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Los libros
sapienciales
En una de las discusiones más
ásperas narradas en el
Evangelio, Jesús se defiende
-ante la ceguera mental de
quienes lo criticaban sin piedad-
diciendo: La reina del Sur se
levantará contra esta generación
en el Juicio y la condenará:
porque vino de los confines de
la tierra para oír la sabiduría de
Salomón, y daos cuenta de que
aquí hay algo más que Salomón
(Mt 12, 42).
Quienes se escandalizaban de
que los discípulos de Jesús
realizaran en sábado el trabajo
de tomar unas espigas y
frotarlas con las manos, para
limpiar un poco de trigo con el
que saciar el hambre, se
considerarían muy observantes
de las normas legales, pero
carecían de sentido común. En
cambio Jesús no era sólo un La tradición atribuye a la sabiduría de Salomón el libro de los Proverbios
(Grabado: Salomón recibe a la reina de Saba. G. Doré).
hombre ponderado y prudente,
sino la misma Sabiduría divina n un primer mo- ra ser feliz y tener éxito en estos textos se conten-
hecha hombre. Si en el Antiguo
Testamento el rey Salomón era E mento, los sabios
de Israel razonan
a partir de la observa-
que existían en otros
pueblos, sobre todo
Egipto y Mesopotamia,
ga no solamente la fe de
Israel, sino también la ri-
queza de civilizaciones y
el prototipo de hombre sabio, ción de la naturaleza y si bien impregnándolas culturas ya desapareci-
Jesús puede decir con toda de las consecuencias de su fe en el Dios de das. Casi por un designio
verdad que aquí hay algo más personales y sociales Israel, y acentuando co- particular, Egipto y Meso-
que Salomón. que tienen las acciones mo norma de sabidu- potamia hacen oír de
humanas. De ahí que la ría el «temor del Se- nuevo su voz, y algunos
Profundizar en el conocimiento sabiduría incluya tanto ñor». Es el Señor quien rasgos comunes de las
de la sabiduría es ahondar en el el conocimiento de las garantiza que le vaya culturas del antiguo
conocimiento de Dios, la Verdad ciencias naturales como bien a quien obra el Oriente reviven en estas
suprema. Por eso, los sabios y el juicio recto sobre la bien; y que le vaya mal páginas ricas de intuicio-
conducta humana. a quien obra el mal. nes muy profundas. No
el conocimiento de la sabiduría es casual que, en el mo-
Como ha señalado
en Israel constituyen una etapa Juan Pablo II, refirién- mento en el que el autor
importante en el largo de LA TRADICIÓN dose a los libros sapien- sagrado quiere describir
camino de preparación hasta la SAPIENCIAL EN ISRAEL ciales del Antiguo Testa- al hombre sabio, lo pre-
mento, lo que llama la sente como el que ama y
plenitud de la Revelación
Los sabios israelitas atención en la lectura, busca la verdad.. `Feliz el
alcanzada en Jesucristo. asumen como propias hecha sin prejuicios, de hombre que se ejercita en
muchas enseñanzas so- estas páginas de la Escn- la sabiduría, y que en su
Por Francisco Varo Pineda bre la forma de vivir pa- tura, es el hecho de que inteligencia reflexiona,
2. que medita sus caminos en su se aprecia a primera vista escuelas ordinarias del anti- tinados a la instrucción de
corazón, y sus secretos consi- un orden bien definido. No guo Israel, el descubrimien- los jóvenes en la corte de
dera (Si 14, 20-21) quot;. (Fidel et obstante, se pueden distin- to de algunos textos didácti- Jerusalén. Más adelante se
Ratio, n. 16). guir siete colecciones, de cos de estilo «sapiencial» irían añadiendo, una tras
Pero el presupuesto de diverso origen y antigüedad, empleados en las escuelas otra, las demás colecciones
la sabiduría tradicional so- algunas de las cuales llevan egipcias o mesopotámicas de diversas procedencias,
bre las consecuencias del un título propio en su enca- hace pensar a algunos estu- hasta que el redactor final le
actuar humano es sometido bezamiento. Esas siete co- diosos que los textos bíbli- dio su forma actual. Al reali-
en esos escritos a una refle- lecciones van precedidas cos de esas características zar esta tarea, compuso un
xión más profunda a partir por un largo prólogo, en el habrían podido tener un ori- largo prólogo, con un estilo
de la experiencia y de la que se hace una invitación a gen similar. propio e inconfundible, pa-
misma razón que busca sin la adquisición de la sabidu- La tradición de Israel ra que sirviera de introduc-
descanso la verdad. Esto su- ría, y se cierran con un bello atribuía a Salomón una ción al «manual» de senten-
cede con los libros de Job, epílogo. sabiduría extraordinaria cias y animase a su
el Eclesiastés y el Eclesiás- El origen exacto de las que se había plasmado en aprendizaje, y situó el her-
tico (ver recuadro). colecciones de refranes y tres mil comparaciones y moso poema de la <~mujer
Pero en ese gran tesoro sentencias contenidas en el proverbios (cfr. 1 R 5,12). fuerte» como colofón final.
