El documento habla sobre la unidad que Jesús oró por sus discípulos y por nosotros antes de su sacrificio. Jesús oró para que sus discípulos y creyentes estén unidos como él y el Padre están unidos, a través de un amor y obediencia mutuos. También oró para que esta unidad convenza al mundo de que Jesús es el Salvador y dure para siempre.
3. Jesús ora por la unidad.
Unidad entre Jesús y el Padre. Juan 17:1-5.
Unidad entre sus discípulos. Juan 17:6-19.
Unidad entre nosotros. Juan 17:20-26.
La unidad hoy.
Unidad entre cristianos. Marcos 9:38-41.
Unidad en el amor. Juan 13:34-35.
Poco antes de ofrecerse en sacrificio, Jesús elevó una oración
intercesora ante el Padre por sus discípulos (¡y por nosotros!).
Esta oración es conocida como la
oración sumo sacerdotal. Uno de sus
temas principales: la unidad.
4. “La gloria que me diste, yo les he dado, para que
sean uno, así como nosotros somos uno” (Juan 17:22)
Al hacer la voluntad del Padre, ofreciéndose en sacrifico por la humanidad,
Jesús estaba glorificándole, y era, a su vez, glorificado por el Padre.
Con su sacrificio voluntario, Jesús ofrece la vida eterna. Y la vida eterna consiste
en conocer personalmente a Dios (v. 3).
Jesús comienza su oración pidiendo ser glorificado para, a su vez,
poder glorificar al Padre. ¿Cómo iba a ser glorificado Jesús?
Una relación íntima con Dios produce una
unidad tan sólida como la que existe
entre Jesús y el Padre. Una unidad que
perdurará por la eternidad.
5. “Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo
voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu
nombre, para que sean uno, así como nosotros” (Juan 17:11)
Conseguir la unidad, el gozo, el apartarse
del mal, y la obediencia a la verdad. Ésta
no es una obra que pueda alcanzarse por
el esfuerzo humano. Es el Padre el que la
debía realizar en ellos.
El resultado: un testimonio eficaz, que
redundó en la difusión del Evangelio.
Jesús estaba preocupado porque, en
su ausencia, los discípulos podían
perder la fe. Por eso, los coloca en las
manos del Padre, y pide para ellos
cuatro cosas:
6. Es especialmente animador que Jesús estuviese
pensando en mí momentos antes de ofrecerse en
sacrificio.
¿Cuál era el deseo especial de Jesús para nosotros?
Jesús anhelaba que llegásemos a una unidad de
propósito. Una unidad similar a la existente en la
misma Divinidad.
Una unidad que convenza
al mundo de que Jesús es
su Salvador.
Una unidad que persista
por la eternidad. Porque
Jesús quiere “que donde
yo estoy, también ellos
estén conmigo” (v. 24).
7. Si no aceptan la verdad como nosotros la conocemos,
no son verdaderos cristianos. ¿Es eso cierto?
Ser la Iglesia Remanente, divinamente profetizada,
no nos convierte en los únicos cristianos sobre
el planeta.
Dios conoce a los que son suyos (2ª de Timoteo 2:19),
y tiene pueblo que le adora en toda nación
[y religión] (Hechos 10:34-35). Por tanto, somos
llamados también a buscar la unidad con aquellos
con los que compartimos el mismo Salvador.
La unidad puede basarse en intereses sociales comunes.
La unidad no debe comprometer nuestras creencias.
La unidad nos permite compartir las verdades bíblicas.
8. “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si
tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35)
Pero Jesús no hablaba de un amor teórico, sino
práctico: “Si me amáis, guardad mis
mandamientos” (Juan 14:15).
Al igual que la vida de Jesús fue una
manifestación incesante de obediencia, amor y
abnegación por el bien de los demás, así debe
ser la nuestra.
Este amor es el lazo que produce la unidad. Esta
unidad es el testimonio más poderoso para que
el mundo conozca a Dios.
“Sobre todo revestíos de amor, que es el perfecto lazo
de unión” (Colosenses 3:14 DHHe).
Jesús nos dio un solo mandamiento: “Que os améis
unos a otros, como yo os he amado” (Juan 13:34;
15:12). Lo nuevo de este mandamiento no es el amar,
sino la forma de amar. Amar como Jesús nos amó.
9. “Santificación es llegar a la unidad con Cristo mediante la
obediencia a la verdad; éste es el propósito de Dios para
nosotros. Por la santificación y la unidad los cristianos
deben dar evidencia al mundo de que, mediante Cristo, se
hizo una obra perfecta en favor de ellos. De esta manera
deben dar testimonio de que Dios envió a su Hijo para
salvar a los pecadores.
¿Permitirán Uds. que Cristo realice esta obra de
santificación en sus corazones? Hoy pueden ser perfectos en
Él. Tienen la seguridad de que por medio de la santificación
de la verdad pueden ser perfeccionados en la unidad”
E.G.W. (Alza tus ojos, 17 de enero)
10. Te invito a bajar y
estudiar cada una
de las 13 lecciones
que tratan sobre el
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