LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
CONGRESO TERESIANO CHILE - Hna. Luisa Escobar: Santa Teresa: Ser mujer. Condicionamientos sociales y eclesiales
1. 1
SANTA TERESA: SER MUJER
Condicionamientos Sociales y Eclesiales
en su Proceso de Maduración Evangélica y Compromiso Social
INTRODUCCIÓN
El titulo con que me han propuesto compartir esta ponencia, busca invitarnos a la
conversación. Ha hablar de Teresa como mujer en tiempos difíciles, lo digo desde
ya. Nuestro recorrido nos sitúa primero en el contexto histórico, social y religioso
para la mujer del siglo XVI, al que daremos un buen espacio intentando abarcar todo
el panorama antifeminista de la época, para luego reconocer el proceso liberador y
transformador de Teresa como mujer mística, que responderá a la premisa de
maduración evangélica. Puntos de los cuales iremos extrayendo someramente sus
aportaciones actuales. En las conclusiones focalizaremos brevemente algunos
desafíos pastorales, porque Teresa siempre nos desafía nos despierta el deseo, a los
que podemos estar atentos/as y dejarnos aportar por lo teresiano.
Esta exposición se ubica principalmente en la etapa ya madura de la Santa, su etapa
mística y su etapa fundacional, desde donde leeremos su contexto y proceso de
maduración evangélico y social.
Me importa decir aquí que ha habido, al mirar a Teresa, una descomposición entre
su vida mística y su vida humana, con los pies en la tierra. Ha sido más sujeto de
admiración que ejemplo valido y modelo de referencia para mujeres y varones, para
todo creyente. Teresa no es una mera figura del pasado sino una referencia del
presente que está para que mueva en nosotros actitudes y grandes deseos.
Su experiencia mística no la separó del mundo sino que le dio nuevo impulso para
agudizar su sensibilidad, para mirar alrededor. Teresa es una mujer extraordinaria.
De talla universal, comprometida con la sociedad la iglesia de la época.
Su ser mujer irradia toda su experiencia y nos irradia hoy también aquí, con su
original manera de enfrentar los conflictos del época que vivió. El talante teresiano
es una referencia para nosotras y un tesoro sorprendente para los corazones de los
varones que hoy serán tocados.
Espero en este breve tiempo responder con claridad al título de mi exposición.
2. 2
CONTEXTO HISTÓRICO
Teresa vive en “tiempos recios”, no más fáciles que los nuestros. Es el siglo de oro
español. Un tiempo de profundas transformaciones e inquietudes religiosas.
En una primera etapa, con Carlos V, España se abre a Europa y no queda fuera de la
demanda social de reforma, una religiosidad más evangélica, de mayor interioridad
y menos formalismo. Pero la cristiandad se divide en dos: católicos y protestante y
aparecen focos de herejía. Es en esta etapa que se promueve la lengua romance,
contra el latín. Es la lengua del pueblo que permite acceder a la lectura y por tanto a
la cultura, a un grupo más amplio de la sociedad española. De hecho, Teresa
contribuirá a fijación del castellano en la etapa final de su desarrollo. El nuevo
castellano (que conoceremos con Cervantes y el Quijote) en el que “escribe como
habla”. Y ese “habla”, es como habla el pueblo llano de Toledo, no el cortesano.
Bien, Esta primera etapa de gran apertura, coincide con la niñez y la juventud de
Teresa y sus primeros años en el convento en la Encarnación. Un contexto, entonces,
que le permite leer toda clase de libros y acceder a una cierta cultura.
Pero con Felipe II se cierran las puertas a Europa para evitar la contaminación del
sisma. Sin embargo, continúa en el ambiente esta inquietud de una experiencia
religiosa más auténticamente vivida y no solo pensada. El concilio de Trento
intentará dar respuesta esta inquietud, que podemos decir, sigue presente en nuestros
tiempos. Teresa, ya madura, fue testigo de las transformaciones de Castilla. Vivió el
paso a una postura anti-reformista y cerrada que persiguió todo indicio de distorsión
de la doctrina. Serán, de 1560 a 1570, los tiempos más críticos que coinciden con la
etapa fundacional de Teresa 1562.
En una sociedad sacralizada, patriarcal y clasista como la del S XVI, nace una
mujer que piensa, lee, se instruye y tiene su cabeza y corazón en el momento que le
toca vivir, es consciente de que la historia la manejan unos pocos.
Determinante es comprender, para nuestro objetivo, en este contexto del S. XVI, los
conflictos sociales y eclesiales (casi no los podemos separar en esta época) que
influyen en el proceso de maduración evangélico y social de la Santa y de los cuales
desprenderemos algunas aportaciones a nuestra vida. Los reduciremos a dos puntos
centrales: el ambiente antifeminista de la época y el conflicto religioso, que
confluyen en una encrucijada que Teresa enfrentará como mujer y mística.
