Este documento resume cuatro secciones del libro de Carlos Marx "El Capital": La transformación del valor de la fuerza de trabajo en salario, el salario por tiempo, el pago a destajo y la diversidad nacional de salarios. Explica cómo el capitalista paga al trabajador menos de lo que produce, ocultando la explotación a través de la forma del salario. También analiza cómo el pago a destajo intensifica la explotación al incentivar jornadas más largas y trabajo más duro. Finalmente, señala que los salarios nacionales varían según la productiv
1. CARLOS MARX
SECCIÓN SEXTA: EL SALARIO
XVII: Transformación del valor o del precio de la fuerza de trabajo en salario
XVIII: El salario por tiempo
XIX: El pago a destajo
XX: Diversidad nacional de los salarios
Daniel Hermosilla
Alvaro Marin
3. XVII: TRANSFORMACIÓN DEL VALOR O DEL
PRECIO DE LA FUERZA DE TRABAJO EN SALARIO
En la superficie de la sociedad burguesa, el
salario del obrero se pone de manifiesto como
precio del trabajo, como determinada suma de
dinero que se paga por determinada cantidad de
trabajo.
Se habla, por otra parte, de los precios de
mercado del trabajo, esto es, de precios que
oscilan por encima o por debajo de su precio
necesario. (Oferta y demanda)
4. XVII: TRANSFORMACIÓN DEL VALOR O DEL
PRECIO DE LA FUERZA DE TRABAJO EN SALARIO
La economía política creyó poder penetrar, a
través de los precios accidentales del trabajo, en
su valor.
Lo que la economía política denomina valor del
trabajo (value of labour) es, en realidad, el valor
de la fuerza de trabajo que reside en la
personalidad del obrero y que es algo tan distinto
de su función, del trabajo, como una máquina lo
es de las operaciones que ejecuta.
5. XVII: TRANSFORMACIÓN DEL VALOR O DEL
PRECIO DE LA FUERZA DE TRABAJO EN SALARIO
Veamos ahora, por de pronto, cómo el valor y el
precio de la fuerza de trabajo se presentan en
su forma transmutada como salario.
El valor del trabajo no es más que una expresión
irracional para designar el valor de la fuerza de
trabajo, de suyo se obtiene el resultado de que el
valor del trabajo siempre tiene que ser
necesariamente menor que el producto del valor,
puesto que el capitalista siempre hace funcionar
a la fuerza de trabajo durante más tiempo que el
necesario para que se reproduzca el valor de la
misma.
6. XVII: TRANSFORMACIÓN DEL VALOR O DEL
PRECIO DE LA FUERZA DE TRABAJO EN SALARIO
La forma del salario, pues, borra toda huella de
la división de la jornada laboral entre trabajo
necesario y plustrabajo, entre trabajo pagado y
trabajo no retribuido. Todo trabajo aparece como
trabajo pago.
Sobre esta forma de manifestación, que vuelve
invisible la relación efectiva y precisamente
muestra lo opuesto de dicha relación, se fundan
todas las nociones jurídicas tanto del obrero como
del capitalista, todas las mistificaciones del modo
capitalista de producción, todas sus ilusiones de
libertad, todas las pamplinas apologéticas de la
economía vulgar.
7. XVII: TRANSFORMACIÓN DEL VALOR O DEL
PRECIO DE LA FUERZA DE TRABAJO EN SALARIO
El movimiento efectivo del salario muestra
fenómenos que parecen demostrar que no se paga
el valor de la fuerza de trabajo sino el de su
función, el trabajo mismo.
Primera: variación del salario cuando varía la
extensión de la jornada laboral.
Segunda: la diferencia individual entre los
salarios de diversos obreros que ejecutan la
misma función.
8. XVII: TRANSFORMACIÓN DEL VALOR O DEL
PRECIO DE LA FUERZA DE TRABAJO EN SALARIO
Finalmente Marx nos planteará que la economía
política clásica ha logrado tropezar con las
verdaderas relaciones de las cosas. Sin embargo
no puede seguir más allá por la conciencia
burguesa desde donde emana tal reflexión.
