La marihuana puede ayudar a algunas personas con insomnio a conciliar el sueño, pero también puede empeorar la calidad del sueño y causar dependencia. Mientras que los cannabinoides de la marihuana pueden hacer que sea más fácil quedarse dormido, también pueden fragmentar el sueño e interferir con las fases del sueño más profundas y reparadoras.