El documento presenta la oposición entre la salvación por fe y la salvación por obras a través de la historia de Agar e Isaac. Pablo usa esta alegoría para mostrar que los que confían en sus propias obras para salvarse, representados por Agar e Ismael, son esclavos, mientras que los que confían en la promesa de Dios representados por Sara e Isaac son libres. El documento también explica cómo el pacto de Sinaí representa los intentos humanos de salvarse a través de las obras, al igual que Agar, mientras
3. En Gálatas 4:21-31, Pablo presenta la oposición entre la
salvación por fe y la salvación por obras usando una alegoría:
El hijo de la libre (Sara), en oposición al hijo de la esclava (Agar).
El pacto con Adán y Eva.
El pacto con Abraham.
Sara y Agar.
Agar y el Sinaí.
Ismael e Isaac.
4. “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto
podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás;
porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:16-17)
Antes del pecado (Génesis 2), el pacto incluía, al menos, las siguientes
clausulas que el hombre debía cumplir:
Guardar el sábado
(v. 3).
Cuidar de la
creación (v. 15).
No comer del fruto
prohibido (v. 17).
Todo estaba claro: ¡Obedece y vivirás! Por supuesto, Adán y
Eva podían –en su estado de perfección– cumplir sin
problemas este pacto.
Con la desobediencia del hombre, Dios introduzco un pacto de
gracia, basado en la promesa de un Salvador (Génesis 3:15)
5. EL PACTO CON ABRAHAM
“El Señor le contestó: –Tu heredero va a ser tu
propio hijo, y no un extraño” (Génesis 15:4 DHHe)
Cuando Dios llamó a Abram prometió
hacer de él una “nación grande”
(Génesis 12:2).
Después de 10 años de peregrinación,
llegaron las dudas sobre el cumplimiento
de esta promesa: “Mira que no me has
dado prole, y he aquí que será mi
heredero un esclavo nacido en mi casa”
(Génesis 15:3).
Bajo estas circunstancias, Dios hizo un
pacto firme con Abram pasando entre
los cuerpos divididos de los animales
sacrificados (Génesis 15:9-21).
Con este acto, puso su propia vida como
garantía del cumplimiento del pacto. Y,
efectivamente, dio su vida en el Calvario
para hacer realidad su promesa.
6. “Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti […] Y en cuanto a
Ismael, también te he oído […] Mas yo estableceré mi pacto con Isaac, el
que Sara te dará a luz por este tiempo el año que viene” (Génesis 17:18-21)
El primer error de Abram fue abandonar la
tierra prometida para ir a Egipto. Este incidente
añadió a su séquito algunos esclavos egipcios
entregados por Faraón a Sara. Entre ellos, Agar.
Tras diez años de espera,
Saraí razonó que, si ella era
estéril, podía tener
descendencia por otro
medio: entregar a su esclava
como “madre de alquiler” de
su hijo.
Ismael fue, por tanto, el fruto del esfuerzo
humano (“según la carne”), mientras que el
auténtico hijo de Sara, Isaac, fue el fruto de la fe
(“por la promesa”, Gálatas 4:23).
7. “Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén
actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud” (Gálatas 4:25)
El pacto de Sinaí presentaba la
obediencia como una respuesta de fe a
las promesas y bendiciones divinas (“Si
diereis oído a mi voz”, Éxodo 19:5).
Sin embargo, el pueblo fue incapaz de
permanecer en él porque lo intentó
cumplir con sus propios esfuerzos,
relegando la fe a un lugar secundario
(Hebreos 4:2; Éxodo 19:8).
De la misma manera en que Abraham y
Sara intentaron ayudar a Dios a cumplir
sus promesas, los israelitas buscaron
transformar el Pacto de gracia de Dios en
un pacto de obras. Agar simboliza el Sinaí,
en que ambos revelan intentos humanos
de obtener la salvación por obras.
8. “Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al
que había nacido según el Espíritu, así también ahora” (Gálatas 4:29)
Los judaizantes confiaban en sus propias obras para
alcanzar la salvación. Tenían a Jerusalén y su Templo como
el centro de su vida religiosa. En realidad, eran tan esclavos
como Agar (Gálatas 4:25).
La salvación por las obras y la
salvación por la fe son completamente
incompatibles. Tenemos que “echar
fuera” uno de los dos métodos de
salvación (Gálatas 4:30).
Al igual que Ismael
ridiculizaba a Isaac con
la intención de
arrebatarle la herencia,
los “hijos del Espíritu”
sufrimos dificultades de
parte de los “hijos de
la carne”.
9. Unos son esclavos de sus obras. Otros somos
libres en Cristo Jesús, nuestro Salvador.
Unos confían en lo que pueden hacer en
esta tierra. Otros confiamos en lo que el
Cielo ha hecho por nosotros.
Unos fijan su vista en el monte Sinaí buscando
salvarse por sus obras. Otros fijamos nuestros
ojos en Cristo y somos salvos por la fe.
Ismael era violento. Isaac era pacífico.
Agar era una esclava, regalo de Faraón.
Sara era la esposa legítima de Abram.
“Todas las naciones de la tierra serán
benditas en tu simiente” (Génesis 26:4) ABRAM
AGAR
ISMAEL
MONTE
SINAÍ
JERUSALÉN
TERRENAL
ESCLAVOS
SARA
ISAAC
LA PROMESA
JERUSALÉN
DE ARRIBA
LIBRES
10. Te invito a bajar y estudiar
cada una de las 14
lecciones que tratan sobre
el tema:
ESTE SERVICIO ES GRATUITO
PUEDES USARLO Y COMPARTIRLO
Slideshare.net/chucho1943