1. Resolviendoconflictos
ÆÆ ¿Estás de acuerdo con mis propuestas de
solución y mi actuar ante esta situación?, ¿por
qué?
ÆÆ ¿Qué cambiarías o mejorarías de mis propuestas
de solución?, ¿por qué?
Se plantea un problema específico para todos los
participantes. Por ejemplo: un conflicto que amerite
tomar una decisión inmediata, en cuanto al trabajo de
uno de ellos o a la educación de un hijo o incluso a su
vida social con los amigos.
Cada participante deberá resolver el conflicto y
escribirá las alternativas de solución en una hoja.
Luego compartirán sus decisiones en el grupo. (Si son
grupos grandes se formarán subgrupos que incluyan
a las parejas).
Después de compartir, se reunirán por parejas y darán
a conocer sus decisiones, agregando las siguientes
preguntas:
Para que finalmente ambos asuman una sola
propuesta, la cuál puede ser la combinación de ambas
o una nueva.
Por último, expondrán en pareja las soluciones
tomadas.
Indicaciones
Nos conocemos
Señor, Tú que con tu poder lo hiciste todo de la
nada y desde el principio de la creación, le diste al
hombre la ayuda inseparable de la mujer y quisiste
que formaran una sola carne, enseñándonos que
nunca es lícito separar lo que quisiste que fuera uno.
Tú que has querido la unión del hombre y la mujer y
has bendecido esta comunidad, establecida desde
el principio, con la única bendición
que no fue abolida ni por la pena del pecado original,
ni por el castigo del diluvio; míranos con bondad
y danos Tu bendición. Concédenos el don
del amor y de la paz.
Señor, te suplicamos que permanezcamos fieles
a la fe y a tus mandamientos y que, compartiendo
nuestra vida, seamos un ejemplo de integridad.
Que seamos robustecidos por la fuerza
del Evangelio y testigos de Cristo delante de todos.
Que seamos fecundos en hijos, padres intachables y
tengamos una ancianidad feliz.
Por Nuestro
Señor Jesucristo.
Amén
El matrimonio como
sacramento de unidad
Tema 7
78 79El matrimonio como sacramento de unidadEncuentro III: Matrimonio, sacramento y fuente de santidad
2. ¿Cuáles son los bienes del matrimonio y cómo se relacionan entre ellos?
¿Por qué es importante «tomar conciencia» de las verdades que la Iglesia enseña?
¿Por qué es difícil en la actualidad entender el valor y la razón de ser de los
sacramentos?
¿Cuáles son las implicancias concretas de aceptar y reconocer el matrimonio
como un sacramento?
¿Por qué necesitamos de los sacramentos?, ¿qué obran en nosotros?
¿Qué ideas erradas se suelen tener sobre el sacramento del matrimonio?
Es una tradición comúnmente aceptada en la Iglesia de hoy lo que San Agustín
afirmaba en su tiempo sobre los caracteres esenciales del matrimonio cristiano: «hijos»,
«fe conyugal o fidelidad» y «sacramento». Ahora nos toca hablar sobre este último:
ÆÆ Una cosa es saber, definir, enseñar; y otra cosa es «adquirir conciencia» -esto
es decisivo. Adquirir conciencia es percibir al ser como elemento de la realidad,
aprehender el lugar que el objeto ocupa en nuestra vida y en la del universo.
ÆÆ Adquirir conciencia de una verdad doctrinal es descubrir el lugar que esta doctrina
ocupa en el conjunto de lo que constituye la verdad y las consecuencias prácticas
que de ello se derivan.
Los bienes del matrimonio: hijos, fe conyugal
o fidelidad y sacramento
ÆÆ «Se entiende por sacramento a unos signos sensibles que significan y producen la
gracia en el alma, en virtud de la Encarnación del Verbo; esto es, de la institución de
Cristo».
ÆÆ Dios, para quien nada de lo humano le es ajeno, ha querido que su amor sea
manifestado a través de formas, símbolos y ritos tangibles.
ÆÆ En todo sacramento hay algo que se ve y otro tanto que no se ve. La experiencia
sacramental nos introduce en el misterio del amor de Dios. Un símbolo sagrado dice
mucho más que lo que la mente humana puede entender o intuir.
