El documento describe el caso de un hombre joven encontrado muerto en su habitación con un fusil de asalto. Presentaba dos heridas de entrada por arma de fuego en la cabeza. La autopsia reveló que la bala perforó el cráneo y el cerebro, con una trayectoria ascendente. El examen determinó que se trataba de una muerte por herida de arma de fuego de larga distancia.
1. Cuadernos de Medicina Forense Nº 31 - Enero 2003 53
Correspondencia: Clínica Médico Forense. Edificio Juzgados. C/ los Balbos s/n Cádiz. Tfno: 956 013 059 y 956 013 060
1 Médico Forense de los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción Números 1, 2 y 3 de San Fernando.
2 Médico Forense de los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción Números 8 y 9 de Cádiz.
3 Médico Forense de los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción Números 6 y 8 de Jaén.
RESUMEN
En el examen de las heridas por arma de fuego,
hay que prestar especial interés al orifico de entrada.
Un examen minucioso del mismo, nos permitirá cono-
cer la distancia a la que se ha efectuado el disparo; así
mismo, nos orientará sobe la trayectoria y etiología
médico-legal. El tipo de arma puede modificar en
alguna medida el orificio de entrada en los disparos a
cañón tocante; como ocurre en las armas de dos caño-
nes, en las que tiene situada su mira en la boca del
cañón, o en las que están dotadas de bocacha apaga-
fuegos.
Palabras clave: Armas de fuego, Orificios de disparo,
Orificio de entrada, Orificio de salida, impresiones del
cañón o mira.
ABSTRACT
When examining firearm wounds, special
attention must be paid to the entrance wound.
Meticulous examination will establish the range at
which the shot was fired as well as the trajectory and
the manner of death (forensic etiology). In a contact
gunshot wound, the type of weapon can modify the
entrance wound to some extent. This is what happens
in double barrel weapons where the sight is at the end
of the barrel muzzle or in those endowed with a
fireguard.
Key words: Firearms, shot wounds, entrance wound,
exit wound, muzzle/sight impressions.
MEDICINA FORENSE EN IMÁGENES
Herida por arma de fuego.
Gunshot wounds..
A. Sibón Olano1, P. Martínez-García2 y E. Santiago Romero3
2. El caso que nos ocupa, es el de un varón joven, bien nutrido, que fue hallado muerto en
su habitación junto a un fusil de asalto. Las livideces ocupaban los planos dorsales y eran de color
sonrosado, la rigidez cadavérica era completa, venciéndose con facilidad. En la extremidad cefálica
había dos heridas que describiremos a continuación, no apreciándose en el examen externo otras
lesiones traumáticas.
En la región submentoniana se apreciaba una herida contusa con orificio irregular, estre-
llado, cuyas paredes estaban tapizadas con restos negruzcos mezclados con sangre. Los bordes
también eran negruzcos y sobre ellos destacaban dos prolongaciones: una en la zona más api-
cal y otra en la inferior. (Fotografía nº 1).
En la región interparietal media presentaba otra herida de forma estrellada y bordes ever-
tidos con pérdida de parte del cuero cabelludo y de la calota craneal.
Herida por arma de fuego.
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s Fotografía nº 1.- Orificio de entrada.
s Fotografía nº 2.- Orificio de salida.
3. Herida por arma de fuego.
En el examen interno se apreció, en la fosa craneal media, el cuerpo del esfenoides perfo-
rado por el trayecto de la bala, el cual era hemorrágico y se encontraba ennegrecido. (Fotografía nº
3). Los bordes de las microfracturas de la silla turca se encontraban evertidos hacia el interior del
cráneo. En la fotografía, las pinzas penetran por el orificio de entrada en la cavidad craneal.
El cerebro se encontraba atravesado a este nivel por la prolongación del trayecto, con una
dirección ascendente atravesando el quiasma óptico y la región anterior del cuerpo calloso. En la
calota craneal encontramos un orificio de salida con la tabla interna del cráneo en cono truncado y
la tabla externa con la base del cono y numerosas micro fracturas a este nivel. En el cuero cabellu-
do presentaba las características de las heridas producidas en vida, con infiltración de sangre, hemo-
rragia externa y sangre coagulada en el fondo de la herida y sobre la piel. Los bordes externos del
orificio a nivel del cuero cabelludo son de tipo estrellado y evertidos hacia fuera, existiendo nume-
rosos restos pequeños de masa encefálica entre los cabellos.
Se realizaron las deteminaciones analíticas de rigor de metales y granos de pólvora en las
heridas así como en ambas manos.
COMENTARIO.-
Los elementos que integran el disparo vienen determinados, en las armas modernas de
largo alcance, por la polvora y el proyectil. El Taco tenía mayor importancia en las armas antiguas,
ocasionando a veces la muerte en ausencia de proyectil (armas de fogueo) [1]. También podía ser-
vir para conocer el calibre de la escopeta utilizada en un homicidio y en ocasiones el origen del car-
tucho [2]. En la actualidad son muy reducidos y su utilidad se limita a algunos tiros a muy corta dis-
tancia con determinadas armas [3].
