El documento recomienda que los estudiantes universitarios mantengan un ritmo de estudio diario de 2-3 horas y trabajen las asignaturas de forma continua para asimilar mejor la materia, en lugar de estudiar mucho un día y descansar los siguientes. También sugiere que comiencen con las tareas más difíciles y establezcan períodos breves de descanso regulados para ser más efectivos en su estudio.