10. EL SALARIO POR TIEMPO
El salario mismo adopta a su vez formas
sumamente variadas. Se podría hacer una teoría
especial del salario.
La fuerza de trabajo se vende siempre por un
determinado tiempo. La forma transfigurada en
que se presenta diariamente el valor diario,
semanal, etc., de la fuerza de trabajo es el
«salario por tiempo».
La suma de dinero que el obrero percibe por su
trabajo diario, semanal, etc., forma la cuantía de
su salario nominal, o sea, del salario calculado
con arreglo al valor.
11. EL SALARIO POR TIEMPO
Según la cantidad de trabajo diariamente
suministrada por el obrero, el mismo jornal
diario puede representar un precio de trabajo
muy diverso.
En el salario por tiempo hay que distinguir entre
la cuantía total del salario por días, semanas,
etc., y el precio del trabajo.
El precio medio del trabajo se fija dividiendo el
valor medio de la fuerza de trabajo entre el
numero de horas de la jornada de trabajo media.
12. EL SALARIO POR TIEMPO
Tenemos que el precio del salario por tiempo
puede ser el mismo aunque el precio del trabajo
descienda constantemente.
Dada la cantidad del trabajo diario, semanal,
etc., el jornal diario o semanal depende del precio
del trabajo, que a su vez varía con el valor de la
fuerza de trabajo o con las desviaciones entre el
precio y su valor.
Dado el precio del trabajo, el salario diario o
semanal depende de la cantidad de trabajo
rendido por días o por semanas.
13. EL SALARIO POR TIEMPO
Si el salario por horas se fija de tal modo que el
capitalista no se compromete a pagar al obrero
un jornal de un día o de una semana, sino
solamente el de las horas que trabaje (…) podrá
ocurrir que le tenga trabajando menos tiempo
que el que se toma como base originaria para
calcular el salario por horas.
Como dicha unidad de medida está determinada
por la proporción «valor diario de la fuerza de
trabajo» / «jornada laboral de un determinado
numero de horas» aquélla pierde todo su sentido
no bien la jornada laboral deja de contar con un
número determinado de horas.
14. EL SALARIO POR TIEMPO
Así es como queda rota la trabazón entre el
trabajo pagado y el trabajo no retribuido. El
capitalista puede ahora exprimir al obrero una
determinada cantidad de plus trabajo sin
concederle el tiempo de trabajo necesario para su
sustento.
De la ley según la cual «dado el precio del
trabajo, el salario diario o semanal depende de la
cantidad de trabajo rendido», se sigue, que
mientras menor sea el precio del trabajo, mayor
deberá ser la cantidad de trabajo suministrado y
más larga la jornada de trabajo.
16. CAPÍTULO XIX: EL PAGO A DESTAJO
El pago a destajo no es más que la forma transmutada del
salario por tiempo.
Pareciera que el valor de uso vendido por el obrero no fuera la
función de su fuerza de trabajo, el trabajo vivo, sino el trabajo ya
materializado en el producto.
El precio de este trabajo se determina por la capacidad de
rendimiento del productor.
El pago a destajo coexiste con el salario por tiempo, ya sea entre
industrias, en la misma industria pero en zonas geográficas
distintas, o en la misma zona geográfica se le paga de distintas
formas según nacionalidad.
17. CAPÍTULO XIX: EL PAGO A DESTAJO
La forma del pago a destajo es tan irracional como la del salario por
tiempo.
El pago a destajo no expresa directamente ninguna relación de valor.
No se trata de medir el valor de la pieza por el tiempo de trabajo
incorporado a ella, sino, al revés, de medir el trabajo que gasta el
obrero por el número de piezas por él producidas.
