Los adolescentes ven a los adultos como una barrera que impide la comunicación entre las dos generaciones. Los padres y maestros se ajustan demasiado a su papel de autoridad y no permiten ninguna participación de los jóvenes, lo que lleva a los adolescentes a criticar y ridiculizar esa autoridad. Este aislamiento de los adultos hace que los jóvenes se identifiquen con otros grupos de adolescentes y adopten sus conductas para sentirse aceptados, lo que puede tornarse peligroso si no se supervisan las amistades que frecuentan
1. UNA MIRADA SOBRE LA ADOLESCENCIA
Los videos revisados, nos muestran cómo los jóvenes visualizan las
conductas de los adultos: como una barrera que impide el entendimiento entres
estas dos generaciones; es decir, el cómo los dos personajes que en ese
momento juegan un importante papel en la vida del adolescente (padres y
maestros), se cierran o se “ajustan” a su papel de autoridad moral, dando por
hecho que lo que ellos digan es ley aunque se caiga en el anarquismo, al no
permitir ningún acercamiento con el joven ya que desde el punto de vista de
alguien que es “autoridad”, el “subordinado” no merece ningún respeto,
explicación; ni se le acepta ninguna sugerencia y mucho menos establecer un
diálogo.
Es por eso entonces, que a los jóvenes no les queda otra opción que el
criticar y ridiculizar a esa autoridad que se muestra incompetente o temerosa de
enfrentar los cuestionamientos de los adolescentes.
Este aislamiento de los adultos, propicia creo yo, la necesidad de los
jóvenes de identificarse con otros que ya han pasado por lo mismo pero que han
logrado ya formar grupos o núcleos y para ser aceptados por ellos tienen que
adoptar las conductas, los modos de hablar, vestir, etc. con el fin de sentirse
identificados con alguien más.
Situación que puede tornarse peligrosa si los padre y los maestros, no
vigilan o supervisan el tipo de amistades que sus hijos y estudiantes frecuentan,
ya que con el afán de pertenecer a un grupo, nuestros jóvenes pueden incurrir en
conductas antisociales.