1. AGENDA PÚBLICA — Ícono Gatopardo
El privilegio de alcoba. Rechazó el guión para interpretar
sus melodías y la plegaria estuvo
compuesta de honestidad incisiva que
beber a solas
narcotizó a los fanáticos de la botella.
Encuerada en un jorongo rojo y
con la bendición de los indígenas
huicholes, la dama de cabello blanco
De la garganta de Chavela Vargas emanó la fórmula secreta y arrugas pronunciadas confirmó que la
del sentimiento y la tradición mexicanos, su talento es el soledad sí acompaña. Sus lágrimas no
pariente lejano de la felicidad. pedían pañuelo, sólo una copa de trago
E
fuerte que acostumbran los machos
star con alguien para ser feliz Anita Carmen de Jesús Vargas Lizano, para callar las heridas. Su carácter de
no es una regla. El nacimiento nombre vigente hasta sus 17 años, página chile verde ahuyentaba la flojera y le
y la muerte son de color real que cesó cuando la mujer decidió otorgaba crédito para los excesos, que la
negro, ese matiz que decora la celosa emigrar a México para enterrar el fatal conducían a un encuentro íntimo con el
intimidad del ser humano alegre o recuerdo de su novel existencia. Aquello corazón. Los solitarios, como ella, buscan
miserable que inicia su camino. Al igual no importa tanto como la luz que empezó consuelo en la guitarra que entona el
que el rostro cuando se mira al espejo, a resguardarla en una tierra dominada por reflejo de los sueños rotos.
el llanto es asunto privado del alma. el orgullo del pantalón y los zapatos La obviedad de sus 93 años no
Hostilmente enfrentándose a la mesa, de cuero, que más tarde sonreirían junto reclama reconocimiento ni una lápida
Chavela Vargas rendía cuentas al cielo a su voz enérgica y cargada de pasión. con palabras bonitas. A diferencia de
acerca del hambriento día que era un Mientras las amarguras del pueblo los ilustres, se “bebió” todo en vida.
rescate de pena y complicidad con el avanzan, la lengua libre de La Chamana Sus devotos siguen —a esta hora—
antídoto: el tequila, el compañero fiel se venga del miedo cobarde que puso en celebrando la libertad en las esquinas.
que pagaba tributo a su tristeza. jaque su amor y su destino. Cada paso El día que se olvide a Chavela Vargas,
La mesa de un bar es el refugio vivo suyo perennizó una grieta que desnudó las cantinas serán sepulcros que
de su historia, la misma que se inició en el corpus del arte y la música. No supo custodiarán sus pasos perdidos.
la Costa Rica del siglo xx, cuando la pedir permiso ni rogar perdón. Tampoco ¡Salud por la perpetua evocación!
Vargas fue bautizada como María Isabel compartió sudor con ningún hombre en la — por cristhian vera
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