3. 3
Una de las claves más decisivas para comprender la personalidad de santa Teresa, la
originalidad de su empresa reformista y la inteligencia de sus escritos, y que gracias
a la nueva historiografía se va alumbrando en todo su alcance, es el hecho de ser
mujer, su consciente condición femenina; premisa que no se puede eludir y que no
siempre se la ha sabido situar en las concretas circunstancias de su tiempo. El caso
de Teresa es considerado entre los especialistas como ejemplo de feminismo precoz.
De hecho, los problemas y las dificultades fundamentales que acompañaron su
difícil trayectoria le vinieron precisamente de aquí, de esta condición natural, en una
sociedad fuertemente masculinizada, brutalmente antifeminista, como era la de
aquella Castilla del siglo XVI, que consideraba a la mujer así, sin más, solo por ser
mujer, como un ser inferior. Pero además, tenía sobre todo en su contra una
situación ideológica que hacía aún más denso el entramado de discriminaciones y
menosprecios cuando de mujeres espirituales se trataba, esto porque entonces había
cuajado un estado de opinión que asociaba a los círculos de mujeres espirituales con
los riesgos del alumbradismo y del peligro protestante. De manera que, ante aquel
ambiente, santa Teresa, por ser mujer, de linaje judeoconverso, lectora empedernida,
indomable escritora, espiritual, animadora de círculos orantes, de un movimiento
eclesial para mujeres, puede decirse que caía en todas las posibilidades de sospecha.
Así nos encontramos con otro campo de batalla que ha de enfrentar la Santa. Nos
encontramos ante la situación: reforma protestante v/s reforma católica, que influye
en la conciencia y en la experiencia de Dios del S. XVI. La Teresa madura de la
época de Felipe II, es testigo de la política de protección y del antiromantisismo
español. Dentro del mundo católico pugnan los poderes, entre el papa y Felipe II.
Tan fuerte será esta lucha de poderes que hará que este se erija como el papa
español. Es la política religiosa en lucha de poder con Roma. Y por eso es que
Felipe favorece el proceso de reforma de los descalzos. Son los años finales del
Emperador, en los que culmina el tránsito de una Castilla, como decíamos antes,
abierta a los cuatro vientos, a todas las corrientes europeas, y ahora cerrada sobre sí
misma, rebosante de suspicacias, dominada por el sistema de la Inquisición, por el
espíritu inquisitorial, mejor dicho, y con persecuciones sistemáticas de todo lo que
sonase a protestantismo y movimientos afines.
Es, así mismo, una época de oro en relación a la espiritualidad y la teología
relacionada. En medio del conflicto de la crisis, se produce el florecimiento de
4. 4
distintas corrientes espirituales que tendrán éxito y repercusión en la experiencia
religiosa del pueblo.
Un conflicto, decíamos, que se desarrolla en el ámbito religioso. En el ámbito
teológico espiritual, más claramente, entre letrados y espirituales. Pugna que viene
desde el S. XIV. Se trata de la separación entre la experiencia religiosa
(experiencia Mística) y la reflexión, la teología que se hace en academia que es
intelectual. Se plantean cuestiones de fondo, como ¿a quién corresponde la
dirección espiritual? ¿Quiénes están capacitados? ¿Los que tienen letra? O ¿los que
tienen experiencia?
Teresa encontrará la más fuerte resistencia, como una fuerza enemiga antagónica, en
los letrados los teólogos. Una división de la experiencia de Dios, de la que aun
encontramos evidencias en nuestro tiempo.
Esta lucha entre letrados y espirituales, se concretiza en las posturas contrarias
respecto a la Oración Mental, prohibida para las mujeres. Una aventura a la que se
lanza Teresa con la mayor determinación.
Los letrados postulan a que la oración mental no es para todos, se requiere
formación, sino al menos, la persona debe ser dirigida por quien tiene letras. Son
partidarios de prohibir libros en lengua del pueblo (romance), solo aceptan los
libros en latín pero para ser interpretados por ellos. Es, por tanto, una experiencia
especialmente peligrosa para mujeres. Por su parte los espirituales, consideran que
todos están llamados a la experiencia máxima religiosa (experiencia mística), y en
consecuencia promulgan el acceso a libros espirituales y por tanto a las versiones
que puedan ser leídas por el pueblo (romance) e incluso a la Biblia.
