1. IMPLICACIONES SOCIALES DEL
BULLYING
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Este fenómeno del Acoso Escolar (bullying), tiene consecuencias en nuestra sociedad visibles
en varios estudios que coinciden en que la media de víctimas en Europa es del 11,5% y la de
agresores del 5,9%. Las cifras de España son algo superiores a la media, con un 14,5% de víctimas
y un 7,6% de agresores. El porcentaje de víctimas es así mismo de los más altos. El problema del
acoso escolar en España es más frecuente de lo que se quiere reconocer.
Frente al dato de la multitud de casos de Bullying, encontramos que en la mayoría de ellos, el
acoso no es denunciado por las víctimas.
Y si nos preguntamos ¿dónde puede estar el motivo de tanto acoso escolar?, encontramos
datos como que los medios de comunicación, especialmente la televisión, se han convertido en un
referente educativo informal de gran importancia en el desarrollo y el aprendizaje de los
niños/niñas y adolescentes. No es que los medios de comunicación puedan explicar la violencia
infantil y juvenil, sino que la visión de programas violentos socialmente aceptados puede unirse a
otros factores de riesgo. En este sentido, los servicios sociales, policiales o jurídicos juegan un
importante papel en la prevención del abuso.
Los casos de acoso escolar no son tan aislados como se quería aceptar por parte de
responsables políticos y educadores. Pueden darse casos de acoso que supongan verdaderas
torturas para niños/as (sin llegar a extremos fatales) cuyo objetivo sea “estudiar”, o comportarse
de forma diferente.
El acoso escolar es un tema de gran importancia contemplado por la Legislación. El ministro de
Justicia, Juan Fernando López Aguilar, presentó al Consejo de Ministro un informe sobre la
modificación de la Ley Orgánica de Responsabilidad Penal del Menor que, entre otras medidas,
contempla un aumento de hasta dos años en las penas que se imponen a los menores que
cometen los delitos más graves, aunque no sean violentos, como el tráfico de drogas o la tenencia
ilícita de armas. Además, el informe refuerza la protección de las víctimas de la violencia ejercida
por los menores, entre las de acoso escolar. Para luchar contra esta lacra, los jueces podrán
decretar medidas de alejamiento.
CRISTINA E. SILVA MATEO
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Los docentes de los centros, la mayoría de las veces saben lo que ocurre y no emplean medios
necesarios para terminar con el acoso escolar. En algunos casos es falta de medios y en otros, se
mezcla una desmotivación del profesorado bastante elevada, no exenta de falta de preparación o
formación para abordar estos temas.
Los psicólogos recomiendan que los padres y madres denuncien por escrito la situación para
que los centros apliquen el protocolo que tienen en casos de acoso escolar. Están obligados a
hacerlo pero, a menudo, no se hace porque la mayoría de las veces no quieren reconocer el
problema. A veces porque no son conscientes de lo que ocurre en sus aulas o en los pasillos y
otras porque “no vende” este tipo de publicidad.
Finalmente, hay que tener en cuenta que la familia es esencial para la socialización de los niños
y niñas, a través de la transmisión de valores, normas, comportamientos, etc. La familia es la que
tiene que establecer lo que es aceptable en casa y en las relaciones sociales. Según los expertos en
acoso escolar, la ausencia de reglas, la falta de supervisión y de control de la conducta (razonable)
de los hijos fuera del colegio, de lo que hacen y con quién van, una disciplina demasiado dura, la
falta de comunicación y la ocurrencia de tensiones y de peleas en las familias, pueden llevar a que
los hijos adquieran conductas agresivas.