El documento describe el eclecticismo como una escuela filosófica que no se sujeta a paradigmas determinados, sino que escoge ideas de diferentes escuelas según criterios propios. Esto puede dar lugar a sistemas filosóficos originales. El eclecticismo también se manifiesta en otras áreas como la religión, la política, las artes marciales, la arquitectura y la psicología. Algunos filósofos eclecticos destacados fueron Marco Terencio Varrón, Marco Tulio Cicerón y Victor Cousin.
2. La fundación
•El eclecticismo (del griego eklegein, «escoger») es
una escuela filosófica que se caracteriza por no
sujetarse a paradigmas ni axiomas determinados.
•Los eclécticos escogen los puntos de vista, ideas y
valoraciones filosóficas entre las demás escuelas
conforme a criterios determinados.
•En consecuencia, cualquier tipo de pensamiento,
puede identificarse como ecléctico.
•Esta combinación de ideas filosóficas termina
produciendo sistemas filosóficos originales.
3. El eclecticismo entre las diferentes religiones se
denomina sincretismo religioso y entre diferentes
ideologías políticas se denomina sincretismo
político ambos son un fenómeno social frecuente.
También puede producirse el eclecticismo en otros
ámbitos; por ejemplo, las artes marciales
mixtas (MMA) son un ejemplo de deporte
ecléctico.
El eclecticismo también se manifiesta en
la arquitectura, la medicina, la música o
la psicología, entre otros ámbitos.
4. Principales características
Las principales características del eclecticismo fueron las siguientes:
•La conducta no es muy importante mientras que únicamente revela
la organización y el desarrollo del intelecto.
•El medio ambiente tienen un rol perturbador o desequilibrador.
•Busca la forma de evitar la adscripción a teorías particulares.
•Es considerado como una filosofía de sentido común.
•Defiende la verdad y busca la conciliación ante los posibles problemas.
•Sufre de una perdida de la identidad y tiene siempre un concepto
contrapuesto a la verdad.
•Se utilizó como un método de apertura para la enseñanza y divulgación
de las nuevas teorías relacionadas con las ciencias y con la filosofía.
5. Principales
filósofos
Hasta mediados del s. II a. C., la filosofía no se cultiva en
Roma; incluso es prohibida su enseñanza, por considerarla un
peligro para la juventud.
Pero desde esta época la situación empieza a cambiar y se
perciben los primeros contactos con filósofos griegos.
Consta que existió ya entonces una escuela epicúrea romana,
y Panecio fue recibido en Roma. En el s. I a. C. enseñan en la
capital romana los platónicos Filón y Antíoco, aparece el
epicúreo T. Lucrecio Caro (v.), comienza el desarrollo de la
tendencia estoica y se interesan por la filosofía los retóricos
Varrón y Cicerón.
La importancia de estos últimos, en su esfuerzo por hallar un
acuerdo básico entre todas las soluciones especulativas,
intento que puede ser calificado con toda propiedad de el
reside en que dichos autores son los transmisores de una serie
de doctrinas diversas.
6. Marco Terencio
Varrón (116-27 a.
C.;v.)
Escribió numerosísimas obras (Disciplinarum libri IX,
Logistorici, Satirae Menippeae, y las extensas
Rerum humanarum et divinarum Antiquitates) de
las que sólo se conservan fragmentos.
Fue discípulo de Antíoco de Ascalón y recogió,
valorándolas, muchas teorías pitagóricas y cínicas,
pero sobre todo estoicas.
S. Agustín lo utiliza y cita ampliamente. Se proyecta
en buena parte de la cultura medieval y es el único
cauce por el que hemos llegado a conocer algunas
ideas filosóficas antiguas.
7. Marco Tulio Cicerón
(106-43 a. C.; v.)
Discípulo de Filón y Antíoco en Roma, asistió en Atenas a las lecciones del
epicúreo Zenón (v.), y en Rodas a las del estoico-platónico Posidonio.
Las obras filosóficas (De Republica, Tusculanae disputationes, De natura
deorum, De senectute, De divinatione, Academica priora et posteriora, De
f inibus bonorum et balortlm, De officüs, De amicitia y otras) las escribió
todas en los últimos años de su vida.
Se propuso dar una versión latina de la especulación filosófica griega y, en
efecto, su trabajo fue una aportación fundamental para la fijación del
vocabulario filosófico en lengua latina.
Él mismo confiesa su propósito: «Magnífica y gloriosa tarea para los
romanos la de no necesitar del idioma de los griegos para la filosofía, y yo
lo cumpliré ciertamente, si logro llevar a término la obra iniciada» (De
divinatione, II,1).
8. Cicerón no es un filósofo técnicamente original; confiesa ser
afín a la Academia, regida entonces por Filón y Antíoco, a la
que considera la menos arrogante y más coherente
Huye de los dogmatismos de escuela porque no cree en un
criterio único de verdad doctrinal; sólo confía en alcanzar un
cierto grado de probabilidad y verosimilitud: «No nos
contamos entre aquellos para quienes no existe nada
verdadero, sino entre aquellos que dicen que en todas las
verdades se encuentra añadido algo de falso, con tal apariencia
de semejanza que no se encuentra en ellas un criterio de juicio
y asentimiento cierto. Por lo cual resulta que existen muchas
cosas probables, las cuales, aunque no aprehendidas en sí,
dándonos, sin embargo, una representación clara y distinta,
sirven para regular la vida del sabio» (De natura deorum, I,12).
9. En España, el Eclecticismo se desarrolló en el seno de la Ilustración del siglo XVIII
como única escuela alternativa a la escolástica dominante sin suscitar los recelos
de la Inquisición y en ese sentido destacan pensadores como Benito Jerónimo
Feijoo o el médico y lógico Andrés Piquer.
En el siglo XIX rebrotó aún el eclecticismo en Francia a través de la obra del
filósofo Victor Cousin, que trató de unir el idealismo de Emmanuel Kant, la
filosofía del sentido común y las doctrinas inductivas de René Descartes.
11. 10 ideas que
nos
permitirán
saber si
somos
eclécticos
I. ¿A menudo te recuerdan que el año pasado en otro momento de tu
vida pensabas diferente, no obstante, siempre puedes explicar por
qué?
II. ¿Evitas a la gente que tiene un pensamiento inflexible y que lo sigue de
forma ciega o pasional?
III. ¿Evitas tener en un pedestal la figura de un pensador o ideología?
IV. ¿La gente te tacha de una manera o de otra opuesta de acuerdo al
debate?
V. ¿Al momento de argumentar, en lugar de citar a un personaje expones
principios éticos?
VI. ¿Puedes tolerar escuchar ideas contrapuestas de varias personas
aunque estas personas no toleren tus propias ideas?
VII. ¿Crees que la persona no se agota en sus ideas políticas, religiosas o
económicas?
VIII.¿Aceptas o comprendes ideas de algo o alguien que se considera “el
enemigo?
IX. ¿Te importan más el pensamiento en sí, que serle fiel a un ideal?
X. ¿Crees que la consistencia está sobrevalorada?