No son tiempos fáciles para la experiencia interior. Teresa se encuentra en la
encrucijada de ser mujer y espiritual; mujer y mística. Suma importancia tendrá
para ella, esta imposición de la oración vocal para las mujeres de parte de los
letrados de la época y el atrevimiento de hacer un camino original, único, en su
condición de ser mujer, a través de la oración mental. Teresa rompe con los
paradigmas establecidos de manera profética.
5. 5
PROCESO DE LIBERACION
1. La mujer transformada y transformadora
En medio de esta sociedad sacralizada, patriarcal, machista, clasista del S. VI,
Teresa nos afirma que siempre es posible hacer algo, que las cosas pueden cambiar
si optamos por una vida más decidida a cambiar y optar por una vida más
comprometida y más coherente al Evangelio. En una sociedad que la castiga por ser
mujer y conversa, ella invita a hacer ese poquito que hay en mí para cambiar la
realidad y desde esta convicción se lanza a una aventura fruto de su trasformación
humana- espiritual, la reforma que se hará visible con la fundación de pequeñas
comunidades de mujeres para renovación de la Iglesia de su tiempo.
Este fruto se hará fecundo después un largo proceso humano-espiritual, como
decíamos. En la primera etapa de su vida, Teresa niña lee libros en romance que la
influyen y que supuso un cambio en ella, la pérdida del fervor de la infancia
dejándose llevar, como nos comenta, por todas las vanidades que podía tener.
Después de los devaneos juveniles se le presenta la encrucijada de elegir estado de
vida: matrimonio o monja. Teresa elige el estado religioso. Y nos dice ella, que la
movía más un temor servil que el amor. Pasa de ser enemiguísima de ser monja a un
cierto contento en los años que pasará en el convento de la Encarnación, que en total
fueron 27.
Sin embargo vive un largo tiempo de crisis y estancamiento en la vida interior. Está
dividida entre Dios y el mundo (ese mundo que describíamos en el contexto
histórico). Tras estos años de crisis, vivirá un momento clave en la cuaresma de
1554. Ante el Cristo muy llagado, siente la fuerza transformadora de esa mirada de
amor y en esa lucha interior que llevaba dentro (según hemos descrito la
problemática espiritual de la época) acaba por ceder y, de la autosuficiencia porque
controlaba a Dios, pasa al abandono (es el momento en que ya deja de escuchar a
quienes ponen en duda su experiencia) y comienza Dios a regalarle gracias. He aquí,
lo que los entendidos llaman la conversión definitiva, nace la Mujer Nueva.
La mujer transformada que transforma lo que ve y lo que le toca, el mundo que se
mueve. Esto porque ha sido transformada por una fuerza interior que le ha sido
regalada. Teresa inicia una nueva vida, la etapa mística. La etapa más importante
de la Santa. Etapa mística que coincide con reinado de Felipe II y la inquisición que
se vuelve sinónimo del miedo institucionalizado.
6. 6
2. La mujer que crea espacios de liberación de la mujer
En esta encrucijada la única respuesta posible es la determinada determinación, de
no parar hasta llegar a la fuente. Teresa es ahora Señora de sí misma y promueve
un cambio de mentalidad, que lo veremos tomar fuerza primero en sus fundaciones,
sustituye el señorío del linaje por el señoría del espíritu, la obsesión del dinero por
la, como ella llama, la honraza de la pobreza; la negra honra, la opinión que de ella
se tiene, su reputación, en un sentimiento de profunda verdad y humildad.
(Teresa se atreve desde la marginalidad, desde la exclusión…a cambiar las claves
sociales y eclesiales que sostenían la vida del SXVI. Una nueva propuesta de
entenderse como mujer, espiritual).
Teresa es consciente de que las mujeres son tratadas como menores de edad (por el
marido o por los clérigos) y enfrenta con energía y estratégicamente el monopolio
machista de la cultura y de la vida espiritual. Podía haberse callado, y aceptar el
orden establecido, pero Teresa habla necesita gritar por eso escribe y actúa. Da voz a
las sin voz y orienta la fuerza de su interior, abandona la cultura del silencio en la
que vive y que le imponen.
Teresa critica el sometimiento injusto y lucha por su liberación espiritual.
Reivindica el derecho a ser oída a su papel activo y su derecho a la oración mental y
acceso a lectura de la Biblia. Su talante luchador e inconformista, su audacia, un
feminismo precoz, su forma revolucionaria de ver su ser mujer tendrá honda
repercusiones en los espacios que recreara dentro de la Iglesia y que concretará en
garantizar el derecho, a las mujeres, de una vida espiritual plena, como objetivo de
su reforma, en los conventos de descalzas. Promoverá la autentificación la vida
religiosa de su época. (estos no son tiempos de andar con cosas de poca monta).