En el salario por tiempo, el trabajo se mide por su duración directa;
en el pago a destajo, por la cantidad de productos en que se condensa
el trabajo durante un determinado espacio de tiempo. El precio del
tiempo mínimo de trabajo está determinado, finalmente, por la
ecuación: VALOR DEL TRABAJO DE UN DÍA = VALOR DIARIO DE
LA FUERZA DE TRABAJO.
El pago a destajo, por lo tanto, no es más que una forma modificada
del salario por tiempo.
18. CAPÍTULO XIX: EL PAGO A DESTAJO
Particularidades del pago a destajo:
Calidad del trabajo: El producto debe tener la calidad media para ser pagado
plenamente. De este modo, esta modalidad de pago, se convierte en la más
provechosa fuente de descuentos en el salario y de tropelías capitalistas.
Intensidad del trabajo: Solo el tiempo de trabajo que toma cuerpo en una cantidad
de mercancías previamente determinada y establecida por la práctica es
considerado como tiempo de trabajo socialmente necesario y se remunera como tal.
La práctica establece cuál es el producto medio de una hora. Si el obrero no posee
la capacidad media de rendimiento y no puede, por tanto, brindar el mínimo
determinado de productos diarios, se lo lanza a la calle.
Como la calidad e intensidad del trabajo están controladas por la forma misma del
salario, ésta vuelve superflua gran parte de la vigilancia del trabajo.
Esto constituye la base del moderno trabajo domiciliario y la de un sistema de
explotación y opresión jerárquicamente estructurado.
19. CAPÍTULO XIX: EL PAGO A DESTAJO
Dicho sistema reviste 2 formas fundamentales:
El pago a destajo facilita la interposición de personas parásitas
entre el capitalista y el obrero asalariado, el subarriendo del
trabajo. La ganancia de los intermediarios es: Precio del trabajo
que paga el capitalista – precio que se le entrega al obrero.
El pago a destajo permite al capitalista firmar con el obrero
principal un contrato a razón de tanto por pieza, un precio por el
cual el obrero principal mismo se preocupa de enganchar y pagar
a los obreros auxiliares.
La explotación del obrero por el capital se realiza aquí mediante
la explotación del obrero por el obrero.
20. CAPÍTULO XIX: EL PAGO A DESTAJO
Una vez dado el pago a destajo, el obrero:
Decide emplear su fuerza de trabajo de la manera más
intensa posible, lo que facilita al capitalista la elevación del
grado normal de intensidad.
Decide prolongar la jornada laboral, porque de este modo
aumenta su jornal.
Así, la prolongación de la jornada laboral, incluso con un
pago a destajo constante, implica de por sí una reducción en
el precio del trabajo.
21. CAPÍTULO XIX: EL PAGO A DESTAJO
En el salario por tiempo, salvo escasas excepciones, predomina un salario
igual para las mismas funciones.
En el salario a destajo, el jornal o el salario semanal varía con las
diferencias individuales de los obreros, uno de los cuales suministra el
mínimo de productos en un espacio de tiempo dado, otro el promedio, el
tercero por sobre éste.
Por tanto, en el ingreso real se manifiestan aquí grandes diferencias,
según la habilidad, fuerza, energía, resistencia, etc, del obrero individual.
Sin embargo:
Las diferencias individuales se compensan en el taller en su conjunto y
el salario total pagado corresponde al salario medio de la rama
industrial.
La proporción entre el salario y el plusvalor permanece invariable,
puesto que al salario individual del obrero le corresponde la masa de
plusvalor proporcionada individualmente por él.
22. CAPÍTULO XIX: EL PAGO A DESTAJO
El pago a destajo contribuye a desarrollar la individualidad, el
sentimiento de libertad, la autonomía, el autocontrol del obrero. Aviva la
competencia mutua y recíproca.
TIENDE, PUES, AL ELEVAR LOS SALARIOS INDIVIDUALES POR
ENCIMA DEL NIVEL MEDIO, A REDUCIR ESE MISMO NIVEL.
