1. LA RELIGIÓN VERDADERAMUESTRAFE GENUINAEN JESUCRISTO
Hoy en día existen muchas religiones, en estas hay personas humildes y sinceras. Y es
una buena noticia saber que Dios las valora y se preocupa por ellas. Pero, por desgracia,
se han cometido muchas barbaridades en nombre de la religión. En las noticias hemos
escuchado que algunas religiones han estado involucradas en actos terroristas,
genocidios, guerras y abusos de menores. ¡Qué decepción ha causado esto a los
creyentes de buen corazón!
Mientras que la religión verdadera honra a Jehová, la falsa lo ofende. Esta enseña
mentiras acerca de Dios y el estado de los muertos, así como ideas que no aparecen en
la Biblia. Pero Jehová desea que la gente sepa la verdad sobre él.— (1 Timoteo 2:3-4.)
Pero ¿Cómo podemos reconocer cuál es la religión verdadera?
La religión verdadera muestra una fe verdadera en Jesucristo.
“””””Esto envuelve comprensión y aprecio del valor del sacrificio de la vida humana de
Jesús y de su puesto de Rey celestial hoy día.
Dios espera que obedezcamos a Jesús y sigamos sus enseñanzas.
Para que la fe sea del agrado de Dios, en este tiempo es necesario aceptar a
Jesucristo, pues solo así es posible adquirir una posición justa ante Dios. Jehová rechaza
a las personas que carecen de esta fe. (Jn 3:36).”””
También es muy importante participar personal y celosamente en la obra que él ha
asignado a sus seguidores. La religión verdadera tiene tal fe acompañada por obras.
(Sant. 2:26.)
Por poner un ejemplo: Quizás un hombre le haga la corte a una joven y le diga que la
ama. Pero si nunca le pide que se case con él, ¿estará demostrando en realidad que la
ama profundamente? De igual manera, las obras son un medio de demostrar lo genuinos
que son nuestro amor y nuestra fe. Si no obedecemos a Dios, realmente no lo amamos ni
tenemos fe en que su manera de hacer las cosas sea la correcta.
Así es, Jesucristo es, por consiguiente, el “Agente Principal y Perfeccionador de nuestra
fe”. Debido a que en él se cumplieron las profecías y a que reveló los propósitos futuros
de Dios, así como debido a lo que dijo e hizo y a lo que fue, conforma el fundamento
sólido sobre el que debe descansar la fe verdadera.