1. SANTIDAD CRISTIANA, 10 Las tres formas de oración no son excluyentes entre sí. Las oraciones vocales proporcionan abundante alimento para la meditación perso- nal. Por su parte, al meditar, muchas veces se pasa a la contemplación (siempre es don que concede Dios). Otras veces, la contemplación se desborda en oraciones vocales y jaculatorias. Y viceversa : “sé que muchas personas, rezando vo- calmente -como ya queda dicho-, las levanta Dios , sin saber ellas cómo, a subida contemplación” ( Santa Teresa de Jesús, Camino de Perfección 30, 7 ). Gr 70 de 75
2. SANTIDAD CRISTIANA, 11 El fruto del trato con Dios, de la auténtica vida interior , se manifiesta en toda la vida de la persona: en su caridad, en su trabajo, en su alegría, etc.. Sin cambiar nada por fuera, se trata de “un nuevo modo de pisar en la tierra, un modo divino , sobrenatural, maravilloso” ( San Josemaría, Amigos de Dios 297 ). “ Dios nos espera cada día . Sabedlo bien: hay un algo santo, divino , escondido en las situaciones más comunes , que toca a cada uno de vosotros descubrir” ( San Josemaría, homilía, 8.10.1967 ). Gr 71 de 75
3. SANTIDAD CRISTIANA, 12 “ Seguir a Cristo : éste es el secreto. Acompañarle tan de cerca, que vivamos con Él, como aquellos primeros doce; tan de cerca que con Él nos identifiquemos ” ( San Josemaría, Amigos de Dios 299 ). En ese seguimiento, se pueden señalar cuatro escalones: buscarle, encontrarle, tratarle y amarle . “ Buscadlo con hambre, buscadlo en voso- tros mismos con todas vuestras fuerzas. Si obráis con este empeño, me atrevo a garantizar que ya lo habéis encontrado , y que habéis comenzado a tratarlo y a amar- lo ” ( San Josemaría, Amigos de Dios 300 ). Gr 72 de 75