Desde su sensibilidad, lucidez femenina y experiencia espiritual de Dios, va
madurando la reforma como servicio a la iglesia. Introduce en los carmelos nuevas
formas de relacionarse y un nuevo estilo de vida: aquí todas han de ser amigas y
propone la igualdad entre sus monjas, lejos del estilo cortesano del siglo de oro.
Funda grupos de mujeres pequeños, sin rentas, con donaciones y que vivían del
trabajo de sus manos. La idea de un convento pobre era revolucionaria. Promueve
un ambiente culto en un ambiente femenino. Las fundaciones se convertirán en la
gran aventura de su vida, ve el Carmelo con ojos de mujer y desde ahí plasma lo que
hay que vivir en él.
7. 7
Nos tiene el mundo acorraladas, dice la Santa a sus monjas. Con la clausura,
Teresa pretende darles libertad, autonomía, independencia frente a la sociedad y
frente al varón. Les recordaba que dieran gracias por su estado ya que se habían
liberado de la opresión de un marido y que los hombres la dominaran. La reforma
en las fundaciones teresianas supuso la liberación de tanta asfixia convencional.
Trece mujeres que reproducen el colegio de Cristo, mujeres discípulas. En los
conventos, insiste a sus monjas que no se dejen a acorralar, que no se sometan a
nadie sino a Dios.
3. La Mujer subversiva en la aventura del Espíritu
Hoy no decimos que la oración sea peligrosa, a lo más se concebirá como una
pérdida de tiempo. Para Teresa es una actividad peligrosa o subversiva. Porque te
juegas la vida (podías parar en la hoguera) y subversiva porque estaba invirtiendo el
orden natural del asunto, le dicen por aquí no y ella dice por aquí sí. La Mística es
subversiva.
Decíamos, que ser mujer espiritual era una afirmación de riesgo para la Santa.
Teresa, pasa miedos, confusión, turbación, conflicto. Es el momento más complejo
donde ella tiene que batallar con su experiencia religiosa. Cuando irrumpe la
experiencia Mística hay un momento de mucha confusión porque ella no la sabe
interpretar. Y algunos le dirán que su experiencia es del demonio. No corresponde
a lo que dicen los libros que manejan los letrados y que están permitidos, porque su
experiencia humana, su vida, le dicen, no es tan virtuosa para este tipo de oración
(oración mental), no merece esta experiencia. Es la postura de “yo tengo que ser
buena para que Dios me regale”, la premisa es: la vida virtuosa es una conquista.
Cuando Teresa escucha esto de quienes le acompañan e incluso de algunos amigos,
lo sufre terriblemente, tiene dudas. Aunque finalmente afirmará ante quien se le
pare delante que lo que ella vive es de Dios.
Ella se decide por el contrario, ir a la conquista de su espíritu, y lo hace también
por la liberación de otras. Teresa afirma, lucida y desafiante, que no son tiempos de
creer a todos sino a quienes van conforme a la vida de Cristo. Hermanas que no
estáis huecas en lo interior, sepan a quien escuchar. Anima a sus amistades y
monjas a esta aventura del espíritu. Teresa claramente no encaja con el perfil
deseado, sin embargo se mantiene firme en la convicción de que Dios si se
manifiesta en ella, mujer y ruin.
8. 8
En esta aventura interior, la Santa no tiene buenos intérpretes de su espíritu. Y
tendrá que sobrevivir en este tiempo histórico y espiritual. Esta Mujer se atreve a
negar las mentes racionales versus su propia experiencia. Se atreve a dar crédito a
su esta experiencia, relegando el juicio de los que se dicen saber. Y lo hace en un
contexto donde todo el paradigama social y eclesial le lleva a sospechar de sí
misma. Todo era contra mí. Unos se burlan, otros avisaban que se guardasen de mí
y otro que era claro demonio. Teresa nos enseña que toda aventura personal, tiene
que confrontar el rechazo, el conflicto, la contradicción. Hay que tener valor y
determinación (características atribuidas al varón y que Teresa se apropia como
mujer mística). Su apoyo, el eje configurador de su experiencia será siempre Dios.
Teresa en esta encrucijada, no se ahorra la batalla interior. Entre lo que estoy
experimentando y el cuestionamiento que le llega. Entre su experiencia y lo
políticamente correcto. En medio de esta batalla, esta mujer aprende de los caminos
del Espíritu y además lo sistematiza. Se va construyendo así misma, junto a Dios
por deseo de Dios, en mistagoga maestra de espirituales. Vive, comprende su
experiencia y la comunica abriendo así espacios de liberación para otras y otros.