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s Fotografía nº 3.- Trayecto de la herida.
4. La pólvora puede dejar indicios en las heridas por arma de fuego, por los gases de explo-
sión, la llama, los granos de pólvora y el negro de humo.
La acción de los gases se limita a los casos en que el cañón contacta con la piel o cuando
el disparo ocurre en una cavidad cerrada. La intensidad de las lesiones dependerá fundamental-
mente de la cantidad de pólvora y de la potencia del arma.
La llama va a provocar una quemadura y depilación si el disparo ocurre cerca del sujeto.
Los pelos que no desaparecen pueden quedar retorcidos a modo de sacacorchos y la quemadura
adopta en el cadáver una coloración amarillenta.
Los granos de pólvora no quemados es posible hallarlos en la piel, en mayor o menor canti-
dad, dependiendo de la distancia a que se efectúe el disparo. También nos pueden ayudar a determinar
la dirección del disparo. Cuando la incidencia es oblicua, se depositará mayor cantidad en la zona más
próxima a la de la procedencia del disparo; si es perpendicular, la distribución será concéntrica.
En disparos muy cercanos el humo se deposita sobre la herida y la ennegrece. Esta carac-
terística de la herida desaparece al pasar un algodón humedecido. Compone, junto a los granos de
pólvora no incrustados en la piel, la parte deleble del tatuaje.
El Proyectil en las armas de largo alcance es único y va a ocasionar el collarete de limpiado
(ribete negro por la suciedad de la bala) y la cintilla erosiva (escoriación epidermica alrededor del ori-
ficio). También va ser responsable de las lesiones internas. El orificio de salida es habitual en este tipo
de disparos, salvo en los casos de armas de muy escasa potencia o de calibres pequeños, como el
descrito en nuestra revista por Rico y cols [4].
El orificio de entrada de un proyectil suele ser circular u ovoide de pequeño tamaño salvo
en los siguientes casos [5]:
- Disparos a cañón tocante o muy cercanos en una zona situada sobre un plano óseo.
- Disparos en la cabeza con un cartucho de alta velocidad (con gran energía cinética) o con
proyectiles de caza o semiblindados.
- Con el proyectil desestabilizado antes de impactar sobre la víctima; ya sea por rebote o
por interposición de algún material.
Vemos, pues, que las características del orificio de entrada vienen determinados básica-
mente por la acción de la polvora y del proyectil. Estos rasgos nos van a permitir clasificar los dispa-
ros en: "Cañón Tocante", "Quemarropa", "Corta Distancia" y "Larga Distancia".
A Cañón Tocante el orificio de entrada está constituido por una herida contusa, irregular,
estrellada, y sobre una cavidad anfractuosa debida al despegue de los tegumentos: es el cuarto de
mina, cuyas paredes están tapizadas por restos negruzcos compuestos de humo, partículas metáli-
cas, granos de pólvora y restos de tejidos mezclados con sangre [6].
En armas de dos cañones que están en contacto íntimo con la piel, y sin plano óseo sub-
yacente, Blanco [7] describe la coexistencia del orificio causado con el proyectil, junto al contorno
del otro cañón por el efecto expansor de los gases. Hanzlick y Zaki [8] describieron lesiones causa-
das por la boca del cañón y la Mira siendo estas últimas inusuales. En resumen, el tipo de arma
puede modificar en alguna medida el orificio de entrada; en este caso, la bocacha apagallamas ha
permitido que los gases de la polvora se proyecten hacia arriba y hacia abajo dejando su impronta
en los margenes del orificio de entrada. En este tipo de heridas, también se pueden observar des-
garros por sobreestiramiento de la piel o por la aceleración radial del proyectil [9].
Los disparos a Quemarropa están limitados por el alcance de la llama (muy escasa en las
armas modernas debido a las pólvoras modernas y a mecanismos accesorios del arma como la
bocacha apagallamas) y viene definidos por la quemadura.
Herida por arma de fuego.
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5. Herida por arma de fuego.
En la fotografía se puede ver un montaje con el detalle de una sección de la bocacha apa-
gallamas pudiendo observarse una de las cuatro ranuras. (Fotografía nº 4).
A Corta Distancia encontramos sobre el orificio granos de pólvora no quemados y se
detectan restos de la pólvora y el fulminante (bario, cromo, mercurio).
En los disparos a Larga Distancia, no existe ningún carácter diferencial, el orificio es idéntico
independientemente de la distancia y solo se puede apreciar la cintilla erosiva y el collarete de limpiado.
El orificio de salida suele ser mayor que el de entrada, salvo en los casos comentados anterior-
mente. Si la bala se ha distorsionado o arrastra esquirlas óseas la herida es aún más grande e irregular. Los
proyectiles de alta velocidad, como ocurre en el presente caso, causan mas daño al transferir la energía late-
ralmente lo largo de su trayectoria., de manera especial en órganos como el hígado o el cerebro [10]. q
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s Fotografía nº 4.- Fusil de asalto y bocacha apagallamas.