De esto y de la reducción que antes describía, se desprende que los
patrones recurran, excepcionalmente, a su transformación violenta en
salario por tiempo.
EL PAGO A DESTAJO ES, FINALMENTE, UNO DE LOS PILARES
PRINCIPALES EN QUE DESCANSA EL SISTEMA DE PAGO POR
HORAS. DE ESTO SE DESPRENDE QUE EL PAGO A DESTAJO ES
LA FORMA DE SALARIO MÁS APROPIADA AL RÉGIMEN DE
PRODUCCIÓN CAPITALISTA.
En el período de irrupción y avance de la gran industria, o sea de 1797 a
1815, sirve de palanca para prolongar la jornada laboral y reducir el
salario.
23. CAPÍTULO XIX: EL PAGO A DESTAJO
Al cambiar la productividad del trabajo, la
misma cantidad de productos representa un
tiempo de trabajo diferente. Por tanto, también
se modifica el pago a destajo, puesto que éste
es expresión del precio de un determinado
tiempo de trabajo El pago a destajo
disminuye en la misma proporción en que
aumenta el número de piezas producidas en el
mismo lapso, o sea, en que disminuye el tiempo
de trabajo gastado en la misma pieza.
25. CAPÍTULO XX: DIVERSIDAD
NACIONAL DE SALARIOS
La simple traducción del valor y,
respectivamente, del precio de la fuerza de
trabajo en la forma exotérica del salario
conduce a que todas esas leyes se transformen
en leyes del movimiento del salario. Estas
combinaciones son cambiantes y pueden
manifestarse como diversidad simultánea de
los salarios nacionales.
26. CAPÍTULO XX: DIVERSIDAD
NACIONAL DE SALARIOS
Deben considerarse todos los elementos que
determinan las variaciones en la magnitud del
valor de la fuerza de trabajo:
El precio y el volumen de las necesidades
vitales básicas, naturales e históricamente
desarrolladas
Los costos de educación del obrero
El papel del trabajo femenino e infantil
La productividad del trabajo
Su magnitud intensiva y extensiva
27. CAPÍTULO XX: DIVERSIDAD
NACIONAL DE SALARIOS
Lo mismo que ocurre entre sectores
industriales con las diferencias de
productividad ocurre entre países.
Pero la ley del valor en su aplicación
internacional se modifica aún más por el hecho
de que en el mercado mundial el trabajo
nacional más productivo vale, asimismo, como
trabajo más intenso, toda vez que la nación con
mayor no se vea obligada por la
COMPETENCIA a reducir a su valor el precio
de venta de su mercancía.
28. CAPÍTULO XX: DIVERSIDAD
NACIONAL DE SALARIOS
Distinto desarrollo de producción capitalista
Distintos niveles de intensidad y productividad
nacionales del trabajo
Las diversas cantidades de mercancías del
mismo tipo producidas en el mismo tiempo de
trabajo en distintos países
Tienen valores internacionales desiguales
Distintos precios
29. CAPÍTULO XX: DIVERSIDAD
NACIONAL DE SALARIOS
Por eso el valor relativo del dinero en la nación
con el régimen capitalista de producción más
desarrollado será menor que con relación a una
de menor desarrollo
El salario nominal, será también superior en la
nación desarrollada (esto no quiere decir que
sea válido para el salario real).
.
30. CAPÍTULO XX: DIVERSIDAD
NACIONAL DE SALARIOS
Si nos abstraemos de la diversidad relativa del
valor del dinero en los diversos países, se
encontrará que el jornal es mayor en los
primeros países, mientras que el precio
relativo del trabajo, esto es, el precio del
trabajo en proporción tanto al plusvalor como
al valor del producto, será mayor en la segunda
nación.
A pesar del salario inferior y de la jornada
laboral más larga, el trabajo, en proporción al
producto, es en el continente más caro que el
inglés.