últimos reductos de la
Liga Católica y para rechazar los ataques españoles. Ese año firma la paz con
España (Paz de Vervins), por la que Felipe II renuncia a intervenir en los asuntos
franceses y reconoce la legitimidad del monarca.
• La tan esperada tolerancia religiosa hacia los hugonotes es decretada por el Edicto
de Nantes (1598) y fue acompañada del reconocimiento del catolicismo como
religión del Estado y de una política de reconciliación basada en la renuncia a toda
revancha o depuración; con ello puso fin a los conflictos religiosos que asolaban el
país desde mediados del siglo XVI y consolidó la corona.
• El 17 de diciembre de 1600 se casó, en segundas nupcias, con la princesa italiana
María de Médici, que le daría seis hijos.