1. Consejos prácticos para plagiar
l plagio es una de las actividades más sublimes de la escuela.
Generaciones de estudiantes y vigilantes han ido limando
progresivamente, a lo largo de múltiples pruebas con diferentes
resultados, las asperezas que presenta su arte. El plagio está plenamente
justificado. Pensar en las posibilidades del plagio, en las mil formas de copiar
a escondidas del profesor sin duda alguna estimula más lainteligencia, la
imaginación y la creatividad que aprender de memoria todos los libros…Solo
este hecho, cierto y fácil de comprobar, debería poner al plagio en el lugar
considerable que se merece, y debería empezar a cambiar su mala
reputación, a todas luches injusta. El estudiante sabe que es legítimo plagiar
todo lo que se pueda, pues los exámenes son una simple repetición de
datos, copias de copias, donde ni el razonamiento ni la creación entran en
juego. Sabe que lo más fácil es memorizar, y con un gran sentido de la
aventura apuesta por el plagio.
Es necesario decir, por otro lado, que los profesores no
están libres de plagio. No solo porque lo han
practicado cuando fueron estudiantes, sino y
fundamentalmente porque elaboran los exámenes
copiando las preguntas de otros libros u otros
exámenes, impunemente. Y a pesar de ello, la mayoría
fantasea con la posibilidad de descubrir a un plagiador
y quitarle el examen. Pero es posible también que en la
larga vida académica, en la secundaria o incluso en la
universidad, el estudiante se encuentre con unprofesor
honesto que considere que un examen es una formalidad
de la que bien se puede prescindir, y que deje plagiar
libremente a sus alumnos. Esos profesores son escasos pero inolvidables.
Inyectan una corriente de aire fresco en las aulas, son como termitas que, de
expandirse, traerían abajo la quimera educativa. Esos profesores saben que
sus alumnos saben que él sabe que las evaluaciones son una mentira, y ya
no son capaces de fingir. A veces se justifican ante sus colegas diciendo
cosas como “la vida los jalará” o “cada uno estudia por su propio interés”,
pero lo hacen solo para evitar inútiles y penosas discusiones con esos seres
ya calcáreos.
Algunos de los métodos vigentes, posibles, clásicos, ingenuos, surrealistas,
imaginativos o vanguardistas que han hecho o que harán historia en las
aulas escolares, y que son transmitidos de generación en generación, de
boca en boca y al calor de la experiencia son:
Utilizar papelitos, generalmente de 3x4 cm., donde cada letra minúscula pero
clara, de forma abreviada pero suficiente, se encuentran registrados los
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2. datos que el profesor se cansó de dictar y los alumnos de escribir. El
papelito se cubre con la palma de la mano con la que no se escribe, sobre la
carpeta. O sobre uno de los muslos. O sobre el asiento al costado de alguna
nalga.
Las mujeres tienen el recurso de esconderlo sobre la pierna, bajo la falda. Es
imprescindible hacerlo con naturalidad, tranquilamente,
como si no tuviera importancia aprobar o no aprobar,
lo que en el fondo siempre es verdad. Es todo un
clásico… Existe una variante que consiste en doblar el
papelito, que entonces tendría que ser más largo, en diversos pliegues, a
manera de un acordeón que irá desenrollándose y girando, sin crecer,
conforme se lee.
Del método anterior, basado en la escritura, se desprende una amplia gama
de variantes. Se puede hacer apuntes en la mano, en la pared, en el
borrador, en la regla, en la carpeta… Un método desesperado y expeditivo es
copiar directamente del cuaderno o del libro, que se esconde sobre los
muslos o bajo la carpeta. La sangre fría y la práctica intensiva pueden
convertir este método salvaje como algo sutil… Hacer de las salidas al baño
algo fructífero. Ponerse de acuerdo con alguien de otro salón (que llevará el
libro o cuaderno o un resumen preciso de las clases), y transmitir la mayor
cantidad de información en el menor tiempo posible. Si la hoja del examen no
es impresa, se puede incluir hacer un nuevo examen y sustituir la hoja…
Hacer uso de los avances tecnológicos. Apuntarfechas y
nombres, formulas en los teléfonos…El recurso de la
voz humana. Soplar es otra viejísima forma de plagiar.
Hay que tener voz para soplar: algunos hablan tan
bajo que no se escucha y otros tan fuerte que escucha
el profesor. Hay que tener tranquilidad para medir la
voz en los decibelios precisos. Hay, también, que saber escuchar.
Hay otras formas de plagio, pero deben permanecer en silencio. Su eficacia
depende de su carácter secreto. Su práctica bulle en el centro de la vida que
respira al margen de las instituciones.
Adaptado de: Entre cuadernos y barrotes. Mayhua (1999)
¿Cometiste plagio en tu época de estudiante? ¿Por qué?
¿Y,lo has repetido ahora como profesor? ¿Qué te llevó a ello?
¿Y tus estudiantes, te lo aplican en los exámenes?
¿A qué se lo atribuyes?
¿Tienes moral para impedírselo a tus estudiantes?
¿Cómo se puede superar esta realidad?
Carolina Arenas, (2016)
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