ÆÆ La celebración del matrimonio ha ido perdiendo su aspecto sagrado y misterioso
debido a las exigencias materiales que uno mismo y su circunstancia hemos impuesto:
el diseño del parte, la elección de la Iglesia y muchos etcéteras más. ¿Dónde queda
lo sagrado?, ¿dónde se recuerda el Misterio que se celebra?, ¿dónde queda el
sacramento?
ÆÆ El sacramento «significa» la gracia, su acción nos introduce en la comunión divina.
Su finalidad es hacernos cada vez más partícipes del amor de Dios y señalarnos el
camino de su Plan para nuestra perfección y santidad. Sin la «apertura» sincera a la
gracia, el sacramento no tiene razón de ser.
ÆÆ El sacramento opera un cambio ontológico (relación al ser en su totalidad) en la
persona. La cuestión es clara: hay un antes y un después cuando se ha recibido el
sacramento.
El matrimonio es un «sacramento»
80 81El matrimonio como sacramento de unidadEncuentro III: Matrimonio, sacramento y fuente de santidad
3. ¿Cómo nos debemos preparar para recibir los sacramentos en general y el del
matrimonio en particular?
¿Por qué es tan importante para los novios y esposos tener una vida espiritual
intensa y permanente?
¿Cuáles son las semejanzas y las diferencias entre un matrimonio natural y un
matrimonio católico y religioso?
¿De dónde proviene la confusión en torno a la sacramentalidad del matrimonio
religioso?
ÆÆ El matrimonio es una “institución natural”, es decir que existe fuera de la religión
cristiana y fuera de toda religión, como institución social, regida por la naturaleza del
hombre.
ÆÆ La unión conyugal fue reconocida como realidad humana y a la vez divina. El
matrimonio cristiano es la institución natural del matrimonio, y al mismo tiempo ya no
lo es, porque ha llegado a ser sacramento, instrumento de vida divina.
ÆÆ El matrimonio es el acto natural que se convierte en sacramento en el cristianismo.
En palabras del Papa Pío IX: «El matrimonio civil no es más que un concubinato». Hay
que tener conciencia de la acción transformadora del sacramento. Por lo tanto, no
existen dos matrimonios; el único que con propiedad puede llevar este nombre es el
realizado en la ceremonia religiosa.
ÆÆ El matrimonio es un sacramento de unidad, cuya finalidad es la conversión permanente
de los esposos y la aceptación alegre de las exigencias individuales, conyugales y
familiares que de ello se deriven. Los esposos son los «Ministros».
ÆÆ Dios se manifiesta a su pueblo, mostrándose como Padre, Pastor y también como
Esposo. Este nombre de «esposo» es usado como expresión de su fidelidad al pueblo
escogido. Al emplearse este simbolismo, la Sagrada Escritura nos está presentando
al mismo Dios como modelo para los esposos humanos.
ÆÆ En el Evangelio, el Señor Jesús es el Esposo que celebra sus bodas con la humanidad.
En la Sagradas Escrituras nos encontramos con distintos pasajes que nos hablan de
los esponsales.
ÆÆ A diferencia del Antiguo Testamento en donde se destaca la fidelidad de Dios para
con su pueblo; en el Nuevo Testamento se resalta la celebración de las bodas, la
llegada del Novio que desea encontrarse con aquellos que prudentemente esperan
su venida.
ÆÆ Es importante recalcar la relación íntima de los esposos y su consiguiente apertura
a la vida. Si algo se nos ha revelado de esa unión mística es su eficacia de vida. Al
mismo Cristo se le llama «El Príncipe de la Vida» y es así como lo alabamos todavía.
ÆÆ No es suficiente decir que Cristo da la vida a su Esposa, la Iglesia. En esta unión
misteriosa, lo primero, es el don de vida que hace Cristo. La comunicación de vida
es un aspecto esencial de esa unión, pero existe otro, esencial y evidente: el amor.
El matrimonio natural y el matrimonio cristiano
El Señor Jesús es el Esposo
El amor místico que da la vida
Semejanzas Diferencias
82 83El matrimonio como sacramento de unidadEncuentro III: Matrimonio, sacramento y fuente de santidad
4. ÆÆ Unidad y vida son dos misterios inseparables. El amor con que Dios ama es una
comunicación de vida, ello es amor. Esta modificación consiste en que hemos
«pasado de la muerte a la vida», siendo el amor conyugal signo sagrado de este amor
misterioso de Cristo por su Iglesia.
