La aventura de aprender "Aguirre Pacheco Arturo Raymundo 1CV5"
1. LA AVENTURA DE APRENDER Pensamientos generales de este magnifico libro lleno de sabiduría neoyorquina escrito por William Pearson Tolley. Escuela Superior de Cómputo Arturo Raymundo Aguirre Pacheco cyberarturo_9.7@hotmail.com
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3. Es sano que al no tener un plan de lectura, podemos empezar por leer la biblia. Leerla de tapa a tapa es una experiencia provechosa.
4. La mayoría de nosotros desarrollamos sólo una fracción de nuestras fuerzas intelectuales, por lo tanto tenemos áreas en la mente que permanecen dormidas toda nuestra primera vida.
5. Tenemos oportunidades sin fin para el crecimiento de nuestro desarrollo y fuerzas intelectuales. Hay que aprovecharlas.
6. La actitud personal es el esfuerzo para alejar el sueño, porque estar despierto es estar vivo.
18. La sobreprotección en la infancia de una rata puede producir estupidez en le cerebro.
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20. Las metas en la vida cambian conforme se nos atraviesan nuevos intereses, experiencias, y perspectivas.
21. El mundo del conocimiento es de infinita maravilla, fascinación y alegría.
22. El saber nutre nuestros más puros apetitos, satisface nuestras más hondas necesidades, cambia nuestros intereses, da nueva forma a nuestros valores e ideales.
23. El hombre no puede ser feliz en un instante, sino la posesión de la felicidad lleva toda una vida.
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25. Ojos para ver «Hijo del hombre habitas en medio de gente rebelde, que tiene ojos para ver y no ven; oídos para oír y no oyen». La educación es la remoción de obstáculos. Es la liberación de lo que limita y confina. La falta de educación es ceguera y sordera. Conforme la mente halla nuevos retos, el crecimiento es tridimensional, con sorprendente altura, amplitud y profundidad. Los libros son el pan del intelecto. Hay que alimentar a la mente y los libros son gran parte de la dieta La educación exige el más riguroso entrenamiento y autodisciplina. Ver requiere comprensión, análisis y evaluación. Nuestra cultura es un mundo de sombreas. La misión de la escuela y la universidad consiste en ayudar a salir de la oscuridad a la luz.
26. Las tres etapas en el aprender Aprender es el arte de llegar a ser en el orden correcto. La primera etapa de aprender es curiosidad y maravilla. La segunda es el desarrollo de los hábitos de exactitud, puntualidad y precisión. La tercera y última es la búsqueda de los principios y el dominio del pensamiento abstracto. Esta es la parte más difícil.
27. Una vida fuera de lo común La educación representa la lucha persistente del hombre por la madurez emocional. El uso continuo y habitual de los libros provee un acceso a hecho ideas y experiencias que no pueden conseguirse de otra manera. Los libros son el instrumento básico del hombre educado. Debemos tener el hábito de la exactitud que comienza con la simplicidad de la ortografía, la pronunciación y el uso de los números. Termina con el problema más profundo de la orientación psicológica para expresar la verdad. Tener una mente reflexiva «El pensamiento crea la dignidad del hombre; por tanto trata de pensar bien». La educación debe tener como consecuencia un aumento cada vez mayor de la curiosidad.
28. La sabiduría corona a quienes la buscan. «Una de las peculiaridades del conocimiento es que los que realmente tengan sed de el siempre lo obtendrán». La vida de la mente debe alimentarse y ejercitarse. La mente no sigue creciendo cuando se deja abandonada. La sólida erudición exige honradez y reverencia para la verdad.
29. No es un pájaro vulgar Las gaviotas, como ya sabemos, nunca vacilan, nunca pierden vuelo. Perder vuelo en el aire es para ellas una desgracia y un deshonor. Lo sobresaliente resulta difícil en cualquiera de los campos de la sabiduría. Cada persona debe decidir si su carrera para aprender ha comenzado. La vida es aprender. Aprender es el arte de llegar a ser.
30. La fe de Prometeo Las escuelas y universidades tienen la fe de promete en el hombre, su coraje y esperanza. Aprendemos más fácil y rápidamente cuando nos hacen sentirnos incómodos: cuando nos fuerzan a usar nuestra inteligencia. Debemos ir a la escuela, mientras vivamos, con el sentido de un serio aprendizaje. Nuestra «Fe de Prometeo» no debe estar sólo en la mente sino en el hombre como hijo de Dios; una criatura con cualidades divinas, que conoce el bien y el mal.