1. Los profesores que me salvaron
aniel fue considerado por la mayoría de sus profesores, incluso por
sus padres, como un zoquete, debido a su lentitud para aprender y
comprender, pero era muy vivaz e inquieto en otras actividades, ante
lo cual siempre obtenía mensajes desalentadores de sus maestros. Sin
embargo, luego de varios años de lucha interna por tratar de mejorar la
imagen de tonto - zoquete - que tenían de él, se topó con los profesores que
marcaron la diferencia y su diferencia, pues lograron sacarlo de aquel
abismo. Esto lo motivó a licenciarse como profesor de Lengua y Literatura y
actualmente es uno de los docentes y escritores más famosos de Francia. He
aquí algunas de las frases y experiencias que plasmó en uno de sus libros
más difundido: Mal de Escuela (2010):
“No es que se interesaban en mí más que en los otros, no. Tomaban en
consideración tanto a los buenos como a los malos alumnos, y sabían
reanimar en los segundos el deseo de comprender. Acompañaban paso a
paso nuestros esfuerzos, se alegraban de nuestros progresos. No se
impacientaban por nuestras lentitudes”
“Pensándolo bien, aquellos tres profesores sólo tenían un punto en común:
nunca soltaban su presa.”
“Esos profesores no compartían con nosotros solo
su saber, sus conocimientos, también su ser”
“Y otra cosa, me parece que tenían cierto estilo, eran
artistas en la trasmisión de su materia. Sus clases
eran verdaderos actos de comunicación”
“No diré que nos sentíamos amados por ellos, pero sí considerados, sin
duda. Esos profesores que conocí en los últimos años de mi escolaridad me
resultaron muy distintos a todos aquellos que reducían sus alumnos a una
masa común y sin consistencia”
“La prudencia pedagógica debería presentarnos al zoquete como al alumno
más normal: el que justifica plenamente la presencia del profesor, pues debe
enseñarle todo, comenzando por la necesidad misma de aprender. Pero
resulta que el alumno considerado normal es aquel que no opone resistencia
a la enseñanza, el que nunca dudaría de nuestro saber y no pondría a
prueba nuestra capacidad, sería un alumno ganado de ante mano”
¿Qué nos inspiró a estudiar docencia?
¿Y nosotros, estaremos inspirando a nuestros estudiantes o fastidiándolos?
Carolina Arenas, (2016)
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