ÆÆ Todo acto de amor es a la vez procreador o no es verdadero amor. Es así que la
intención de fecundidad debe acompañar el actuar y obrar de los esposos a lo
largo de su existencia en común. Si el amor de Dios genera cambios en el corazón
del hombre; es el amor humano el destinado a producir un cambio en la sociedad
humana.
¿Qué alcances para la vida de los cónyuges devienen al considerar que Dios ha
hecho del matrimonio, signo del amor de Cristo por su Iglesia?
Toda verdad, y con mayor razón si viene del Cielo, transforma nuestras vidas con la
finalidad de obrar rectamente.
Terminamos esta reflexión ofreciendo a manera de síntesis algunas de las consecuencias
que se desprenden de considerar al matrimonio como sacramento:
ÆÆ Dios no abandona nunca a su suerte a los esposos; más bien, considerando la
fragilidad e imperfección del amor humano, viene en su ayuda mediante la gracia.
ÆÆ La gracia de Dios o poder divino nos viene por los sacramentos.
ÆÆ El matrimonio como sacramento tiene efectos beneficiosos en nuestra propia
naturaleza personal, y en orden a una mayor unidad y fecundidad.
ÆÆ Al considerar la bendición divina, los esposos tienen la garantía que existe un “tercer
factor” en su amor, el que garantiza a su vez que sea un camino de felicidad, pase lo
que pase.
ÆÆ Sólo es posible el beneficio pleno de los sacramentos dentro de un contexto de vida
cristianamente activa.
ÆÆ El matrimonio no es sólo una celebración de amor ya existente, es el ingreso a una
vida en comunión con Dios-Amor.
ÆÆ La mejor preparación para recibir el sacramento del matrimonio es mediante una vida
espiritual intensa.
ÆÆ El sacramento del matrimonio es la garantía divina de que el amor humano se irá
perfeccionando.
ÆÆ Recibir el sacramento del matrimonio debe ser motivo de orgullo.
ÆÆ La conciencia sacramental es un aliciente para la fidelidad, otro de los bienes de la
unión conyugal.
ÆÆ La íntima unión del amor conyugal, bendecida y elevada por el sacramento, es la
razón por la cual cada esposo santifica al otro mediante sus obras de caridad. Su vida
en común es camino de santidad.
ÆÆ El matrimonio debe alimentarse de los demás sacramentos, en especial del
sacramento de la Reconciliación o Penitencia y de la Eucaristía.
ÆÆ Este sacramento de unidad no desaparece en vida. Ha sido enriquecido con tal
bendición de Dios «que no ha sido abolida ni por el castigo del pecado original ni por
el castigo del diluvio».
ÆÆ No puede separar el hombre lo que Dios ha unido. Hechos tan graves como la
infidelidad deshonran dicha unión, la lesionan, pero nunca la eliminan. El sacramento
ya está dado. El Plan de Dios no cambia; la acción de su amor misericordioso y
transformador es permanente.
Consecuencias para la vida de los esposos
Según esta consideración última, ¿qué acciones podrían realizar para mantener la
unidad en su matrimonio?
¿Cómo podemos vivir rectamente dentro del matrimonio?
84 85El matrimonio como sacramento de unidadEncuentro III: Matrimonio, sacramento y fuente de santidad
5. Dialoguemos
en pareja
¿Cómo nos vamos a preparar desde ahora para acoger debidamente el sacramento que vamos a
recibir?
¿Qué tan conscientes somos de la gracia especial que recibimos junto con los sacramentos?
¿Cómo vamos a acrecentar nuestra vida espiritual?, ¿a qué nos podemos comprometer?
¿De qué forma esta conciencia nos ayudará a superar los momentos de crisis que se puedan
presentar en nuestra relación conyugal?
¿A qué nos compromete saber que Dios ha querido que nuestro futuro matrimonio sea signo del
amor de Cristo por su Iglesia?
¿Con qué medios concretos vamos a conservar la conciencia de nuestro matrimonio como
sacramento, ¿qué dificultades se nos pueden presentar en esta tarea?
Medios Concretos
Dificultades
¿Qué criterios de los que hemos aprendido en este tema nos ayudarán a respetar «al unísono» la
naturaleza procreativa y unitiva de todos nuestros actos conyugales?
86 87El matrimonio como sacramento de unidadEncuentro III: Matrimonio, sacramento y fuente de santidad