de la literatura sapiencial hay libro de Proverbios sigue Esa creencia queda reflejada A su prólogo le puso como
dos libros de la Biblia, proce- siendo en la actualidad obje- en Proverbios, donde se re- título ,Proverbios de Salo-
dentes de dos contextos cul- to de estudio. Por una parte, cogen varias colecciones món». Título que abarca
turales distintos, aunque con parece probable que mu- atribuidas al rey sabio. Tal desde entonces toda la
la base común de la tradición chos proverbios procedieran dato concuerda en cierto obra. Esta última fase del
religiosa de Israel, que han del ámbito familiar, que es modo con el hecho de que, proceso tuvo lugar en la
tenido mayor repercusión en donde se adquiría la primera en este libro, los proverbios época post-exílica y se cul-
la literatura posterior, y en instrucción necesaria para más antiguos reflejan una minó probablemente duran-
los que conviene detenerse desenvolverse en la vida. Un estructura social que encaja te los últimos años de la do-
un poco más. Se trata del li- buen número de ellos eran en el contexto histórico de minación persa en el siglo
bro compuesto en un am- fruto de la experiencia, de la la monarquía, en la época IV a.C. Sin embargo, todavía
biente cultural semítico, co- observación de la realidad y anterior al destierro (siglos no estaba fijada la secuencia
mo es Proverbios; y otro de una profunda reflexión X-VI a.C.). Por eso, es pro- con la que se ordenaban las
escrito según los moldes cul- sobre ella, que llevaba a acu- bable que el núcleo original distintas colecciones que lo
turales del helenismo, que es ñar en máximas esa sabidu- del libro fuera una recopila- integran, como lo muestra
sabiduría. ría experimental. ción de esos proverbios, el hecho de que en la ver-
Por otra parte, parece bien en forma oral o escrita, sión griega aparezcan con
también probable que otros que se completó más tarde distinta disposición.
EL LIBRO muchos aforismos tuvieran (en torno al año 700 a.C.) Juan Pablo II ha hecho
DE LOS PROVERBIOS su origen y fueran recopila- con la colección de los pro- notar cómo en este libro se
dos en un ámbito escolar. verbios de Salomón que co- muestra que Israel con su
El libro de los Proverbios Aunque no se conoce con piaron los hombres de Eze- reflexión ha sabido abrir
es una recopilación de má- certeza el contenido de la quías, rey de Judá (Pr 25,1) a la razón el camino ba-
ximas de sabios donde no formación impartida en las y que quizá estuvieran des- cía el misterio. En la reve-
e: ECLESIASTÉS Y ECLESIÁSTICO
El libro de Job presenta en forma impíos, a sabios e ignorantes, y hace que La fuerza de la filosofía griega, exten-
dramática el sufrimiento del hombre jus- todo sea vanidad, es decir, esfuerzo inútil. dida a partir del siglo III a.C. por todo el
to. Aunque en la redacción final del libro Es una voz que se alza frente a formas de próximo oriente, lleva también a los sa-
no se cuestiona directamente la validez pensar apocalípticas que, ya hacia el siglo bios judíos a reafirmar la sabiduría de Is-
de la enseñanza según la cual Dios col- IV a.C., imaginaban de forma simplista una rael. En el libro del Eclesiástico, Jesús
ma de bienes de este mundo al que le es retribución material después de la muerte, ben Sirac, hacia el año 190 a.C., propo-
fiel, sin embargo queda recogida con y frente a las tendencias hedonistas y ma- ne de nuevo las enseñanzas de la sabi-
fuerza la insatisfacción que producen al- terialistas propagadas por corrientes de la duría israelita tradicional. No parece olvi-
gunas de estas enseñanzas, tal como las sabiduría griega, que negaban el más allá dar, sin embargo, algunas de las agudas
exponen los amigos de Job. El dolor hu- y centraban la existencia en la búsqueda cuestiones antes planteadas, y encuen-
mano —se enseña ahora— es una prue- de una felicidad terrena. El libro del Ecle- tra en el conocimiento y práctica de la
ba permitida por Dios en la que el hom- siastés presenta una sabiduría realista Ley de Moisés, y no sólo en el «temor del
bre puede manifestar su fidelidad. que, considerando el carácter efímero de Señor», la verdadera sabiduría que trae
También en el libro del Eclesiastés toda vida humana, y asumiendo lo que en la felicidad al hombre. El premio de los
son sometidas a juicio las propuestas de la realidad se aprecia por la experiencia, justos consiste sobre todo en el buen re-
sabiduría tradicional sobre el sentido de la orienta, a pesar de todo, a vivir en el «te- cuerdo que de ellos tendrán sus descen-
vida. Él' autor se fija en la universalidad de mor del Señor», es decir, en la reverencia y dientes, y no tanto en los bienes materia-
la muerte que alcanza por igual a justos e reconocimiento de Dios y de sus obras. les recibidos en esta vida.