Se convierte en líder de un movimiento de varones y mujeres, que como decíamos al
inicio, buscan vivir una experiencia religiosa más auténticamente evangélica. Una
mujer que se atreve a escribir de Dios y se hace maestra, enseña a otros y no en
quien ha de ser enseñada.
9. 9
CONCLUSIONES
Es mucho lo que Teresa nos aporta para nuestros tiempos. Esta mujer mística no se
ahorra el espanto, sorpresa exagerada de lo que vive en su castillo interior. Muchas,
muchas veces vivimos vidas mediocres, porque ante experiencias humanas no nos
atrevemos a vivir el espanto, la sorpresa de los que está más allá de nuestros
aparentes límites. Dios u otras experiencias, como el amor, la libertad, la justicia
(porque Teresa es para todos, creyentes o no creyentes), nos pueden llevar a una
aventura espiritual extraordinaria. Para ello hemos de vivir, como ella, la
autenticidad de la propia verdad personal. Tocar, palpar, sufrir la propia verdad,
asumir aflixiones y trabajos que ello conlleva ya sea desde dentro o de fuera o de
quienes no soportan tu verdad personal.
Teresa es una innovadora y los verdaderos innovadores tiene que compaginar dos
cosas: la primera, una verdad interior estrictamente personal. Esto es para todos
quienes tengan algo original que hacer y que decir, y que conecta con su verdad, con
lo que creen y apuestan. El camino de la oración mental fue para Teresa senda de
consolidación como persona, de su verdad, de confianza, de suelo firme en su vida.
A partir de ella Teresa crea algo nuevo, absolutamente rupturista y de proyección
histórica. Y la otra cosa, es que eso original, tenga una incidencia social, sino no
produzco novedad hacia otros. Existe una conexión entre lo que hay de valioso
para mí y en la voces de otros que también lo demandan. Teresa tuvo repercusión
social, a través de la fundación de sus conventos y a través de sus obras escritas.
Espacios de libertad para las mujeres y voz de las sin voz.
Los de la Santa, eran tiempos recios para la vida del espíritu, para la vida de la
experiencia. Vivimos en un siglo donde la experiencia tiene la primacía, todo es
valorado y todos quieren experimentar. Aunque no, necesariamente, esta época hace
más fácil la vida del espíritu. Pues bien, Ella nos envalentona a hacer lo poquito que
podamos para no dejar las cosas como están. No contentarse, especialmente nosotras
mujeres, con los limites o las condiciones de posibilidad que intentan pautear desde
afuera unos itinerarios de fe y asumir la propia búsqueda personal. No contentarse
con un itinerario ajeno. Son tiempos recios también los nuestros, con otras
confrontaciones pero en los que Teresa es también palabra, porque ella es una
mujer extraordinaria, está a vida o muerte en cada palabra en cada gesto. Y nos
invita a darnos del todo, en todo momento
10. 10
Teresa es maestra de oración y humanismo. Su intensa vida interior y estar toda ella,
en medio de las gentes, en las estructuras, la hacen dialogar con naturalidad la fe y la
vida. En este sentido ella es un real aporte a nuestra cultura religiosa actual, donde
(afirman algunos sociólogos) la transmisión religiosa no ha desaparecido, sino que
se ha transformado. Lo que da paso a una de las tareas pastorales más urgentes y
decisivas de la Iglesia que es la iniciación a la experiencia de Dios. Pues, si en la
iniciación catequética no se alcanza una experiencia de Dios significativa y emotiva,
toda construcción de apropiación doctrinal carece de fundamento donde apoyarse, es
como un castillo en el aire y no un Castillo interior que consolide a la persona.
Pues bien, en un tiempo en que se busca con verdadera ansiedad esa fuente interior,
pero que no siempre se tiene la suerte de encontrar los caminos y los/las maestros
adecuados, santa Teresa tiene la garantía de ser una autoridad indiscutible, de
permanente actualidad.
Su modo de estar en el mundo, en su tiempo y la forma en que ella trasciende las
épocas, nos testimonian a una mujer de temple subversivo, profético, de una
discípula misionera, diríamos hoy, en permanente salida dando respuesta a los gritos
de la realidad desde un conocimiento encarnado y con la más determinada de
terminación de ser lo que estaba llamada a ser por Dios, aunque el mundo se caiga a
sus pies. Que toda ocasión, incluyendo este congreso, sea propicia para que
nosotras y nosotros nos determinemos a ser lo que estamos llamados a ser por el
Espíritu. No vivamos con el espíritu arrinconado, encojidas. Hermanas, varones,
para ser libres nos ha liberado Cristo.