3. lación de Dios ha podi- co y cultural muy dis-
do sondear en profun- tinto, ofrece una refle-
didad lo que la razón xión sobre el mundo,
pretendía alcanzar sin el hombre y la acción
lograrlo. A partir de esta de Dios en la historia
forma más profunda de humana que constituye
conocimiento [el de la un excelente testimo-
Revelación], el pueblo nio acerca de cómo ca-
elegido ha entendido da hombre puede acer-
que la razón debe carse al conocimiento
respetar algunas re- de la sabiduría desde
glas de fondo para ex- su propio ambiente.
presar mejor su propia Aunque el libro no
naturaleza. Una pri- contiene referencias
mera regla consiste en explícitas en orden a
tener en cuenta el he- su datación, ésta ha de
cho de que el conoci- situarse con posteriori-
miento del hombre es dad al año 200 a.C., fe-
un camino que no tiene cha aproximada de la
descanso; la segunda traducción de los Se-
nace de la conciencia tenta, y con anteriori-
de que dicho camino no dad a las Cartas de San
se puede recorrer con el Pablo, que parece co-
orgullo de quien piensa nocerlo. La mayoría de
que todo es fruto de una los estudiosos se incli-
conquista personal, nan por la segunda
una tercera se funda mitad del siglo I a.C.
en el quot;temor de Diosquot;, Por otra parte refleja la
del cual la razón debe situación en que vivía
reconocer a la vez su la numerosa colonia
trascendencia soberana judía en Alejandría
y su amorprovidente en de Egipto en esa épo-
el gobierno del mundo. _ ca.
Cuando se aleja de es- La deslumbrante
tas reglas, el hombre se cultura helénica había
expone al riesgo del fra- impregnado la vida de
caso y acaba por en- El libro de los Proverbios adopta una actitud razonable respecto al helenismo las ciudades del delta
(Grabado: Castigo de Antíoco, de G. Doré) del Nilo, y los muchos
contrarse en la situa-
ción del quot;necioquot;. Para judíos que habían fija-
la Biblia, en esta necedad los Proverbios. Aunque los conducta. Os hemos ido le- do su residencia en Alejan-
hay una amenaza para la Padres de la Iglesia son yendo los hechos de los pa- dría se encontraban en fuer-
vida. En efecto, el necio se conscientes de que sus con- triarcas o los consejos del li- te tensión: de un lado, los
engaña pensando que cono- sejos responden a un mo- bro de los Proverbios a fin lazos religiosos y de cos-
ce muchas cosas, pero en re- mento particular en el desa- de que, instruidos y forma- tumbres les mantenían in-
alidad no es capaz de fijar rrollo progresivo de la dos por estas enseñanzas, os sertados en la tradición de
la mirada sobre las esencia- revelación, que habría de al- fuerais acostumbrando a re- sus antepasados; pero de
les. Ello le impide poner or- canzar su culminación en la correr el mismo camino que otro, era evidente que no
den en su mente (cfr. Pr 1, doctrina de jesucristo y en nuestros antepasados y a podían vivir al margen de la
7) y asumir una actitud la predicación apostólica, obedecer los oráculos divi- nueva cultura que había tra-
adecuada para consigo mis- recurren a él en la instruc- nos, con lo cual, renovados ído el helenismo.
mo y para con el ambiente ción de los cristianos para por el bautismo, os comp¿r- La atracción del helenis-
que le rodea. Cuando llega formar su carácter de acuer- téis como exige vuestra ¿on- mo constituía un peligro pa-
a afirmar: quot;Dios no existequot; do con el orden de la natu- dición de bautizados (Tra- ra la identidad judía. Una
(cfr. Sal 14 (131, 1), muestra raleza, de modo que luego tado sobre los misterios, actitud de cerrazón y aisla-
con claridad definitiva lo puedan acoger mejor la ma- n. l). miento no era razonable ni
deficiente de su conocimien- nifestación de los misterios posible. La posición delau-
to y lo lejos que está de la divinos. tor inspirado de Sabiduría
verdad plena sobre las co- Así se expresa, por ejem- EL LIBRO DE LA SABIDURÍA fue la más sabia y positiva:
sas, sobre su origen y su des- plo, San Ambrosio al co- afirmar los valores fundó-
tino (Fides et ratio, 18). mienzo de sus catequesis Un contrapunto y com- mentales del legado relb
En la tradición cristia- para los recién bautizados: plemento admirable al libro gioso de Israel y aprove_
na es muy apreciada la Hasta ahora os hemos veni- de los Proverbios lo consti- char, con capacidad crítica y
educación en las virtudes do hablando cada día acer- tuye el libro de la Sabiduría., . a la luz de la religión del
que proporciona el libro de ca de cuál ha de ser vuestra Desde un contexto geográfi= Dios único, las aportaciones